sábado, 30 de abril de 2022
viernes, 29 de abril de 2022
ZONA DE SOMBRAS
Tarde en Bangkok (Tailandia, 2017) |
ZONA DE SOMBRAS
El pasado suele visitarse en el futuro.
Caminar por itinerarios opuestos no borra la posibilidad de acabar pisando el mismo sitio.
Conocer lo esencial de su persona alienta la voluntad de diferir en todo.
Un nómada ejemplar en el que solo es sedentaria su impaciencia.
La simpleza alterna en su trabajo la artesanía y la producción industrial.
Los intratables parodian el trato común.
Hay enemigos intangibles aún, que están llegando.
Esa veneración del independentismo periférico por la teoría del caos.
Viendo algunos portavoces parlamentarios, es meridiano que los discursos vacíos necesitan estridencia y cuerpo de letra grande.
(Aforismos de primavera)
jueves, 28 de abril de 2022
JAIME FERNÁNDEZ. EL ESPECTADOR EN LA CAVERNA
El espectador en la caverna Jaime Fernández Ediciones La Isla de Siltolá, Aforismos Sevilla, 2022 |
SOMBRAS AL PASO
miércoles, 27 de abril de 2022
PALABRAS MUDAS
La Morcuera (Madrid) Imagen del archivo Freepik PALABRAS MUDAS |
Un día propició un exilio continuo. Quería liberarse del resonante clamor del bosque social. Ahora se aplica a diario en descubrir entre la maleza del tiempo identidades deshabitadas, sin nadie dentro. Le gusta escuchar palabras mudas.
(Cuentos diminutos)
lunes, 25 de abril de 2022
MIQUEL MARTI I POL. LIBRO DE AUSENCIAS
Libro de ausencias Miquel Martí i Pol Traducción y prólogo de Marta López Vilar Bartleby Editores, edición bilingüe Madrid, 2022 |
ELEGÍA
domingo, 24 de abril de 2022
HÁBITOS AÉREOS
Hábitos aéreos |
sábado, 23 de abril de 2022
EPIFANÍA
Muro de ausencias |
algo se torna luz y epifanía,
pero no sé qué.
En ese afán abierto,
las palabras son rastros que siembran hendiduras,
adelgazan el aire
y fuerzan el silencio de los ángulos ciegos.
Si escribo
soy Adán y recobro
el destiempo de ser
un viejo paraíso que mudó de lugar,
porque acaso el gran árbol
se hizo un día
el espejismo firme de la pulpa
que supura dolor.
En las horas opacas,
cuando escribo un poema sangra dentro
una herida feliz, un calor tibio
que enciende la belleza inadvertida.
Las palabras entonces
son escuetos teoremas;
odisea imprecisa de sirenas y cíclopes
que siembra resplandor en el retorno
del viajero que vuelve
para cortar el nudo del poema.
viernes, 22 de abril de 2022
ARQUEOLOGÍA SENTIMENTAL
Las Cogotas (Ávila) |
jueves, 21 de abril de 2022
GRAVA SUELTA
Figuraciones Archivo internet |
GRAVA SUELTA
miércoles, 20 de abril de 2022
CON ÁNIMO INESTABLE
CON ÁNIMO INESTABLE
(cuestionario a JOSÉ LUIS MORANTE)
Por LE PETIT COMITÉ
Con un itinerario plural que
suma poesía, crítica y aforismos, José Luis Morante (Ávila, 1956) entrelaza en
las entradas de su blog el ánimo inestable de la creación, reseñas, poemas,
microrrelatos. El resultado es una propuesta rica en matices que varía casi a
diario.
LPC.-Tanta actividad… ¿No se cansa?
El tema central de cualquier creación es la relación de sujeto y contexto, sea este la realidad más cercana, los demás o ese viaje interior que nos plantean nuestras dudas e interrogantes. La poesía es una reformulación ontológica del yo; cada devenir existencial no es sino un cúmulo de energía en préstamo que languidece en el acabamiento para reintegrarse en lo universal. La muerte es la verificación melancólica de la caducidad y es, al mismo tiempo, un ejercicio de simetría entre lo que se inicia y lo crepuscular. De esa condición no están exentos los objetos cercanos, ni siquiera los que aparentan en sus líneas formales un sino perdurable que antes o después acaba siendo morada de la fisura o el óxido.
¿Tradición o vanguardia?
Es una cuestión en la que reinciden voces de todas las épocas. Pero cada poema siempre emplea las mismas “palabras de familia tibiamente gastadas” para dar a lo conocido un matiz nuevo, una formulación original. Los que se sienten Adán en cada sílaba no dejan de causarme cierto sonrojo mental; la vanguardia se hace tradición al instante siguiente de la amanecida. Sin embargo, cada escritor tiene la obligación de buscar el panorama insólito, el encanto ideal de lo lejano, Los colores del ahora impregnan la retina, proponen un largo viaje hacia lo abierto, donde perviven los instantes capturados de una realidad significativa; cada paisaje deviene experiencia estética.
¿Fidelidad a una sola poética?
No existe una poética particular en las creaciones de un autor; se apuesta por la diversidad, por la visión autónoma y fragmentaria. Me gusta la poesía directa que vela las referencias y se ciñe al poema breve en verso libre para construir una meditación sobre el transcurso; somos un peso leve en un espacio de continuo fluir.
martes, 19 de abril de 2022
A PUNTO DE VER
domingo, 17 de abril de 2022
JUAN MANUEL URÍA. APUNTES SOBRE PINTURA
Apuntes sobre pintura Juan Manuel Uría Prólogo de Eduardo Moga Editorial Polibea Colección La espada en el ágata Madrid, 2022 |
SOBRE ARTE Y ESTÉTICA
Como artista plástico, Uría ha ilustrado libros propios, preparado algunas exposiciones y alentado tratados estéticos como el libro que nos ocupa Apuntes sobre pintura. La obra una reflexión sobre arte y estética que tantea respuestas e intenta responder a preguntas esenciales sobre el proceso plástico concebido como epifanía y espera, revelación y aprendizaje. La introducción del poeta, traductor y ensayista Eduardo Moga es excelente. Su punto de vista recuerda que la pintura es un lenguaje vivo, capaz de mirar. “Mirar no solo para deslindar un fragmento de la realidad, sino también, y aun sobre todo, para deslindar un fragmento del ser: ese que se proyecta o quiere proyectarse, desde el magma de la psique, en un objeto o un instante, y constituirse en trazo o verso”.
A espaldas del realismo –ese realismo entendido como reproducción y traslación fidedigna de lo percibido- y dando continuidad a una sensibilidad vanguardista, Juan Manuel Uría enuncia secuencias reflexivas que buscan entendimiento y viaje cognitivo en la piel del tiempo. El poeta sabe que las obras “son metáfora de sí mismas, interrogantes que surgen en el propio proceso de crear”.
El apunte conciso se convierte en razón de amanecida y emparenta trazos con la solvente lucidez de un cuaderno de taller. En los párrafos hay aforismos explícitos: “Pintar para acceder a la posibilidad de la pintura”, “El espíritu se hace materia en la obra de arte”, “Pintar es, por supuesto, una función de teatro”, “Lo que ves, a veces, es otra cosa. Lo que no ves siempre estuvo ahí”. La azarosa lógica argumental añade enunciados biográficos que capturan sensaciones, como sucede en la descripción del asombro infantil que causa el cuento con su misterio, junto con la belleza y el amor a la pintura o los libros. Uría cuestiona la dinámica educativa contemporánea y su empeño por despojar al sujeto de esa pureza germinal de la infancia. Otros incisos meditativos contrastan estéticas y exponen las convicciones personales ante el proceso creativo. Las realizaciones plásticas devienen de lo abstracto y sintético; no ejercen ningún quehacer mimético ni capturan fotogramas de realidad; solo se nutren de la misma incertidumbre, la limitación, la certeza de lo desconocido e imposible de conocer, la presencia luminosa de la duda como misterio por resolver y las deliberaciones en la sombra para formar ángulos insólitos.
Para el creador “la composición es resultado de una matemática lírica, de un azar objetivo”. Es un horizonte que se despliega, hecho amanecida, para aseverar un conflicto permanente y complejo con la realidad en su conjunto. El entorno es un espacio temporal y cambiante, que despierta la búsqueda de belleza, ese proceso en el que se unen percepción y pensamiento.
Como anota, Juan Manuel Uría, en uno de sus breves iniciales, escritura y pintura son actividades que obedecen al mismo impulso poético, dos facetas de una misma voluntad incomprensible, que ha ido practicando con naturalidad, como si fueran andenes yuxtapuestos en el largo viaje de la creación. La obra Apuntes sobre pintura clarifica puntos de partida de un ideario dual, expuesto con dicción transparente, que aglutina confesionalidad y temporalismo. Impulsa esa voz interior que emerge para encauzar el manantial emotivo del sujeto sobre la vulnerable superficie en calma de lo cotidiano. La pintura se hace símbolo del decurso existencial. Es movimiento que tantea los laberintos del pensamiento. Es también alternativa, fuerza que emplea la posibilidad como energía, para mostrar la verdad y la belleza sin intermediarios, hecha pleno sentido y fuerte abrazo de intuición y deseo.
sábado, 16 de abril de 2022
BESTIARIO
Al vuelo Fotografía de Adela Sánchez Santana |
AFORISMOS CON NUBES
Cada
náufrago reclama para sí la madera raída.
Alguien
escribe. Soy parte de la trama. Un personaje episódico.
Estoy
aquí, creo, aunque desconozco la ubicación exacta del aquí.
Los
aforismos marcan la piel del agua, como la huella frágil de una verdad.
Para la
confidencia íntima, personal, directa, un tono de voz sobrio alejado del
aspaviento.
Percibo
contornos con la precisión ambigua del miope.
Cada día
el desconcierto, la indagación sobre una realidad cambiante y fragmentaria.
Con los
años el escepticismo muda en benevolencia.
Sucede
que regresas cada vez que te nombro.
No sé
apaciguar mi obsesión por relojes y calendarios.
En la
íntima discordia entre el yo y la nada, tomo partido.
Un
nombre propio que acumula letras en minúscula. Nadie, en suma.
Mientras
busco, dejo abierta la puerta para el regreso.
(Del libro Motivos personales, La Isla de Siltolá, Sevilla, 2015)
viernes, 15 de abril de 2022
jueves, 14 de abril de 2022
ESPEJISMOS DIGITALES
Espera Fotografía de internet |
miércoles, 13 de abril de 2022
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ. PUREZA
Pureza Juan Ramón Jiménez Edición de Rocío Fernández Berrocal Editorial Cátedra, Colección Letras Hispánicas Madrid, 2022 |
DESNUDEZ
El volumen Pureza compila cuarenta y seis composiciones, con casi una veintena de textos no publicados. Pertenece a la etapa de la poesía pura, cuando Juan Ramón Jiménez moldea un ideario asentado en vértices conceptuales como la desnudez expresiva, el afán de verdad y la belleza; un enfoque de espiritualidad transcendida que despoja al poema de aditamentos retóricos para remansar la evocación y el viaje interior de las palabras. En el marco intimista de Moguer, la observación subjetiva propicia el continuo descubrimiento, la plenitud escueta de lo mínimo expandida en la dermis de los elementos naturales y en esos instantes vividos con la intensidad del goce.
Redactado casi por completo en 1912, Pureza es un poemario inédito que aglutina, como se ha dicho, casi medio centenar de composiciones, diecinueve de las cuales se anticiparon en publicaciones literarias y en antologías selectas y parciales del autor. No se trata, por tanto, de una publicación contingente sino de un título cerrado, de revisión atenta y frecuente, que buscará sitio en el corpus central de Juan Ramón Jiménez para que encuentre solidez y permanencia.
Organizado en tres tramos, marcados con asertos de sensibilidad temporal, “Amaneceres, “Desvelos” y “Tardes”, el libro muestra una compacta senda argumental que convierte a cada poema en una brizna de sol, en un afán de iluminar el proceso creativo, que Juan Ramón Jiménez define en esta breve nota de introducción: “Pureza. El puro afán de poesía pura, con la vaguedad que eso en lírica significaba para mí, me la dieron unas nubecillas rosas y doradas –borreguitos, decía mi madre- que veía las tardes encendidas en el cénit”. Se licúa en el mínimo esqueje reflexivo la mirada del poeta, ese proceso íntimo de nubosidad variable que asumen los sentidos para despertar al pensamiento.
En la entrega cobra una singular relevancia el enclave físico. El poeta se ha retirado a Moguer en 1905 y en estos años de vida retirada escribe con fecundidad inagotable, a pesar de las recaídas de salud y los cambiantes estados de ánimo por las crisis nerviosas. Pasea, contempla, lee y mantiene un cálido contacto epistolar con Unamuno, los Machado, Azorín y otros nombres de primera línea que ya lo consideran un poeta reconocido y que animan los firmes pasos de una vocación literaria que nunca se detiene. El andaluz universal explora, construye un mundo interior que requiere el apoyo de las etiquetas críticas para definir sus rasgos. Rocío Fernández Berrocal integra Pureza en la “época sensitiva”, un momento creador caracterizado por la persistencia en un “modernismo romántico y simbolista”, en el que afloran la proyección de sentimientos en el entorno, un paisaje que remansa el tiempo y concede serenidad, equilibrio y disposición sensorial para captar la esencia de lo sencillo y cobijar en el poema sus sensaciones.
La editora añade en el anexo final cuatro composiciones no integradas en libros, pero con una sensibilidad escritural colindante a Pureza, cuya edición, en el imprescindible catálogo de Letras Hispánicas, añade una nueva aurora al devenir poético del Premio Nobel de 1956. En su rescate emprende vuelo una incisiva estela de plenitud y transparencia. Poesía que exalta el mediodía sensitivo del paisaje y su comunión con el fluir de la conciencia. Reflexión sostenida y anhelo de conocimiento sobre el yo más puro.
martes, 12 de abril de 2022
PENSAR EN VOZ BAJA
Escarcha Fotografía de Javier Cabañero Valencia |
EN VOZ BAJA
a pensar en voz baja.
Por eso me levanto poco a poco,
en la calma discreta de los ojos callados.
Soy la sombra borrosa
de palabras
que la mañana limpia
con precisión severa.
un patrimonio escaso;
esa parte de nada
que cabe dentro
de aquella cicatriz que no se muestra.
usa ropa de invierno.
Le gusta pasear
con el frío de cara,
compartiendo con otros
las esperas silentes
del alumbrado público.
mis pensamientos nadan
en bóvedas nocturnas
y muestran las escamas abisales
de esos peces
que ahuyentan los abismos
y buscan superficie y claridad.
lunes, 11 de abril de 2022
REFLEXIONES Y DUDAS SOBRE EL POEMA
buscar vuelo en la hondura |
. La creación literaria es incesante
búsqueda. No hay entre los géneros encuentros traumáticos; por eso en estos
treinta años en mi escritura conviven la poesía, el ensayo, el trabajo crítico,
los aforismos y la minificción; son estrategias complementarias que trazan la verdadera imagen del sujeto, su claridad dormida en la mansedumbre del charco.
. Compromiso riguroso con el trabajo diario; fortalecimiento de la voluntad con el estudio y la lectura, siempre he sospechado que hay una fuerte ingenuidad en pensar que el vuelo libre de la inspiración llenará nuestras páginas de líneas inmortales.
. La lectura obedece a la necesidad de ampliar espacios interiores. A veces se expanden tanto que no caben dentro y asientan sus coordenadas de situación en la escritura. Encuentran en el poema, el microrrelato o la reseña una habitación propia.
(Palabras conmigo)
domingo, 10 de abril de 2022
CON LUZ AZUL
Escucha Fotografía de Adela Sánchez Santana |
(Revista FÁBULA, Universidad de la Rioja, Logroño, 2020)
)
sábado, 9 de abril de 2022
CICLO DEL AGUA
Litoral Fotografía de Javier Cabañero Valencia |
viernes, 8 de abril de 2022
SIGNOS DEL DÍA
Amanecida Fotografía de Javier Cabañero Valencia |
A solas, la memoria
accede al laberinto de las cosas inertes
y los días sin luz.
Es ámbito interior
que enérgico prodiga
en las manos del aire
los códigos inciertos del pasado.
Su recia voluntad
tiene la fibra leve
del fruto entumecido, ya maduro,
cuya pulpa disuelve su desplome.
la memoria concreta los átomos dispersos del poema,
Es un germen de luz
que ilumina la noche, en paz consigo.
jueves, 7 de abril de 2022
JAVIER BOZALONGO. NOMBRAR LA HERIDA
Nombrar la herida Javier Bozalongo Imagen de cubierta de Joaquín Puga Granada, 2022 |
Nombrar la herida, que tiene como cubierta una expresiva fotografía de Joaquín Puga, amanece con un poema de homenaje a la presencia firme de la madre, siempre costa y refugio, y un segundo texto dedicado a la memoria del padre, como si la voz poética quisiera refrendar una subjetividad compartida, que traza puentes entre el verbo evocativo de lo biográfico y el claro anhelo de una voz confidencial y reflexiva, que trata de entender la condición temporal de la conciencia.
Frente a la asepsia del purismo, que convierte el lenguaje en monopolio de exploración verbal, la estética realista de Javier Bozalongo exige a su escritura un compromiso nítido con los desajustes; el poema se convierte en denuncia y expresión unitaria del yo social; conforma una voz fuerte que dota al núcleo argumental de sentido ético. En el apartado “las heridas” emergen nombres propios que escriben en voz baja su intrahistoria, desde el monólogo dramático, para que nos asomemos al mirador oscuro de su experiencia vital. Todos identifican a rostros concretos cuyas circunstancias se describen en la nota final. Allí están la primera víctima de la violencia de género, la mutilación genital padecida todavía por tantas muchachas africanas o la desmesura invasiva de los asentamientos en Gaza y Cisjordania que divide culturas y genera continuos enfrentamientos; son ejemplos de una convivencia erosionada por el progreso, la desigualdad social, la violencia y perpetuación de estereotipos patriarcales y las catástrofes ecológicas que silencian la rebeldía ante la injusticia de los más desfavorecidos. Una situación que se ha repetido a lo largo de la historia y que abre la lucha por la igualdad, con momentos esenciales como el que protagonizara Clara Campoamor en el Congreso, durante la segunda república.
El poemario, enclavado en la corriente continua del compromiso social, dibuja un amplio mapa de injusticias con preclaros rostros en el espejo de la actualidad informativa, como si la angustiada condición femenina necesitara convertir al poema en portavoz de la ignominia. Cada cicatriz se abre para supurar el dolor, para que fluyan las huellas perdurables de la desolación. En todas, el sentimiento de pérdida, el desarraigo, la existencia agónica que dormita en la sombra de la derrota personal y no encuentra el camino de regreso, las expectativas de una travesía condenada al naufragio.
El apartado final “Epílogo” integra dos citas casi complementarias en torno al discurrir y a la necesidad de asumir la fuerza terapéutica del tiempo remansado. Los textos pertenecen a Ana Blandiana y al poeta joven Juan Javier Ortigosa. Y desde su sensibilidad, el poeta clarifica la postura personal; se trata de asumir el lugar propio, decir no a la indiferencia y protagonizar el papel que corresponde al gesto de coherencia de quien se mirar al espejo. Desde esa necesidad del sujeto activo nacen los versos de “Letanía”, un poema de bellísima factura: "Y tú avanzas con calma, / ocultas el cansancio / y sonríes tranquilo sin dejar traslucir / que perdiste la brújula, / que te guía la inercia de estar vivo, / que conoces oriente y occidente / pero ignoras el rumbo de tu mano derecha / y es el azar quien manda sobre tu mano izquierda”.
Nombrar la herida clarifica los callejones tétricos de un recorrido suburbial, propicio al odio, que acumula intemperie, donde el dolor se refleja en la mirada triste, con nítidos contornos. Ser mujer todavía es atestiguar un existir azaroso, que tiende la mano con la esperanza de entender la carga existencial, para que resuene fuerte en el poema un poco de esperanza.