sábado, 30 de mayo de 2020

ÁNGELA ÁLVAREZ SÁEZ. EL HIJO CULEBRA

El hijo culebra
Ángela Álvarez Sáez
InLimbo ediciones S. L., Poesía
www.inlimbo.es, 2020


APRENDIZAJE DEL CUERPO


   Existir es tatuar sobre la piel de lo cotidiano una continua estela de cicatrices visibles e invisibles. Desde esa idea de la grieta y del aprendizaje del propio cuerpo nace el poemario El hijo culebra, de Ángela Álvarez Sáez (Madrid, 1981). Con él se inaugura la colección InLimbo Poesía, una iniciativa coordinada por la escritora manchega Ana Martínez Castillo. El devenir poético de Ángela Álvarez Sáez es una fértil senda de entregas –una decena de libros desde 2006 hasta la fecha- y de reconocimientos como los premios Antonio Carvajal, Carmen Conde o León Felipe, pero el libro El hijo culebra se ubica con brillantez en la categoría de obra singular. Y lo hace por su temática que crea no poco desasosiego, y por su experimentación formal que diluye el concepto clásico del poema lírico para afrontar una escritura mestiza, que expande el verso libre y tiende brazos al diario autobiográfico y al poema en prosa.
  El recorrido argumental sitúa como abertura del apartado “Acotaciones desde el río” una cita de la poeta y ensayista venezolana María Auxiliadora Álvarez, que describe con temblor sobresaltado una extrañeza fisiológica: “Y sale un río de mamá por debajo de la puerta / un río rojizo y triste que no se mueve”. Desde tan sobrecogedora sensación arranca el libro que pone como apertura un recuerdo en boca del hijo no nato, como si su existir sobrevolara en otro plano de lo real, en algún vuelo etéreo y alejado de cualquier nacimiento celebratorio. Pero no hay una línea de continuidad en estas acotaciones que mantienen su objetivismo enunciativo y su frío textual, como si la voz lirica se sustituyese por un simple capítulo documental en torno a la maternidad subrogada. El cumplimiento legalista de los trámites no oculta su incompetencia para la esperanza.
   La caligrafía autobiográfica del diario está presente en el apartado “Una noche en la culebra” para dibujar la sensibilidad de la gestante y su condición de vientre de alquiler. El deseo sexual y la consumación amorosa no existen. Solo una invisible culebra se cobija en el útero. Las sensaciones del embarazo cuestionan las ideas de la maternidad y los recuerdos personales dejan que el fluir de la conciencia desanude el hilo blanco de las contradicciones. Nada borra la extraña condición de ser madre sin hijo.
   El remordimiento y la soledad son los tonos de voz que se escuchan en el apartado “Poemas deformes” donde se hace palpable la condición de víctima y la incomprensión social. Son monólogos que buscan respuestas a la hipertrofia de la felicidad, a las sacudidas de los malos tratos, y a la intemperie doméstica que limpia la sangre con lejía como si fuese una simple mancha en el suelo. Ese abandono tenaz  impide que la casa sea un refugio habitable. Las abundantes imágenes del apartado crean una atmósfera de tiniebla y asfixia, de malestar y extrema fragilidad en el discurso verbal de la confidencia.   
    Con una cita prologal de Isla Correyero, de fuerte caracterización visual, el apartado “La madre” emplea la prosa poética para explorar la infertilidad con secuencias que trazan un largo itinerario de experiencias. Mes a mes un río rojo borra el rastro del hijo, sienta en la fría consulta del ginecólogo esa espera de la inseminación y se hace un día semilla de maternidad. Pero algo va mal y la desazón lleva a otra cama de hospital y a manchas oxidadas de sangre que anuncian el aborto, la decepción de lo que ya no late. Todo retorna a esa herida primigenia del dolor que convierte lo diario en la pantalla gris de la ceniza.
   El clima de escarcha y frío afecta a todo el entorno familiar. Cada miembro es un intruso protagonista de una representación fragmentaria, llena de enigmas y sinsentidos. Existir en común adquiere el deambular tanteante de un laberinto sin salidas que encuentra su plasmación en textos complejos, como los que integran el apartado “Poemas de la madre”, que postulan el objetivismo de un observador. Pero el cambio de enfoque es continuo. Varía el escenario, los contextos y los figurantes. En “El hijo” el poema en prosa se hace memoria y sueño, mientras que en “Los poemas del hijo” el verso libre conforma los contornos discursivos de la identidad filial y su persistencia en el lenguaje como forma de vida: “Soy un cuerpo sin raíz / que crece en el aire. Soy un óvulo / de tierra. A veces me espanto / y corro por los pasillos”.
   Las secciones de El hijo culebra prolongan un trazado de vivencias cuya unidad de sentido implica la asunción de la maternidad desde el dolor. Crean una visión desgarradora e incómoda, a través de los desplazamientos del punto de vista y del registro de experiencias que nacen de la observación fisiológica y sus repercusiones en el discurrir ético. No faltan los ángulos trágicos en los que la palabra se hace sutura, fluir confidencial, queja y gemido, como si los versos intuyeran que esa sombra que cubre el deambular constante es el no ser. Desde ese estar en el abismo, el poema tiende la mano, es un asidero que salva.

José Luis Morante



viernes, 29 de mayo de 2020

MALENTENDIDOS

Pasos en el bosque
Archivo
de
Internet

MALENTENDIDOS


   Si  las dimensiones que tenían las cosas cuando yo era niño decían la verdad, el  ahora  miente. Los recuerdos encogen, fruncen el ceño, se alejan para siempre. La silla, la ventana, el árbol, la pared, el cerro, el mar son otros. 
   La inercia del presente crea malentendidos. Falsifica.

(De Cuentos diminutos)



jueves, 28 de mayo de 2020

PIANOS CON TECLAS BLANCAS

Elogio de la rareza
imagen
de
EQUILIGUA


PIANOS CON TECLAS BLANCAS


Escribía aforismos; le gustaba buscar el sonido de la tecla blanca.


Voluntad continua para especializarse en el autorretrato. Pero no encuentra modelo.


En la consulta, frente al doctor, bajo los ojos. Confieso mi adicción. Una y otra vez recorro una llanura escrita.


Escribir es vencer el miedo. La literatura es un acantilado que reclama el salto.


Mientras estoy, la realidad es un espacio limitado, sin rincones.


Para explicarme uso el silencio. Se entiende mejor.


La felicidad atestigua demoliciones. Lo que pudo haber sido.


Enfermé de ausencia. Nunca estoy. Si vuelvo retorno amorfo e impreciso, como si me hubiese perdido en el camino.


Las máscaras engañan cuando mienten, y cuando dicen la verdad.


(Aforismos con música)




miércoles, 27 de mayo de 2020

INDECENCIAS (DIARIO DE UN DEPRESIVO)

Camino a solas
Archivo
de
internet


INDECENCIAS


   La mentira política devasta el suelo firme y obliga a caminar al ciudadano sobre un mal empedrado. Debe denunciarse, aunque cueste amistades (supuestas) y acusaciones de converso. Las actitudes inquisitoriales siempre están en permanente vigilia.

   Los responsables del acuerdo infame con Bildu, esa hinchada de la kale borroka y del escrache a los partidos constitucionalistas, han dinamitado el pacto social. Pero Adriana Lastra, activa portavoz en el Congreso, y Rafael Simancas, persistente profesional de la política como modo de vida, no se plantean dimitir. Tienen el aplauso del jefe, quien asevera que el culpable de todo, por omisión, es el  PP. La excusa es tan zafia y tan partidista que más que pretexto es majadería, una manera de calcular la holgada  capacidad del disparate.

   La vida social respira sin interrupciones discontinuas. Los libros no son ajenos a la condición cívica del yo; enseñan a ejercerla con mayor espíritu crítico, sin ver las cosas con los cristales empañados de la ideología.

   La destitución del alto mando de la Guardia Civil en Madrid, Pérez de los Cobos, se justifica por la “necesidad de buscar un nuevo impulso”. La huera frasecilla de Marlaska es un lugar común repleto de sequedad superficial, de polvillo nublado. Su experiencia profesional es única y sería siempre un asesor esencial en asuntos de terrorismo, lucha contra la pandemia, o estrategias contra el independentismo en la calle. Solo si sabemos las razones reales podremos comprender esta actuación insólita y esta ingerencia del ejecutivo en otros poderes.

  A veces la indecencia acentúa el estar depresivo… Me hace más escéptico, más pesimista, más cansado. Conspira para que yo no sea yo, para que las acotaciones del diario sean tristeza.

   Hay noches en las que los dos hablamos poco. Nos gusta escuchar hasta la madrugada la monocorde respiración de un silencio crepuscular.

(Diario de un depresivo)
   


martes, 26 de mayo de 2020

MIGUEL CATALÁN. LA MENTIRA NOCIVA

La mentira nociva
Seudología XI
Miguel Catalán
Editorial Verbum
Arganda del Rey, Madrid, 2020


FALSEDAD MORAL


   Resulta significativo que la desaparición física del escritor no anule el caminar paciente de la obra en marcha. Ese persistir solo es posible si la editorial es rigurosa en el cumplimiento de los compromisos adquiridos, y si el legado creador se fortalece con la complicidad del responsable implicado. Así que es obligatorio comenzar mi lectura de La mentira nociva, décimo primera entrega del tratado Seudología sobre las prácticas engañosas, felicitando al equipo impulsor de Verbum por dar salida editorial sin fracturas a esta inmersión teórica de la mentira, y a María Picazo, compañera sentimental de Miguel Catalán (Valencia, 1958-2019), cuyo vitalismo en el rescate, reajuste y corrección del material inédito responde a la voluntad sin cansancio de continuar fielmente el plan trazado por el escritor, tanto en su faceta filosófica como en el apartado creador del pensamiento lacónico.
  Miguel Catalán siempre entendió la escritura como una exploración ramificada de las posibilidades del lenguaje y de su emancipación en géneros; por eso diversificó su obra en estrategias expresivas complementarias como la novela, el aforismo, el análisis de la actualidad desde la columna de prensa, y el ensayo. De la vastedad de su empeño da cuenta el tratado Seudología que compone un itinerario meditativo de diez volúmenes, nucleado en torno a la falsía, con perspectivas abiertas al poder, la iglesia, la política, la creación o la ética…  
   El libro póstumo La mentira nociva trata sobre los engaños perniciosos que afectan a la moral. La estructura de los tratados de este corpus comparte un planteamiento muy bien definido. El escritor expone el concepto reflexivo desde la semántica e investiga su vigencia en la historia del pensamiento. Miguel Catalán parte de ejemplos concretos y de extractos teóricos aportados por una amplia bibliografía. De esta manera, se plantea la mentira moral en secuencias como el engaño, crimen y delito,  y como perversión moral generadora de hipocresía, imposturas, fraudes o timos. La ocultación del daño exige la construcción de la apariencia y el sostén de incansables pretextos. No reconocer la mentira es evitar disculpas y emprender una huida hacia adelante que pretende borrar las huellas de la infamia, como ha sido práctica en todos los regímenes totalitarios. Pero la escala de lo falso también afecta a los delitos económicos. Es frecuente la ocultación para no hacer frente a las responsabilidades penales o para generar actitudes hipócritas de fingimiento permanente, que tienen como objetivo salvar la imagen social.
   Miguel Catalán realiza una incansable investigación para conocer los resortes secretos de la infamia moral que impulsan estrategias como la calumnia. Ya no se trata solo de ocultar sus mentiras sino de enfangar la reputación del prójimo con la intención de infringir un daño moral lesivo a través del lenguaje. Por tanto, la mentira afecta también a la naturaleza misma de la lengua y a su capacidad para moldear conceptos. Un ejemplo claro de este planteamiento es el eufemismo, como palabra que modifica la percepción de la realidad. A través del uso eufemístico el lenguaje se convierte en una máquina de propaganda del poder político, económico o eclesiástico y en elemento clave de ocultación de la verdadera realidad tras una jerga cifrada. El uso del eufemismo genera una revisión valorativa de las relaciones sociales y de la propia vida afectiva del ser individual.
   El índice del trabajo incorpora derivaciones de la mentira nociva como la falsificación, el fraude y el timo, considerados en un sentido amplio, que se centra tanto en la actitud concreta del sujeto como en entidades colectivas o estatales. Por sintetizar las propuestas, recordamos que la falsificación afecta a elementos, objetivos e incluso a la identidad, un riesgo cada vez más evidente en los espacios digitales, donde es tan fácil asumir el papel del impostor. Así mismo, el fraude se diversifica en ámbitos tan dispares como la economía, la salud, la política o el clima. De todo ello hay notables secuencias que Miguel Catalán deja al alcance del lector con el enfoque objetivo de que sea este quien adopte su propia certeza preventiva.
   Lejos de la orientación dogmática y moralista, el volumen La mentira nociva recorre el tortuoso discurrir de la falsedad moral en el orden cotidiano y analiza las erosiones que causa en el epitelio social. Miguel Catalán descubre los dados falsos, esas cartas marcadas que inventan escenarios para conspirar contra la ética humanista. El filósofo recuerda con voz firme y argumentos de peso que para que la ética alce vuelo se requiere un esfuerzo común de voluntad y conciencia, de perenne dignidad. Aquí no se puede ser neutral.


JOSÉ LUIS MORANTE



lunes, 25 de mayo de 2020

ELOGIO DE LA VIDA LITERARIA

En la librería Alberti, con Benjamín Prado
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia 

ELOGIO DE LA VIDA LITERARIA

Las cosas que han pasado cambian continuamente

BENJAMÍN PRADO

Todo argumento que se dobla y retuerce sobre sí mismo
lleva dentro un gusano

JOSÉ CAMÓN AZNAR


Muy generosa en el trabajo crítico pero medita tanto sus reseñas que cuando se publican los libros leídos están descatalogados.


Diluía deudas con sonrisas que ponen en evidencia al dentista.


Estimación sólida de la vida literaria; más lealtad que rapiña; pura lógica sin cartas marcadas ni dados falsos.


Se extinguieron sus ideas y para consolarse comenzó a escribir.


En la madurez la prudencia se desplaza con el depósito lleno.


Ante la afrenta del rechazo de sus manuscritos, en vez de la otra mejilla, ofrece un nuevo inédito.


Los escritores que me interesan son los que crecen cuando se alejan.

(Aforismos en soledad)




domingo, 24 de mayo de 2020

EL TECHO DE CRISTAL

Conversación
fotografía
del
Archivo Piqsels


CLARABOYA

                                                    el blanco de nuestro aliento en la oscuridad

                                                                         ANNE MICHAELS


Rompe la luna
el techo de cristal.
Tu piel resiste.




sábado, 23 de mayo de 2020

FLORENCIA MADEO FACENTE. LA TAZA ROTA

La taza rota
Florencia Madeo Facente
Ediciones Liliputienses
Colección de Poesía centrifugados
Cáceres, 2020



LA TAZA ROTA


   La nota biográfica que incluye como coda esta edición de La taza rota deja al lector unas mínimas coordenadas, útiles para clarificar el trabajo poético de Florencia Madeo Facente entre la crecida de ramas jóvenes en castellano. Nacida en Buenos Aires en 1992, su quehacer se define desde el taller de la escritora Paulina Vinderman. Es profesora de filosofía y ha trabajado como docente dando clases de español para extranjeros. Su epifanía es el poemario Una ciudad en silencio, en la antología de poesía joven “Celofán”, editado por  La Carretilla Roja Ediciones en 2018. Predominaba en esa entrega de amanecida un verso libre de cuerpo amplio, próximo al enunciado en prosa, que entrelazaba secuencias descriptivas, como en el poema “Retrato de una inundación que ocurre en otra casa”, y retazos intimistas, según se lee en el poema homónimo “Una ciudad en silencio”.
  El paratexto de La taza rota elige como cita básica unos versos de Anne Michaels, la maravillosa escritora canadiense, nacida en Toronto en 1958, cuyos poemas siempre obligan a mirar a los ojos de lo real: “No puedo ver el mundo con tus ojos, / pero puedo verte a ti en el mundo”. Desde esa franqueza indagatoria parte la poesía de Florencia Madeo Facente. Su contención y desnudez crean una atmósfera de cercanía afectiva y de confidencia directa. El yo poético se acerca en busca del interlocutor que acoja las asimetrías del discurrir diario o que comparta con él esa actitud de espera de la posibilidad. En ese transcurso no faltan las hendiduras: la enfermedad y el dolor, la compañía de los sueños, el rumor manso del estar a solas, la incertidumbre o el desamor. Son secuencias que guardan sus señales en la percepción del entorno y que es necesario comprender desde la textura de sus sensaciones.
   También en la mirada del poema se cobija un onirismo que enlaza con la imaginación infantil y que convierte el ánimo sentimental en una historia de sugerentes acuarelas visuales, capaz de de convocar en su transparencia un largo viaje afectivo. Como esos pegamentos invisibles que conceden a las tazas rotas una segunda vida.  La separación no niega el abrazo o la posibilidad de estar cerca en las palabras y en los deseos, o la inmersión en el pasado como se recupera, insólita en su aparición, alguna especie que parecía extinguida. El poema “Lógica  aristotélica para aficionados” suma al onirismo de las imágenes una cierta ironía en la personificación de objetos y en el enlace aleatorio de causas y efectos que regulan los días.
   La naturalidad expresiva en algunos poemas mantiene una corta distancia con el yo biográfico. En el poema “Cumplir 25 años” un yo desdoblado monologa con su identidad, que impulsa la mutación y el desconcierto, esas certezas aparentemente contradictorias que acumula el tiempo consumido y ese gusto por los detalles  que se quedan en el interior, como si su presencia definiera lo cotidiano, o evitara que lo vivido encontrara en el olvido una salida de emergencia.
   El perfil de La taza rota recrea el sistema tensional de lo diario y la vitalidad de lo contradictorio. En él conviven, como sucede en todo poeta “herido por el lenguaje” la mirada introspectiva y la contemplación de la realidad, siempre con una modulación personal y distinta, que deja en su riqueza expresiva los detalles significativos de la memoria, ese reconstruir lo que nunca pasó para que el mundo sea diferente.



viernes, 22 de mayo de 2020

ARTE Y VIDA

Arte y vida
(El pensador)
 Auguste Rodín)



DON JUAN

                        La vida imita al arte

                              ÓSCAR WILDE

Un día la pasión no es más que un resto,
una filosa esquirla
que la tarde enmohece.
La realidad futura se convierte
en solar insalubre;
un mercadillo antiguo
en el que trapichean los recuerdos.

Cuando no queda nada
respirar es un modo de esparcir la ceniza.

El reguero biológico malvive en su estiaje,
se cansa y aborrece.

Aquí la vida desconoce el arte.

                      (I42 REVISTA CULTURAL, nº 5,
                          abril-mayo-junio, 2020)


         

jueves, 21 de mayo de 2020

DE ESPALDAS

Andar a solas
Fotografía
Archivo Pixabay.com

DE ESPALDAS


   La separación multiplicó vicisitudes de plomiza oscuridad. La vida en pareja reiteró repertorios de gritos disconformes, silencios, quejas, cansancio y limo. Juntos consumieron una gastada hoguera que llenó de humo el discurrir. Sobre la piel de cada uno se grabaron los confines del otro con la grafía honda y compleja del dolor. De memoria, se aprendieron por dentro.
   Un día inconcreto, el sistema tensional encontró la salida de urgencia del olvido. La historia común se hizo arqueología. Ahora los dos simplifican el pasado. Es una periferia del presente que aconseja soportes defensivos: solo aman de espaldas.

(De Cuentos diminutos)



miércoles, 20 de mayo de 2020

GUIJARROS VERBALES

Quiosco de actualidad
Archivo
de imágenes
de
Internet



AYER, AHORA

Seamos realistas, pidamos lo imposible

Mayo de 1968 


De la paranoia de algunos mandatarios internacionales y de su incapacidad para afrontar la crisis sanitaria del virus lo más razonable es sembrar silencios, aunque sus actuaciones tendrán un torrencial fluir de vidas humanas. Qué perversión negar la existencia de la enfermedad para justificar su ineptitud.

Una expresión de la ministra Irene M. que antepone el blindaje ideológico al quehacer solidario del político: “Hay que buscar la salida antifascista de la crisis”. Asunción de un comunismo tardío y artrítico como hoja de ruta. Y olvido de que la inteligencia debe buscar respuestas tranquilizadoras, no sembrar las aceras de guijarros verbales.

La política actual sufre una epidemia de parásitos.

No sé si acierto si ante algunos mensajes de cortesía digo la verdad; tal vez no, se puso de moda el cinismo en los albores de la vida social y sigue alumbrando a diario con su sol de circunstancias. Pero la verdad es que me preocupa mucho la otredad de la ética, el pensar que los comportamientos honestos son quehacer ajeno.

Las ausencias de amigos y conocidos van dejando su estela de dolor casi a diario; El frágil absoluto del yo acumula numerosos talones vulnerables. Y la muerte lo sabe. por eso vence siempre.

El prolongado encierro nos somete a un dilema hamletiano: guardar la forma física o el músculo psíquico. Hay que elegir…

Apuntes del diario



martes, 19 de mayo de 2020

DÍAS CON NUBES

Sol negro
Fotografía
del
Archivo Flickr


DÍAS CON NUBES

                                                  Roto el tiempo

                                     ENRIQUE BADOSA

Con sus valijas
de soledad y espera
alzan los hombros.


lunes, 18 de mayo de 2020

ÓSKAR RODRIGÁÑEZ FLORES. BARRO LÍQUIDO

Barro líquido
Óskar Rodrigáñez Flores
Editorial El Búho Búcaro Poesía
San Sebastián de los Reyes, Madrid, 2020 (2ª edición)


MOLDES DEL YO


    A veces la lectura de una trayectoria poética se ralentiza porque su perfil biográfico se asocia a un determinado campo laboral que casi monopoliza los rasgos; así me sucede con Óskar Rodrígáñez Flores, Diplomado en Osteopatía, Técnico en Comercio Internacional e impulsor y coeditor de la editorial Búho Búcaro de Poesía. El madrileño ha mostrado su fertilidad creadora en un corto espacio de tiempo firmando los poemarios Memento mori (2016), Loco Lúcido (2017), y  Evoluzione dell’Amore (2018), junto a la entrega Dos poetas en el espejo, escrito con Pilar S. Tarduchi, y Poesía transoceánica, en colaboración con Guillermo Lopetegui. Precisamente es este último poeta quien abre las páginas de la plaquette Barro Líquido, reeditada por segunda vez en marzo de 2020.
   El título Barro Líquido emplea la apertura semántica del oxímoron para acentuar la naturaleza anfibia del elemento, su mestizaje contradictorio entre la claridad transparente del agua y la opaca solidez moldeable del limo. Sobre este aporte conceptual se escribe el prólogo “Amor de barro” de Guillermo Lopetegui. El poeta resalta la capacidad simbólica de la expresión, su disposición a fusionar la voluntad del artesano con el quehacer matérico para dar forma y expresión. Así la palabra y el verso, así el poema y su mapa dispuesto para aglutinar el sustrato informe y darle voz de tango, cadencia inaugural para el dolor, el desencanto, la soledad o la espera. Son sensaciones del desasosiego que definen el conjunto de poemas de Óskar Rodrigáñez Flores. La poesía alienta una indagación en los laberintos interiores de la identidad y una inmersión en la conciencia para descifrar los propios enigmas. 
   El prefacio del poeta y crítico Manuel Quiroga Clérigo parte del quehacer editorial conjunto con Pilar S. Tarduchy para adentrase en las raíces de los progenitores literarios que dan fuerza y volumen a la travesía personal; al cabo, el mismo Óskar Rodrigáñez Flores abre su libro con una conocida cita de Borges que enaltece la condición lectora sobre cualquier otra seña de identidad del escritor. Desde ese territorio germinal la poesía del madrileño sondea espacios de sensaciones que dan senda libre a la experiencia vital y a sus claroscuros; los efectos erosivos de la decepción y el tiempo conviven con la pulsión emotiva y las razones del corazón. 
   Los poemas iniciales presentan una epidermis reflexiva; quien comparte las líneas de escritura de la intimidad vive en la incertidumbre, se siente a sí mismo como un muñeco de arena moldeado por manos ajenas que deja atrás un existir compartido para habitar ahora un presente de ausencias, un estar en el que cobra fuerza la evocación de otros días. La búsqueda tenaz del sujeto solo encuentra entre sus manos desolación y amargura, como si el amor fuese un espectro, un espejismo del tiempo que se ha ido borrando poco a poco. Todo es recuerdo, melancolía, el humo manso que asciende desde un despertar de soledad que ha perdido la inocencia de los pasos comunes.  
   Pero el clima nocturnal de muchas composiciones no anula la claridad posible del amanecer; el amor perdura, tantea la azarosa distancia del regreso, vivifica en la sorpresa nocturna de la caricia, se hace deseo y reencuentro o se contrae hecho dolor, como atestigua la composición “Dolor sombrío”. Entre el creer y el no creer deambulan las palabras; desde esa duda llegan los recuerdos de un tiempo compartido y llega también el cansancio que sugiere la rendición y el abandono.
   Sorprenderá el poema “Síndrome tóxico”, que se aleja de la temática amorosa general del poemario para recordar una dolorosa contingencia sanitaria que afectó a muchas familias en nuestro territorio nacional. El año 1981 fue testigo de la muerte de miles de víctimas por el envenenamiento masivo del aceite de colza. De tanto sufrimiento y dolor nacen los versos que hablan de muertes inocentes, personas discapacitadas e inocencias perdidas.
   Es solo un intervalo temático en un hilo argumental marcado por las variaciones anímicas del amor; o  del desamor porque los últimos poemas “Tu levedad”, “Soledad perenne” y “Ültimo olvido” la cicatriz se va cerrando para dar paso a un vacío, a la levedad de una estela que se hace nube invisible. El estar desapacible perdura; en el último olvido el presente abre sus manos para hacerse evocación y el resplandor callado del recuerdo. Lo vivido no es más que barro líquido, un molde extraño que se ajusta a las ásperas manos del tiempo. 



domingo, 17 de mayo de 2020

EL PARAGUAS

La otra cara del sueño
Fotografía
de
Archivo general de internet

EL PARAGUAS

  Cada noche deja el paraguas, enhiesto, como un ciprés pequeño que buscara raíces, entre la cama y la mesilla. Su sombra vertical contrasta con la claridad de las sábanas. Entre el ir y venir del sueño se filtra la lluvia. Mientras duerme, siente una humedad contradictoria que eleva al techo la temperatura corporal. Solo el cobertor asume el desajuste.

 (De Cuentos diminutos)



sábado, 16 de mayo de 2020

KARMELO C. IRIBARREN. SAN SEBASTIÁN BLUES

San Sebastián Blues
Karmelo C. Iribarren
Prólogo de José Luis Cancho
Papeles mínimos / Poesía
Madrid, 2020



GRADACIONES Y PASOS


   La estimulante presencia de Karmelo C. Iribarren (San Sebastián, 1959) en el laberinto poético actual es un hecho, pese a la indigencia mental de algunos críticos, ya sea a través de la significativa producción reunida en Poesía completa (1993-2018), impulsada por Visor en 2019, o en compilaciones parciales como La ciudad (2014), Pequeños incidentes (2016), Amor, ese viejo neón (2017) o Los cien mejores poemas de Karmelo C. Iribarren (2018), selecciones que despliegan claves interpretativas de distinto alcance teórico. A estas valoraciones de trayecto se suma ahora San Sebastián Blues, editado con su sobria elegancia en Papeles mínimos. El título de la antología suena a jazz y concede a la ciudad natal del poeta un singular espacio trascendido que acumula gradaciones y pasos. Con ese fondo azul en la pupila se escribe la condensada indagación intimista de José Luis Cancho, autor del apunte “Alzar un plano”. La mirada omnisciente recupera el contexto existencial del poeta y las mudanzas de su sensibilidad. Cancho nos deja en sobrios trazos la identidad de un paseante que recorre su entorno cívico convencional con itinerarios imprevisibles, como si ese avanzar a la deriva quisiera calibrar a cada paso la dimensión del tiempo.
  En la organización de la obra percibimos el deseo de que estén representados en la antología todos los poemarios, incluido Un lugar difícil (2019) y tres poemas inéditos. Desde esta voluntad camina la veracidad del protagonista implicado, moldeando casi un nuevo libro que muestra la soledad como estación final. La etapa de madurez traslada la conciencia del sujeto a las afueras; la voz se hace más introspectiva, menos dispuesta a prestar atención a las naderías de la calle. El hablante verbal reivindica su derecho a vivir en tierra de nadie, practicando el patriotismo de la indiferencia. Sabe que su tiempo es otro. Deja en reposo el atlas de geografía humana de la vida social, como si el polvo superficial de las apariencias hubiera sido borrado y solo quedase al descubierto la claridad de la indagación, el autorretrato del sujeto ante sí mismo con la voz sabia del amanecer.
  Desde la distancia del recuerdo, las señas de identidad del entorno adquieren una atinada definición. El enclave norteño se define por la galerna, la presencia de la bahía, la mirada estival de los cuerpos al sol de los bañistas, los puentes, el río, los bares del casco viejo, o el teclear intenso de la lluvia. La implicación del espectador es fuerte. Así se despliegan las anotaciones que acogen el clima de relación entre sujeto y entorno. Las composiciones recuerdan mínimas acuarelas que hacen de cada poema, lejos del apunte de taller, un cálido bosquejo del discurrir.
   Los versos revelan la lenta elaboración de una vivencia y el pulido final. El sesgo narrativo de mínimas secuencias existenciales. Son poemas de cielo claro y expresividad directa, ajustando los pasos de un personaje reconocible. En él perduran los peculiares caracteres del ego, aunque los párrafos se hacen más esquemáticos. Se alternan los estados de ánimo, las leves descripciones, las lecturas reflexivas del silencio. Son avances que van adquiriendo todos los elementos en la versión final de la identidad del yo y en los claroscuros que transmite su geografía afectiva.
   Karmelo C. Iribarren es un magnífico creador de ambientes. Sus poemas configuran atmósferas tangibles con pinceladas incisivas, capaces de convertir la gastada realidad cotidiana en un símbolo resistente al devenir temporal. En las composiciones de San Sebastián Blues la ciudad cristaliza como una presencia viva, estimulante, contradictoria, que ofrece a los desplazamientos un espacio de libertad, la soledad en compañía que cada día despunta a plena luz. Me gusta mucho la poesía de Karmelo C. Iribarren, su verdad conjetural sin artificios, su forma de decirnos sin lenguajes cifrados que vivimos una fuga en solitario, donde la derrota aguarda siempre como estación final. 


                                                                                            JOSÉ LUIS MORANTE


viernes, 15 de mayo de 2020

EN ESTADO DE ALARMA (ENTREVISTA)

Hablar a solas
Fotografía
de
Sergio Guadalajara 

Archivo personal

EN ESTADO DE ALARMA

 (Entrevista a José Luis Morante)

Tasio Luna

¿El estado de alarma es una cárcel?

  En absoluto, es una medida social necesaria para evitar la propagación de la epidemia y para dar tiempo a que se remanse el número de contagiados. Por tanto es un deber cívico que redunda en beneficio de todos. Sería grave percibir esta situación sanitaria como una agresión a la libertad personal; quien piense así lo primero que debe hacer tras el confinamiento es visitar al psiquiatra porque sus facultades mentales acumulan espejismos…

¿Es posible hacer vida normal sin los otros?

   Los escritores están acostumbrados a la soledad. Necesitan muchas horas de encierro en la lectura y en la creación; el tiempo se disgrega, se ralentiza, se fragmenta y cuando busca a los demás están ahí a través de los medios digitales o en la presencia cercana de la comunicación telefónica. Apenas he percibido que estos dos meses en casa hayan sido diferentes de otros, salvo por el tsunami de noticias y por la triste realidad de las cifras que deja la pandemia a diario.

¿Qué proyectos en su mesa de trabajo?

 Tenía entre las manos varios libros cerrados porque en 2020 se cumplen treinta años de escritura; así que estaba programada una antología de trayecto para presentarla en Madrid en la Feria del Libro. El libro sigue en pie y estará disponible muy pronto gracias al incansable trabajo de La Garúa Editorial, la colección que dirige Joan de la Vega.

¿Sigue conectado a la actualidad literaria?

  Sí, no soy capaz de vivir la literatura a tiempo parcial; para mí la literatura es media vida, la otra media también. Por tanto, dedico algunas horas de la mañana a trabajar en proyectos acordados y con fecha de entrega, respondo el correo y de cuando en cuando escribo algunos aforismos y reseñas…

¿Qué géneros resaltaría en su trabajo lector?

  El trabajo crítico requiere una bibliografía especializada que aglutina ensayos y volúmenes de creación, pero siempre leo mucha poesía y practico la relectura de aquellos escritores que forman parte de mi identidad, entre los que se abren mis propios libros, como la generación del 50. 

¿Qué papel juega internet en este encierro?

  No tengo más remedio que dar las gracias al extraordinario funcionamiento de internet, esencial en la búsqueda de información específica, y en la sustitución de los eventos presenciales, se han grabado muchos vídeos para dar presencia a las novedades literarias y para recordar a los lectores que la literatura sigue también en estas condiciones. Y gracias a internet tengo noticias de mis amigos poetas desperdigados por todas las partes del planeta: qué hermoso percibir mensajes desde USA, Líbano, Italia, Francia, Venezuela o Béjar... Lo digital es magia.

¿Y Puentes de papel, su blog casi diario?

  Los latidos del blog dan fe de vida de mi voluntad literaria. En él camino por los senderos habituales: las reseñas de libros nuevos, los poemas, los destellos del decir breve y a veces las incisiones biográficas del diario… Es una manera de seguir en este caminar a solas. De poner incertidumbre en cada amanecida.

Confieso que me sorprende un poco su optimismo en este tiempo tan extraño

  Mi vida diaria niega a Marcel Proust, mis pasos no están en la búsqueda del tiempo perdido sino en la tarea diaria de la celebración y del asombro; no, el mundo no está bien hecho, pero mejorarlo es una tarea de todos; y la mía se hace desde la escritura y la lectura, desde un estar donde la esperanza es siempre norte, a pesar de cansancios, deslealtades y decepciones; así que en el regreso seguirán mis canas y mis ojos miopes, pero seguirá también el optimismo del abrazo, la fe firme en la buena gente, la que hace del mañana una estación habitable.

TASIO LUNA

Rivas Vaciamadrid, mayo de 2020    



jueves, 14 de mayo de 2020

DESTILACIONES DEL ÁNIMO

Ingredientes en espera
Banner-Laboratorio, Museo
Archivo
Homociclo


DESTILACIONES DEL ÁNIMO


En la lejanía, la estatura de la felicidad se agiganta.


De una relación personal feliz es difícil salir por el mismo pasillo.


Los padres suelen resguardarse bajo la felicidad abierta de los hijos.


El mayor inconveniente para pactar acuerdos con la felicidad es su carácter nómada.


Inacabable intuición práctica; la felicidad conoce casi todos mis secretos.


Gestos que apaciguan las horas de sombra: cerrar un cuento y dar el beso de buenas noches.


Tanteante, precaria e insegura, la felicidad refuerza nuestra condición finita y el abrumador dominio del azar.


De la docencia, el maestro; de la sanidad, el médico de cabecera; de la felicidad, la plegaria.


JOSÉ LUIS MORANTE





miércoles, 13 de mayo de 2020

ATARDECER

A solas
Archivo general
de
Internet



ATARDECER

                                                            Que nadie te espere es la última libertad

                                                                                     FELIX TRULL

Mientras avanzo
envejece el camino.
Nadie me espera.