viernes, 30 de junio de 2023

JOSÉ ANTONIO OLMEDO (ed.) [EX]CENTRICIDAD

[EX]CENTRICIDAD
11 exopoetas que abren camino
en la poesía española contemporánea (1959-1986)
José Antonio Olmedo (Editor)
Editorial Celya
Colección Generación del Vértice
Toledo, 2022

 

 DISIDENCIAS

  

   Ignoro cómo dilata el discurrir diario José Antonio Olmedo (Valencia, 1977), pero ha logrado en un plazo muy breve de tiempo perfilar la realidad consolidada de un quehacer literario múltiple. Su taller aglutina poesía, investigación crítica, narrativa, aforismos, crítica de cine y columnas de prensa. Esa solvencia creadora ha dejado títulos de gran interés para el lector y, sobre todo, propicia una perspectiva muy amplia de la realidad poética contemporánea a la que ha dedicado los ensayos Polifonía de lo inmanente. Apuntes sobre poesía española contemporánea 2010-2017, coeditado con el poeta y narrador Gregorio Muelas, y El pájaro en la rama. Conciencia del tiempo y tiempo de la consciencia en la poesía de Ricardo Bellveser (1977-2020).
  El volumen [Ex]centricidad, subtitulado “11 exopoetas que abren camino en la poesía española contemporánea (1959-1986)” compila voces líricas cuya condición identitaria es la disidencia. Los antologados personifican la disgregación de etiquetas gremiales y espacios normativos para afrontar la  dinamización del lenguaje como recurso metaficcional, propiciando estrategias y claves estilísticas, más allá de la ingeniosidad y de la ruptura de lo gregario.
  El prólogo de José Antonio Olmedo va precedido de un fragmento de la carta enviada a los escritores seleccionados. El antólogo busca “… Disidencia vocacional, irreverente, no violenta, indagadora, creativa y posiblemente, motor de nuevas tendencias. Poetas en un exilio voluntario de la llamada normalidad poética”. Tras el proyecto editorial del investigador está el estimulante propósito de recorrer la periferia orbital de nuestra lírica asumiendo, con pleno conocimiento de causa, otros modos de representación más allá de las supuestas premisas discursivas.
   De especial interés resulta el despliegue conceptual del prólogo. José Antonio Olmedo parte del contexto histórico porque supone que el material de cimentación de la expresión artística disidente está ligado a la situación de crisis. La convulsa inestabilidad social del presente tiene como vértices conjeturales la exaltación abrumadora del liberalismo económico, la desigualdad norte-sur, la deshumanización tecnológica y los conflictos armados alentados por las superpotencias. Son ámbitos destructivos que marcan su correlato en el hecho poético y que generan desde el poder actitudes de censura, control y estardarización, tendentes a crear una obra de arte homogénea, canónica y gregaria, hecha desde un discurso unidireccional. Ante esta situación la exopoesía es conflicto, ruptura, reacción preceptiva y formal.
   La nómina integrada en [Ex]centricidad está formada por los escritores Ramón Campos, Cleofé Campuzano, César Márquez, Blanca Morel, Eddie (J. Bermúdez), Nuria Ruiz de Villaspre, David Trashumante, Nieves Salvador, Julio César Galán, David Acebes y Eva Hiernaux. Son escritores nacidos entre 1959 y 1986, que pertenecen a diferentes generaciones y con idearios estéticos singulares, manifestados en las poéticas que sirven de entrada a la selección textual. La automirada conforma un soliloquio sintético; clarifica propósitos substanciales que dan la espalda a la erosión del tiempo y proporciona una contemplación en primer plano. En esta toma de conciencia de la materia poética los enfoques son muy divergentes: César Márquez opta por las teselas fragmentadas y concisas del aforismo con la certeza de que se marchita el misterio cuando se hace explícito y se nombra: “Una negra molestia: hacer, decir”, “Elevarse para hablar de la tierra”, “¿”Yo”en poesía? Todos y ninguno. Común elevado. Todas las personas del verbo. Pueblo”. Nuria Ruiz de Villaspre pone como andamio de su reflexión poética un enunciado del poeta serbioo Vasko Popa que alude al carácter inefable y no teórico de la escritura. La poesía es temblor, captura en tránsito, vuelo y raíz al mismo tiempo. Ramón Campos traslada a su poética abundantes elementos gráficos que resaltan el carácter fragmentario del ideario, muy lejos siempre de la lírica narrativa y discursiva. Blanca Morel ha sostenido en el tiempo una indagación reflexiva, asomada al fluir de la conciencia y la condición transitoria del yo. La poesía se hace cuestionamiento y profundidad, revelación abierta que sondea lo sublime desde el cuerpo y la mirada. Toda antología poética se asienta sobre una presencia clave y este es el papel que conjuga y personifica Julio César Galán, cuya investigación sobre el heterónimo y la identidad ha propiciado algunos ensayos imprescindibles. El poeta de Cáceres busca la heterodoxia; una escritura con carnalidad, hecha de sensaciones que exhibe también los elementos sonoros del poema. Su ideario aglutina un fragmentado despliegue formal que se organiza en cuatro acordes o etapas poéticas que alumbran una escritura en proceso que muestra también posibilidades inacabadas y tanteos expresivos. Eddie (J. Bermúdez) asocia su estilo con el poemario sin intermediarios teóricos. Su escritura protagoniza un viaje hacia dentro de la dicción, un continuo proceso introspectivo para que germinen los cambiantes matices de la senda verbal y su realidad endogámica. Cleofé Campuzano  percibe el hecho poético como transformación de la realidad y como escaparate cognitivo en el que se reflejan las coordenadas vitales del sujeto pensante. Asumiendo la práctica poética como una disciplina artística extraliteraria, más próxima al arte conceptual que al trayecto literario, David Trashumante reivindica la funcionalidad del lenguaje y su disposición para generar espacios comunes con otras disciplinas. Su escritura, por tanto, recrea la perfomance y los espacios de representación capaces de crear experiencias transformadoras en lo real. David Acebes apuesta por una poesía intelectual que plasma ideas y pensamientos. Supone que su obra poética aspira al palimpsesto, a esa ascensión de tachar lo escrito y sobreescribir de nuevo en ese vuelo inefable del poema ideal. Con caligrafía simbólica, plena de onirismo, Nieves Salvador Bayarri se acerca a la poesía desde la plenitud de la sensación; así postula una lectura interna de la palabra más allá de la epidermis del lenguaje y de la supeficie tangible de lo real. La poesía es un acto de libertad, una génesis del yo que se transforma a sí mismo para descubrirse. Por último, Eva Hiernaux suscribe una poética concebida como refugio capaz de gestionar relaciones internas entre el mundo y la identidad del sujeto. Una epifanía que se construye con materiales de la tradición y con las percepciones de otros que prestan sus perspectivas y sus enfoques argumentales; por tanto el poema es un ejercicio artesano que requiere esa luz final que lo singulariza y llena de claridad.    Recordemos una obviedad musculada en el tiempo: cada antología es un error. Es un lugar común del quehacer crítico, pero es también la certeza de que cada selección subjetiva cuestiona presencias y ausencias, responde a la voluntad fraguada del editor y a su incansable empeño reflexivo. José Antonio Olmedo articula en [Ex]centricidad una aldea gala, una estación de raros donde conviven idearios líricos que buscan lo intangible en el acontecer del poema. Y el resultado es una excelente invitación a lo distinto, una concentración de asombros que superan la moralina figurativa para explorar otras galaxias de la creación, esos puntos negros que son siempre apertura a la luz.



JOSÉ LUIS MORANTE


   
 
 

 

jueves, 29 de junio de 2023

CONTRA EL TIEMPO

 

Años cincuenta
Fotografía
de
Internet

CONTRA EL TIEMPO

Tímido asombro frágil
de un mudable escenario,
cuando niño tenía la seriedad de luto
de unas gafas de concha,
templanza en la sonrisa
y el flequillo uniforme
del quehacer laborioso.
Sobre el llano gastado del pupitre
iniciaba abordaje
un revolar de páginas,
despliegues de raíces
sobre un papel manchado
cuya savia desdice la grisura.

El tiempo con sus dedos de catástrofe
oxidó aquel aspecto.
Pero bajo la piel desangelada
del amargo presente
sigue firme
el ámbar del destello
que anticipa el incendio;
la soledad incierta
que alza sueños a mano
y que no cede nunca al extravío
de perder la inocencia.

                 (De Nadar en seco)





miércoles, 28 de junio de 2023

JOSEFINA AGUILAR. AUBADE

Aubade
Josefina Aguilar
Editorial Huerga y Fierro
Colección´Rayo Azul / Poesía
Madrid, 2023
 

RESTOS FÓSILES

 

   La lectura de Papá, Hiroshima no me deja dormir (2022) es un excelente mirador para adentrarse en el espacio poético de Josefina Aguilar (Almería, 1971) Licenciada en Comunicación y profesora de Formación Profesional de Imagen y sonido. La poeta, en un espacio temporal muy breve, ha conseguido un tono de voz  alejado del habitual etiquetado crítico. Alcanza excelente altura en la prosa poética de Papá, Hiroshima no me deja dormir, una compilación de textos que elige un referente histórico transcendental para acercarse al apocalipsis con el tacto frágil de lo cotidiano. Mientras el siniestro pájaro de acero soltaba la bomba alguien en la ciudad hacía el amor, habitaba la acera con la prisa de siempre, caminaba al colegio o dejaba en sus labios la sonrisa de lo necesario. Todo fue barrido para siempre, convertido en ruinas, haciendo de aquel hongo siniestro un arquetipo de la devastación que sonroja a cualquier divinidad. No es tiempo de gritos ni de resentimiento, sino de habitar las palabras con la ausencia para que lo invisible permanezca.
  El umbral afectivo de Libro de desasosiego de Fernando Pessoa abre la senda de Aubade con una reivindicación de lo imposible desde el laconismo y el enfoque aforístico. Josefina Aguilar rompe las costuras del molde formal e intercala en su entrega apuntes líricos de mínima apariencia, como teselas verbales desprendidas del silencio: “Un espejo es un pozo. / Sobre él pon tu nave.”; “La superficie se mantiene a flote / porque en el fondo ya estás tú.”
   Se  construye un personaje poético que emplea la voz ensimismada de la introspección para expandir el misterio de lo existencial desde la filosofía, aunque en esa desnudez del pensamiento sale a flote un lirismo cálido, donde persisten los elementos sonoros del poema. Otras composiciones adquieren un mayor desarrollo narrativo, como “La flota del tesoro de Zheng He”, para hilvanar un hilo argumental que se aproxima a la leyenda por su densidad onírica.
  La escritora almacena en sus textos materia cultural de amplia procedencia y junto a esos elementos escindidos de la tradición, intercala otros itinerarios para el pensamiento. El mar copa el primer plano, como lugar vivo y emboscada de asombro. El entorno cambiante del azul despliega un hermoso abanico de imágenes poéticas que abarcan desde la personificación al escenario simbólico. Lejos de la descripción testimonial y paisajística, el mar se hace concepto y torrente expresivo, condensa sensaciones, confunde tiempos. Sirve de ejemplo la composición “Mar muy gruesa”, de la que rescatamos un fragmento: “Pon una decisión en el centro del océano y que flote. / Llena un vaso de agua hasta la mitad de la sed y déjalo partir…” . O el texto que clarifica el título “Aubade”: “Llena la casa de agua / para que el mar se llene de casa. / Aubade em el fósil de un barco. / Si miro a través de él veo un padre. / Mi ilumina un sol de agua.”
   La sección “AguaCeros” comienza de nuevo con la desnudez precisa del aforismo: “Llenar de agua un vaso roto. Esa es la vida del sediento”. Se oyen los ecos de la paradoja y el oxímoron y se acrecienta la desnudez extrema del poema que advierte de una escritura esencial, mínima, intensa. “Cuando un pez muere tiene dos vida: /flotar y hundirse.”, “Para no entrar en la red / te hiciste pez”, “No llueve dentro de un pájaro”. Parecen esquejes de literatura sapiencial, certezas intangibles de una forma de mirar  esa viva acuarela de las olas cambiantes. En este silencioso caminar del pensamiento el tema central olvida su desarrollo confidencial y enunciativo para que la idea se convierta en presencia. Todo el apartado se concibe como una invitación al silencio que concede a las palabras hondo calado.
   Lejos de cualquier inercia expresiva, Josefina Aguilar prosigue viaje por la poesía con el anhelo de una indagación creadora. En Aubade hace del mar centro neurálgico del lenguaje y conjuga una llanura ondulante de reflexión donde conviven secuencias oníricas y acuarelas imaginarias con certezas conceptuales de calado humanista. Poesía cuyo resplandor hace del símbolo una llama encendida, un despliegue de luz en el silencio que muestra un fondo habitable, a resguardo en la aubade del poema.
 
JOSÉ LUIS MORANTE
 
 
   
 

martes, 27 de junio de 2023

EN EL ESPEJO

En el espejo
Fotografía
de
Internet

 

EN EL ESPEJO
 
(Aforismos)
 
 
Solo habla consigo cuando hay un intérprete disponible.
 
La impaciencia aconseja hornear semillas.
 
El toldo del tragaluz es un oxímoron.
 
Entre los misterios de la inteligencia, el empeño de ocultarse a diario.
 
Quien no sabe dónde ir  mantiene siempre un inquebrantable compromiso con el traspiés.
 
La humildad cumple con mérito la función de ser nota a pie de página.
 
Rareza: una amistad sin ánimo de lucro.
 
Cuando aletea cerca, el optimismo recuerda la mínima vibración de una libélula.
 
Esas voces que visten a diario papel de lija y ganan altura cuando callan.
 
Acabé identificando su belleza con el vacío; en ella, todo es nada.
 
Es acaparador y avaro; cuando respira guarda el oxígeno y el anhídrido carbónico.
 
Qué triste la lectura volátil, la que no tiene huellas dactilares.
 
 
(José Luis Morante)
 
 
 
 

lunes, 26 de junio de 2023

ÓSCAR DE LA TORRE. LOS REALES AUSENTES

Los reales ausentes
(Antología. Heterónimos)
Óscar de la Torre
Prólogo de Julio César Galán
Editorial El Sastre de Apollinaire / Poesía
Madrid, 2022

 

MÁSCARAS
 

 
   Ningún poeta español contemporáneo investiga con más solvencia y hondura el fenómeno de la heteronimia literaria que Julio César Galán (Cáceres, 1978). El profesor universitario extremeño impulsa una senda poética fuerte, que integra las salidas El ocaso de la aurora (2004), Tres veces luz (2007), Márgenes (2012), Inclinación al envés (2014), El primer día (2016), Testigos de la utopía (2017) y la última amanecida lírica Un adiós abierto (2023), impulsada por la editorial Pre-Textos. Este empeño de búsqueda de una voz singularizada se expande en las propuestas creadoras de sus heterónimos Jimena Alba, Luis Yarza, Pablo Gaudet, Horacio Alba, Rafael Fuentes y Óscar de la Torre. El inventario de máscaras ha dado pie a una poesía especular que empuja ensayos, manifiestos cuadernos aforísticos y artículos breves. Un material de compañía que concede claves lectoras y clarifica referentes culturales, propósitos del taller y biografías imaginarias.
  El volumen Los reales ausentes, firmado por el personaje Óscar de la Torre, compila una antología de poemas de algunos heterónimos. Julio César Galán firma en el prólogo el necesario cuaderno de instrucciones sobre la otredad, una epifanía identitaria vivida hasta el extremo que disgrega el yo para habitar la experiencia de ser otro a través del lenguaje. Tras el desconcierto del hablante concreto y subjetivo, condicionado a recorrer una indagación limitada, está el estimulante camino ficcional de asumir otra conciencia y otros modos de representación.
   De especial interés resulta la información bibliográfica de cada heterónimo porque supone el material de cimentación de la memoria y su capacidad evocadora y expresiva. Así, el antólogo Óscar de la Torre (Bello, Teruel, 1973) es doctor en Sociología por la Universidad de Salamanca y desempeña un persistente quehacer investigador que tiene como vértices conjeturales el misticismo, la heteronimia, y el estudio de epígonos poéticos españoles de nuestra tradición.
   También se ahonda en el ideario estético de cada uno de los seleccionados, lo que, sin duda, sirve de brújula para enriquecer la lectura intuitiva de las composiciones. Jimena Alba, por ejemplo,  necesita la música para vislumbrar sus claroscuros existenciales y su resentimiento en horario continuo sobre las trincheras de la vida literaria. Más sosegado y transcendente, Luis Yarza percibe la cercanía del entorno natural y alienta un cántico de celebración y espiritualidad, haciendo del paisaje un recorrido anímico, una contemplación dialogal llena de briznas de luz. En sus versos cobija el cielo abierto de la espiritualidad y el rescate de tradiciones culturales como la sefardí, plena de sensualidad e intimismo. El heterónimo Pablo Gaudet, siempre proclive a la exploración reflexiva, añade una amplia muestra de sus libros ¿Baile de cerezas o polen germinando? (2010) y ¿Una extraña orquídea o un superviento estelar?, donde respira un ideario poético que acoge el fluir de la conciencia y el latido sentimental de lo emotivo, siempre singularizado frente a la presencia del otro. Poesía con carnalidad, hecha de sensaciones que busca también los elementos sonoros del poema y un fragmentado despliegue formal.
   Julio César Galán pluriemplea su voz mediante cosmovisiones ficcionales que exigen su propio estilo poético y la trama semántica de un perfil social e ideológico. En su cultivo de la heteronimia protagoniza un viaje metafísico que da voz a la ausencia a través de una personalidad proteica, desde donde afloran los cambiantes matices de la realidad interior. Si el yo nos encierra en el sitio angosto de nuestra identidad, las presencias ficcionales de los heterónimos permiten una modulación polimórfica del pensamiento lírico. Nace así una coral de reales ausentes que se asienta en otras coordenadas vitales y establece nuevas direcciones al sujeto pensante desde un yo diverso que niega a quien lleva dentro, un estar sedentario y remansado, para ser otro.
 

JOSÉ LUIS MORANTE





domingo, 25 de junio de 2023

PLANOS CORTOS. AFORISMOS Y CINE

Planos cortos
José Luis Morante
Editorial Trea
Gijón, Asturias, 2021

 

Entrevista a José Luis Morante
 
PLANOS CORTOS. Aforismos y cine
 
César Rodríguez de Sepúlveda
 
 
 
José Luis Morante (El Bohodón, Ávila, 1956), poeta, crítico e impulsor del blog “Puentes de papel”, publica casi simultáneamente dos libros enteramente consagrados al aforismo: Migas de voz (México, UNAM, 2021) y Planos cortos (Gijón, Trea, 2021). El primero es una antología de sus dos anteriores entregas aforísticas, Mejores días (2009) y Motivos personales (2014), e incluye también una selección de inéditos. El segundo recopila aforismos relacionados con el mundo del cine
 
-Te acercas al aforismo en 2005, cuando ya has publicado varios libros de poesía. Desde entonces, tu interés por estos diminutos proyectiles verbales no ha hecho más que crecer. ¿Cuáles son las razones de tu fascinación y cómo llegas a este género?
 
El arranque editorial en esta estrategia expresiva es el cuaderno Sueltos, una mínima publicación que recogía unos cincuenta aforismos; pero llegué al género casi en el comienzo de mi escritura en 1990, a través de lecturas de Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna o Carlos Edmundo de Ory. De esta estrategia expresiva me parece ejemplar su precisión, su apertura temática y ese diálogo intimista entre pensamiento y poesía.  
 
 
-Las historias de la literatura al uso no suelen prestar demasiada atención al aforismo, a pesar de que ha tenido ilustrísimos cultivadores: Lichtenberg, La Rochefoucauld, Cioran o, entre nosotros, Antonio Machado. Tal vez sea no tanto por su brevedad extrema como por ser textos que no terminan de encajar bien en ningún contenedor genérico.
 
A través de la historia el aforismo ha tenido una presencia sostenida, Marco Aurelio, Hipócrates, Gracián, Montaigne… Pero la consideración mayoritaria es asociar el aforismo con un género menor; todavía reivindicamos su calidad literaria y su pluralismo formal; el molde conceptual es tan cambiante que necesita un soporte teórico fuerte. Y esa contingencia bibliográfica necesita tiempo. En ella están algunos ensayistas que ponen cimentación al decir breve: José Ramón González, Juan Varo, Hiram Barrios,  Manuel Neila, Demetrio Fernández Muñoz, José Luis Trullo…
 
 
-¿Es poesía, filosofía, ensayo o es, como tú sugieres, “una novela de ideas”? ¿Cuál es su relación con el microrrelato?
 
El abrazo semántico unifica ingredientes diversos; aborda pensamiento, lirismo, sustratos temáticos que interpretan la realidad o viajes interiores a los laberintos del yo; el resultado es claro: una novela de ideas con exposición, nudo y desenlace que a veces cabe también en el espacio angosto del relato hiperbreve.
 
-Leyendo Planos cortos se me ocurre que el aforismo es el territorio del yo. Un yo que toma distancia en dos momentos sucesivos, uno centrífugo y otro centrípeto: la perplejidad de la mirada y el sometimiento de la realidad al yo a través del lenguaje.
 
La realidad y el sujeto son los dos espacios indagatorios básicos; los dos alumbran un largo viaje de conocimiento y experiencia; desde esos itinerarios se escriben los aforismos de Planos cortos; son textos conscientes de que ficción y realidad no son entidades firmes, cerradas, autónomas, sino espejismos cercanos que necesitan materializarse a través de las palabras y las imágenes.
 
-La escritura alienta una actitud constante de búsqueda. ¿No es, en último término, el propio sujeto el principal objeto de reflexión del aforismo?
 
A esa certeza llegaron voces referenciales como Heráclito: “Conócete a ti mismo”, o Montaigne: “Yo mismo, lector, soy la materia de este libro”; la conciencia en su fluir sirve de brújula en ese demorado viaje introspectivo. Esa labor define el empeño tenaz de la existencia; escribir es caminar.
 
-En Planos cortos has seleccionado exclusivamente textos acerca del cine, que defines maravillosamente como “oficio de luz”. 
 
Esa paradoja de la sala a oscuras y los sentidos pendientes de una pantalla llena de luz me capturó de inmediato; en los años de Ávila, el cine era el mejor premio que los colegiales internos del bachillerato teníamos para el fin de semana; la pared blanca abría las puertas de la imaginación. Su lluvia de imágenes germinaba en el páramo estéril de los inviernos mesetarios. Así que rebobino gratitud a través de Planos cortos, cuyos materiales Juan Varo explica en el prólogo con luminosa palabra.
 
-Es un lugar común afirmar que ha dejado hacerse cine como el de la época dorada de Hollywood. ¿Crees que el gran cine pertenece irremediablemente al pasado, al territorio de la nostalgia, o te interesa también el cine actual?
 
Todas las artes nacen en un momento histórico concreto y en él se definen y adaptan; la celeridad digital ha propiciado una fuerza tecnológica insólita y ha generado otros enfoques en la forma de realizar las películas; pero el buen cine no es arqueología de la memoria; es la raíz de un tronco fuerte y ramificado que sigue generando excelentes frutos. El cine es un estrato de mi identidad;  mimo su buena salud llenando mis noches con nuevas películas; cada vez que voy al cine, alguien dentro susurra: esta es mi casa.
 
César Rodríguez de Sepúlveda
Profesor de Lengua y Literatura, poeta
 
(Madrid, mayo de 2021)
 
 
 
 
 

 

sábado, 24 de junio de 2023

FUTURO

FUTURO
 
                                                                                                    Para Asier
 
  Su inocencia traslúcida está llena de pequeñas respuestas. No ha cumplido tres años y ya conoce la verdad manifiesta del futuro. Quiere ser pistolero. Toma algo entre los dedos, lo empuña con la fuerza crecida de una vocación de arraigo y dispara a todo lo que dormita cerca. Después sonríe, hace recuento de las víctimas y muestra al abuelo el agujero que dejó la bala en el costado abierto de una nube.
 
(De Cuentos diminutos


 
 

viernes, 23 de junio de 2023

MANUEL JESÚS PACHECO ALVARADO. LUGARES COMUNES

Lugares comunes
Manuel Jesús Pacheco Alvarado
Cuadranta Editorial
Valencia, 2023

 

AZAR CONTINUO

 
  La senda de cada autor es un trayecto azaroso, siempre condicionado por las contingencias editoriales. Pone a prueba la voluntad de seguir y el empeño de búsqueda de una voz singularizada que libre a las entregas de mimetismos, reiteraciones y disparates vanguardistas. Así surge el tono justo, la caligrafía reconocible que invita a la lectura y concede sentido a tantas horas de soledad e incertidumbre. Manuel Jesús Pacheco Alvarado presenta su tercera salida poética Lugares comunes- tras las estaciones Juego de versos (2020), Viejos ecos (2022) y el proyecto escénico en verso Fama fatal (2021). El poeta y profesor roteño, que actualmente reside en Jerez de la Frontera donde imparte clases de inglés en un instituto de Secundaria y Bachillerato, persiste en el despojamiento expresivo y en el cultivo de una dicción figurativa y dialogal.
  El umbral de dedicatorias que abre las páginas de Lugares comunes cita algunos referentes del poeta, como sus paisanos Ángel García López y Felipe Benítez Reyes, dos voces imprescindibles del mapa poético contemporáneo. Y añade en el paratexto la conocida cita de Miguel Hernández: “Llegó con tres heridas: / la del amor / la de la muerte / la de la vida”. Son claves que nos pueden orientar sobre la visión estética del poeta y su empeño por comprender el decurso existencial a través del poema. De este modo, el primer tramo del libro se titula “La vida” y construye un personaje poético que emplea la voz directa de la confidencia para expandir luces y sombras de lo cotidiano. Las contradicciones del entorno avasallan, dejan la sensación de que el espacio habitual de nuestros pasos “No es país para cuerdos”. Pero conviene ser testigo y sacar a flote la condición del superviviente: transitar es el único patrimonio que nos deja nuestra condición transitoria. Somos , según comenta el hablante lírico, “Hijos de la prisa”. Todo es urgencia y casi todos los propósitos a largo plazo resultan vanas especulaciones que apenas florecen. Se mantiene la sensación de habitar a solas un páramo insular, lejos de cualquier paraíso. Sin embargo, tras la máscara del desconcierto, está el yo y su obligación de persistir y no renunciar. El camino se hace paso a paso, como agua que fluye.
  Manuel Jesús Pacheco Alvarado opta por el verso libre y el poema breve para construir sus textos sobre las vibraciones del ahora. Surge así una tesela lírica, narrativa, que habla de una forma de mirar y de entender el mundo. La rutina nos convierte en blanco perfecto de la indigencia. Habitamos un estar sedentario y remansado que deja poco sitio al asombro. El entorno solo muestra su epidermis, su rostro cambiante y transitorio en el que la identidad del yo se multiplica: “… soy el que es, / de un modo diferente, tan semejante a ti. / Esta es la ciudad en la que se edifica / este yo, universal, este es el escenario / que compartes también tú, que eres el hombre / que es todos los hombres y vive en la ciudad / que es, que fue y que será todas las ciudades.”
  La sección “El amor” figura como tramo central del volumen. Pero aclaro de inmediato que no hay un tono hímnico de canto y celebración, de comunión con el otro; el tiempo y sus efectos deja ventanas al desamor y herrumbre. Tras los ecos de seducción y esperanza, llega el vacío, el aura gris del recuerdo que advierte de un amor breve e intenso. Los sentimientos son azar continuo donde los ciclos emocionales buscan continuidad en los rincones del tiempo. Los latidos de la belleza tejen de nuevo redes de esperanza. Veamos un fragmento del poema “Amor y luna”: “El amor, como la luna, / a veces, parece haberse / ido; a veces, estar / blanco: claro y puro, diáfano; / y no menos veces, rojo: /apasionada acuarela”.
  Sorprende al lector, en el desarrollo del libro, la presencia de algunos poemas en prosa. Funcionan como intervalos que relatan experiencias de viajes y el silencioso andar, como ese luminoso poema de enamoramiento urgente de “The hairy pig restaurant (Lilla Nygatan)” que elige como marco de representación en la ciudad vieja de Estocolmo.
   El tercer apartado es muy breve y se titula “La muerte”, un título conclusivo y crepuscular que postula una intensa reflexión sobre la naturaleza humana y su dimensión transcendente. La inercia de vivir como autómatas también sugiere al poeta composiciones de hondo calado en las que asoma la mirada crítica. Cuesta desperdiciar ese tiempo de gotas contadas que corresponde a cada identidad. Como escribiera Sartre en cita recogida por el poeta: “No tenían ganas de existir, pero no podían evitarlo. Eso es todo”.
   La composición "Liturgia del héroe", que elige la forma cerrada del soneto, persiste en señalar el papel de cada sujeto en el largo recorrido hasta la última costa. Cada paso acuna calladamente el cumplimiento de un compromiso vital. Manuel Jesús Pacheco Alvarado, en la expresión poética de Lugares comunes canaliza los temas centrales del sendero vital, contemplado no con la mirada ególatra del yo concreto, sino con el deseo de apagar preguntas que a todos nos afectan. Son interrogaciones de vuelo alto porque contienen su porción de verdad y asombro, ese empeño de ser que concede lejanías y esperanzas al cambiante paisaje existencial.

JOSÉ LUIS MORANTE




jueves, 22 de junio de 2023

GALIMATÍAS MENTALES

Más lejos


 GALIMATÍAS MENTALES

La transparencia no dicta su amanecida en el proceso de creación. Se lleva dentro.

Siempre hablo conmigo en un idioma que apenas entiendo.

Los galimatías mentales requieren divagaciones terapéuticas, disfrazadas de bagaje teórico.

Me gustan los sueños inalcanzables, los que dejan en el umbral del poema.

En la literatura son muy pocos los que conocen el valor real de la lentitud.

Estudios que calculan la edad de una mota de polvo.

Percibir desde dentro. Ser la muchacha que guarda su belleza en el espejo de una habitación donde nunca estuvo.

Hay biografías donde el error es el único signo vitalicio.

(Aforismos con sed)



miércoles, 21 de junio de 2023

ACEITE SOBRE AGUA

Polarizaciones
Fotografía
de internet


ACEITE SOBRE EL AGUA

 

Nada se sabe, todo se imagina
 
FERNANDO PESSOA
 
   Los resultados electorales han emplazado en sitio visible la necesidad de valores que buscan un lugar propio. Hay que reivindicar cada vez más fuerte, sin quiebras ni estridencias, que hay una abrumadora crisis moral que afecta a todos los estamentos sociales. Se percibe a diario en la garganta chillona de portavoces y medios y en la disolución de los referentes políticos y sociales de la tradición democrática. El negacionismo sobre la violencia machista es repulsivo; lo del chalaneo de puestos en las listas del nuevo partido, repulsivo; lo de criticar ahora a tus socios de gobierno, como hace en cada mitin el presidente,  repulsivo; lo del regateo antisistema para dinamitar las instituciones desde dentro, repulsivo. Una sociedad sin valores es un organismo al que le han extirpado su arteria principal; la crónica de una muerte anunciada.
 
   Íntima cartografía del sujeto verbal y sus desplegadas conexiones con el entorno. Crece la biblioteca a diario y se acumulan los libros en estantes provisionales, cajas, maletas, mesas de trabajo y se agrieta la discusión perpetua: hay que seleccionar libros y desprenderse de los que desbordan las habitaciones. Pero, ¿Qué libros sobran? Poesía, no; ensayo, no; filosofía, no, aforismos, no; historia, no; novelas… Bueno, tal vez algunos libros de narrativa. Y presentan urgentes credenciales las relecturas: Saramago, Coetzee, Alice Munro, Onetti, P. Modiano… En cuántas novelas, la luz.
 
  Los etiquetados imprevistos en el muro, hechos casi siempre con la mejor voluntad, no pocas veces me crean un problema: si he pasado una semana haciendo una reseña y anuncio en el Facebook la nueva entrada del blog. No hay sitio para promocionar mis propios poemas, los éxitos literarios de desconocidos o los eventos digitales del día; así que borro la etiqueta y sé que borro también un poco de la amistad del otro. Pero la razón es meridiana y es bueno que el otro también perciba claridad y amanecida; el despertar sobre un libro leído por intensa dedicación.
 
  La caligrafía insomne de su mensaje me recordó: “no tengo aspiraciones trascendentes. Solo quiero ser feliz”.
 
(Apuntes del diario)

  

martes, 20 de junio de 2023

UNA CONVERSACIÓN CON PACO HUELVA

Paco Huelva
Fotografía del escritor
de
María del Valle Coronado Vázquez


QUEHACERES COTIDIANOS

   Con frecuencia la vida literaria es un cuaderno gris, lleno de párrafos prescindibles y efímeros. Pero de cuando en cuando surge la gema, el tesoro imprevisto que amplía el horizonte y llena de asombro las palabras. Entonces todo cobra sentido: el cansancio, las horas de soledad, la incertidumbre política, el escepticismo como terapia… Hablo con  Paco Huelva (Almonte, Huelva, 1956) Graduado Social por la Universidad de Granada, militar profesional -durante catorce años-, librero, policía, responsable del servicio de emergencias de Huelva, narrador, columnista de prensa y gran conocedor, como crítico, del horizonte creativo contemporáneo.

   Con una biografía tan plural ¿qué umbral conduce a la práctica literaria?

   El umbral que hace de pretil necesario, de pasamanos imprescindible para llegar a la escritura, a mi entender, no puede ser otro que la adicción a la lectura. Es cierto que la formación reglada, según en qué materias, puede conducir a la especialización en algunas tareas determinadas y escribir sobre ellas. Pero, esa posición jamás proporcionará una visión holística del mundo; de lo que acontece cerca sin que nos demos cuenta. Y esto no es nuevo. Ya Platón lo dejó escrito en La caverna hace muchos siglos, quizá demasiados, para que desde la sociedad civil y desde las estructuras que nos gobiernan, no se incentive el hábito lector entre la ciudadanía para andar la vida viendo: comprendiendo.  

 ¿En qué faceta del estar entre libros se siente más cómodo: lector, crítico, escritor, testigo de la actualidad diaria?

 Sin duda alguna entre la primera y la última: como lector irredento y como testigo de los acontecimientos que nos avasallan, y a veces nos tiranizan como ciudadanos, buscando siempre un interés personal o corporativo que a estas alturas de mi vida no estoy dispuesto a aceptar. Aún me queda la palabra, lo único que tengo en realidad. De ahí que practique el columnismo de opinión, que, es una tarea farragosa porque a los poderes instituidos, sean quienes fueren, no les hace gracia alguna, y si no te señalan con el dedo te machacan a través de las redes sociales o te ningunean si pueden. Pero, esto también siempre fue así. En cuanto a las tareas de escritor y de crítico, es una consecuencia ineludible de toda persona que lee y lee mucho, como es mi caso. No es la primera vez que digo que me considero un lector que de vez en cuando escribe, aunque tenga publicados nueve libros.

 La crítica es una ventana privilegiada. Por un lado es material básico del propio quehacer creativo. Por otro, muestra el pulso continuo de la escritura actual. ¿Hay buenas vibraciones en el ahora?

Yo sí las tengo. Pero, debo afirmar al paso, que soy muy selectivo con lo que leo y no digamos ya sobre los textos que escojo para hacer de ellos un ejemplo de buen hacer literario, sean en el campo ensayístico, sociológico, filosófico, lírico, narrativo e incluso experimental. Hoy se publican demasiados libros, la mayoría de los cuales nada aportan. La literatura se ha convertido en un negocio, en una industria como otra cualquiera, en la que el único objetivo es la obtención de beneficios por parte de las grandes cadenas de edición y de distribución. De donde se deduce que, salvo excepciones, la buena literatura actual se encuentra en pequeñas editoriales que apuestan por la calidad de lo que se escribe, de lo que se cuenta.

  Redes sociales, autoediciones, libros colectivos de distinto pelaje… ¿No tienes la sensación de hartura y bulimia editorial?

  Las redes sociales han llegado a nuestras vidas y han revolucionado nuestra forma de mirar y de entender el mundo. No hay espacio para la reflexión ni para el sosiego, elementos tan necesarios, verdad. Al paso, nos hemos convertido individual y colectivamente, en la diana, en el blanco perfecto para todo tipo de mentiras colosales urdidas en las trastiendas del poder y en los consejos de dirección de las grandes corporaciones y multinacionales. No hay noticia que no tenga su réplica, de forma que, para encontrar la verdad, se requiere de un esfuerzo sumo que no todo el mundo está dispuesto a realizar. Vivimos en la epidermis. En la transitoriedad. En la vacuidad. En cuanto a las autoediciones y a los libros colectivos, son algunas de las consecuencias de la industrialización del sector de la edición, como dije. 

  Viendo el nivel ínfimo del debate político, uno sospecha que hay una carencia lectora de gran alcance en todo el territorio nacional. ¿Comparte esa sensación?

  Sin duda, José Luis. Conozco a pocas personas que lean de forma continua, por hábito o por necesidad, si lo desea. No reciben esa instrucción al formarse y si la tuvieron, se han dejado llevar por la ola creciente de desinformación que el desarrollo telemático y ahora la Inteligencia Artificial, hacen parecer como reales, aquello que sólo son maquinaciones interesadas. En cuanto a los políticos, excepto alguna rara excepción, estamos gobernados -sin entrar en partidismo alguno- por personas poco instruidas. Los detentadores del poder son sabios en maquiavelismo y, además, se cambian de chaqueta si es menester, tal y como preconizaba y ponía en práctica Joseph Fouché, del que el gran Stefan Zweig escribiera la famosa biografía titulada: Fouché, el genio tenebroso. Una desgracia. La economía se ha impuesto a la sabiduría, se ha convertido en el eje, en el centro del debate.

 ¿Piensas que las administraciones públicas hacen lo posible por arraigar el hábito de la lectura en la sociedad española o los continuos cambios de planes de estudio y la falta de visión a largo plazo dejan a la intemperie la formación humanista y el poso cultural?

   He de decir que estamos huérfanos. Que hemos sido abandonados a nuestra suerte en las materias que citas por parte de quienes debieran impulsarlas. No dispongo de datos fehacientes. Tampoco me he interesado por ello, la verdad. Pero, la juventud lee poco o nada, está subyugada, sometida por lo audiovisual y, algunas responsabilidades tendrán aquellos que están llamados a hacer una política que impregne al alumnado con una conciencia lectora, de aprendizaje, más allá de intereses mercantilistas o económicos. Como breves ejemplos, el aumento de plazas de Formación Profesional, es decir, la extrema especialización en detrimento de la filosofía, de la ética o del humanismo, como decía; de una cultura que impregne al ser humano con las bases del respeto a la otredad más allá del color de su piel, la lengua que hable, el género, la edad -el edadismo es un problema cada vez más evidente, al que poco o nada se le presta atención- o el lugar en que haya nacido. Hay mucho camino que recorrer. Mucho. Pero no parece, por desgracia, que vayamos a iniciarlo siquiera. 

  Que viene el lobo. Llega la inteligencia Artificial y hay un recelo catastrofista y apocalíptico. ¿No se trata de regular y aplicar correctamente el avance tecnológico? Hay campos como el cambio climático, la exploración médica de enfermedades, la eficacia productiva o la energía que serían esenciales para un futuro mejor…

  Para desgracia de la humanidad, hay mucho dinero en juego y es el que marca tanto la exploración clínica como la tecnológica. Por poner un ejemplo, no se investigan innumerables enfermedades porque a las farmacéuticas no les son rentables. Punto. La pandemia y la guerra en Europa, encima, ha dividido al mundo en dos bloques antagónicos que, aparte de constituir frentes comerciales rivales por la hegemonía en el orbe, han propiciado que hayamos dejado al lado la inminencia del cambio climático. Los negacionistas están ganando la batalla ideológica por ahora, aunque las evidencias sean tan claras como el aumento gradual de las temperaturas en tan corto espacio de tiempo. No tengo esperanza alguna de que los oligarcas de uno y otro lado en esta contienda cainita vayan a llegar a un acuerdo que salve al planeta de nuestras acciones. Bueno, al planeta, no, seamos rigurosos, a la especie humana, que es la que está en peligro y ha tomado la senda de la extinción, aunque parezca catastrófico todavía decir semejante cosa.

  No me gustaría cerrar esta conversación sin conocer un poco mejor tu taller literario: ¿Qué genero prefieres en tus lecturas y qué autores son los que más valoras?

  Desde luego me decanto por la narrativa en todas sus expresiones. No tengo alma de vate, aunque algunos amigos me reprochen que diga la tal cosa. Le tengo mucho respeto a la poesía y soy un lector recurrente de la misma, como sabe, porque lee mis críticas al respecto, pero, esa cuasi sacramental adoración a la lírica me hace ser muy cauto y me impide, además, publicar en ese género. Y dentro de la narrativa, me gusta trabajar en el microrrelato, el cuento y la novela breve. También el aforismo, que, aunque no he publicado libro alguno sobre ello, dispongo de una buena colección de estos, y me da como rubor decirlo ante un maestro del género como es José Luis Morante. 

  Alguna orientación sobre tus trabajos actuales y sobre tus nuevos proyectos…

No puedo desprenderme del columnismo, que seguiré practicando, porque un aliento que no sé de qué parte de mi interior sale, me obliga a posicionarme en lo que acontece a nuestro redor en este planeta que nos acoge por ahora. Las injusticias, siempre valoradas de manera subjetiva, como no puede ser de otra manera, y teniendo como biblia la Declaración Universal de los Derechos Humanos, tan denostada, verdad, seguirán siendo sustrato a la hora de realizar mis artículos en prensa. En cuanto a los proyectos inmediatos, trabajo en mi décimo libro, que espero tener listo para finales de año. Aunque, si he de ser sincero, sé también que el devenir que me va quedando cada día que transcurre, es cada vez más corto, y es de necesidad atender la felicidad de aquellas personas que me importan y que me rodean. Y en ello ando, disfrutando de su presencia.

  Y darte un abrazo fuerte y agradecido por este caminar urbano desde la cafetería del Ateneo de Madrid hasta Gran Vía. Qué grato pasear contigo por el barrio de las letras…

Ha sido muy agradable tomar café contigo en dicha institución y pasear por este barrio que me contiene y en el que soy feliz. Mil gracias, José Luis, por tu afecto y por tu cercanía.

 JOSÉ LUIS MORANTE

Madrid, junio, 2023

lunes, 19 de junio de 2023

LA VOZ DEL SUEÑO

Casas azules
(Barrio antiguo de Chauen)
Marruecos, 2019




LA VOZ DEL SUEÑO

                         Casco antiguo de Chauen

A diario alimenta
un sueño estéril:
la cóncava humedad de la patera
y el furtivo oleaje de aguas turbias.

Morena y cuarteada,
su piel no se hizo nunca
frontera del dolor.
Sintió los golpes
de un desarraigo extraño
y el terco picoteo de la hambruna.
Tránsito frágil,
en su casa fugaz no conoció refugio
pues era su regazo
una gruta invernal,
inconstantes esquinas de un pasillo
de gélidas baldosas.

Una voz inaudible
alerta el despertar.
En sus ojos la prisa,
el afán de estar lejos.
Nunca cede
la urgencia de partir.

    (De Nadar en seco, 2022)



domingo, 18 de junio de 2023

FRANCISCO J. CASTAÑÓN. TIERRA LLANA.

Tierra Llana
Francisco J. Castañón
Ediciones Vitruvio
Madrid, 2022

 

AZUL CON ALAS


   Se cumplen dos décadas de escritura en el trayecto poético de Francisco José Castañón (Madrid, 1961), cuya obra abarca libros de divulgación histórica, artículos críticos y la coautoría del Diccionario de la corrupción (2015). El madrileño es colaborador habitual en distintos medios digitales y director de la revista digital Entreletras. Retorna a la poesía con la entrega Tierra llana.
   El título se ajusta de inmediato a la realidad geográfica de Castilla, cuya codificación canónica corresponde a las voces señeras del 98, que hicieron del paisaje castellano una luminosa veta reflexiva. En ella destacan las pautas escriturales de Antonio Machado, Miguel de Unamuno y Azorín. El excelente prólogo de Alfonso Berrocal recobra los distintos matices expresivos generacionales y moldea un análisis exhaustivo del poemario y de sus tramos orgánicos. Se trata de expandir la semántica del paisaje y convertirla en espacio de la conciencia y en razón de ser del pensamiento.  
   Con esta perspectiva que transciende la mera descripción testimonial, Francisco J. Castañón inicia senda con el apartado “Vistas a un presente afilado”. Esta primera mirada del poeta está marcada por topónimos e itinerarios. Se suceden los lugares de paso que impregnan la retina con acogedores detalles, haciendo del camino un proceso de crecimiento personal y plenitud. Los espacios dejan sus vibraciones en los sentidos para asentarse después en el pensamiento, transformados en cauces reflexivos y evocaciones.
   En este apartado conviven el poema enunciativo y la prosa poética, que se acerca a lo contemplado con la empatía digresiva de la contemplación. Así sucede en el poema en prosa “Tablas de Daimiel” que reivindica el luminoso balance visual de una garza y el despliegue de sugerencias que acredita un tiempo colmado de belleza interior.
   No solo la naturaleza tiene presencia en el hueco verbal de los poemas, también el entorno urbano, con su fuerza monumental y su sentido histórico, dejan signos profundos en la memoria escrita: Ávila, Toledo, Cuenca, comarcas manchegas y elementos dormidos en el tiempo como algunas cuevas rupestres, ríos que formulan sus preguntas al mar que es el morir en el tiempo, y distintos pueblos de la Castilla interior, enfermos de soledad y melancolía, se convierten en luminosas teselas en este largo itinerario de caminos y pasos.
   Luis Quiñones, profesor y novelista, dejó escrito un principio escritural exento de cualquier dogmatismo: “La prosa vive en la poesía como la poesía en la prosa” y con esa misma filosofía Francisco J. Castañón escribe el apartado “Pistas en el pasado” (Evocaciones calculadas)”. Es un inventario de nombres propios de la tradición que hicieron de la biografía personal un espejo de sabiduría y magisterio. Vuelve al presente el austero esplendor de Beatriz Galindo “La Latina”, la memoria de Fray Luis de León, las brillantes páginas del territorio Cervantes y sus irrepetibles personajes Don Quijote, Sancho o Dulcinea- degradada a ser en la cambiante contingencia del ahora un club de carretera- y retornan también los pasos maduros de Antonio Machado en Segovia o la figura desvaída de Luisa Carnés en el Madrid republicano.
  Son figuras de alcance que cuajaron itinerarios de fuerte inquietud espiritual porque hicieron de la escritura su fuerza liberadora y permanente hasta convertirse en arquetipos de un tiempo hecho memoria viva. Ellos nunca renunciaron a los ojos preclaros de los sueños.
   Cierra el libro la sección “Un mañana agitado de futuro” donde los sentidos formulan preguntas inaudibles a la ontología del sujeto: se trata de ser tiempo y circunstancia, de vivir en alerta en ese estar del ahora que aspira a buscar sitio en el futuro, por encima de cualquier equívoco. Esta aspiración exige al yo un compromiso fuerte con la naturaleza y un empeño en dar vida a lo artesanal en un tiempo sacudido por la intemperie digital donde la realidad parece diluirse camino de la nada o de la efímera existencia del metaverso.
   Tierra llana es un peregrinaje por la remansada superficie de una geografía mítica, un canto de celebración y compromiso. Paisaje hecho memoria y sueño. Es también el verbo crítico de la advertencia que muestra grietas y desajustes de un presente deshumanizado y en franca oposición con una naturaleza humanista y cálida. Francisco J. Castañón hace de la palabra semilla para que reverdezca en la mirada la identidad gozosa de un espacio con carga significativa. Un horizonte que tiende la mano y nos convoca a seguir caminando.  
 
JOSÉ LUIS MORANTE
 
 

 

sábado, 17 de junio de 2023

BAJO LA PIEL

Día laborable
Imagen
de
Garden Tech

 

BAJO LA PIEL

 

  Tengo un hormiguero bajo la escombrera reseca de mi piel. Sus pobladores trajinan intempestivos, sin preguntarse si alguien acudirá a rescatarlos. Un temblor continuo evidencia la vocación de recorrerme a diario. Los recorridos completan el mapa de la memoria de mi decrepitud. Pago tributo, acepto, no hago drama; la queja pertenece a los débiles. Previsibles y oscuras, cobijadas bajo las escamas, las hormigas deshojan las horas. Se agitan como un denso río sin sangre. Son trampantojo de arterias empapadas de negro.


(De Cuentos diminutos)


 

viernes, 16 de junio de 2023

ACANTILADOS

Costa Norte, Menorca
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 

ABRIR LAS ALAS

 

Solo habla consigo cuando hay un intérprete disponible.
 
La impaciencia aconseja hornear semillas.
 
El toldo del tragaluz es un oxímoron.
 
Entre los misterios de la inteligencia, el empeño de ocultarse a diario.
 
Quien no sabe dónde ir  mantiene siempre un inquebrantable compromiso con el traspiés.
 
La humildad cumple con mérito la función de ser nota a pie de página.
 
Rareza: una amistad sin ánimo de lucro.
 
Cuando aletea cerca, el optimismo recuerda la mínima vibración de una libélula.
 
Esas voces que visten a diario papel de lija y ganan altura cuando callan.
 
Acabé identificando su belleza con el vacío; en ella, todo es nada.
 
Es acaparador y avaro; cuando respira guarda el oxígeno y el anhídrido carbónico.
 
Qué triste la lectura volátil, la que no tiene huellas dactilares.
 
 
 JOSÉ LUIS MORANTE