martes, 21 de mayo de 2024

EXIGENCIAS

Volver al día

 

EXIGENCIAS

 

   No basta la buena intención. Para  que  el itinerario personal cruce el umbral de lo permanente y busque pronto ese cielo de fondo del lector debe cumplir, de forma imprescindible, algunas exigencias. Cuánto emociona escuchar su voz dubitativa en el taller. La literatura es un encuentro pactado entre dos comensales: el autor y las palabras; son dos caminos que se juntan en un punto de cruce, ajenos al invierno, para firmar acuerdos y pactos comunes. Cada gota pregunta donde debe guardar su transparencia. Cada género asciende a su peldaño para depositar en él sus huellas firmes: el ensayo, el sentido cartesiano, a salvo de cualquier disgregación; el aforismo la persuasión pedagógica y la prolongación del pensamiento; el relato la complicidad y la pequeña magia del final; la novela, el paso libre de los argumentos y  la inteligencia ordenadora en el rumbo de los personajes; y la poesía, el misterio vespertino de la insinuación, el no sé qué que queda balbuciendo. El escritor preserva la intuición creadora, la riqueza emocional y la mano fuerte de un día laborioso que consume su luz en un instante.

(Ontología de tinta)



 

 

domingo, 19 de mayo de 2024

EL DINOSAURIO

Espejismos
Imagen
de 
la cadena BBC

 

EL DINOSAURIO

 

   Fue un repliegue callado. Una mañana el dinosaurio se ausentó y al despertarme ya no estaba allí. Desde entonces  la tibieza de mi dormitorio ha perdido su foco de luz, ese punto exacto donde fijar la mirada. No dejo de preguntarme qué provocó su ausencia, mientras guardo un colmado reguero de palabras no dichas. El recuerdo marca huellas en mí. A la distancia justa la soledad del dinosaurio busca rescoldo en otros ojos.

(De Cuentos diminutos)






 

 

sábado, 18 de mayo de 2024

MUDANZAS

Ý nueva casa...
Fotografía
de
Internet

 

MUDANZAS

 
 
Aurora. En los cristales de la buhardilla el beso tibio de un sol cordial. Se nubla pronto.
 
Días en los que la calle tiene cara de resentimiento con cuaderno de agravios.
 
Entre las sábanas, lluvia sin olor; un goteo neutral.
 
Con los nuevos libros actúo como un propietario impaciente. No dejo que se duerman.
 
¿Por qué lo sencillo es siempre tan complicado?
 
Soy parte de su vida, me dice, observando, abstraída, una telaraña.
 
Una amistad discreta. Como un hule de plástico, sopa de sobre y maceta de supermercado.
 
Cuando me visita la incertidumbre en el correo, vacío la bandeja de entrada. Después pongo a cada mensaje no leído las palabras justas.

(Horario de sábado)



viernes, 17 de mayo de 2024

JOSEFINA AGUILAR RECUENCO. LEONORA DENTRO

Leonora dentro
Josefina Aguilar Recuenco
XLII Premio Leonor de Poesía 2023
Ediciones de la Excma Diputación de Soria
Soria, 2024

 

LA SED DESPUÉS DEL VASO
 

 
   La decisión del jurado literario del XLII premio Leonor de Poesía, que convoca la Diputación Provincial de Soria, confirma la presencia de Josefina Aguilar Recuenco (Almería, 1971) entre las voces más reconocidas del mapa lírico actual. Autora de una escogida estela de poemarios, en un intervalo temporal muy breve, que arranca en 2016 con el libro Overbooking en el Paraíso, la poeta almeriense y profesora de Enseñanza Secundaria, singulariza su entrega Leonora dentro con el formato reflexivo de la prosa poética. De inmediato clarifica que el título alude a la pintora surrealista Leonora Carrington. La artista, nacida en Inglaterra el 6 de abril de 1917, se nacionalizó en México y fue una de las pintoras más importantes del surrealismo latinoamericano. Su biografía hizo de la desmesura normalidad. Eso se percibe muy bien en el cauce profundo del poemario Leonora dentro que tiene como brújula expresiva el relato novelado Memoria de abajo. Rebelde activa, Leonora rechazó, en su etapa juvenil, las convenciones burguesas de sus progenitores, abrazó la rebeldía y el nomadismo viajero, fue pareja en Paris del pintor Max Ernst y conoció a las figuras piramidales más aclamadas del vanguardismo surrealista del momento, Picasso, Dalí o Breton, artistas plásticos muy reconocidos frente a la condición marginal del yo femenino. El estallido de la II Guerra mundial aconseja huir a España, donde su padre propicia el ingreso en un psiquiátrico de Santander. Allí escribirá la narración autobiográfica Memorias de abajo en torno a los estratos del subconsciente, sus vivencias, delirios y apariciones oníricas.
   La voz poética de Leonora dentro destila un largo monólogo interior. Se hace un cauce enunciativo fragmentario que recorre sentimiento y razón ladera abajo, como si explorase el denso bosque de sombras de la conciencia. Busca claros en medio del frío. La imagen visionaria de los elementos cercanos de alrededor procede de la confrontación con el entorno familiar. La tiranía monolítica paterna hace del sanatorio un espacio aterido de introspección. Con bellísimas imágenes, procedentes de un pensamiento onírico y alejado del gregarismo cotidiano, Josefina Aguilar Recuenco indaga el pensamiento vivo de Leonora y abre las claves al moldeo de una identidad que habita fuera del tiempo, en la humedad silenciosa de su propia madriguera. Quien bucea en sí misma sólo encuentra sitio para la orfandad. Está a trasmano de la norma social del tiempo. Es periferia de esperanza que vislumbra un mañana sin andén.
  El lugar del poema se define como cárcel mental. Alza un espacio de reclusión que condiciona y margina el paso de los días. Se convierte en un poblado nido de fantasmas dispuestos a confundir realidad y sueños. Un cosmos difuso que no duda en emplear la camisa de fuerza para diluir las hebras más pequeñas de libertad y mediodía y hacer de la cama un núcleo fetal de miedos y soledad.
  También los recuerdos afloran, como si fueran adherencias cutáneas que muestran los síntomas de otro tiempo. En 1939, el régimen de Vichy declaró enemigo ideológico al artista Marx Ernst y la persecución aconsejó la separación de la pareja. Toca sobrevivir a solas, vadear las raíces del tiempo y abrazar la huida. Pero el pavoroso destino en el psiquiátrico rompe el epitelio de la rutina cotidiana; sobre la piel asoma la cicatriz abierta de la locura y la supuesta desestabilización psíquica. Las ventanas reflejan un pozo de extrañeza, una náusea infinita que discurre aferrada a las horas. La huida no encuentra puerta y el lugar alza muros a una hornacina de frío.
  Leonora dentro es un extenso poema río; un monólogo dramático pleno de luz sobre el misterioso cataclismo de la locura. En el fluir verbal de Josefina Aguilar Recuenco Leonora vuelve a la habitación con vistas del presente para fundir lo místico y lo sagrado, un poblado imaginario de seres brumosos, que sorben la razón y se despliegan en el aire libre del surrealismo: “Dios pinta un huevo que se derrite. La cáscara es piel de paloma que se quiebra en la vulva del bosque”. Son versos que dejan a ras de suelo la belleza, que golpean de lleno con su materia viva, que se adhieren al cuerpo para que percibamos como emerge del lodo y la duda incesante la esperanza y se hace amanecida y libertad.
  
                                                          

JOSÉ LUIS MORANTE 



jueves, 16 de mayo de 2024

LA VIDA EN EL BLOG: GOZOS Y SOMBRAS

Lejanía
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 

GOZOS Y SOMBRAS  DE LA VIDA EN UN BLOG

TASIO LUNA

 José Luis Morante responde al teléfono de inmediato; madruga mucho y no tarda en volver a la tarea diaria en su blog Puentes de Papel, una bitácora que comenzó su andadura en 2010 y que sigue caminando con la solidez de quien despliega un mar ante los ojos. Con el poeta, aforista y crítico charlamos en el sosiego caluroso de mayo sobre los gozos y las sombras de su quehacer diario.

  ¿Satisfecho por el seguimiento de sus textos?

 Más que satisfecho, perplejo. No creía que la difusión de textos a través del blog alcanzara estas cifras. También abrumado por la generosidad de seguidores y amigos que me dedican su tiempo con paciencia encomiable. 

¿Qué aporta el blog como soporte literario?

 El blog borra distancias espaciales; llega a cualquier parte de nuestra geografía y solo demanda el interés de sus posibles lectores, la aceptación de un propósito didáctico. También la inmediatez del mensaje comunicativo y la respuesta que enriquece, a menudo, con los comentarios y opiniones de los amigos que reflexionan sobre los textos en las redes, a los que siempre procuro responder.

 ¿Qué papel juegan las imágenes en sus entradas?

 Complementan la escritura con referentes cercanos a los argumentos tratados. A veces son imágenes del archivo personal y otras proceden de internet; procuro que sean atractivas y den alguna pista sobre los contenidos de la entrada. Tengo la enorme fortuna de contar con presencias que convierten la fotografía en un mensaje visual.

 ¿Resulta gravoso renovar los textos casi a diario?

 Para mí es una costumbre, tras tantos años de práctica rutinaria. Tal vez más complejo que renovar las entradas es encontrar motivos habituales de interés. Compagino poemas, microrrelatos y reseñas… Estas últimas son las más áridas, pero juegan un papel esencial para llamar la atención sobre libros recientes.

 ¿Sus reseñas son para todos los públicos?

 No sé si entiendo bien la pregunta. Supongo que las reseñas están más dirigidas a un público más especializado, a un caminante habitual de la poesía que de este modo encuentra nombres o títulos que pueden ser de su agrado. Procuro además priorizar a autores jóvenes o menos conocidos. Y detesto los elogios gratuitos, lo mismo que los zarpazos que buscan hacer daño: si un libro no me gusta no lo comento.

 ¿Rivas-Vaciamadrid facilita su tarea como escritor?

 Es un entorno sosegado y hospitalario, pero escribiría igual en una ciudad de la meseta como Ávila, o en un pueblo de la costa mediterránea; la escritura es una necesidad vital, como la lectura. Por otra parte, me asomo muy poco a las calles literarias de mi pueblo. Hace unos años practicaba un activismo cultural diario, ahora prefiero el sedentarismo del ordenador y las estrategias digitales para comunicarme con mis amigos.

 ¿Todo son gozos en el blog o hay también sombras?

Lo cotidiano está hecho de contraluces. Hay gozos y asuntos gratificantes y de cuando en cuando hay sombras que van a parar al cubo de la basura del olvido, ese lugar que admite el reciclaje. Enumeraría como sombras del “mundillo literario bloguero” la envidia por el triunfo de los demás, la imbecilidad del rumor y la sospecha, la prepotencia, el cinismo, el falso interés, la amistad a cobro revertido… Esos asuntos aposados en las cloacas de la convivencia.

 Por último, ¿Qué opinión le merecen redes sociales como facebook?

Es el combustible del blog; cada vez que publico una entrada lo publicito en Facebook; esa es la utilidad esencial que veo en la red; soy de los que prefieren la charla y la presencia real; pero cada uno concede una utilidad a su muro. El mío casi siempre está lleno de indicios literarios. Para los contactos personales prefiero una cerveza compartida, una confidencia en directo y una caricia de verdad… Lo virtual desprende casi siempre tos de invierno. Un abrazo cordial y muchas gracias por esta charla digital.

TASIO LUNA

10 de mayo de 2024 

miércoles, 15 de mayo de 2024

ALICE MUNRO. DESPEDIDA

Alice Munro
(Wingham, Ontario, 1931-2024)
Fotografía
 de
Derek Shapman


 

                              ALICE MUNRO. LA HUMILDAD  DEL RELATO

   La decisión del sanedrín literario sueco de conceder la antorcha del Nobel 2013 a la canadiense Alice Munro desplegó en los medios de comunicación de todo el mundo abundantes informaciones biográficas. Nacida en Wingham, provincia de Ontario, en 1931, pasó su infancia en un ambiente rural del gélido interior canadiense, con severas dificultades económicas familiares. Tras establecerse en Vancouver ejerce distintos oficios y a partir de 1950 va cimentando un sólido trayecto escritural en el que el cuento se convierte en centro creador de su escritura. En él alcanza cimas universales. Como recalca la autora una y otra vez, su existencia sólo cobra sentido en la escritura, donde no pocas veces la letra pequeña de lo autobiográfico actúa como venero temático. Es en el cuento, un género mayor del siglo XX, donde habita lo esencial de un sentir literario.
  En Munro el cuento tiende a describir historias sin épica, con el énfasis apagado de lo cotidiano. Así sucede en su reciente colección de cuentos Demasiada felicidad, cuyos trayectos accionales requieren un desarrollo argumental de temporalidad expandida, una media extensión para precisar las circunvalaciones de actitudes vivenciales siempre de paso. Los cuentos abordan instantáneas de protagonistas y secundarios empeñados en una carrera de fondo de metas difusas. Lo contingente acecha, siembra estados de angustia capaces de cambiar el rumbo de una voluntad que no se guía por ideas abstractas sino por motivaciones de escasa relevancia. Y lo mismo ocurre en su entrega Mi vida querida, donde volvemos a percibir una estética singular en el aliento creativo de la escritora canadiense.
   Ni espacio ni tiempo precisan datos exactos. De esa atemporalidad emerge la geografía vivencial doméstica. Son espacios estrechos para supervivientes que reiteran tareas habituales en intervalos cronológicos en los que apenas cabe la sorpresa. Y, sin embargo, ésta reclama un espacio secreto de la intimidad individual como si fuera materia central de un submundo hermético.
   En los cuentos de Alice Munro cobran un relieve singular los perfiles femeninos, siempre llenos de complejos estados emocionales, en la paciente espera de lo extraordinario. Mujeres, atentas y receptivas, crecen hacia dentro mientras muestran su cansancio ante una realidad manipuladora y llena de cicatrices, que de cuando en cuando se ilumina con una relación personal, con un deseo cumplido, con la calma resolución de un conflicto sin tregua, o con el espejismo de una felicidad que nunca dura demasiado.
   La narradora canadiense falleció la noche del lunes, 13 de mayo de 2024, en una residencia geriátrica de Ontario, donde estaba interna desde hace años por su demencia senil. Antón Chéjov, Margaret Laurence y James Joyce fueron sus maestros. Hoy todos somos admiradores compungidos de sus narraciones extraordinarias, esas que aseveran con su imaginación moral que la conciencia de lo minúsculo está llena de grandeza. Descanse en paz.


JOSÉ LUIS MORANTE


martes, 14 de mayo de 2024

KARMELO C. IRIBARREN. LA ÚLTIMA DEL DOMINGO

La última del domingo
Karmelo C. Iribarren
Premio de Poesía Hermanos Argensola 2023
Colección Visor de Poesía
Madrid, 2024




PUESTA EN ESCENA


 
   Sin afectación intelectual y con la serena cercanía de la confidencia, la poesía de Karmelo C. Iribarren (Donosti, 1959) nunca pretendió ser otra cosa que felicidad lectora, un refugio seguro. Marcar la piel del agua de un vivir impuesto y rutinario que hace de las calles crepusculares una puesta en escena, aparentemente desatina y gélida, como esas horas grises de las atardecidas del domingo. No se elige ser; se sobrevive frente a los zarpazos de lo contingente, mientras el entusiasmo se constipa. Un estar desmembrado que deja el ánimo convaleciente y salpicado de escepticismo, convencido de que lo imprevisible anula la voluntad y tiene siempre la última palabra. Con esa filosofía ha ido creciendo en el tiempo el discurso poético del donostiarra hasta convertirse en una realidad tangible, en un legado pleno de solidez y fuerza emocional del que da buena cuenta Poesía completa (1993-2018) una geografía de entregas transitables con pórtico de Pedro Simón. El prologuista escribe:”Karmelo nos recuerda que no sólo somos las cosas que nos pasan, sino sobre todo las cosas que no nos pasan. Somos los trenes que no cogimos. Los amores que no tuvimos. Las veces que preferimos quedarnos quietos…”
   Aquella entrega parecía el escogido andén de un particular ciclo literario, una puerta de cierre que clausuraba por un tiempo la conexión emocional con la poesía. Pero las constantes vitales del poema siguen, son un continuo que se mantiene en vigor, incluso en estado latente, bajo mínimos, para retornar con fuerza al primer plano para manifestar de nuevo el ser de la existencia. Así nacen ahora los poemas de La última del domingo, ganador del Premio de Poesía Hermanos Argensola 2023, prestigioso certamen convocado por el Ayuntamiento de Barbastro.
   Vigilia y sueño se entrelazan para apagar la noche y dejar paso a la amanecida, ese territorio del sujeto verbal  en el que aflora la soledad, como un vaivén de olas que no deja de alcanzar el litoral diario, ese espacio de la monotonía en el que la rutina se hace fuerte: “Después de las catástrofes y las guerras, / después del infierno del desamor, / aparece ella, / como si nada, / y te ayuda a seguir adelante.” El paso rutinario es riguroso en sus límites, mantiene el ánimo tranquilo pero no anula el quebranto, ese paso cambiado del azar que trastoca razones emocionales. Este proceso, oscuro y lleno de interrogantes, reactualiza esperanzas y concede al poema otra oportunidad. La escritura es entonces un claro testimonio de lo mudable, una forma de observar síntomas que advierten que crecen cerca las expectativas y los logros, los devaneos de una realidad personal que incluso admite la lógica de la apariencia, los chistes malos, la inquietud y el desánimo: “La insensatez / campa a sus anchas por el mundo, / es necesario / acometer pequeños actos de cordura, / equilibrar un poco la balanza”.    
   El entorno conjuga sensaciones, convierte al protagonista verbal en una presencia que deja libertad a pensamiento y sentidos, que comparte los estados de ánimo del paisaje para que guarde sitio a las emociones y al despliegue de afectos, mientras el tiempo escribe su propia biografía.  De cuando en cuando el sujeto se vuelve hacia sí mismo para compartir las impresiones de una lectura, como sucede en “Historia de un poema”. Se mira en el espejo de lo autobiográfico para hacer un retrato de su estar entre palabras y de la aparente nadería crepuscular de lo laborable, hecha de menudencias destinadas a perderse en cualquier callejón de la memoria.
   Quien escribe retorna sobre sus pasos y busca matices nuevos en los itinerarios conocidos. Cuando habla del transitar colectivo se siente un aprendiz constante, una sombra diluida y fugaz; un habitual del conocimiento y la memoria que cuando sale de su recinto íntimo se lleva alguna ropa de entretiempo y el escepticismo pesimista de Cioran, como terapia básica contra el derrumbe: “Una dosis de Cioran / por las mañanas / me inmuniza para el resto del día. / Gracias a ella, / la estupidez y la maldad / no me cogen por sorpresa / y hasta pueden arrancarme una sonrisa / si sus efectos / al final resultan / más ridículos que fatales”.
   De cuando en cuando despierta, en el aire reflexivo del poema y sus divagaciones sobre la temporalidad, la brisa fresca de la ironía y el terapéutico sentido del humor. Las pequeñas dosis de pigmentos coloristas que dibujan sonrisa en las palabras. Vemos sus contornos en poemas como “El hartazgo de los ascensores” y “Damnificados”, composición en torno al mal trago de la felicidad de los otros, o el excelente “Ráfagas de optimismo” que convierte las conjeturas sobre la ausencia de amigos y conocidos en la posibilidad de una simple mudanza.
   El ámbito argumental de La última del domingo alterna en su dominio los pasos enmarañados del pensamiento, que llenan de incertidumbre e indagaciones tantas presencias anónimas, y los escaparates encendidos del ahora con sus rincones de claridad y penumbra. Precisas y con honda capacidad emotiva, las breves composiciones rastrean el azaroso oficio de vivir, ese espacio desangelado que marca a las razones del sujeto las zonas de supervivencia, el lugar donde la tinta blanca de la aurora encuentra sitio para el pasar machadiano, para ser protagonistas secundarios en los difusos papeles de una nueva representación.

JOSÉ LUIS MORANTE





lunes, 13 de mayo de 2024

SOBRE PASO LIGERO. LA TRADICIÓN DE LA BREVEDAD


 

PASO LIGERO. La tradición de la brevedad en castellano

 

José Luis Morante, poeta, crítico literario y miembro de Escritores en Rivas, con una larga experiencia docente en nuestro municipio, publica el ensayo PASO LIGERO. LA TRADICIÓN DE LA BREVEDAD EN CASTELLANO. Es un estudio sobre el aforismo, un género literario de tradición milenaria, pero todavía poco conocido a nivel popular. Editado en Sevilla por La Isla de Siltolá, Paso ligero muestra la intensa relación de José Luis Morante con la literatura hiperbreve. El autor ha trabajado en esta obra, con voluntad fuerte, durante más de cinco años. Un intervalo temporal que ha multiplicado conferencias, talleres, participaciones en antologías individuales y colectivas, lecturas y encuentros personales con los mejores estudiosos de España y Latinoamérica. El volumen se presenta el día 13 de mayo en el Centro Cultural Federico García Lorca, dentro del evento literario “Palabras en vuelo”, actividad colectiva coordinada por los escritores José Guadalajara y Candela Arevalillo, con amplia aceptación en las convocatorias culturales de nuestra ciudad.

   Se pueden definir las partículas elementales del aforismo como un enunciado breve y sentencioso que se empeña en entender lo que sucede dentro y fuera. Es un texto de máxima brevedad, capaz de desplegar en la sencillez aparente de sus palabras una novela de ideas, un pensamiento crítico. En el aforismo se unen reflexiones y sentimentalidad, conocimiento y poesía. Como escribió Baltasar Gracián, una presencia clásica y, sin duda, uno de los primeros impulsores del género entre nosotros: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Por sus lecciones de lógica, el acercamiento al aforismo y su materia verbal requiere una propuesta indagatoria profunda porque, todavía, la cantidad de estudios es muy limitada. Con esta situación de partida, las raíces sociales del decir breve muestran la valoración de una literatura minoritaria. Contra el desconocimiento, José Luis Morante, que ha publicado hasta la fecha cinco entregas de aforismos, abundantes artículos en revistas especializadas y ediciones de autores contemporáneos como Juan Ramón Jiménez, ha realizado un profundo estudio sobre los principales practicantes del minimalismo verbal. Su aporte está basado en criterios de análisis claros que integran biografía y selección de textos de la extensa nómina de seleccionados. Los argumentos de Paso ligero. La tradición de la brevedad se centran de forma monográfica en la realidad dinámica del aforismo literario peninsular escrito en castellano. Quedan al margen los trabajos escritos en las demás lenguas del país. Tampoco están representadas las aforísticas de carácter científico y filosófico que, sin duda, por los altos logros y por la profundidad de campo, podrían ser itinerarios a valorar en el futuro.
  El crecimiento incesante del aforismo en las primeras décadas del siglo XXI con el uso abrumador de las redes sociales, multiplicando la difusión de los textos breves, justifica la oportunidad de ofrecer un enfoque panorámico con practicantes reconocidos. No es otro el objetivo principal de esta antología. Sus páginas seleccionan las aportaciones coetáneas más exigentes de la producción aforística en castellano desde el despertar del siglo XX hasta el presente, cuando ya se ha formado la primera generación literaria del siglo XXI.
   Todos los incluídos en Paso ligero, el nuevo libro de José Luis Morante, se reúnen con un criterio cronológico que tiene como salida la generación del 98 y como término el núcleo de autores que da continuidad al devenir sosegado de la creación actual. El legado de esta estrategia formal debe ser reconstruido a partir de la provechosa convivencia con otros géneros literarios como el apunte biográfico, las crónicas y artículos de prensa, la poesía o el relato corto. Es de justicia el rescate; el quehacer de estos magisterios pauta la evolución estética del aforismo y presta motivos temáticos a una dilatada cantidad de escritores que buscan en la tradición de la brevedad nuevos matices.
   Los lectores de José Luis Morante encontrarán en los recorridos del aforismo una estética abierta en su expresión, desnuda y activa, siempre implicada desde tonos distintos en búsquedas de conocimiento, reflexión y belleza. Más allá de contingencias y gustos circunstanciales, la economía verbal ha encontrado por fin, en su despliegue, un reconocimiento mayoritario y una activa presencia intelectual. Define esa dimensión del pensamiento donde menos es más.
   El escritor ripense sigue con la misma ilusión de siempre participando en la vida cultural de Rivas Vaciamadrid mientras agradece a Escritores en Rivas su apoyo y generosidad en la difusión del libro, y a los editores Javier Sánchez Menéndez y Jaime Sánchez su disposición para acoger en el catálogo de la Isla de Siltolá esta aproximación histórica al aforismo. También da las gracias al público de Rivas por ser un apoyo constante para el trabajo literario, como vecino de Rivas desde hace treinta y cinco años.

(Encuentro PALABRAS EN VUELO)
Centro Cultural Federico García Lorca, Rivas Vaciamadrid)



 
 

sábado, 11 de mayo de 2024

EN BOCA CERRADA

Con ellos
Archivo digital
WordPress.com


 

EN BOCA CERRADA

 

   Como certeza escrita con la caligrafía de la infancia, desde niños, los fantasmas saben que la vida está ahí, pero no existe. Es lluvia de sombras, colgando del cielo; un destello diluido que se debe mirar con los ojos quebrados. Aun así, nunca comparten confidencias en balde  ni comentarios especulativos, para no derramar las migas del disentimiento.
   Vitalistas y etéreos, los fantasmas rezuman trayectos sosegados y desmontan silencios. Una y otra vez tienen aspiraciones simples: sembrar de noche miedos ocasionales en los surcos del sueño, y compartir de día una baraja de temores entre practicantes habilidosos, empeñados en aplastar caracoles y hormigas por mirar detrás.
     

(De Cuentos diminutos)




viernes, 10 de mayo de 2024

DISTORSIONES

Elogio de la incertidumbre 
Fotografía 
de 
Javier Cabañero Valencia 

 

DISTORSIONES

 
Tenía tantas palabras cosidas en la laringe que un día su silencio falleció por asfixia.
 
Cuántos parásitos ejercen su simbiosis en la piel del rencor.
 
Compra respuestas a saldo. Después sube, poco a poco, las preguntas recostadas en el trastero.
 
Consume una biografía concisa, pero con varias versiones.
 
Las huellas dactilares de una enumeración caótica: abrazos, silencios, sentimientos, indiferencia y contradicciones. El peso exacto de una memoria poliédrica.
 
Hay puertas sin mirilla; desconocen que el peligro está dentro.
 
Publicó tantas veces su fotografía en instagram que los rasgos reales desaparecieron. Ahora es solo el calor residual que propaga su imagen.  

(Apuntes de mayo)


 

jueves, 9 de mayo de 2024

EL MURO


 

 

 
 
EL MURO
 
No es mucho –nada tengo-;
estoy con los que miran
la palidez opaca y vertical.
Busco su enigma, piel
de roce y hendidura
en tanto la razón,
se vuelve fósil.
 
Solo el óxido asciende
hasta su altura.
Los días que amanecen requieren otra luz;
callados se preguntan
en qué lugar
camina el horizonte.
La distancia es ahora
el esqueleto gris de lo posible.
Aquí  la transparencia
no moja las espaldas;
y tampoco sostiene
un reflejo de nubes,
las migajas del vuelo.
 
Una lluvia de arena
dispersa sus indicios
y dibuja ceniza en nuestras espera.
Comienza la vejez
 cuando no hay sueños.
 
Con despojos salobres
sedimenta el desierto
al otro lado.
Abrazaré mañana su vacío.

      (Del libro Nadar en seco




miércoles, 8 de mayo de 2024

FRANCISCO FLORES PAREDES. UN TIRO AL PIE

Un tiro al pie
Francisco Flores Paredes
Edición de José Luis Trullo
Apeadero de Aforistas
Sevilla, 2024

 

OLOR A PÓLVORA

 
 
   Poco a poco emergen nuevas presencias en torno al aforismo, género que sigue mostrando una prolífica ambición expandida. Francisco Flores Paredes (Torremejía, Badajoz, 1961) cursó la licenciatura en el área de ciencias de la salud y ejerce como médico, labor que compagina con el quehacer literario. El despertar creador tiene su aurora en la novela A las ocho me visten de hombre, publicada por Círculo Rojo en 2016, apertura ficcional con continuidad en las narraciones breves de Relatos de una pandemia  (2020) y en su primera inmersión en el laconismo verbal Aforismos, anaforismos y otros artefactos, que también llega a imprenta en 2020.
   La concisión expresiva vuelve al taller de trabajo en la entrega Un tiro al pie, una propuesta editorial de José Luis Trullo, incorporada al poblado catálogo de Apeadero de Aforistas. El autor elige como gratificante compañía a dos consolidados nombres del presente conciso: Elías Moro y Miguel Ángel Arcas, dos autores que añaden al intimismo confidente de la brevedad la frescura y transparencia de la ironía, el humor y ese punto de recelo crítico que requiere la orfandad social.
   Con el paso ligero de la idea despojada, Francisco Flores Paredes busca perfilar destellos verbales siempre sentados a la diestra del sentido común; son atinadas reflexiones que se enroscan sobre sí mismas: “Todo niño contrariado se convierte en adulto por un momento”, “El silencio también puede llegar a ser erudición”, “La fe es una larga ruta que camina hacia la duda”, “Más humano que errar es fracasar”. Extraigo ejemplos en los que se hace patente el matiz filosófico, esa carta de navegación del yo pensante cuando busca dentro las persistentes interrogaciones del discurrir.
   Los buenos libros de aforismos conceden a la textura argumental enfoque abierto. El yo reflexivo se pone frente a la ventana en muchos textos, como si necesitase percibir las asimetrías del entorno. El pensamiento se desboca y amplía su radio de acción. El conjunto mezcla texturas con voluntad propia y ánimo de perderse en laberintos inexplorados. Las redes argumentales sondean lo metaliterario, ese estrato en el que la escritura indaga su naturaleza: “Del aforismo al haiku solo hay un continente de distancia”, “Hay escritores muy cultos que saben leer y escribir”, “Toda idea se asienta en el vacío previo que otra dejó”, “A muchos aforismos, ya en el último borrador del libro, les asalta el miedo escénico”, “Todo poema se sitúa en un punto equidistante entre el cielo y el olvido”, “La inspiración es la energía potencial del arte. El trabajo y la constancia, su energía cinética”. Y especial acierto tiene esta incorporación a la desaforada estela nominal del género: “Ahorismo: aforismo actual y exacto en tiempo y forma.”
   Otros breves son líneas de pensamiento con un claro carácter enunciativo. En sus contenidos reverberan los reflejos de la contemplación: “El color gris no es tan triste. Representa la oscuridad con vocación de luz”; la sombra fértil de la meditación ética: “La verdad es una preciada joya con tantas réplicas como almas cobija la tierra”, o esas puntadas de ironía que convierten la solemnidad en suelo raso: “La maldad está plagada de inconformistas”, “Las cuchilladas amorosas son una prueba de supervivencia extrema. Ni te imaginas lo que el alma puede aguantar sangrando”, “El prepotente es un blanco fácil”, “El futuro se compone de muchos presentes inexactos” o este consejo de botiquín de primeros auxilios: “Si cargas toda tu ira contra la vida corres el riesgo de pegarte un tiro al pie”
    Hablaba, al iniciar esta reseña, que a las compilaciones de aforismos les sienta bien el traje de la cordura, ese empeño del pensamiento para que las palabras respiren en armonía al romper silencios ensimismados. Para que quede cerca el ápice de sabiduría de algunas certezas. El sujeto verbal que deambula por los textos mínimos de Un tiro al pie  practica la empatía. Deja en sus palabras esa carga de aprendizaje que nos lega lo efímero, los recorridos de la vida al paso en una geografía contingente y con contornos poco definidos. Muy atinados estos monólogos comunicativos de una soledad que busca en la atardecida algo de luz en los paisajes del pensamiento.
 

 

JOSÉ LUIS MORANTE 




 

martes, 7 de mayo de 2024

ALERGIA

En el paraíso
(Serpiente cascabel, Faunia, Madrid)


 

ALERGIA
 
   La serpiente padece una alargada alergia a la manzana, por lo que mantiene su guarida en un distante rincón del Paraíso, a conveniente lejanía de mordeduras en el árbol del bien y del mal. De cuando en cuando se cruza ante sus ojos el desnudo resplandor de Eva.
   El reptil aprovecha el encuentro para elogiar la buena cualidad de aperitivo con panes y peces que tienen las raíces, los pequeños roedores y algunos gusanos de las hendiduras. El perfil de la hermosa muchacha asiente, pero sus hábitos alimenticios se han emancipado y dan la espalda al consejo.
  La soberbia solitaria de dios aprieta los puños sin rendirse. No entiende el absentismo laboral de la serpiente y, acostumbrado a estar solo, tampoco soporta el sedentarismo remansado de Adán y Eva. Cada mediodía tiene un final idéntico; la expulsión suspendida nada enciende, es ahora una pavesa inmóvil.

(De Cuentos diminutos)





lunes, 6 de mayo de 2024

CARLOS ROBERTO GÓMEZ BERAS. LA ESPINA QUE FLORECE

La espina que florece
Carlos Roberto Gómez Beras
Nota de contracubierta: Ana María Fuster-Lavin
Isla Negra Editores
Colección Filo de Fuego
San Juan, Puerto Rico, 2023


 
ASÍ ES LA ROSA
 
   Para quienes siguen desde hace tiempo, como es mi caso, el vitalismo creador de Carlos Roberto Gómez Beras (República Dominicana, 1959) no pasa inadvertida la persistente devoción por la poesía, la exacta fantasía de calado filosófico y la confidencia que hace del nombrar una paradoja simbólica. Con la escritura busca perfilar los trazos más frescos y transparentes de su yo personal; el sonido del agua. Desde el asombro del misterio y la profundidad ha ido naciendo un largo recorrido de publicaciones que ha obtenido numerosos reconocimientos y conforma un encendido relato de éxitos. El poeta, editor y catedrático, afincado en Puerto Rico desde 1964, ha conseguido en cinco ocasiones el Premio Nacional de Poesía y sus poemas se han trasladado a idiomas como el serbio, francés, inglés, alemán o estonio, asegurando de paso una presencia fuerte en revistas y antologías. Ana María Fuster-Lavin mide la dimensión expandida de estos versos y considera a su autor "una de las voces más genuinas y destacadas de la literatura antillana". 
   El poeta vuelve a conectar con la palabra poética con la entrega La espina que florece, un conjunto de más de sesenta poemas breves que se abre con este destello verbal de Blanca Varela: “Entre las cosas dios está allí, / sentado a la diestra de sí mismo”. Del estar entre cielo y tierra que observa a la distancia justa los elementos del universo y su génesis, con voluntad propia, nacen las travesías argumentales de  las composiciones, distribuidas en tres tramos orgánicos.
   El primero “Cielo” muestra un claro carácter enunciativo en el que reverberan los recuerdos de la contemplación donde se abrazan lo pagano y lo sagrado, la deidad incorpórea que respira en los estratos de la noche: “Dios trabaja para otros. / No descansa, como dijeron. / Por eso nos entregó el sueño / y un ángel para custodiar / ese espacio que nos ganamos / para ser frágiles como un ánfora.”  El necesario onirismo invita a traspasar límites físicos para percibir esa presencia fuerte e intocada, que trasciende el tiempo y cobija intacta la belleza “como la rosa de un poema”. Es una voz que convoca y absuelve la soledad dormida, que llama desde dentro. A veces no está. Entonces la mañana se hace frío y tiniebla. Muerte y olvido. El abierto vacío de una boca que no tiene palabras que pronunciar y oye respirar un tangible silencio ensimismado, sin ninguna certeza aparente. El sujeto siente su desvalimiento, percibe esas coordenadas que dejan la existencia en el centro de la nada. Es un monólogo sin luz. Una página en blanco, un lenguaje por descubrir, donde aferrarse en el oscuro caminar de la imaginación. El yo verbal en soledad es solo el reflejo de la rosa que nació del sueño. Una esperanza, un legado intangible de verdad y belleza. Una sed, un regreso, una espina que desgarra la piel “sola, dura e hiriente / abandonada a sí misma / como un recuerdo”
   La sección central “Axis” toma su nombre de la segunda vértebra de la columna, la que hace posible el movimiento de rotación de la cabeza. Ella simboliza el amor, “la vocación de ofrendar lo que deseamos”. El cuerpo se hace entonces puro molde que cobija el deseo. Es senda hacia la deidad, hecha paisaje interior, razón del imaginario, encuentro y caminar capaz de hacer posible la resurrección de lo vivido, el retorno al origen, la urgente necesidad de representar el papel de Lázaro. Fugaz y contingente, la memoria susurra con esquejes de lo vivido, con esas instantáneas capaces de borrar la ausencia y convocar el ciclo germinal de una nueva primavera. Así nace el poema, como un pájaro que vuela entre las manos, como el temblor cálido de la celebración de la nostalgia: “Tú me vislumbras como un hombre afiebrado / que busca entre pliegues tus humedales. / Yo me presiento ser el niño huérfano / que de tus senos rebosantes bebe la nostalgia. / Por eso, en este puente imaginado, cada noche, nos rendimos a la entrega malsana / de sabernos un cuerpo y una ausencia / que intentan cruzar ciegos una parábola”. Existir es marcar en pieles de arena una ruta de pasos perdidos; dar sentido a un peregrinaje que se pierde en la razón del misterio y hace de la duda una pulsión de búsqueda.
   Como si fuera otro espacio marcado por la geografía afectiva, el apartado final “Tierra” supone en el recorrido la persistencia del despertar. Como si el extravío encontrara un andén donde detenerse y pernoctar. El alma lava su cansancio, recupera la ingenuidad del niño, la clara senda del poema que se hace preguntas entre el amor y la incertidumbre y dispersa el vaho de los espejos. La pérdida impone su reguero de ausencias, hace del pretérito un estanque de imágenes posadas en las aguas dormidas del olvido. Falta el legado personal del pretérito, aquello que alguna vez fue nuestro y ahora se diluye en la prisa del tiempo, cambiando el plumaje de la noche.
   Algunos poemas de la sección habitan la razón de la escritura, desde la conciencia del poeta. Escribir es dar aliento, hacer de la palabra una grieta de vida, convertir en centro cada margen. Quien se viste de poema no busca la belleza intocada de la rosa sino el tantear de la espina que rasga la piel, que olvida el tedio de lo cotidiano en la hondura de gris de los espejos. La voluntad se hace intento; sabe que no hay más premios que persistir en ese oficio callado y laborioso de la contemplación. La naturaleza del yo es transitoria y efímera, camina hacia el atardecer y hace de la tristeza un himno que se apaga en la punta de la lengua.
  La poesía de Carlos Roberto Gómez Beras se empeña en comprender las voces fragmentarias que definen la propia identidad, esa cadencia que muestra en lo cotidiano incertidumbre y desamparo. Así va perfilando el empeño del yo en sus indagaciones en torno al enigma existencial y en la construcción de los sentimientos como una arquitectura de largo alcance. Es esencialismo expresivo. Poesía donde atardece despacio, con la sutil pincelada del misterio.



JOSÉ LUIS MORANTE



 


domingo, 5 de mayo de 2024

HUÉSPED

Los otros
Archivo de internet

 

HUÉSPED 

A Karmelo C. Iribarren, a quien debo la idea de este microrrelato

 
   Viajo mucho a ciudades distintas y lejanas, pero casi nunca abandono la habitación del hotel donde me alojo. Es una costumbre arraigada. Nació en Orlando el día en que encontré en el espejo de mi cuarto de baño el rostro del huésped anterior. Con gesto tranquilo, me desveló su identidad. Tras una larga charla, cuajada de interés, me facilitó el contacto con huéspedes encerrados en otros espejos. Todos resultan interlocutores amenos, que buscan el aire fresco de la confidencia.
   Sigo en ruta. En los espejos, también la soledad es avenida que espera transeúntes.

(De Cuentos diminutos)





viernes, 3 de mayo de 2024

COORDENADAS DEL YO

Coordenadas del yo
Pantano de Ávila
Fotografía
de
Rubén Sánchez Santana

AQUÍ
 
 
                Nada y todo ocurre en todas partes
 
                                          PHILIP LARKIN
 
Es aquí donde estoy,
entre grietas de  un yo parapetado
en las profundidades
de sí mismo.
 
Habito un cuarto exiguo
donde nada hay detrás,
salvo el triste vacío
de paredes sin lustre.
Soy un plano que muestra,
maltrecho y solitario,
el retraso gastado de caminos
que ya se desvanecen.
 
Mi reclusión carece de secretos.
En las puertas del frío,
necesito encontrar
en cualquier prisa
el sol en casa;
un cuerpo que sostenga
el temblor de la luz.

        (Del libro Nadar en seco, 2022)




miércoles, 1 de mayo de 2024

VENTANA AL SUR

Ventana al sur
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana


 

VENTANA AL SUR 

            Pensar más de lo que  encuentra ya pensado

T. W. ADORNO

 

El aforismo aspira a la verdad, pero no es la verdad.

Los que al hablar de poesía hablan en prosa de poder literario son impostores.

Despiertas y estás ahí, o no.

El entorno demuestra que ser normal es una categoría utópica.

Si el desarraigo cobra forma, se me parece.

Soy un escritor realista. Sueño mucho.

La puerta y su perpetua discusión con la cerradura.

Desde hace años es un servidor incondicional del resentimiento.

Me gustan los afectos mantienen su vocación de austeridad.

(Tras el cristal)