jueves, 30 de agosto de 2018

MICROFILOSOFÍAS

Pensamientos al paso




SOBRE EL AFORISMO


  Mantengo en el tiempo una conversación heterodoxa con el aforismo. Me gusta percibir su talante y su microfilosofía, esa impregnación de cualidades en el pensamiento, al adentrarse por los minifundios temáticos de la realidad, sin perder la memoria de sí mismo.
   Al aforismo no le asusta prodigar pasos en el extravío. Caminar es fluir, fecundar una densa corriente desde la contención y el equilibrio. Da voz a un hablante que argumenta con dicción introspectiva e intimista, como si encendiese un foco de expresión en el trazado de una senda emocional y autobiográfica.
   El aforismo es hondura y espejo, donde la razón de ser abre la puerta al ser de la razón; un paradójico retorno al logos, una apertura, un paseo solitario bajo los árboles.



martes, 28 de agosto de 2018

ESCRITURA NÓMADA

Sierra de Gredos



ESCRITURA NÓMADA

Estos días de un agosto crepuscular dejan en la mesa de trabajo esa relación aleatoria entre texto y autor. Los folios se llenan con escrituras nómadas que recuerdan que escritor y quehacer creador viajan hacia ninguna parte. Somos derivas, sin balizas de localización.

Jerarquizo lo pendiente con un mínimo inventario de urgencias. Me quedo más tranquilo. Es un disfraz que oculta la inquietud y da confianza al barniz de las buenas intenciones.

Apenas hay cobertura en la sierra de Gredos, aunque de cuando en cuando se define el efecto coral de internet. Sé que las redes digitales alojan un contradiscurso de la inteligencia. Son círculos abiertos.

(Apuntes sobre lo real)




ACERCA DEL SUEÑO

Irene y el mar
Fotografía de
Javier Cabañero Valencia

ACERCA DEL SUEÑO

                          

                          Para Irene
 I

      Qué es el sueño, preguntas,
con la abrumadora ingenuidad
de quien me presupone una respuesta.
Y yo salvo el escollo
modulando una frase convulsa
en la retórica de los desconciertos.
Te digo: el generoso don
que la fatiga obtiene de la noche,
una brizna de luz escalando la sombra,
el envés de una historia
cotidiana y absurda;
tú misma, hija mía,
cada palabra tuya, cada gesto.
No sé si el sueño
es potestad del hombre
o comparten los sueños animales y cosas.
Ignoro de igual modo qué hilo teje
su textura de seda,
qué alzada confabula
su hermética apariencia
o qué brújula guía
la estela de sus viajes.
Sé que hay sueños tristes y gozosos,
oscuros y diáfanos,
ocasionales y obsesivos;
sé también que hay sueños tan hermosos
que el tiempo los indulta y perseveran,
y no envejecen nunca.

II

Hay sueños que una noche
consumen su existencia
y otros que se prolongan con los días.
Simulan los primeros
una especie común de lepidópteros
y acaban siendo pasto
del trastero y del polvo,
como un experimento vanguardista.
Levísimos planetas alumbran los segundos,
como estrellas fugaces que convocan
múltiples y azarosas travesías.
Ante nuestra mirada sus figuras componen
un paisaje celeste,
intangible materia en sereno reposo,
donde habita la luna del deseo.

   
                       (De Mapa de ruta, Granada, 2010)      

                                

lunes, 27 de agosto de 2018

LUIS GARCÍA MONTERO. A PUERTA CERRADA

A puerta cerrada
Luis García Montero
Visor, Colección Palabra de Honor
Madrid, 2017


MISERIAS DEL PRESENTE

  Mientras Luis García Montero (Granada, 1958) trabajaba en los contenidos de Balada en la muerte de la poesía, donde recurría a la precisión semántica del poema en prosa para abordar la irradiación del verbo poético en una sociedad alienante y pragmática, fueron saliendo al paso los poemas “secos, descarnados e indagatorios” de A puerta cerrada. Escritos entre 2011 y 2017, algunos se adelantaron en la tercera edición ampliada del estudio crítico Ropa de calle (Letras Hispánicas, 2017).
  El título de este poemario, que retorna al verso libre como molde expresivo, connota un conciso sentimiento de soledad y estar retraído, como si el alter ego literario completara el recorrido circular de un exilio interior. Se busca en la  intimidad un estar con los ojos abiertos frente a la intemperie de lo colectivo y las miserias del presente.
  El aserto Huis clos proviene de la obra dramática del filósofo existencialista Jean-Paul Sartre estrenada en 1944. Su argumento explora la relación interpersonal como confrontación inevitable, abierta al conflicto. La travesía existencial demuestra, sin paliativos, que el infierno son los demás; el hombre es un lobo para el hombre, según señalara el latino Plauto y repitiera siglos después T. Hobbes; el comportamiento pasional, egoísta y utilitario transforma al semejante en un peligro. De este modo, el pesimismo sobre la convivencia cobra un espeso crédito. La relación intersubjetiva no es posible y hay que habituarse a habitar los refugios de la soledad. Solo dentro de cada identidad hay seguridad y autarquía; el otro vela y está ahí, como un enemigo al acecho.
   Con tales cartas entre las manos corresponde al personaje el reto de vivir. Ver si en el ocaso de los desamparos la luz calienta la grisura. Los versos de “Entretiempo” se asoman a un entorno complejo en el que percuten los desajustes. La realidad aflora: es una cartografía repleta de pliegues asimétricos. La conciencia introspectiva lo percibe, como vislumbra la estela leve de su itinerario biográfico dormitando en el pasado. Quedan en el aire las tareas de recomponer y habitar una épica subjetiva que supere cualquier nihilismo o deje sobre la epidermis del escéptico la posibilidad de sentir: “Nada tiene que ver. / Da igual viajar o estarse quieto. / Se trata de sentirse conmovido, / de vivir fatigado”.
   En este empeño por seguir creyendo en el advenimiento de una nueva armonía está la justificada convicción del papel protagonista de la poesía. En su discurso de recepción del Premio Nobel, Eugenio Montale definió la poesía como un producto absolutamente inútil, pero nunca nocivo. En una cultura de masas, efímera y erosiva, tan proclive al megáfono de la estridencia, la voz lírica suele hablar a micro cerrado; su esencia está ligada a la condición humana como expresión de percepciones, sentimientos y sueños; de ahí que en una meteorología abrumada por las inclemencias, los versos adquieran la calidez del mediodía.
   La lectura de “Aparición del lobo” traslada de inmediato al conocidísimo poema de Rubén Darío “Los motivos del lobo”. El poeta nicaragüense, impulsor del modernismo, hizo del animal extraído del folklore narrativo de las fábulas una presencia propicia al devenir reflexivo. Emblema de crueldad, el lobo expone a San Francisco de Asís los argumentos que justifican su actitud belicosa: el duro invierno, el hambre, la crueldad de los cazadores y el espectáculo del mal tan habitual en los asentamientos humanos… Pero también tiende la mano a un coetáneo muy próximo al universo afectivo de Luis García Montero, Joan Margarit. El poeta catalán publicó Els motius del llop en 1993, y el libro se editaría en castellano en la colección lucentina Cuatro estaciones, coordinada por Manuel Lara Cantizani, con un sabio prólogo de Antonio Jiménez Millán que resumía la filosofía de estos poemas: en la madurez se agranda el vacío existencial y el desgaste cotidiano acaba erosionando esperanzas y sueños; de ahí la necesidad de hacer del presente un espacio habitable, una última costa en la que desembarquen los afanes más íntimos.
  Luis García Montero ha reiterado su admiración por el legado creador de Jorge Luis Borges y su incansable magisterio en el tiempo. De una de sus identidades ficcionales, Beatriz Viterbo, se nutre el poema “Mónica Virtanen” en el sugerente marco de Buenos Aires. Es una composición de calado intimista en la que se reflejan los contraluces de la felicidad. El protagonista lírico recuerda al ser amado y hace suya la emoción real de quien retorna a un episodio afectivo que forma parte de un patrimonio sentimental intacto; queda la ausencia, pero también el rescoldo cálido de lo perdurable convertido en impulso poético.
   El presente es un oleaje de crisis y falta de valores, cuyas consecuencias socaban con graves erosiones a la fachada social. Crea en la sensibilidad individual una necesidad de repliegue interior, como urgente medida correctora. Es el retorno al método socrático. El filósofo defendía que la verdad habita en el interior de cada presencia y que hay que percibir su latido desde la introspección y el pensamiento racionalista. Pero este método de investigación descubre pronto que la conciencia también es un marco cambiante y perecedero, un reflejo efectivo de las cualidades ajenas. Por tanto, hay que salir fuera y buscar las causas. Más allá de lo doméstico, de ese vacío informe y subjetivo, se puede avanzar, aunque sea dando traspiés. Existe en el horizonte una tabla de salvación, un espejismo, una geografía promisoria donde se recupera la claridad, donde encuentra refugio “la intimidad del mundo en un poema”.
   De esas tonalidades de esperanzado estar en el ahora se nutren muchos poemas de A puerta cerrada. Aunque en cada conciencia las estampas sentimentales marquen las huellas de la decepción; aunque seamos islas a la deriva, hay que tomar fuerzas contra la corriente y seguir escribiendo la historia cotidiana con la concisa convicción de quien escribe su epitafio.




     

sábado, 25 de agosto de 2018

CUMPLEAÑOS (POEMA INACABADO)

Celebración
Imagen de Internet




EN MI CUMPLEAÑOS

(Poema inacabado)

Azul de cumpleaños.
Versión sesenta y dos
de aquella amanecida tierra adentro,
en las calles de adobe
                                de El Bohodón.

Hoy, la playa con algas de la infancia
esconde en el silencio lo que fui;
también  se desvanece
el paisaje auroral en mis ojos cansados,
como si fuera puerto
que no admite ninguna arboladura.

Cualquier orografía
muda en dócil llanura con el tiempo.
Estoy contra las cuerdas.
El olvido me asedia,
con la quietud forzada
y el peso contundente
de un luchador de sumo.

                             (inédito)


viernes, 24 de agosto de 2018

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ. REGRESOS

Juan Ramón Jiménez


REGRESOS 


   Figura central de la lírica hispana del siglo XX, Juan Ramón Jiménez laboró durante décadas una extensa obra de máxima exigencia personal. El fecundo trabaja impulsó cuatro antologías, con el asentimiento selectivo del escritor y, después de su muerte, continúan editándose selecciones parciales, aunque todavía no se ha realizado una muestra canónica y definitiva, dada la obsesiva labor correctora del poeta y las frecuentes versiones de sus textos. Con estos condicionantes básicos, cualquier mapa poético no es sino una propuesta que recorre la granada senda creadora para vislumbrar líneas estéticas y su evolución en el tiempo.
   JRJ. Antolojía poética se realizó en 2010 para el catálogo de la colección Voces Críticas  y firma las líneas introductorias y la selección de poemas Soledad González Ródenas. La muestra abarca un arco cronológico  que se expande desde 1898 hasta 1953, tres años antes de que el poeta de Moguer recibiera el Premio Nobel de Literatura.
  Tan incansable afán poético se ha ido gestando en contextos críticos diferentes y en etapas históricas muy complejas, así que no resulta fácil deslindar etiquetas e idearios más allá de los habituales referentes taxonómicos que integran los primeros libros en el modernismo, para virar después por un simbolismo intimista que fue derivando hacia una poesía pura y, más tarde, hacia una decantación reflexiva, próxima a un panteísmo platónico.
   Pocos autores han generado tan nutrida amalgama de tópicos, Entre esos espejos opacos de las otras vidas de Juan Ramón perdura aquella imagen del escritor con el ceño fruncido de un mal carácter crónico, o el reflejo de un creador ensimismado en su obra que nunca buscó el asentimiento de la mayoría sino la conformidad de una inmensa minoría. No falta tampoco esa consideración de elitismo de su lírica, solo dispuesta para ser leída por otros poetas… Son aseveraciones prescindibles que han de olvidarse de inmediato para profundizar en la lectura. Juan Ramón Jiménez es un poeta plural, un exigente escritor que hizo del poema razón de vida, una continua búsqueda de plenitud y belleza.   



jueves, 23 de agosto de 2018

EQUILIBRIO INESTABLE

Calmar el vuelo
Archivo general de internet



EQUILIBRIO INESTABLE


Para María del Pilar Gorricho

Hay sueños que emplean materiales constructivos con aluminosis.


Alentaba una genética ingobernable; tenía una cabeza con ideas. 


Hizo del yo una zona de frontera. Al otro lado estaba el mundo y parecía una región oscura, lejana, discordante.


A veces la pereza cambia de posición: baja los párpados.


Para el extravío también hay brújula: hay que saber perderse.


La soledad requiere palabras sedentarias y un poco de sol sobre los hombros.



miércoles, 22 de agosto de 2018

FONDO ABISAL

Playa de Morro de Gos
Fotografía de
Adela Sánchez Santana


FONDO ABISAL

                                                             Si un instante se queda, si te llama
                                               a su pasividad acogedora,
                                                   no temas, tú también mereces
                                         dejarte ir y desaparecer.

                                                                             JUAN MANUEL ROMERO

Fondos oscuros
de mapas abisales.
¿A quién esperan?

  


martes, 21 de agosto de 2018

HIRAM BARRIOS. APÓCRIFO

Apócrifo
(Aforismos)
Hiram Barrios
Prólogo de José Luis Morante
Editorial Naveluz, Colección La Hormiga
Naucalpan, México, 2018


EXPECTATIVAS


   Los recorridos aforísticos en español tienen en Hiram Barrios un investigador constante. Se deben al profesor mexicano las ediciones de Gotas tóxicas. Aforismos y minificciones de Sergio Golwarz (Cuadrivio, 2015) y la extensa muestra Lapidario. Antología del aforismo mexicano (FOEM, 2015. Son aportaciones que delimitan campos léxicos del decir fragmentario y sus ensanches conceptuales. Estos enfoques se complementan con los ensayos El monstruo y otras mariposas (UNAM-Naveluz, 2013) y Las otras vanguardias (UANL, 2016) y la preparación de la antología bilingüe Voces paranoicas de Eros Alesi (Cuadrivio, 2013).
  Apócrifo muestra la propia práctica aforística. Compone una cartografía cuya primera versión amanece en 2014. Para esta segunda cita editorial se revisa y amplía con nuevas oscilaciones reflexivas, como si fuese una obra en marcha, en continuo crecimiento. Hiram Barrios estructura su libro en trece segmentos, en cada uno de los cuales se percibe una concepción autónoma. Así, el epígrafe “Aforística” encadena seis microperspectivas que abordan presupuestos teóricos personales. Hiram Barrios percibe en las constantes vitales del aforismo una suerte de antiproverbio donde se integran la objeción, la mirada crítica, el rechazo de la moraleja y la omisión de afanes didácticos; también subraya la brizna humorística que deja en esta forma expresiva un humor renacido, capaz de parodiar lo solemne. Otro tramo relevante, que sirve de foco al quehacer subjetivo es “Sofista”, donde se anuda una entrevista al yo apócrifo. La estrategia da pie a transferir a esa presencia intuida una relevante estética de la fragmentación. Ese desvío libera a Hiram Barrios del carácter individual de las opiniones.
   Los demás apartados constituyen un despliegue diverso y una convivencia de asuntos que abarcan desde la minificción hasta el decir lapidario. Todos los bloques son ramas verbales que siluetean una tupida fronda de brevedades. Hiram Barrios sabe que la indefinición genérica del aforismo admite el texto híbrido, esa escritura intergéneros que comparte la expectativa del microcuento con la intensidad reflexiva del pensamiento asistemático o la potencia creadora del  epitafio; asimismo entiende el aforismo como un texto de resolución provisional que admite variaciones.
   Apócrifo sobresale por la variedad de su propuesta, frente a la esquematización lineal. Sabe que la cartografía aforística transforma lo contradictorio en un caminar digresivo y abierto a la pulsión asistemática. El pensar aforístico es fragmentario, nunca tiene  una orientación monocorde y literal; especula, se abre a lo incierto, llena sus plasmaciones de ambigüedad
   Soy el agradecido autor del prólogo. La confianza cómplice del escritor deja mi reflexión crítica en el umbral de Apócrifo. Así que me parece obligado concluir esta reseña con los párrafos finales de contracubierta: “En el remanso de Apócrifo siempre hay sitio para la gota de claridad inesperada en la que se despliega la capacidad oratoria de la inteligencia y el necesario silencio: “callemos mejor para entendernos”. Así afloran las aristas de un tiempo fermentado que el aforismo se empeña en moldear para lijar sus distorsiones. Es un quehacer continuo y atomizado, con voluntad, con fe, sabiendo mientras camina que “el aforismo es un atajo”. 

       











lunes, 20 de agosto de 2018

GESTOS VERBALES DEL VERANO

Conversaciones
Fotografía de
Javier Cabañero Valencia


GESTOS VERBALES

Continúa el repliegue en la costa, como una insubordinación de la rutina. Aquí también cultivo la inercia de los libros, los paseos largos que mantienen en forma a la incertidumbre  y esas expectativas que fragmenta el regreso.

Aunque mi inquietud habitual por lo literario se ha sosegado un tanto, mantengo el boca a boca con la poesía. Bajo la sombrilla los poemas añaden a sus argumentos algunas imágenes arbitrarias en las que se hacen visibles las formas del entorno. El mar es sustancia estética.

Agosto avanza fluido y rápido. Tiene una inadvertida continuidad que enlaza la jubilación, el inminente cumpleaños y los estados de ánimo que generan ausencias y cercanías. Pero simplifico. Aquí está mi casa y estoy bien, percibiendo los gestos verbales del verano.

(Apuntes sobre lo real, agosto, 2018)

domingo, 19 de agosto de 2018

TECHOS CLAROS

Techos claros
Fotografía de
Javier CabañeroValencia

TECHOS CLAROS

 (Aforismos)

Cada náufrago reclama para sí la madera raída.

Alguien escribe. Soy parte de la trama. Un personaje episódico.

Estoy aquí, creo, aunque desconozco la ubicación exacta del aquí
.
Los aforismos marcan la piel del agua, como la huella frágil de una verdad.

Para la confidencia íntima, personal, directa, un tono de voz sobrio alejado del aspaviento.

Percibo contornos con la precisión ambigua del miope.

Cada día el desconcierto, la indagación sobre una realidad cambiante y fragmentaria.

Con los años el escepticismo muda en benevolencia.

Sucede que regresas cada vez que te nombro.

No sé apaciguar mi obsesión por relojes y calendarios.

En la íntima discordia entre el yo y la nada, tomo partido.

Un nombre propio que acumula letras en minúscula. Nadie, en suma.

Mientras busco, dejo abierta la puerta para el regreso.

      (Del libro Motivos personales, La Isla de Siltolá, Sevilla, 2015)






viernes, 17 de agosto de 2018

CARLOS ROBERTO GÓMEZ BERAS. ÁRBOL

Árbol
Carlos Roberto Gómez Beras
Imágenes de interior y cubierta
de
José María Seibó
Editorial Isla Negra, 2ª edición
San Juan, Puerto Rico, 2018
REFLEJOS



   Los itinerarios biográficos se empeñan en moldear bifurcaciones y propuestas de nuevos recorridos; así sucede con el primer tramo biográfico de Carlos Roberto Gómez Beras, nacido en República Dominicana en 1959. Desde 1964 su familia se instala en Puerto Rico y es allí donde sus raíces se despliegan hasta formar una geografía referencial. En ella conviven el profesor universitario, el editor y el poeta, con otras miradas culturales complementarias como la dirección de la revista Cuadrivium y el activo impulso de las colecciones de editorial Isla Negra.
  En ese sello se reimprime por segunda vez Árbol, una muestra poética subtitulada Treinta y cinco textos y sus reflejos con imágenes interiores y de cubierta de José María Seibó. Los esquejes germinan bajo la fronda conceptual de Octavio Paz, de quien surge el aliento germinal de la travesía verbal: “Creció en mi frente un árbol. / Creció hacia dentro”. La obra amanece como un mínimo cancionero amoroso, que renuncia a cualquier púlpito grandilocuente. Establece un aporte evocativo que convierte a la destinataria afectiva en refugio habitable. Comienza así una larga senda sentimental compuesta por mínimos fragmentos. En ellos se cobijan reflexiones amorosas, propuestas sensoriales, destellos y las incertidumbres fluctuantes del estado de ánimo de quien carece de sólidas respuestas.
  Germina en el lenguaje una cálida utillería en la que las imágenes enlazan el espacio personal de cada identidad: “El pájaro lento de mi mano / hace su nido de sombra sobre tu vientre”. A veces, genera una introspección en la que sentimientos y reflexiones dialogan en la paradoja, dando al poema un sentido nuevo: “Sobre las aguas del Danubio / veo pasar un pez, un error y otro pez. / ¿Me sostiene un puente o una parábola? “.
  Si es cierto que “la poesía debe aspirar a decir sin los accesorios del lenguaje”, como  se sugiere en el texto de contracubierta, algunos de los fragmentos líricos de Carlos Roberto Gómez Beras recuerdan en su desarrollo al despojamiento del haiku, naturalmente, sin el esquema verbal impuesto por la tradición japonesa. El poema deja esa captura de lo temporal que hace de cualquier instante un fotograma transitorio, una estela que busca en las palabras su epitafio: “Mi hija conversa íntimamente en el teléfono. / En el patio levanto una pirámide de hojas. ¿A quién le dicta ella mi epitafio?”. La percepción del entorno no clarifica elementos sensoriales, acumula un orden interior inadvertido que da pie a la pregunta: “En el árbol de invierno, tres pájaros / duermen cada uno en su horizonte. / ¿Hay otro pentagrama tan escaso? “. O esta variante del pensamiento de Heráclito de que todo es mutación y cambio: “”Luego de mojar mis pies en la tristeza, / el río y yo nunca fuimos los mismos. / ¿Cómo no ahogarnos en el deseo?”.
    Es sabido que el amor como estado afectivo genera un abanico de posibilidades, desde la plenitud gozosa del deseo a la evocación y la carencia que abre, desde el vacío, una arquitectura de soledad y recuerdos. Este hermoso micropoema despliega un tacto repleto de ternura: “En un rincón de la memoria / mi mano se encuentra con tu mano. / ¿Hacia dónde emigra este pájaro tierno?”.  
   La voz lírica es consciente de su estar transitorio, tiene en la claridad inesperada del lenguaje los signos escritos del epílogo, esa despedida que hace de la última costa un mínimo puente entre el estar y la nada. Es el retorno hacia el origen, la fusión definitiva entre la palabra y el silencio: “perdida en el bosque de signos / encuentras la puerta que conduce a tu origen. / ¿Qué puerta se abre cuando tus ojos se cierran?”.



jueves, 16 de agosto de 2018

DÍAS DE SOL

Despertar
Archivo general de Internet


CANSANCIO

El sol añora
los grises otoñales.
Baja peldaños.



martes, 14 de agosto de 2018

TRAS EL INCENDIO

Cualquier bosque, cualquier verano
Fotografía de internet


TRAS EL INCENDIO


   Tras el incendio, cuando el bosque dejó de beber agua, ni las termitas ni las procesionarias pudieron guarecerse. Satisfecha, la mirada del bárbaro medía aquel bajorrelieve discontinuo, hecho piedra y ceniza. Ningún brote futuro gastaría aquí su voluntad de crecimiento.
   Una nube negra levitaba en la noche. Sus límites informes contenían el canto ausente de los pájaros.

(De Cuentos diminutos)





lunes, 13 de agosto de 2018

BRUNO MONTANÉ KREBS. EL FUTURO

El futuro
Poesía reunida (1979-2016)
Bruno Montané Krebs
Prólogo de Ignacio Echevarría
Editorial Candaya
Avinyonet del Penedés (Barcelona, 2018) 

FIGURACIONES

   Los discursos creadores están sometidos, desde el arranque de su recorrido, al campo acotado de las etiquetas críticas y al contexto de un estar colectivo que refuerza la realidad singular como elemento complementario, inserto en una dinámica grupal. Por eso resulta tan complejo analizar propuestas a trasmano, alejadas de la escenografía gregaria, que ponen en evidencia  que la arquitecturas críticas nunca son construcciones estables. Es una reflexión que conviene tener en cuenta al abordar la lectura de El futuro, volumen que compila la obra poética de Bruno Montané Krebs (Valparaíso, Chile, 1957), puesto en circulación con criterio oportuno por la Editorial Candaya.
  El futuro añade un umbral crítico de Ignacio Echevarría, quien aborda la andadura de casi cuatro décadas como un ejercicio tenaz que, sin embargo, preserva en la sombra su oculto sentido; Bruno Montané Krebs percibe la poesía como un modo de pensar el mundo a través de la palabra, como una búsqueda cognitiva que persigue hacer más inteligible la dialéctica establecida entre realidad y mundo.
  Tras completar un corto itinerario publicando composiciones de amanecida en revistas del momento, el poeta publica su libro de apertura, El maletín de Stevenson, fechado en 1979, tras concluir una estancia personal en México, donde su escritura más temprana se integra en la dinámica inquietud de la vanguardia. Estos poemas germinales postulan un ideario atento más a los elementos visuales que al enunciado argumental. El referente cultural, Stevenson, personifica el empeño creador, esa espera despojada de equipaje, que hace de la intuición amanecida. Las palabras resquebrajan su sentido para formar el humus del que nacerán otras palabras. Los poemas recuerdan instantáneas sin conexiones aparentes, puntos de interés que yuxtaponen su necesidad expresiva a través de fotogramas y sugerencias conceptuales.
   En sus apartados el libro muestra un activo dinamismo temático. Hay composiciones que se acercan al microrrelato, como “El silbato de los mares” y apartados que sorprenden por su carácter orgánico como “Las colinas interiores del planeta”, que aporta incisiones metaliterarias o dejan la estela siniestra de desasosiego y denuncia de la tortura policial.
   Con título paradójico, El cielo de los topos contiene composiciones fechadas entre 1987 y 1995, en torno a dos núcleos reflexivos: voz y cuerpo. El primero acoge composiciones empeñadas en oírla voz silenciosa del entorno, cuya naturaleza abriga un insólito pasadizo de imágenes. Las palabras perciben, rastrean, dan fe de lo vivido como si fuesen los latidos de una conciencia caótica que no oculta su cartografía de rarezas, pero que siempre contiene emoción y música, el melódico compás del tiempo con su desplegado onirismo.
   El sujeto verbal persigue la utopía, esas visiones que apuntan al futuro y preservan la ingenuidad con su perspectiva húmeda y luminosa, es caricia que da luz a los cuerpos; sin embargo el grito sigue horadando el cerebro, atraviesa la noche y colisiona con el sosiego.
   Aparecido en 2013, el libro Mapas de bolsillo alberga un ideario poético más descriptivo. En él las figuraciones imaginarias contraponen los límites de la realidad aparente para dejar sitio a un espacio onírico en el que prevalece lo nocturnal. Los poemas recrean sueños, dibujan formas y figuras en las que afloran las señales dispersas del asombro. La poesía refleja esas perspectivas nacidas al trasluz que transforman la mansa apariencia de lo diario. Son hallazgos de simbología compleja, como una sombra perdida en la oscuridad. Lo que contiene el poema son. “Fragmentos, esquejes, / pura vibración de la materia. /  Evidencias que niegan / la grandilocuencia de toda explicación. / Breves incisiones en una superficie, / breves luminiscencias sin traza”.
  El último libro de la compilación es El futuro, entrega de 2016. Desde el marco cercano de la contingencia, un cielo al revés, donde se acoge la carencia y el barro, se buscan respuestas sobre el quehacer escritural; los poemas prodigan trazos que desaparecerán en el silencio, pero constituyen la razón de ser que nos sostiene. Tras esa inquieta reflexión sobre el para qué del largo viaje de las palabras, la escritura profesa una voluntad de estar en el entorno más allá de la mudez, para penetrar en los significados: “La realidad escribe y las emociones / riman y unen escena tras escena”. Y en ese respirar incertidumbre, borrando la paciencia del silencio la música callada del futuro, su temblor desasido e incomprensible.
   Bruno Montané Krebs aborda el quehacer lírico sin especulaciones formales o semánticas, como si la escritura compusiera un largo poema inacabado que deja su sombra en el tiempo y que no es necesario entender. Confía en las sensaciones y en las perspectivas exentas de intencionalidad, deja en tierra una luminosa semilla dispuesta en el silencio para dar crecida fronda en el camino. Las palabras graban lo que se vacía, conceden  ese “imperceptible vuelo que / te impulsa hacia adelante”. 





sábado, 11 de agosto de 2018

MAPA DEL SÁBADO (AFORISMOS)

Quietud
Fotografía de
Javier Cabañero Valencia


MAPA  DEL SÁBADO

Esta mañana, la sensación confortadora de habitar la ausencia.

Procuro abandonar viejas ideas, antes de que se conviertan en tribunales.

Azarosa deriva de mis desamparos, famélicos soldados de un ejército en fuga.

La realidad imaginaria del texto no debe abstraerse de la realidad objetiva circundante.

Conoce el anémico lenguaje de los monosílabos.

Náufrago: heterónimo del pesimista.

(Aforismos de Motivos personales, Sevilla, 2015)




viernes, 10 de agosto de 2018

EN EL PUENTE DE PIEDRA DEL VERANO (Entrevista)

Son los ríos...
(Paisaje escocés)
Fotografía de
Javier Cabañero Valencia

EN EL PUENTE DE PIEDRA DEL VERANO

(Entrevista a José Luis Morante)

María  Eugenia B.
Oropesa del Mar, Castellón, agosto  2018

¿El mar es un bolero?

Cualquiera que se acerque al mar en las primeras horas de la amanecida y recorra el suelo húmedo y arenoso, escucha de inmediato un chorro de voz repleto de emociones y el teclado azul del pianista…

¿Es posible la lectura bajo la sombrilla?

Los sentidos están sometidos a una intensa terapia visual; la lectura se disgrega, se ralentiza, se fragmenta y cuando retorna prefiere las formas breves: aforismos, microrrelatos y naturalmente los poemas.

¿Qué títulos en su mochila de verano?

Traje un par de bolsos porque desconozco todavía cuando regresamos a la rutina, y entre ellos está la poesía completa de Karmelo C. Iribarren, que es una esquirla contra cualquier aburrimiento y contra el spleen del verano; también la obra poética de Bruno Montané Krebs, muy bien editada por Candaya, y algunas revistas literarias en papel… Además, mis hijas vienen a vernos el fin de semana y nos dejan en las manos los libros que dormían en el buzón de casa…Aquí también hay que comprar nuevas estanterías.

¿Sigue conectado a la actualidad literaria?

Sí, no soy capaz de vivir la literatura a tiempo parcial; como le comentaba hace unos días a mi amiga, la poeta Gabriela Rosas: para mí la literatura es media vida, la otra media también. Por tanto, dedico algunas horas de la mañana a trabajar en proyectos acordados y con fecha de entrega, respondo el correo y de cuando en cuando escribo algunos aforismos y reseñas…

¿Cómo va discurriendo la marea poética?

Como el monstruo del lago Ness, el nombramiento de Luis García Montero como Director del Cervantes ha prodigado posicionamientos, más personales que literarios, y he seguido desde aquí algunos encuentros poéticos que son siempre vías de promoción para iniciativas independientes a las que me siento muy vinculado… También procuro borrar distancias con las voces de Venezuela, cuya realidad política y social es ominosa, y con los espacios creativos de México y Puerto Rico, donde tengo muy buenos amigos.

¿Sigue su trabajo crítico sobre  el puente de piedra del verano?

No tengo más remedio; debo entregar dos ediciones en octubre y aunque su formato final estará listo en septiembre, no descuido los afanes correctores ni las notas. Así que mi voluntad literaria prosigue los senderos habituales… Camina a solas y despacio. 

      


jueves, 9 de agosto de 2018

EXILIOS Y ENCUENTROS

Contemplaciones
(Paseo del Faro)
Fotografía de
Adela Sánchez Santana


EXILIOS Y ENCUENTROS

Y apenas ha quebrado el día de verano

ERIK A. KARLFELDT

   Los exilios de verano dispersan compromisos literarios pendientes. Así que opté por seguir conectado al ordenador, al menos en las primeras horas de la mañana. En ese horario me apresuro a establecer algunas prioridades: cada jornada, el ritmo vitalista del blog abre la sombrilla del quehacer creativo. Avanza también, con paso sostenido, una edición prevista para octubre y hago recuento de libros manuscritos que debo seleccionar para un concurso literario, un asunto complejo en el que pongo la máxima atención. Otros proyectos se desvanecen como neblina, por las peculiares circunstancias del gregarismo estival.

   La poesía perdura, como amalgama cohesiva de mis lecturas.

   En el intercambio de mensajes del correo electrónico percibo una aceptable cortesía social, pero también una oquedad distante, como si el afán de acotar su espacio personal necesitara definirse ante otros cercanos. No voy a convencer a nadie; ya consumí mi etapa proselitista. Me parece bien que alguien quiera ser enjambre de una única abeja. Tampoco me preocupan las esperanzas en fase de disolución. La amistad adquiere consistencia cuando teje una fértil telaraña de afinidades. No es el caso. 

(apuntes de verano, agosto, 2018)



miércoles, 8 de agosto de 2018

ARQUITECTURAS VERBALES

Faro escocés
Fotografía de
Javier Cabañero Valencia


ARQUITECTURAS VERBALES

Las fases de la madurez se definen como ajustadas lecciones sobre el límite.

Al plantear un problema figurativo hay que recordar que el arte no reside en el tema sino en la concepción.

Para compartir una verdad la lluvia es el mejor ejemplo de calidad recitativa.

A cubierto, bajo las bóvedas de crucería de los diccionarios.

(Del libro Motivos personales, Sevilla, 2015)



martes, 7 de agosto de 2018

A SOLAS

Toda la sed del agua
Fotografía de
Adela Sanchez Santana




APAGAR EL FRÍO

Toda la sed la da el agua

HUGO MUJICA

Se quedó solo, aunque la claridad del agua reflejase la frágil superficie de otro cuerpo. No buscó en aquel contorno ninguna compañía. Usaba las palabras para apagar el frío.

(De Cuentos diminutos)