sábado, 30 de noviembre de 2013

AFORISMOS DESDE EL CLAUSTRO

Londres, fotografía de Javier Cabañero


Aforismos desde el claustro

             Para José Ismael Alonso, en el encuentro
            de un camino común  de amistad y literatura


Cuando vuelvo a casa, mientras pulso el timbre, tengo la sensación de que abriré la puerta y saldré a recibirme.
 
Acogemos también un rostro estimable, de cualidades limpias, que revalida vanidad y orgullo e incita a la reconciliación con nuestros defectos.

A veces la torpeza mantiene encuentros fortuitos con la inteligencia.

Se ha incrementado mi deuda. No ignoro que te debo un gramo de ternura.

El cazador de verbos, el cazador de adjetivos; escurridiza caza menor.

                       (Mejores días, De la luna libros, Mérida, 2009)


jueves, 28 de noviembre de 2013

PRIMERA NEVADA

Rivas, 28 de noviembre, 2013
fotografía de Adela Sánchez


Invierno

            Para Adela,
            que miraba la nieve
            en el jardín


Otra vez el invierno
varado en el alféizar
y asolando las cosas
el sonido estridente de sus afectos fríos;
de su helada sonrisa me repliego.
Sesteo en la atonía de su traje nevado,
pongo punto y seguido a la nostalgia
que me habla de ti y abro la puerta
para que nuestra casa se ilumine
y ocupen sus estancias
tu voz, tu olor, tus besos,
antes de que mis ojos se despierten
y con dolor descubran
que tu existencia es sólo presentida,
muro sin construir, tierra baldía,
fantasma en el castillo de los sueños.

( Un país lejano, DVD, Barcelona, 1998)

martes, 26 de noviembre de 2013

EFI CUBERO. CONDICIÓN DEL EXTRAÑO.

Condición del extraño
Efi Cubero
Colección Tierra, La Isla de Siltolá
Sevilla, 2013

 
VICISITUDES

   El estudio introductorio que abre Condición del extraño, firmado por Jesús Moreno Sanz, trasmite una voluntad iluminadora sobre el sustrato esencial de  la travesía poética de Efi Cubero y analiza la íntima resonancia de un nutrido aporte cultural.
   Extremeña, nacida en Granja de Torrehermosa, Badajoz, la poeta abandona muy pronto el lugar natural para asentarse en Barcelona. Tal contingencia biográfica sería un referente para abordar la sensación de extrañamiento, ese estado de ánimo que fortalece la voluntad de aislamiento y tiene como efectos literarios la búsqueda de una perspectiva distinta, lejos de modelos gregarios y colectivos, con un afán de vislumbrar las vicisitudes de la realidad como un espacio único y diferenciado. Así se refleja en el poema de apertura, “Creación” que incluye una dedicatoria personal: “tan desprovista de solemnidades, / de propiedades, anda esta desobediencia/ de ser sólo una voz entre los ecos/. El yo desarraigado que cura las heridas/ al beber de la tierra como un renacimiento”.
   El libro Condición del extraño compila casi un centenar de composiciones distribuidas en tres apartados. La primera sección aborda los complejos trazos de la identidad, cuyo recorrido muestra una pisada solitaria que porta en el interior una conciencia compleja. Los giros de la vida, aleatorios e imprevisibles, obligan a aceptar algunas concesiones, a firmar intereses y plazos de demora, abren heridas y muestran un estar que, no pocas veces, nada contra corriente.
   El tramo central del poemario tiene un claro matiz meditativo: “Sé que busco un sentido entre las pautas,/ y que huyo entre las grietas, / que me desdoblo en múltiples verdades/ y que siento un temor sin artificios/ antiguo como el mundo y la memoria”. El tránsito personal es siempre azaroso. Las rutas alternativas son callejones cortados. Efímero y fugaz, el tiempo abre un camino de incertidumbre que a cada instante ensanchan ilusiones y sueños.
   La última parte se organiza como una suma de secuencias urbanas. La ciudad se refleja en los versos opaca y sombría, como un entorno deshumanizado, exento del aliento cálido de la naturaleza. Los elementos subrayan una semántica en penumbra: contenedores, asfalto, esquinas sucias, charcos de sombra llenan la retina de un yo superviviente que busca en lo lejano un punto de fuga: “Has pensado cambiar. Cambiar de vida. / Dejar los rascacielos que te hastían, / los bulevares de impostado verdor…/ Siempre el regreso ".
   Sirven de epílogo un trazo juanramoniano y el referente vegetal, la jara, de una geografía evocadora que alienta el recuerdo de la casa del padre; la sinestesia del sustantivo confirma un asidero para unificar pasado y presente, para luchar contra el tiempo y sus mentiras.
   En Condición del extraño suena una voz que integra meditación y sentido clásico de la expresión formal, esa visión madura de la existencia que aprende a convivir con las grafías del humo y la ceniza.

domingo, 24 de noviembre de 2013

CENTRO COMERCIAL



Centro Comercial (Aforismos)

Esta mañana ese sol frío que abre una hendidura para llegar a mí.

Si viajo contigo, busco el hotel en una nube.

Oídos en los que suena igual la palabra amistosa y la siniestra.

Nunca estoy solo. Tengo el pasado.

Ellos. Una rama seca que se pudre en el suelo.

Mi padre sabía cuál era el surco donde anidaba la perdiz.

sábado, 23 de noviembre de 2013

JESÚS CÁRDENAS. MUDANZAS.

Mudanzas de lo azul
Jesús Cárdenas
Ediciones Vitruvio, Madrid, 2013

MUDANZAS
 
 
Jesús Cárdenas (Alcalá de Guadaira, Sevilla, 1973), poeta y ensayista, abre Mudanzas de lo azul con un paratexto plural que integra el intimismo de Luis Cernuda, la voz desgarrada de Lou Reed y el sueño reflexivo de José Hierro. El libro se organiza en cinco secciones y aborda como cauce general una poética en torno al ser transitorio; el hablante lírico establece las coordenadas de un cuaderno de viaje, un reiterado ciclo estacional que hace y deshace vivencias y recuerdos. Del pensamiento sobre el devenir deriva un ejercicio de recuperación y anclaje en torno a la palabra. Los verbos conceden una luz tenue que preserva la ceniza del pasado y asientan el presente, siempre abierto hacia un punto de fuga. Todo el apartado "La hora del té" suscribe una temática metapoética.
El avance pautado amplía el sustrato argumental con las facetas asimétricas que moldean la identidad del yo poemático. hay momentos en los que el poema se concibe como un inventario de intenciones en el que se reajusta el compromiso con la realidad y están los declives de la convivencia, esa maraña de líneas imprecisas que trazan los enlaces diluidos entre el yo y el otro. Entonces el entorno se convierte en escenario poemático, apunta hacia la contemplación de un sujeto en la orilla que busca en el poema el ruido de la calle.
En esas continuas mudanzas de luz perdura enaltecida y firme la vibración del ser en el tiempo, una forma de estar que enriquece el deseo, como aliento vital para aguantar el tedio gris de lo laborable, o esa búsqueda tenaz de un sitio fijo para albergar los sueños.
Si cada sección de Mudanzas de lo azul es un cambio de rumbo argumental, todos los poemas comparten el afán dialogal con el lector, la ubicación humanista del hablante poemático frente a  sí mismo y el latido tenaz de una cronología vivencial en la que los días nos van dejando entre las manos sus gastadas monedas.  

jueves, 21 de noviembre de 2013

POÉTICA HOMENAJE

Las manos del poeta
Fotografía de Esther Muntañola


Poética homenaje

     A los que se quedaron

Preguntan mis amigos
-los pocos que me quedan, aquellos que sospechan
que una sonrisa es triste,
los que cerca apuraron copas y adversidades,
los sitiados al norte por el mundo,
al sur por la cicuta cotidiana,
al este y al oeste por extraños
semejantes en todo-,
con esa ingenuidad de los actos reflejos,
que cómo sobrevivo al triple salto
de escribir un poema con los tiempos que corren.
Me tienta sumergirlos
en la desolación de una monografía
sobre los suplementos nacionales
(literarios, se entiende),
en la gélida hondura de mi espejo,
en la Torre de Brainor,
o en la sección de libros
de grandes almacenes.
Mis amigos insisten
y de nuevo un silencio cicatero y reacio
me contiene, porque otra vez un verso
me ha sellado la boca
y oculta su mordaza
la posible respuesta.

 
Pd.- Esta tarde leo en Rivas poemas de mi libro NINGUNA PARTE.   Será a las 19 horas en el Centro Cultural Federico García Lorca. Al levantarme, mientras asentía en silencio el jardín otoñal,  pensé que hace veinticinco años que estoy aquí. Que en este tiempo se han multiplicado libros y presentaciones. Que siempre estuvieron conmigo unos cuantos amigos. Este poema, que pertenece al libro Población activa, es para los que se quedaron conmigo, en cualquier punto cardinal.

martes, 19 de noviembre de 2013

AFORISMOS PARA UNA JOVEN POETA.

Laura Martín
Fotografía de Javier Blanco
 


Aforismos para una joven poeta

     Para Laura, por la alegría de estar juntos

A menudo la vida carece de sentido, es abstracta y compleja. La literatura no, siempre es figurativa y diáfana.

Considera cada libro como un ejercicio de aprendizaje.

En la marejada del tiempo, el previsible anclaje de la lectura.

La realidad tiene signos secretos. La lluvia no es solo lluvia.

Los rostros bellos causan una mirada insomne. Nunca duermo.

No mitifiques nunca; la biografías ejemplares también son borradores.

lunes, 18 de noviembre de 2013

DAR O RECIBIR.

Luis Felipe Comendador



Misantropía

   A Luis Felipe Comendador 

No me disgustó nunca
el extremo aislamiento
del que elige
salir de la corriente principal
para mudarse
a un menguante reguero;
plata sucia entre juncos
que lucha por vencer el estiaje.

Vivir bajo sospecha,
alejado de prácticas
que implican
la doble relación del yo y del otro,
y consumir la pulpa
de un fruto paradójico
que rezuma firmeza:
la libertad del solo.

( De Ninguna parte, Sevilla, 2013)


Pd.- El poema presenta una variante en el verso final. Al editar el libro Ninguna parte elegí otra opción, ya conocida por los lectores. Esta es inédita y fue la primera que cerraba el poema. Ahora la recupero para firmar este homenaje a Luis Felipe Comendador que siempre prefiere la generosidad de quien entrega a la mano abierta de quien recibe.

sábado, 16 de noviembre de 2013

LECTURA CON JAVIER LOSTALÉ.

Javier Lostalé y José Luis Morante, Librería Alberti (Madrid)
Fotografía de Esther Muntañola
PRESENTACIÓN DE NINGUNA PARTE  
Recuerdo, con esa luz diáfana  de los buenos momentos, la lectura en la librería Alberti de Ninguna parte, mi poemario editado por La Isla de Siltolá, la editorial de Javier Sánchez Menéndez. La librería de Lola Larumbe, en el barrio madrileño de Arguelles, dispone de un espacio íntimo, donde los poemas se convierten en conversaciones a media voz. El presentador del acto fue Javier Lostalé, cuya amistad me acompaña desde hace muchos años. Aquí dejo su intervención completa, unos minutos de sabiduría literaria y de cordial complicidad recogidos en el vídeo elaborado por Javier Cabañero. Ninguna parte está en cualquier sitio si se camina de la mano de amigos como Javier Lostalé, Lola Larumbe, Javier Sánchez Menéndez, Esther Muntañola y Javier Cabañero. Gracias por estar en cada uno de mis poemas.   

Vídeo de la presentación en la librería Alberti (9 de octubre de 2013)
Grabación y diseño: JAVIER CABAÑERO

viernes, 15 de noviembre de 2013

CALLE CORTADA



Calle cortada

       Para Hugo Izarra, siempre cerca,
       en la misma rotonda.

No siempre fue pasado e invisible.

Esa obstinación en un silencio que tanto dice.

Para responder hay que oir.

Amplifica su importancia; cree que los otros existen para hacer bulto.

En la pared, las fotografías desprenden olor a tiempo.

Lugares solitarios, donde el temor proviene del encuentro con nadie.

Nuestra amistad, si hubo, aspira a un gastado final metapoético, que toque el corazón.

Cuando estoy solo soy más sociable.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

JOSÉ LUIS GARCÍA MARTÍN. LÍNEA ROJA.

Línea roja
José Luis García Martín
Impronta, Gijón, 2013
 

RECUENTO

   Aunque parezca una definición pretenciosa, un crítico es sobre todo un lector activo en confrontación con la mala literatura. En esa tarea consume  “muchas horas libres” el incansable José Luis García Martín, poeta, profesor universitario, traductor, antólogo, conferenciante, viajero y escritor de diarios. Sobre la personalidad del extremeño asturiano han hecho fortuna unos cuantos clichés que yo no voy a repetir pero que justifican el umbral de ironía que abre Línea roja. Las anotaciones iniciales son unas instrucciones de uso, una especie de brújula manejable que oriente al despistado lector. Son pautas literarias con mensaje para los habituales seguidores del escritor, entre los que me cuento; y consiguen arrancar la lectura con la sonrisa puesta, un buen comienzo.
   Resulta de interés sondear las connotaciones de un título proclive a varias interpretaciones: la línea roja es aquella frontera por detrás de la cual varían las condiciones de seguridad; a los sesenta años el autor se siente en el tramo final de la madurez y en los albores de la senectud, donde  la erosión y el desgaste se acentúan y la fisiología muestra las primeras carencias. El titulo sugiere además que el diario, propuesta escrita para recorrer en compañía un paisaje interior, no cruzará nunca la línea roja de la confidencia personal. Las minucias de lo privado son asuntos que a nadie interesan sino al sujeto.
   Hallamos en la estructura textual de este diario casi todo lo que las expectativas demandan: las preferencias sobre libros leídos, los argumentos rutinarios de una identidad encaramada al punto de observación de la experiencia, la particular arquitectura de los lugares de paso, aunque el poeta sabe que “la mejor manera de viajar es soñar el viaje que nunca se ha hecho” y la nutrida crónica de sucesos del presente, un tiempo que tiene una manifiesta inclinación a la paradoja. Hay también borradores del taller, haikus y aforismos que aluden al gusto por  la concisión y por la frase que condensa una reflexión ética o un juicio crítico, más o menos lapidario. Muy fugazmente aparecen esas estelas de ingenio, tan jaleadas como actos de independencia estética: las chispas sobre nombres propios que son opiniones, casi ponderadas y ecuánimes, que traspapelaron la intemperancia.
  Ya se ha dicho, del diario íntimo como exposición confidencial de una existencia concreta queda poco. Las bóvedas interiores permanecen bajo cubierta porque en el itinerario de Línea roja el yo es un personaje más, tratado con pretensiones de objetividad, aunque el velado discurso confesional tenga continuidad con anteriores entregas autobiográficas.
  Tras la lectura, queda la certeza de que, en el itinerario creador de José Luis García Martín, la autobiografía no es un género menor, una actividad intermedia entre la poesía y la crítica, sino una mañana limpia, el azul intacto de la buena literatura. 

lunes, 11 de noviembre de 2013

PETER HANDKE. REGRESOS.

La noche del Morava
Peter Handke
traducción del alemán por Eustaquio Barjau
Alianza Editorial, Madrid, 2013

REGRESOS
 
   Siempre marcado como escritor incómodo por sus posicionamientos políticos sobre la Guerra de los Balcanes y su desviacionismo frente a los discursos oficialistas unidireccionales, el austriaco Peter Handke es un sitio de llegada en la literatura actual en lengua alemana. Nacido en 1942 en Griffen, un municipio ubicado en la región fronteriza de Corintia, y con raíces familiares eslovenas, Peter Handke impulsa desde el amanecer de su literatura todos los géneros: teatro, novela, ensayo y artículos periodísticos, poesía y traducción. Son facetas que en él aparecen con aire natural y complementario. Asimismo escribió guiones para el cineasta alemán Wim Wenders y ha dirigido dos películas, La mujer zurda y La ausencia.
  El cauce narrativo de La noche del Morava dispone un argumento con claras conexiones autobiográficas; mientras leemos cobra sentido la especulación de que el protagonista sea un álter ego de Peter Handke, construido con una sensibilidad similar y con lo imaginario como función de contrapunto. Un escritor alejado de la escena literaria y recluido en un barco anclado en la ribera del río Morava, un pequeño afluente del Danuvio, frente a la rústica localidad de Porodin, convoca de forma inesperada a conocidos con los que compartió algún tramo vital. Pretende reconstruir la historia personal con recuerdos propios y ajenos. Los lazos afectivos se han quebrado y ahora el escritor se presenta ante los otros como un desconocido que protagoniza y relata en fragmentos un largo viaje circular. Pero en la noche silenciosa del Morava, poco a poco, el tiempo compartido adquiere una luz nueva que aclarará la búsqueda continua de horizontes y la razón para huir, acaso por la persecución desvanecida de una presencia femenina que le ha impulsado a buscar un refugio alejado de todos.
   El  escritor comienza su viaje vivencial en los Balcanes, un territorio lleno de estragos colectivos en el que sobrevuela un sombrío sentimiento de culpa y la sensación de caminar a tientas. Pero el azaroso trayecto no busca sitios fijos sino estaciones de paso que se irán diluyendo cuando las abandona. Los alrededores de Numancia, en Soria y otros enclaves de la península ibérica también forman parte de un viaje de quien no se siente vinculado a una geografía concreta , ni siquiera a ese refugio aislado en Porodin, una especie de bahía de nadie. Así que el viaje circular carece de argumento, es casi materia de algún sueño en el que no están nombres de acompañantes, ni sus caracteres, ni las acciones que protagonizan. No hay puntos álgidos sino una información global y digresiva, único lenguaje adecuado al discurrir del pensamiento.
   También el tiempo literario del escritor es casi niebla: ya no escribe ni publica y el prestigo de sus libros se ha desintegrado. Ha perdido el habla para llegar hasta el lector, una carencia más que sumar al sentimiento de culpa.
   La narrativa de Peter Handke ha protagonizado una perceptible evolución. El afán vanguardista y experimental de las primeras obras ha ido mudando hacia una literatura más introspectiva e intimista, en la que a cada paso afloran trazos autobiográficos. En La noche del Morava percibimos los conflictos de identidad de un sujeto exiliado en sí mismo, y algunas gotas de poesía sobre el latido de un tiempo que ha destruido sueños colectivos y ha convertido  a los que se quedaron en supervivientes.  

 

 

 

domingo, 10 de noviembre de 2013

POETAS DE BOTELLÓN

Monasterio de Uclés, noviembre, 2013

POETAS DE BOTELLÓN
 
Un renglón preliminar, de replanteo: hay poetas de obra y poetas de congreso. Los primeros son, los segundos están. Aquellos ocupan el sitio exacto de sus libros y estos habitan ciclos literarios, ateneos y cacharrerías, campus –donde  pax pacem las adolescentes con minifalda y móvil…- congresos locales, autonómicos, nacionales y cosmopoéticos, jalean homenajes incluso a Luis Cernuda (que siempre detestó los homenajes) y recorren, con la sonrisa en flor y la clave de acceso a sitios restringidos, el laberinto impreso de las editoriales.
  Los poetas de obra impulsan el silencio sosegado y la reflexión filosófica; los poetas de congreso  el humor negro y verbenero.
  El lector ideal –hypocrite lecteur, mon semblable, mon frère- debe elegir siempre los segundos: facilitan una visión perfecta del ahora, un sitio vecinal con basura expandida por el suelo, proclive al botellón.

sábado, 9 de noviembre de 2013

MEJORES DÍAS...




MEJORES DÍAS

Para Marino y Ana, editores y amigos
que creen en la capacidad del lenguaje
para subvertir la realidad.

En el interior del mismo camino, proximidad y lejanía.

Pasan años abriendo itinerarios. Los que llegan olvidan el trayecto de vuelta.

Los derrumbes emiten destellos líricos.

Se ha llenado la noche de oscuros minotauros. Pero no soy Teseo.

El otoño vital añora el estimulante caos de la juventud.

Avanza. Aunque no encuentres nada.

Esa obstinación en un silencio que tanto dice.

( De Mejores días, Editorial de la luna libros,
Aforismos, Mérida, 2009)  

jueves, 7 de noviembre de 2013

ESTAR A LA ALTURA



ESTAR A LA ALTURA
 
Una colección de días grises. Nada que argumentar ante su último día laboral en la empresa. Ha consumido treinta y cinco años de su existencia y deja, con los ojos posados en la taza de café, un incansable reguero de recuerdos. Con tono nostálgico concluye:
-Ahora me toca estar a la altura… Como ella.
No entiendo bien el sentido de la frase. Ante mi gesto dubitativo, aclara:
-Sí, ella, claro. Una mañana, hace un par de años, busqué el cuarto de baño de la planta baja, un sitio frío y alejado que nadie utiliza. Abrí la puerta y sentada en el inodoro encontré una mujer. De inmediato percibí, a pesar de la sorpresa, que era guapa. Vestía una bata blanca. Me miró con gesto de inquietud. Me quedé cortado, con la mano en el pomo, acumulando los detalles de la visión: las piernas encogidas, la ropa interior  bajo las rodillas, la simetría en punta de los zapatos negros. Sólo se me ocurrió decir:
-Vaya, es lo más interesante que me ha sucedido en la empresa en todos estos años.
Roto el sobresalto, comenzó a reír, mientras yo cerraba la puerta.
En el largo pasillo, donde esperé para disculparme, me comentó con aire sosegado que era una enfermera del autobús de Cruz Roja que buscaba donantes de sangre en la empresa. Nada dijimos sobre mi inoportuna aparición. Sonrió de nuevo en la despedida.
Volvimos a vernos a mediodía en la poblada cafetería de un bar cercano. Esta vez iba vestida con ropa de calle y su belleza, armónica y jovial, se acrecentó. No intercambiamos palabras. Sólo alzó la mano y puso en el aire un trazo de luz cómplice, esa sonrisa de quien sabe estar a la altura, sentada en cualquier sitio. 


martes, 5 de noviembre de 2013

AFORISMOS A DEDO


AFORISMOS A DEDO
    
                       Para Erika Martínez, en la amanecida

Despiertas y estás ahí, o no.

Cualquier entorno demuestra que ser normal es un atrevimiento.

Lo sórdido desde la poesía se convierte en una etiqueta: realismo sucio.

Soy un escritor realista. Sueño mucho.

Entre realismo y realidad, el lenguaje; un dedo que señala direcciones imprevisibles.

No hay frontera más infranqueable que la estupidez.

    También en el afecto mantiene su vocación de austeridad.

domingo, 3 de noviembre de 2013

RAMÓN EDER. DESLUMBRES.

Relámpagos
Ramón Eder
Cuadernos del Vigía
Colección Aforismos
Granada, 2013
 
DESLUMBRES

    El arraigo en la zona centro de la literatura que tiene el aforismo en el presente es mérito de un catálogo reducido de nombres propios. Son practicantes del género que han remozado fachadas e interiores, enriqueciendo su profundidad significativa con novedosas propuestas. En esta recuperación del aforismo sobresale el navarro Ramón Eder (Lumbier, 1952); tiene un larga práctica con varios títulos representados en La vida ondulante, muestra editada por Renacimiento.
    La colección Cuadernos del Vigía, dirigida por Erika Martínez y Miguel Ángel Arcas, integra en su catálogo Relámpagos, cuarta salida de aforismos de Ramón Eder que, desde el título, preserva el toque personal y las particulares exigencias del autor frente a sí mismo. Si la vida al paso nos crea la sensación de su carácter transitorio y efímero, es bueno recordar que sus huellas perduran y se hacen material de evocación, del mismo modo que el brillo del relámpago hiere la retina con su rasgadura.
   En las breverías de Ramón Eder el tacto húmedo y musgoso de lo trascendente se agosta para dejarnos la transitada superficie de un sendero rampante por donde camina un hombre de la calle. El sujeto textual busca en el paisaje diáfano que los sentidos le ofrecen esas secuencias que nutren el ánimo y dan sentido al latido diario. Los ojos despiertos saben que el asombro habita en cualquier rincón, que las variaciones y reincidencias estrenan cada amanecer formas y matices desconocidos.  
   En Ramón Eder, el andar renqueante de lo cotidiano busca en el humor un local abierto, una barra libre donde la ironía puede pernoctar. Desde esa complicidad del espacio habitable, los aforismos tienen el aire natural de una tertulia de sobremesa que nos reconcilia con el desaliño de lo laborable.
   Todo libro de aforismos es también un ejercicio de tapeo temático; se mira el mostrador y se picotea de un sitio a otro hasta ir mitigando el apetito indagatorio. Así se van completando los subtemas que el aforismo siempre comparte con otros géneros como la poesía: el papel de la literatura como registro perdurable contra la erosión del tiempo, el guiño autobiográfico, la soledad, el viaje circular por ese entorno difuso que llamamos vida, los espacios que entrelazan el sueño y lo real, o la ciudad en un tiempo que solapa pasado y presente con incidencias que rompen la rutina… Temas universales que caben en un poema y en el pasillo estrecho de un buen aforismo.
  Relámpagos descubre que en la superficie opaca de cada existencia habita alguna línea perdurable, una escritura inconformista  que ilumina alguna parte del camino, aunque sea bajo el cono amarillo y reducido de una linterna.

 

viernes, 1 de noviembre de 2013

SIGNOS DE DOBLE VIDA


Celos

Esa extraña manía
de tomar la lectura al abordaje
y de sentirme ajeno
al cotidiano afán
de cualquier disciplina
que ordene lo doméstico
provoca síntomas
de crisis general.
Contigo agua corriente
-lo escribió Juan Ramón-;
toma nota
de la clave de acceso a mi correo,
espía ese rincón donde todo comienza
y si persiste
el encanto brumoso de la duda
no desdeñés ninguna solución:
contrata a un detective
por si mi doble vida
tiene otra existencia.

(Ninguna parte, La Isla de Siltolá,
Sevilla, 2013)