lunes, 31 de julio de 2017

FRANCISCO ONIEVA. VÉRTICES

Vértices
Francisco Onieva
Visor, Poesía
Madrid, 2017

PATERNIDAD

   Francisco Onieva (Córdoba, 1976) regresa a la poesía con Vértices, libro ganador del XXVI Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma. Esta cuarta salida del autor propone, con voz meditativa, una indagación sobre la paternidad como estado y sobre los efectos inmediatos en la existencia personal. No se habla de biología sino de esas mutaciones del estar que conceden al protagonista una renovada naturaleza. En ella los sentimientos adquieren un espacio expansivo donde el sujeto puede contemplarse desde las palabras. Con delicada hondura, el poema desbroza la maraña de la intimidad y deja al descubierto sus elementos más notables, sus vértices precisos. Un ejemplo de lo expuesto se halla en el poema que sirve de apertura, “Iluminaciones” al que pertenecen estos versos en los que se definen algunas secuencias de lo contiguo que buscan sentido en la conciencia: “Establece la espera sus fronteras. / Escondidas y frágiles. / Y trama un orden  para lo contiguo. / Las efímeras iluminaciones / ocultan la ventana desde la cual otro hombre / inventa el punto en el que se encuentran hija y padre “. Esta focalización tiene como consecuencia el análisis del puente emotivo entre ambas presencias. En él se cobija una sintaxis inédita que tiene en su devenir algo de primer paso y momento fundacional. Hay que buscar un punto de equilibrio y reordenar palabras y emociones. Se formula en él un nuevo perímetro de la identidad: ” (Eres origen. Eres confluencia. ) / Ella lo sabe y acaricia el perímetro / de lo que no es aún, pero ya existe. / Le  habla en voz baja / de una realidad que tan solo ella intuye, / y en la que busca signos previos a la escritura / con los que transmitir el abrazo primero. / Se pierde unos minutos. Queda un silencio elástico. “ Esta percepción del ahora nunca se desgaja del pasado. Los ciclos  vitales se reiteran, abren cauces por donde buscan sitio las huellas de la memoria, presentes en composiciones como “despedida a medias”, “Mi habitación primera” o esa evocación serena que marca los versos del poema “!0 de septiembre de 2010. La cotidianidad y su dimensión subjetiva conforman un poemario en el que se entrelazan en atinada síntesis sentimentalidad y abstracción. La voz lírica de Vértices desvela la orografía de un paisaje intimista cuyos planos deparan ese sol matinal que nutre el despertar, que pone en lo vivido claridad y transparencia.
 
 
 

domingo, 30 de julio de 2017

INQUIETUD

Preludio
 
INQUIETUD
 
 
El mar se inquieta;
los peces, obsesivos,
muerden mis pies.
 
 
 
 
 

sábado, 29 de julio de 2017

BOTELLAS CON MENSAJE

espera
Imagen de WordPress.com

GRANOS DE ARENA

Cada náufrago reclama para sí la madera raída.

Alguien escribe. Soy parte de la trama. Un personaje episódico.

Estoy aquí, creo, aunque desconozco la ubicación exacta del aquí.

Los aforismos marcan la piel del agua, como la huella frágil de una verdad.

Para la confidencia íntima, personal, directa, un tono de voz sobrio alejado del aspaviento.

Percibo contornos con la precisión ambigua del miope.

Cada día el desconcierto, la indagación sobre una realidad cambiante y fragmentaria.

Con los años el escepticismo muda en benevolencia.

Sucede que regresas cada vez que te nombro.

No sé apaciguar mi obsesión por relojes y calendarios.

En la íntima discordia entre el yo y la nada, tomo partido.

Un nombre propio que acumula letras en minúscula. Nadie, en suma.

Mientras busco, dejo abierta la puerta para el regreso.

                    (Del libro Motivos personales, La Isla de Siltolá, Sevilla, 2015)

 

 

 

viernes, 28 de julio de 2017

DEUDAS Y ALGUNOS NOMBRES PROPIOS

Homenaje a Antonio Machado (Colliure, 1959)

DEUDAS Y NOMBRES PROPIOS

  Hasta aquí – dormido litoral de arena sin horarios- llega el apunte contable de mis deudas con la biblioteca, escrito sobre un fondo de nombres propios. En él conviven: ese profundo acento de Antonio Machado, tan ético y estético; la visión “esquisita” y algo triste como el paisaje mental  de un solitario de Juan Ramón Jiménez; la umbría sevillana de Luis Cernuda, tan mal entendedor del teatro social; las manos creadoras de Blas de Otero pidiendo la palabra bajo el olor pastoso de postguerra y en lo más vivo y cierto Ángel González, conversando en la noche de Madrid, ya sin amanecidas, con Jaime Gil de Biedma.  Y termino esta suma con ese equipo titular de afectos, íntimo y personal (Disculpen si  no lo comparto aquí. Queda conmigo) que deja en la amistad proporción y sentido.
 
 
 
  

jueves, 27 de julio de 2017

LUIS ARTURO GUICHARD. EL JARDÍN DE LA SEÑORA D.

El jardín de la señora D.
Luis Arturo Guichard
Ediciones Hiperión, Poesía
Madrid, 2017 

ÍNTIMO JARDÍN
 
 
  Aclara el breve apunte de contracubierta a quién corresponde la inicial del  título El jardín de la señora D., un poemario con el que Luis Arturo Guichard  (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, 1973) consiguió  el Premi  Vila de Martorell 2016 para libros en castellano. Recuerda que la señora D. fue la paciente cero del médico Alois Alzheimer, médico investigador y analista durante décadas de esa ominosa  enfermedad  que convierte la memoria en páramo baldío. Es una aclaración necesaria para entender en su justo desarrollo esta entrega del  filólogo, traductor, ensayista, aforista y poeta asentado en Salamanca desde 2002, en cuya universidad desempeña labor docente como profesor de Filología Griega.
  En el recorrido poético de Luis Arturo Guichard, compilado en 2012 por ediciones Liliputienses en el volumen Una fe provisional y un año después en México,tras el aserto Realidades y márgenes, existe una fuerte lectura simbólica. Las composiciones sondean las posibilidades del lenguaje y exploran rincones para dilatar campos semánticos de argumentos siempre proclives a los claroscuros. Esa constante adquiere en El jardín de la señora D. una palpable solidez en cada una de las partes, que se suceden con similar vestimenta formal. El avance recuerda la memorable sentencia de Buffon: “El estilo es el hombre”. Cada poema desarrolla su argumentación en fragmentos autónomos que no pocas veces adquieren la entidad expresiva de un diario autobiográfico.
   Escueta en su desnudez, la voz verbal adquiere el tono lapidario del testigo que asiste al discurrir y da fe de su contingencia sin concesiones, con una percepción anotativa. Pero esos detalles no tienen una entidad definida, propenden a la interpretación, forman parte de un cuadro que soporta las pupilas apresuradas de los espectadores. La realidad emparenta así con un lienzo que se ha convertido en un referente cultural incuestionable: “El jardín de las delicias”. La obra del Bosco ha dado pie a un incansable inventario de posibilidades y sentidos que hacen de sus elementos un espacio oscuro, solo iluminado por la luz de la inteligencia. También la mente que cobija el alzheimer se convierte en un íntimo jardín clausurado. En ella, los recuerdos sufren inadvertidas mutaciones que van llevando a la desaparición de la propia identidad, a ese instante en el que la presencia es un estar que no tiene pasado porque la conciencia está vacía. Solo cabe la recuperación momentánea de lo vivido desde los otros, en un diálogo con los sentimientos. En el emotivo poema “Limbeños y enmediantes” el escritor aborda la enfermedad y su degeneración progresiva de la conciencia en la figura cercana de la madre. Cuando el sujeto excluye la memoria y hace de lo vivido un espejo oscuro parece sumido en un limbo sin coordenadas, en un lugar al que no afecta el medio externo ni recuerda las experiencias vividas a lo largo de la existencia. Luis Arturo Guichard baraja en las composiciones todos esos elementos para hacer de la pérdida una lectura personal. El existir es un largo viaje de regreso a la nada, un tren estacionado que recorre sus vías hacia dentro, mientras muestra una inmersión en lo desconocido que no puede compartirse con nadie. Nace así un estado carencial que transforma el ahora en un simulacro. Quien estuvo no está, es una página en blanco de algún libro olvidado que ya no tiene título ni autor. 
  La poesía de El jardín de la señora D.  –cuyo título muestra una afinidad evidente con la novela El jardín de la señora Murakami, de Mario Bellatín- nos deja la sensación de un persistente avance hacia la desnudez para construir un universo con mínimos elementos; una casa sin sueños que cobija la luz interna de lo inadvertido.
 
 

 

 


miércoles, 26 de julio de 2017

GEOGRAFÍAS DE HUMO

Caminos
fotografía de
Javier Cabañero
 
GEOGRAFÍAS DE HUMO
 

. La noche, el mar, la luna... Fantasías estéticas con boceto previo.

. Esa nada esclarecedora que se empeña en la busca de nuevos discípulos.

. Como Lázaro, se levantó el pasado y salió fuera.

. Perdidos en geografías de humo.

. En unos versos de Louise Glück: "No se puede visitar museos / con alguien que se niega / a abrir los ojos".

. Ignoraba todo. Era una rareza en formación perpetua.

  (De Motivos personales, Sevilla, 2016) 
 
 

martes, 25 de julio de 2017

lunes, 24 de julio de 2017

PABLO FIDALGO LAREO. ESTO TEMÍA, ESTO DESEABA

Esto temía, esto deseaba
Pablo Fidalgo Lareo
Pre-Textos, Poesía
Valencia, 2017
 
PRECISIONES

 
   Nacido en Vigo en 1984, Pablo Fidalgo Lareo  inicia recorrido poético en 2010 con el poemario La educación física, carta de presentación que tuvo una excelente acogida crítica. La entrega tiene pronto continuidad en los poemarios Mis padres, Romeo y Julieta, La retirada y Tres poemas dramáticos. Esta labor creadora  muestra desarrollos complementarios como la escritura de textos dramáticos, la coordinación de eventos teatrales o el trabajo en escena. Actualmente, por motivos laborales, el autor vive en Lisboa.
   El escritor retorna a la poesía con Esto temía, esto deseaba, una compilación de poemas donde la memoria desempeña un papel vertebrador y hace suyo aquel pensamiento de W. Faulkner: “Porque el que puede actuar, actúa. Y el que no puede y sufre profundamente por no poder actuar, ése escribe”. De esta forma el poema se convierte en el mejor contacto con la irrealidad, ese espacio habitual de la incertidumbre.
  Con una organización muy definida, esbozada en tres tramos y un epílogo, Esto temía, esto deseaba se abre con un largo soliloquio en el que la voz recupera, desde la soledad y el extrañamiento, algunas circunstancias biográficas que marcan una forma de entender el discurrir. Solo un poema, “Un año sin volver a casa” contiene el apartado inicial. El sujeto poético recrea su paso transitorio por sitios que despiertan el recuerdo del lugar propio. Estar fuera es acordarse de la disposición de la costumbre y de la calidez de aquellos espacios que forjaban con el yo una relación de pertenencia. Desde ese sondear introspectivo nacen las interrogaciones que ayudan a entender las razones del ahora.
  Esa ruptura con los muros del cobijo deja en las palabras una sensación de desgarro que está presente en los textos de la segunda sección “Mezzogiorno". Lo que fue permanece como restos de una arqueología personal que muestran las razones del vencido. Hay que recomenzar para encontrar la luz del mediodía. Vivir en otro sitio es moldear hábitos y especulaciones, hacer de otra cartografía un río navegable y un patrimonio concreto. El protagonista recrea el hábitat elegido en el barrio de Santos de Lisboa; su historia y sus circunstancias invitan al asentamiento en esta nueva orilla: el barrio es un equipo de fútbol y los gestos colectivos de aquella Revolución de los claveles del 25 de abri. Es también la costumbre de reiterar gestos que recuerdan al yo su extrañeza y su vivir al margen, como si fuese  un nómada que necesita hacer  de cada paso una raíz. Pero no es fácil borrar la condición de extranjero, hacer que la ciudad difumine distancias y que las calles reconozcan los propios pasos. Perdura la sensación de que la identidad se ha forjado a golpes como un boxeador tocado que se mueve contra las cuerdas. Encajar es revisar la propia biografía; explorar en ella oquedades y cicatrices, borrar tristezas pequeñas para que no lleguen a ser tristezas absolutas.
  Las palabras dan voz a un personaje que entra en escena para construir un papel a trasmano de lo previsible; la historia personal pertenece al pasado, se desgajó como una rama seca que mudó afectos, alargó lejanías y dejó en las manos una separación dolorosa. Los poemas devienen casi anotaciones de un diario interior que habla de soledad y desencuentro.
  La voz de Pablo Fidalgo Lareo suena con la sinceridad de quien escribe una confesión íntima. Moldea palabras que necesitan precisar aquellas vivencias marcadas por un estar trasterrado en el que se improvisa el oficio de vivir, esa melancolía donde la piel es intemperie.
 
 

      


domingo, 23 de julio de 2017

EL MAR DE CUALQUIER SITIO

Enclave escocés
Fotografía de
Javier Cabañero
 
 
UNA CALLE VACÍA


Hoy recorren mis pasos esa calle
que no esconde ningún itinerario.
Todas las calles fluyen dócilmente
al mar de cualquier sitio,
cierran con parsimonia una distancia;
pero ésta alarga al infinito su trazado
pretendiendo ignorar dónde concluye.
Amo el cuello sumiso de sus verdes farolas,
los reflejos chillones de sus autos a plazos,
la cal que habitan líquenes y musgos;
y amo sus papeleras -cielos para despojos-,
singulares regazos donde nada perturba
el aliento feliz de lo caduco.

  (De Pulsaciones, Sevilla, 2017)

sábado, 22 de julio de 2017

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ. EL TRABAJO GUSTOSO

Antolojía poética
Juan Ramón Jiménez
Edición, selección y prólogo de
Soledad González Ródenas
Voces Críticas, Madrid

ANTOLOJÍA POÉTICA

   Figura central de la lírica hispana del siglo XX, Juan Ramón Jiménez laboró durante décadas una extensa obra de máxima exigencia personal. EL fecundo trabaja impulsó cuatro antologías, con el asentimiento selectivo del escritor, y después de su muerte, continúan editándose selecciones parciales, aunque todavía no se ha realizado una muestra canónica y definitiva, dada la obsesiva labor correctora del poeta y las frecuentes versiones de sus textos. Con estos condicionantes básicos, cualquier mapa poético no es sino una propuesta que recorre la granada senda creadora para vislumbrar líneas estéticas y su evolución en el tiempo.
   JRJ. Antolojía poética se realizó en 2010 para el catálogo de la colección Voces Críticas  y firma las líneas introductorias y la selección de poemas Soledad González Ródenas. La muestra abarca un arco cronológico  que se expande desde 1898 hasta 1953, tres años antes de que el poeta de Moguer recibiera el Premio Nobel de Literatura.
   Tan incansable afán poético se ha ido gestando en contextos críticos diferentes y en etapas históricas muy complejas, así que no resulta fácil deslindar etiquetas e idearios más allá de los habituales referentes taxonómicos que integran los primeros libros en el modernismo, para virar después por un simbolismo intimista que fue derivando hacia una poesía pura y, más tarde, hacia una decantación reflexiva, próxima a un panteísmo platónico.
   Pocos autores han generado tan nutrida amalgama de tópicos, Entre esos espejos opacos de las otras vidas de Juan Ramón perdura aquella imagen del escritor con el ceño fruncido de un mal carácter crónico, o el reflejo de un creador ensimismado en su obra que nunca buscó el asentimiento de la mayoría sino la conformidad de una inmensa minoría. No falta tampoco esa consideración de elitismo de su lírica, solo dispuesta para ser leída por otros poetas… Son aseveraciones prescindibles que han de olvidarse de inmediato para profundizar en la lectura. Juan Ramón Jiménez es un poeta plural, un exigente escritor que hizo del poema razón de vida, una continua búsqueda de plenitud y belleza.
 
    



viernes, 21 de julio de 2017

MUTACIONES

Many Times, 1999
grupo escultórico de  Juan Muñoz (1954-2001)
 
MUTACIONES
 
Yo sé guardar secretos
porque envejezco sin nada que perder.
 
PABLO FIDALGO LAREO
 
   Como resultados de una multiplicación inquietante, los otros de uno mismo fueron buscando huecos para perderse. Me queda la esperanza de que tantos parecidos idénticos del yo un día coincidan en el mismo lugar, sin aduanas, para sumar las mutaciones.
   Juntas, me conceden una identidad definitiva que refunda el tiempo. Su estar preserva el antes y el después. Nada se pierde. Tantas forman confirman en silencio que el  yo es ahora, cuando la periferia se hace centro.
 
(De Cuentos diminutos)
 
 
 

jueves, 20 de julio de 2017

CAMBIO DE LUGAR ( Una conversación a pie de mar)

Playa Morro de Gos
(Oropesa del Mar, Castellón)

UNA CONVERSACIÓN A PIE DE MAR

Tasio Luna

Los días de verano se hacen sinónimos de libros y viajes. De maletas abiertas…
Así  es, resulta difícil no practicar ese turismo estival que viene y va por la línea de costa. Todos protagonizamos esa búsqueda continua de un rincón hospitalario en el que todavía hay sitio para el sosiego  y la tranquilidad de espíritu.

¿Qué lecturas te aguardan? ¿O prefieres desconectar, como los que se someten a una cura depurativa?
Los libros abiertos son una necesidad interior, de la que no se puede prescindir; cambiar de sitio no significa cambiar de identidad sino hacer de la rutina un paréntesis de tiempo que ahora completan otras actividades como el paseo, la natación o la mirada al entorno, siempre colorista como un mercadillo municipal. No necesito dietas depurativas sino seguir con las actitudes de siempre, lo de las dietas milagrosas es beatería publicitaria.

¿Y es posible seguir bajo la sombrilla polémicas como la generada por la Real Academia al incluir en las normas de uso nuevas palabras?
Claro, las redes  sociales son pancarteras y chillonas. Y hasta aquí llegan sus convulsiones. Como me sucedió con los acentos en su día, la admisión de vulgarismos como si fuesen logros populares, me parece un error y una pésima decisión colegial. Si los que usan el vocabulario como un estropajo  son los que aconsejan renovar la superficie azul del diccionario  estamos listos...

¿Qué géneros y qué títulos tiene elegidos como lecturas de verano?   
Practico  el monolitismo lector con la poesía. Llevo muchos años con el poema como compañero habitual y el hábito se ha fortalecido. Leo muy pocas novelas al año, en cambio, suelo leer a diario un libro de poesía. Conmigo han viajado las últimas entregas de Alfonso Brezmes, Luis Arturo Guichard, Pablo Fidalgo Lareo, Francisco Onieva, Javier Sánchez Menéndez… Un maletín de versos al sol.

¿Y encuentra en la playa el tiempo lector adecuado?
Bueno, no siempre, las mañanas playeras son ruidosas  y superpobladas como una galería con aire acondicionado. Así que me levanto temprano y hay un par de horas que invitan al sondeo ensimismado de la palabra. Después me dejo llevar por la inercia de los sentidos, lo que me invita a empezar el libro tras cada interrupción lectora… Acabo concluyendo que mis rutinas diarias son igual de plácidas que la estancia en la costa. El mejor viaje es el de regreso y ya me está esperando la buhardilla.

Tasio Luna, Oropesa del Mar, 2017)
 

miércoles, 19 de julio de 2017

ATARDECER

Silencio
 


ATARDECER


Un silencio tangible
inclemente quemaba los restos de la tarde.
El viento de levante recogía muchachas
y las depositaba en los cercanos bares
del paseo marítimo.
Emulaban los toldos de las cafeterías
briosos estandartes cabalgando
en pos de la batalla.
Solo tú  perdurabas, como un dios estelar,
siguiendo las consignas de las contemplaciones,
escribiendo en la arena con tus pasos,
cautiva de un paisaje
inmóvil, denso, azul.

(De Pulsaciones, Takara Editorial, Sevilla, 2017)


martes, 18 de julio de 2017

MOTIVOS PERSONALES

Parque natural de Cabanes
(Castellón, 2017)


MOTIVOS PERSONALES


. Sé que lo que creo no es cierto. Pero es tarde para buscar otras creencias.

. Fondo y forma; los contenidos requieren el aliciente de la indumentaria.

. En la estimación crítica el entendimiento y la sensibilidad son obligatorios; los elogios, voluntarios.

. Extrañamente juntos, corazón y cerebro insisten en riñas de gatos.

. Voluntad libre y el vacío feliz de todas esas cosas que no reclaman sitio.

             (De Motivos personales , Sevilla, 2015)



 

lunes, 17 de julio de 2017

ALFONSO BREZMES. ULTRAMOR.

Ultramor
Alfonso Brezmes
Renacimiento, Colección Calle del Aire
Sevilla, 2017

MIRAR EL FRÍO

    Vuelvo al hecho poético de Alfonso Brezmes (Madrid, 1966). El escritor cuenta con un breve y atinado recorrido creador que sale al día en 2013 con La noche tatuada y se prolonga en 2015 con Don de lenguas, ambos libros, como el que ahora nos ocupa, en la editorial sevillana Renacimiento. Con tan ligero bagaje machadiano y sin el paraguas crítico de la edad temprana ni el paternalismo benevolente que recibe la primera escritura juvenil, Alfonso Brezmes ha logrado convertirse en una presencia firme del ahora y en un gozo lector que remite a una tradición figurativa de la que Luis Alberto de Cuenca podría ser uno de sus referentes más cercanos. Naturalmente, hablo de tradición realista sin mimetismos con la interpretación lineal sino como página en construcción, como magma interpretativo.
 Una cita de Kafka abre el propósito escritural de Ultramor. En ella se cobija la paradoja, una de esas esquinas habituales de la vida al paso: “A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar”. El vértice reflexivo de Kafka casa bien con la escritura meditativa de Alfonso Brezmes y su empeño en habitar la incertidumbre desde una palabra sin certezas, que redefine especulaciones y que sospecha de entrada que el patrimonio de dogmas personales está abocado a diluirse en la devastación de la costumbre.
 Abre el poemario una advertencia al lector sobre el propósito de la escritura, más que una postulación es una manera de insistir en que los contenidos semánticos conllevan siempre un sustrato emotivo que evita la asepsia y el despojamiento de la intimidad. El poema deviene afán y búsqueda, un deambular aleatorio en el que se va gestando un entrelazado relacional con los significados de las cosas: “No es mucho lo que pido. /Oblígame a decir lo que no sé, enséñame a escribir  mi nuevo nombre. / Puede que alguna vez acierte sin saberlo” La escritura por tanto no testifica, no es un ideario objetivo de percepciones sino un proceso indagatorio que concede una nueva identidad, que abre puerta al asombro y la iluminación, que deja entre las manos los signos dispersos de un bosque invisible.
  No hay un único hilo conductor en las composiciones de Ultramor, un neologismo que sugiere un viaje sin andenes, más allá de la norma, como si escribir y vivir, esas dos actitudes de la libertad en ejercicio se abordaran desde el rechazo con lo establecido. Somos en cuanto rechazamos el conformismo ante el agujero negro de lo real para dar forma a las nuevas visiones sobre las cosas que postulan los poemas. Como advertía Juan Ramón Jiménez la escritura recrea la esencia de las cosas, busca formas que eleven lo posible a un nuevo vuelo.
  En la mirada lírica de Alfonso Brezmes el onirismo es una constante. Lo tangible no se asienta en las formas sensoriales sino que es una construcción simbólica que deja abierto su espacio interior a la interpretación. De este modo, los sustratos reales no son, solo parecen, siembran accesos y bifurcaciones. Así que los habitantes del poema, esas presencias que deambulan por el agua cambiante del discurrir, nunca saben qué lado del espejo ocupan, qué desorden culmina su argumento.
 
 

domingo, 16 de julio de 2017

LOS HECHOS CONSUMADOS

conversación
Fotografía de
Adela Sánchez Santana
(Oropesa del Mar, 2014)

LOS HECHOS CONSUMADOS

Gracias  a mi torpeza,
al cómplice silencio de los días lluviosos
y a los buenos oficios de enemigos comunes,
has conseguido un odio a la medida
que apenas se vislumbra.
Surgen imperceptibles
las miradas oscuras
en las cosas que amo;
el sonido quebrado de una cuerda vocal
ofertándome aliento;
el brillo delator de tu pupila
en mis desolaciones.

Nada que objetar: eres libre y eliges.
sabes muy bien qué ganas o qué pierdes.

    (De Pulsaciones Takara, 2017)


sábado, 15 de julio de 2017

BURBUJAS YSIMULACIONES

Algas


BURBUJAS Y SIMULACIONES 

Enrolados en la gastronomía, los sentimientos compasivos duran segundos.

Los prudentes cobijan la indulgencia de los imprudentes.

Hay mundos que simular ser granos de arena. Se disfrazan con algas.

Para comerciar con sus consejos posteriores, les gusta estancar los problemas.

Las verdades con sobrepeso se sostienen mal y causan problemas circulatorios en los razonamientos.

Me asusta el desmesurado crecimiento de mi urbanismo. Cada día son más las veces que digo sí cuando pienso no.

Confunde el mal gesto y la superioridad ética. Y hay que buscar un cuarto libre para minimizar las dos cosas.
 
 

 

viernes, 14 de julio de 2017

EL CASTILLO

oficios manuales


EL CASTILLO

Paciente, desde la amanecida hace un montón de arena con la sonrisa de quien se reconcilia con la infancia. Alza un castillo. Moldea torreones y almenas. Muestra el resultado con la satisfacción de quien se reconoce. Se cansa pronto. El castillo está deshabitado. Viene hasta mí. En voz baja y vehemente me pide que lo habite algún fantasma. Le hago caso. Lo dejo bostezando en este cuento.
 
   

jueves, 13 de julio de 2017

TRANSPARENCIA

 
Cuenco


MANOS
 
 
Cabe en las manos
toda la piel del agua,
su transparencia.
 
 
 

miércoles, 12 de julio de 2017

ROSARIO TRONCOSO. ETERNIDAD PROVISIONAL

Eternidad provisional
Rosario Troncoso
Selección y prólogo de
Paco González Fuentes
Takara Editorial, Colección Wasabi
Sevilla, 2017

INVENTARIO DE VIDAS

   Advertirá el lector de inmediato el afecto personal por Rosario Troncoso, cuya labor editorial ha llevado a imprenta hace muy poco tiempo mi antología Pulsaciones, un mapa de ruta del discurrir poético de casi tres décadas. Su labor en equipo con Carmen Sotillo no contamina el entusiasmo lector por su poesía y la cercanía crítica con sus presupuestos literarios y su forma de entender la creación. Rosario Troncoso cultiva una poesía intimista, que indaga en los estados afectivos, en la que el personaje lírico tiene una evidente correlación con el soporte anímico del ser biográfico. De su riqueza y expresión diversa da cuenta el volumen Eternidad provisional, un paso más en el joven catálogo de Takara Editorial, donde ya conviven autores como José Manuel Benítez Ariza, Elías Moro y Javier Sánchez Menéndez.
   Cada cartografía lírica aporta una manera de acercarse al verso y despliega un escenario propio para que en él camine su personaje verbal, marcado siempre por esos estímulos exteriores que impulsan y dan rumbo a los asuntos poéticos. En Eternidad provisional hallamos de entrada un oxímoron que requiere un instante de pausa. El aserto contrapone el afán singular del verso en buscar un asiento perdurable a la estela transitoria de lo contingente. Es una poética de quien sabe que solo la palabra nos salva, aunque esta salvación también esté abocada en el tiempo a convertirse en una línea en el agua.
    Paco González Fuentes cuida la selección versal, y traza los signos propios del itinerario poético de Rosario Troncoso, una senda que arranca en 2005 con el libro auroral Huir de los domingos y concluye en la entrega Transparente (2014). El sondeo crítico enlaza de inmediato el trayecto vital y la expresión literaria como si en ambos recorridos no fuesen direcciones duales sino una única senda, un puñado de variaciones en el mismo dibujo. Define esta compilación como memoria de la fragilidad en la que encuentra significación ineludible los gozos y las sombras del yo que conforman una sucinta biografía en el tiempo.
   Esta absorción de lo biográfico comienza con el libro Huir de los domingos cuyos versos manifiestan un intenso confesionalismo, el ritmo remansado de lo cotidiano, pero la organización interna de la compilación anula la disposición cronológica para ofertar una lectura nueva de lo escrito. De este modo, el apartado inicial, “El eje imaginario” se fecha en 2012 y hace de la temática amorosa textura argumental. Los poemas hablan del sentimiento amoroso, pero esa luz del deseo es un largo recorrido en el que se van marcando huellas rutinarias que transforman la amanecida en cansancio crepuscular. Queda entonces un cierto sentimiento de pérdida que justifica la elegía o que busca la identidad del yo en la memoria, como sucede en el hermoso poema “El árbol de la infancia”. 
   El apartado “Fondo de armario”, fechado en 2014, sugiere un conjunto misceláneo. En él se agrupan impresiones visuales, como fotografías ajadas por la inercia, reflexiones sobre el extrañamiento originado  cuando los sentimientos cambian o la ausencia cobra fuerza en la costumbre.
   Tuve la fortuna de presentar el libro Transparente en Madrid y me sigue pareciendo el vértice central de la voz poética de Rosario Troncoso. Aquí se pone al día mediante una breve selección de textos que preservan su aire diáfano, su recurrencia a la voz directa y su asentamiento en el ahora como tiempo enunciativo del poema. Esa crónica viva del estar libera la voz propia en un ejercicio de sinceridad que recuerda la dimensión humana del escribir. En él se integra el poema homónimo, que da título a esta selección, un texto que hace del amor plenitud y cumplimiento, un viaje sin caminos de retorno.
   “Otros poemas” invita a percibir la poesía en su evolución natural, como un tránsito alzado sobre estaciones temáticas redundantes. Las muestras elegidas dan voz a los distintos incisos temporales de la autora como si fuesen propuestas cristalizadas.
   Por último, como un guiño a este tiempo binario que nos ha convertido en náufragos digitales, en el apartado de cierre se incorporan algunas anotaciones del blog, definidas por Paco González con vehemente precisión: “están las palpitaciones de lo que fue, el fulgor del presente, el grito, la sombra…” Conforman casi una paremia por su cercanía al aforismo y hacen una lectura fragmentaria del discurrir que difunde sin pausas la sensibilidad de quien percibe.
   En los apartados de Eternidad provisional hallamos, sin teorías ni deconstrucciones, con el paso cercano de quien muestra la extrañeza de lo conocido, una poesía que expande un frescor cristalino. Los versos fluyen con la cadencia de quien comparte las anotaciones de un diario íntimo que va completando páginas en la noche del tiempo, que de cuando en cuando da voz a la angustia y al desconcierto cuando las ilusiones convierten la existencia en un territorio estéril.. Poesía que deja en la retina la equilibrada serenidad formal de la confidencia, la ortografía propia del existir. La lección breve de quien sale al día para conocerse.





  

martes, 11 de julio de 2017

DESENCUENTROS

Quietud
(Florida, 2013)
Fotografía de
Adela Sánchez Santana

SILUETAS DE PASO

   Ella vive en un tiempo en el que no hay nadie en casa. Comparte su vida consigo misma. Él sabe que la ausencia es grande, como un litoral abierto al mar. Ella rebusca en el contenedor del pasado con los pies desnudos. Hace frío. Él maldice, con esa dificultad de quien pronuncia palabras de otro idioma. Ella escucha el goteo de un grifo, mira el desconchón de la pared, oye el eco metálico de un cierre que recuerda el alivio de algún permiso de fin de semana.
  Son siluetas de paso. Lejanas voces que hoy dejó en mi mesa el viento estepario de la soledad. Pueblan el centro de mi laberinto.

                        (De Cuentos diminutos)





lunes, 10 de julio de 2017

EL ARTE DE VIVIR LOS LUNES

Geografías de humo
(Florida, 2013)
Fotografía de
Adela Sánchez Santana

EL ARTE DE VIVIR LOS LUNES


El arte de vivir los lunes
requiere cierta práctica y algo de teoría,
saber de estratagemas y confabulaciones
y adjetivar la prosa cotidiana
con una terca voluntad de estilo.
Incontables acechan
los peligros desde el primer café,
crecen cuando un olor
anuncia escuetamente la leche derramada,
se reproducen con duración de días laborables
y en guardia se mantienen,
tal seguros precintos,
entre los pasajeros del tren crepuscular
que nos devuelve a casa,
al reclamo del lecho hospitalario.
El arte de vivir los lunes
sobrevive y se esconde
en vacuas reflexiones como ésta:
nada es eterno, salvo un lunes.

             (Pulsaciones, Takara, 2017)


                                    


domingo, 9 de julio de 2017

LLUVIA DE VERANO

Línea continua
(Rivas-Vaciamadrid, Madrid) 

LLUVIA DE VERANO

Fuera de tiempo, un arco iris y el bigote de Nietzsche.

Como si existieran sin buscarnos, hay libros que destilan un sopor insomne, incluso cerrados.

Fecundidad. En el teclado de la naturaleza no hay letras sino párrafos.

Caligrafía páginas en mis sueños, pero su fotografía es amarilla,  ajada por lo real.

Como ruinas circulares, llevo muchos días recorriendo los mismos proyectos. 




sábado, 8 de julio de 2017

ANTONIO MACHADO. VENDRÁ LA MUERTE...

Primeras ediciones de Antonio Machado
(Casa-Museo de Segovia, 2014)
Fotografía de
Adela Sánchez Santana


VENDRÁ LA MUERTE…

                                             Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
                                                                                    C. Pavese

Pisa la muerte
el  limo intransitable…
Cerca, Colliure.


viernes, 7 de julio de 2017

ITZIAR MÍNGUEZ ARNÁIZ. QWERTY.

Qwerty
Itziar Mínguez Arnáiz
La Isla de Siltolá (2º Edición, julio 2017)
Sevilla 
PULSAR LAS TECLAS

   Que la poesía alguna vez deje de ser un género minoritario y clandestino depende de muchos factores –sí, no descubro nada porque todos sabemos que el poema se siente cómodo en lo umbrío y en la incertidumbre-, uno de los cuales es que llegue a sus destinatarios sin formatos herméticos. Viene bien que se formule en voz clara, que sea ágil para buscar el cuerpo a cuerpo con el lector y que disperse en su formulación un diálogo vivo que deje entre las manos intimismo, sinceridad, emoción y un patrimonio de vivencias compartidas. Son cualidades que habitaron en el cauce lírico de Gloria Fuertes, de quien se cumple ahora el primer centenario,y habitan en los enunciados poéticos de Itziar Mínguez Arnáiz (Barakaldo, 1972). Licenciada en Derecho, guionista de televisión, narradora y autora de una extensa labor poética que tiene asiento en casi una docena de antologías y que ha merecido distinciones como el Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma o el I Premio de Poesía Nicanor Parra.
  ¿Y qué es Qwerty?  Recurro de inmediato, como  un alumno avispado que busca luz en el Rincón del Vago y anoto: “Es la distribución de teclado más común. Fue difundido y patentado por Christopher Sholes en 1868. Su nombre proviene de las primeras seis letras de la fila superior de sus teclas”. Y ya resuelto el enigma del título continúo un poco más: “El empleo de las nuevas tecnologías ha cambiado nuestra forma de escribir, pero también nuestra percepción de las palabras; el efecto qwerty es un fenómeno según el cual las palabras que emplean letras ubicadas en la parte superior del teclado tiene una valoración más positiva”.
   Solo queda adentrarse en la escritura de Itziar Mínguez Arnáiz y comprobar si las especulaciones científicas son flores de un día o si el poema, más allá de los efectos secundarios del naufragio digital, mantiene su propia razón de ser, como el tipo de letra es otra opción individual y el poema es lo que permanece oculto entre las palabras para que aparezca en la pantalla del ordenador, más allá de cualquier sentido literal, haciéndose fuerte, ocupando un lugar, como la representación exacta de una mínima verdad y de un puñado de belleza, como una figuración en la que hablan con libertad erratas y palabras para difundir sus pensamientos.
   Los poemas de Qwerty recuerdan aquella paradoja tantas veces oída al hablar de los medios de comunicación: el medio es el mensaje. Con íntima unidad desgranan el latido afanoso del teclado para ir redactando con la tinta viva del oficio el mundo digital que pone en pie la ilusión del poema. A veces con la magia de una imagen que llena el breve texto de sugerencias y otras con la ironía interpretable de la creación literaria que no postula dogmas sino incertidumbres en DIN A 4: “Que sea ésta/ mi única frontera: / las paredes de un folio en blanco / a punto de llenarse”.
   En su frágil formulación es capaz de abordar cuestiones perdurables en el tiempo que así adquieren el formato de una hoja perenne, como “la utilidad de la poesía”. Sobre la misma han formulado juicios una larga tradición de poetas, que han dejado respuestas memorables. Aquella de Cocteau: "la poesía es necesaria, aun cuando no sepamos para qué”; o la de Luis García Montero: “la poesía solo sirve para cortarle la cabeza a un rey o para seducir a una muchacha”. Itziar nos deja su propia conclusión: “Servir / no sirve para nada/  como casi todo lo bello./ Unos pocos privilegiados / viven de ella / la mayoría / vivimos para ella”.
  Itziar Mínguez Arnáiz opta por una poesía sin retóricas, inmersa en el coloquialismo de la normalidad; sus versos suenan a verbo laboral, dejan la impresión de que cada poema es un apunte biográfico, una respuesta al paso que se formula por ensayo y error. Desde esa tensión con lo tangible el poema propone una reflexión para uso público, un espejismo, un pulsar nuevo en el teclado que mantiene alineado en la fila de siempre esa extraña palabra, qwerty, letras que buscan moldes de poemas pequeños y habitables, que caben como un sueño entre las manos.  


jueves, 6 de julio de 2017

ALTURA DE MIRAS

Altura

ALTURA DE MIRAS


Siempre en el aforismo la altura de miras, el vuelo, el vértigo.

Hipnotizadas por el esplendor de la belleza, hay fotografías  que se convierten en poemas.

Sinceridad; esa retrospectiva que explica la necesidad de otro pasado.

Colores y formas; asideros referenciales que aseguran un vuelo verosímil.

Redundancia: el mismo azul.



 

miércoles, 5 de julio de 2017

ESPACIO LÍQUIDO

Contemplación
Fotografía de
Adela Sánchez Santana
(Florida, 2013)

 AQUÍ

                Nada y todo ocurre en todas partes

                                          PHILIP LARKIN

Es aquí donde estoy.
Tras las grietas de un yo parapetado
en las profundidades
de sí mismo.

Habito un cuarto exiguo
donde nada hay detrás
salvo el vacío
de las sombras sin lustre;
soy un plano que muestra,
maltrecho y solitario,
el retraso gastado de las rutas
que ya se desvanecen.

Mi reclusión carece de secretos.
En las puertas del frío,
necesito encontrar
en cualquier parte
un domicilio propio,
un cuerpo que sostenga
el temblor de la luz.

   (Pulsaciones, Takara, 2017)


martes, 4 de julio de 2017

DESCONFIANZA

Simetrías visuales
Fotografía de
Adela Sánchez Santana

DESCONFIANZA


. Desconfío de las biografías legendarias, que no saben de quién es su pasado.

. Desconfío de la vida sana, ese túmulo de hábitos saludables que antes o después acabará metiéndonos en el ataúd.

. Desconfío de los que visten, con monotonía e insistencia, el abrigo de los compromisos y carecen de tiempo para el otro.

. Desconfío de la temprana conciencia de ser un genio.

. Desconfío de los que piensan que el talento brota de la nada.

. Desconfío de quien hace de las relaciones personales un insalubre trastero, un lugar siberiano.

. Desconfío de esa obsesión indígena que llena de himnos, banderas y escuadrones la plaza de su pueblo.

. Desconfío de las amistades aparentes, con exuberancia decorativa.

. Desconfío del escritor que hace de la vida una actividad subalterna, llena de signos de puntuación.

. Desconfío de mí. Desconfío.

                                                                         (Notas de amanecida)