domingo, 31 de enero de 2021

EL IMPOSTOR

Con luz natural
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de
internet

 

                                                                      EL IMPOSTOR

 Un sueño es la mitad de una realidad

JOSEPH JOUBERT

 

       Sin ángulos muertos, se vio a sí mismo en los meandros del sueño, prodigando actitudes insólitas. Cerró los ojos ante las imágenes del desasosiego. Su comportamiento estaba lejos del molde de rigidez victoriana que se atribuía. Era un impostor. Bajo la historia existencial permanecía el registro intacto de otra biografía. Era urgente una rectificación extrema y sintió en el pecho la punta de aguja de la desolación.
    Empezó por no respirar. Sabe que solo cuando duerme se vislumbran las cosas con su luz natural.

(De Cuentos diminutos)

 
 

viernes, 29 de enero de 2021

JAIME GIL DE BIEDMA. ANTOLOGÍA POÉTICA

Antología poética
Jaime Gil de Biedma
Prólogo de Javier Alfaya
Selección de Shirley Mangini
Alianza Editorial, El Libro de Bolsillo
Madrid, 2015 (Tercera edición)

 LA VIDA EN SERIO


   Se cumplen  más de tres décadas de la muerte de Jaime Gil de Biedma, ocurrida el día 8 de enero de 1990 tras una grave enfermedad, y casi medio siglo del cierre de su edificio poético, clausurado con el libro Poemas póstumos. Es una conmemoración que Alianza Editorial anima en las librerías con la reedición por tercera vez de su antología poética. Se trata de un muestrario clave que propició, desde su amanecida, en 1981,  la formación estética de hornadas jóvenes de los años ochenta y noventa. La breve obra del escritor no ha dejado de estar presente en el espacio lírico actual porque continúa ejerciendo un magisterio incansable en la nómina figurativa y en la corriente de la experiencia que desemboca en el cambio de siglo en una senda plural y remozada. Javier Alfaya repasa en la introducción el marco biográfico, bien conocido tras las investigaciones de Carme Riera, Pere Rovira y la semblanza, no exenta de sombras, que Miguel Dalmau publicó en 2004; además son aclaratorios los retratos de grupo que en sus memorias hicieron compañeros generacionales como Carlos Barral y José Manuel Caballero Bonald. En 1974, Jaime Gil de Biedma publicó Diario de un artista seriamente enfermo (Editorial Lumen), memorias íntimas escritas en 1956, durante una enfermedad, que revelan momentos cruciales de la formación de su contexto generacional. Óscar Wilde escribió que un gran poeta es la menos poética de la criatura; pero el acontecer vital del escritor nacido en Barcelona en 1929 deja abundantes indicios de interés. Nacido en el seno de una familia burguesa de ascendencia castellana, con abundante patrimonio, cursa Derecho en la Universidad de Barcelona donde participa en tertulias e iniciativas culturales. Estas actividades serán el germen del grupo poético “La Escuela de Barcelona”, más tarde integrado en la generación del 50. Con Carlos Barral, Gabriel Ferrater, José Agustín Goytisolo y el crítico Josep María Castellet alienta proyectos literarios y participa en el homenaje de Colliure que reivindica la poesía y el legado ético de Antonio Machado. Su quehacer laboral se centra en la empresa de la Compañía de Tabacos de Filipinas. Mientras desarrolla un quehacer poético que arranca en 1953 con el cuaderno Según sentencia del tiempo y, ya en 1959, con el libro Compañeros de viaje, obra en la que se perciben las características y temas básicos de su poética: tono conversacional, referencias autobiográficas, marco urbano, continuo enlace entre vida y literatura y un fuerte sentido crítico de la realidad social y política. La selección de Shirley Mangini nos deja poemas emblemáticos sobre la amistad con compañeros de viaje que forjaron una ética social muy crítica con el ambiente anquilosado y hostil de la dictadura franquista y que introdujeron en la literatura del momento nuevas preocupaciones poéticas y tradiciones europeas poco habituales en los estudios críticos del momento. Jaime Gil de Biedma traduce  Función de la poesía y función de la crítica de T. S. Eliot, publicada por Biblioteca Breve en 1955, y acerca a las letras hispanas la obra de W. H. Auden y de voces alternativas que contribuyen a forjar un renovado arte poética, un nuevo batir de pasos. En Moralidades la influencia de Blas de Otero y Luis Cernuda afianza el confesionalismo del hablante lírico hasta crear un clima de confidencialidad y cercanía que traspasa emoción. En ese libro están composiciones como “En el nombre de hoy” y  “Barcelona ya no es bona o mi paseo solitario en primavera” en la que aflora con fuerza la conciencia social. Las últimas composiciones de esta muestra pertenecen a Poemas póstumos, libro editado en 1978. Son textos con una clara afinidad continuista. En sus versos permanece el personaje poético que tantos rasgos comparte con el yo biográfico, aunque ahora su voz despide un aliento crepuscular, una inquietante sensación de despedida, como si quien compartiera confidencias fuese consciente de la proximidad de la intemperie. El orden de vivir se torna meditación y sentimiento elegíaco, ya descreído del severo discurso de las ideologías. A este libro pertenece uno de los textos nucleares del poeta: “Contra Jaime Gil de Biedma”; un severo soliloquio frente al yo desdoblado que tiene mucho de ajuste de cuentas personal. Que concluye en la aceptación de la propia identidad y de las mutaciones que en ella ha causado el discurrir del tiempo. “Envejecer. Morir / es el único argumento de la obra”. Reside en el último tramo de su vida en Ultramort (Gerona), alejado del primer plano de la literatura. Aunque la editorial Seix Barral prepara en 1975 una recopilación de su obra lírica bajo el título Las personas del verbo, que incluía una decena de poemas inéditos. También se compilan los ensayos escritos entre 1955 y  1979 en El pie de la letra (Editorial Crítica). Poco más muestra su perfil creativo, Jaime, Gil de Biedma revaloriza la poesía de Espronceda como fue autor de una antología poética; tradujo también la novela Adiós a Berlín, de Christopher Isherwood. Jaime Gil de Biedma cierra una obra breve pero esencial en la que resalta su poesía. Su poesía reconforta porque afecta por igual a las emociones y al pensamiento; la palabra se hace voz necesaria de lo autobiográfico; pero la intimidad concreta está ubicada en su dimensión histórica. El sujeto forma parte del tejido social y lo percibe con sentido crítico, desde un análisis objetivo y profundo. La lírica de Jaime Gil de Biedma tiene un valor fundamental. Incluye un puñado de poemas memorables cuya voz perdura viva e inalterable, como si fuese una forma de esencial continuidad en el tiempo, como si sonase, clara y firme, aquella convicción reconfortante que alentó su escritura: “escribir un puñado de buenos poemas es lo único que de verdad importa en la vida”. 

JOSÉ LUIS MORANTE



  


jueves, 28 de enero de 2021

ESTRATEGIAS URGENTES (NOTAS PARA EL DIARIO)

Taller abierto

 ESTRATEGIAS URGENTES

solo el tiempo conoce el precio que hemos de pagar;
si yo pudiera decírtelo, te lo haría saber

W.H. AUDEN

   La experiencia vital es demoledora; anula el arrobo de la magia al mostrarnos los viejos trucos en que se sustenta.

   Cuantos nombres propios sin trasfondo, hechos simples tachaduras del tiempo; qué necesario hacer de cada fracaso un estímulo.

   Una cualidad esencial de la escritura es la prevención contra el lugar común, ese espacio sedentario que coloniza nuestro pensamiento.

  Conviene recordar esa generosidad de segunda clase que no pasa de cortesía gélida para resumir treinta años de escritura en cuatro palabras. Qué gesto tan clarificador para alojar esas amistosas compañías en lo prescindible.

   El recorrido narrativo de esas amistades que apenas nacen ya presentan síntomas de descomposición.  

  La disciplina del querer hacer es resistencia y negación de los aplazamientos. Es el apasionante consuelo de la voluntad.

  Urge practicar el minimalismo afectivo.

(Invierno. Apuntes del diario)



miércoles, 27 de enero de 2021

JORGE CAMACHO CORDÓN. QUEMADURA

Quemadura
Jorge Camacho Cordón
Ediciones Vitruvio
Madrid, 2020

 

ITINERARIOS DEL YO

 


    Los itinerarios poéticos a trasmano suelen quedar en la línea de sombra de esa actualidad de moda que construyen suplementos culturales, primeros planos digitales y antologías. Pero cada libro, antes o después, cumple su cita con el lector y establece su diálogo de sensaciones, afinidades y divergencias. Me acerco por primera vez al discurrir poético de Jorge Camacho Cordón (Zafra, 1966) atraído por la extraña circunstancia de que el grueso de su obra elige como estrategia expresiva el esperanto. El conocimiento que tengo de esta alternativa comunicadora es nulo, aunque entiendo que la diversidad de lenguas activas, la complejidad de sus sistemas lingüísticos y la tendencia a la globalización del mundo actual, dan sentido a una red dialogal que sirva para todos y genere una práctica común. Nueve libros de poemas ha firmado en esperanto hasta la fecha Jorge Camacho Cordón, quien en 2018 publicó en castellano Palestina estrangulada. Dos años después ve la luz Quemadura, una extensa compilación textual integrada en Vitruvio, el sello editorial de Pablo Méndez.
  Los poemas iniciales establecen de inmediato los rasgos nucleares del poeta: la búsqueda incesante de una mirada interior que reflexiona sobre el sentido existencial de la vida al paso, y que encuentra en el discurrir un venero temático diverso, donde son temas centrales la confidencialidad biográfica y los contraluces de nuestro tiempo. Así nace una dicción coloquial y narrativa, en el umbral de la prosa. La razón poética establece claras afinidades entre el sujeto poético y el yo biográfico. Una cartografía, por tanto, que propone un recorrido intimista en lo temporal y cuyo afán introspectivo no pasa por alto la ecuación de lo colectivo.
   Jorge Camacho Cordón hace de la memoria el primer paso: la infancia, los días provincianos y ese trayecto personal hacia la gran ciudad nos dejan el marco geográfico del poema mediante un verso despojado de elementos simbólicos que da al texto la apariencia de un diario personal. Desde esa actitud de reconstrucción y búsqueda van aflorando teselas del mosaico vital, destellos que dejan en el pensamiento la estela leve del pasado. Desde ese enfoque se escribe el poema de apertura “jorgito perdido en badajoz” o el cálido homenaje a la memoria familiar de los poemas “María” y “Anastasio”. Ese coloquialismo de lo diario se aplica también a la propia identidad del yo en el tiempo y a esa incertidumbre que llamamos destino; así nace un poema muy hermoso, “Pasajero”, que en su desnudez expresiva recrea el sedentario estar del yo, consciente de la ausencia de algunas estaciones finales.
   El poemario no cierra los ojos a un tiempo presente definido por parámetros contradictorios que se asienta sobre el pragmatismo y la deshumanización. Es la geopolítica del capitalismo que exige una implicación directa del sujeto verbal en lo colectivo. Muestras de esta poesía social hallamos en el poema “Iraq” y en otras composiciones entre las que resalta “Aniversario”, un largo poema que recuerda el bombardeo de Hiroshima. Esa postura de compromiso que evidencia desconchones y relieves de la vida social adquiere en “Coplas” el tono directo del cantar de ciego; es una poesía recitativa, de la oralidad, que busca en el mensaje su razón de ser, y emplea la ironía, un recurso expresivo que da pie al sentido crítico.
   El marco del poema acoge un insólito abanico de asuntos; desde los recuerdos de la geografía natal, hasta apuntes de viajes o poemas de compromiso, como el escrito para la boda de dos amigos; pero en todos persiste el afán comunicativo. El argumento que unifica Quemadura es este magma informe de la existencia, ese mapamundi de itinerarios cumplidos  y de rutas enmarañadas que es preciso entender desde la observación y el pensamiento, desde el goteo inadvertido de la vida al paso, atroz, como si la realidad fuese un marco escénico donde cada yo cumple el aleatorio papel de un observador de fotogramas que poco a poco pierden su color.

JOSÉ LUIS MORANTE





martes, 26 de enero de 2021

DESAPARICIONES Y OCASOS

Castro de las Cogotas
Fotografía
de
Rubén Sánchez Santana

 DESAPARICIONES Y OCASOS

 Desde hace varias semanas, no estoy. Ignoro si mi ausencia es un ocaso momentáneo o una voluntariosa fuga hacia los castros de ninguna parte. Así que ando aplicado, con los mínimos sentidos que todavía recuerdan, en la tarea de encontrarme. No sé vivir sin esa voluntad que me despierta en medio de la noche recorriendo el territorio de asuntos pendientes. Durante algunos años pensé que daba cuerpo y talla media a un sujeto centrípeto, indivisible, destinado a vivir en el sedentario monolito de mi identidad. Nunca imaginé esa atracción interna por la vida nómada. Me doy prisa en la búsqueda, antes de que se empiecen a borrar los pasos ralos de mi ausencia. El verdadero yo es siempre el otro.

(De Cuentos diminutos)



lunes, 25 de enero de 2021

PILAR ARANDA LÓPEZ. ENTREVELAS

Entrevelas
Pilar Aranda López
Editorial Alhulia
Salobreña, Granada, 2020

 EL MAR, TAN CERCA

 

  La obra literaria de la madrileña Pilar Aranda López, maestra de Primaria, y Licenciada en Derecho, ha tenido un desarrollo tardío, aunque ha estado presente en algunas antologías poéticas y ha protagonizado una presencia activa en la gestión cultural. Su itinerario personal se compone del poemario Las uvas amarillas (2016) y del cuento poético ilustrado ¿Y yo dónde canto?), publicado por Editorial Lastura en 2019, solo dos títulos, por tanto, a los que ahora se añade, en el cierre de 2020, Entrevelas, una edición miscelánea que, tras el simbólico epígrafe, relaciona mar y tiempo.
  La apertura expone el carácter intimista de un libro que recuerda en su primer paso al poeta C. Cavafis y a uno de sus poemas más conocidos, el “Viaje a Ítaca”; si la meta final es el camino, el discurrir existencial se plantea como un argumento en tránsito; a diario acumula experiencia y convierte las secuencias cotidianas en materia de reflexión y conocimiento. Cuatro sustantivos, en boca de Pilar Aranda López balizan esta singladura personal de Entrevelas, como cuatro puntos cardinales: “equipaje, travesía, naufragio, esperanza”.
   Son signos reflexivos que mantienen en alerta al sustrato básico del aforismo. Como si el hablante verbal fuera dejando esquejes meditativos, se recurre al decir breve para airear entre líneas un pensamiento conciso y lacónico. El presente se convierte en un espacio transitable en el que se marcan los pasos de ilusiones y sueños. Lo diario solidifica la certeza incontestable de un caminar común hacia el vacío, pero el tiempo permite descifrar la belleza contenida en las cosas. El aire del viaje  huele a mar, a azul de cercanía y esperanza: “Por pequeña que sea la esperanza, no dudes de que puede cambiar el rumbo de las olas”. Es esa sensación de gobernar el propio destino, de fortalecer con ella una voluntad que va diluyendo las geografías del itinerario quebrado por las circunstancias.
   El segundo apartado “De lo invisible a la luz. Equipaje” concentra el viaje introspectivo en el cauce fragmentario del aforismo; la escritura siembra leves anotaciones de prosa poética que entrelazan consejos y experiencia vital; si para lo vivido no hay regreso, en el estar del sujeto se hace necesario elegir el equipaje adecuado; hay que borrar los recuerdos que lastran, como esas ausencias de los antepasados, y saber que la luz resiste también entre las sombras y diluye la melancolía: “En la adversidad no desesperes. Por mucho que cave la oscuridad, la luz resiste”, así lo corroboran con excelente trazo algunos aforismos: “A toda verdad persigue la sombra de lo absurdo”; el discurrir deja en la mirada algunas certezas; nada es posible frente a los contraluces que definen la condición de ser, ni siquiera el abrazo del lenguaje: “Una bella palabra inútil estorba tanto, como una paloma en la cabeza de la obra inmortal del escultor”.
   En todo el apartado siguiente “Luces y sombras. Travesía” prevalece la sensación del desplazamiento continuo. Pero la reflexión persiste en fijar los meandros del pensamiento, como si en la conciencia del yo poético hubiese una tácita aceptación de que vivir es amar, contemplación, escucha y soledad. El mar cercano siembra sus elementos simbólicos para que la observación analice sus trazos esenciales, reales o imaginarios. De ese papel de testigo nace la poesía, pero también las confidencias del yo frente al espejo desplegado en su vaivén azul. En él renace la mirada limpia de quien percibe el entorno con asombro y cordialidad.
   La experiencia cotidiana muda el paisaje interior y a menudo se imponen los efectos negativos, la derrota y la decepción; llega un tiempo que lleva al  naufragio: “Aferrarse a lo oscuro del pasado es no querer salir del barco hundido”; o este aforismo signado por una visión crepuscular: “Puede que la sombra de la muerte venga a ser como un barco que te salva de vivir mientras te ahoga”. Las constantes vitales dan fe de que “la sombra del alma es como un barco encallado en la noche del que nadie se acuerda".
   Con trazo lapidario, el apartado “Carnaval de una esperanza” dibuja en el último tramo de Entrevelas la identidad difusa de las sombras. Lo vivido deja sus cicatrices; el entorno circundante cede sitio al derrumbe, pero el náufrago debe confiar en la roca firme de la esperanza, donde la vida se mantiene en pie, como un tendedero repleto de obligaciones que se orean al manso sol de invierno.
   En los breves destellos verbales de Entrevelas, Pilar Aranda López señala los vértices del existir. Los breves fragmentos reflexivos abrazan el sentir del testigo que percibió la angustia y la erosión, pero mantiene firme la voluntad del yo para seguir en ruta hacia Ítaca, para sentir el mar en la mirada sobre la textura provisional de los sentimientos. El viaje, entre la amanecida y la intemperie, continúa y se hacen emoción y poesía.    
 
JOSÉ LUIS MORANTE



domingo, 24 de enero de 2021

VIVIR A SORBOS

Transparencia
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PIXABAY- EUROPA PRESS



 A SORBOS

                                                                                                

Todo es siempre menos

 

JRJ

  

Extremó la prudencia verbal; no aventura palabras si no es en presencia de su diccionario. 

*** 

Afrontar sin amargura, sin gestos de abandono,  que lo que pensamos oculta lo que somos. 

*** 

Su cerebro contiene dos ideas; son tan opuestas que entre ellas cabe un sistema filosófico. 

*** 

Al florecer el día  rompe la quietud del reloj un aforismo. Sorbos cortos. 

*** 

Basta mirar la penumbra de alrededor para saber que no estoy. 

***

El puño cerrado de quien corta rosas. 

*** 

Una pobreza de hospitalidad irrefutable, capaz de ofrecer su vieja cama de faquir. 

*** 

El silencio y su fuerza de convicción. Sabe quién responde cuando nadie llama. 

*** 

El prudente convierte en coma cualquier punto final.

JOSÉ LUIS MORANTE



sábado, 23 de enero de 2021

FRANCISCA AGUIRRE. ÍTACA INTERIOR

Francisca Aguirre (1930-2019)

 ÍTACA INTERIOR

(PREMIO NACIONAL DE LAS LETRAS 2018)

  

   Los compartimentos generacionales suelen ser poco permeables con la obra de autores que publican tarde, cuando la nómina ya está cerrada. La nueva voz queda entonces en un territorio neutral que no se corresponde con el asignado por su fecha de nacimiento y es difícil integrarse en las promociones siguientes, con las que coincide en años de publicación. Francisca Aguirre nació en Alicante en 1930; por tal circunstancia habitaría la celebrada generación del medio siglo; sin embargo su opera prima, Ítaca -galardonada con el Premio Leopoldo Panero- apareció en 1972, cuando el venecianismo, de la mano de Pere Gimferrer y Guillermo Carnero se había convertido en estética dominante y marcaba el rumbo de la década.
   Aquel libro nos dejaba elementos perdurables en la poesía de Francisca Aguirre -intimismo, autobiografía, indagación existencial, sentimientos y relaciones entre el otro y el yo- y sobre todo marcaba las coordenadas de un perfil creativo que en arranque del siglo XXI podemos abarcar en toda su dimensión, cuando se publica Ensayo General, una compilación de trayecto que acoge la poesía escrita entre 1966 y 2000. La sobria edición de Calambur se abre con un extenso trabajo de Emilio Miró titulado “Mester de vida” que analiza este largo tránsito creativo.
    Ítaca está impregnado de simbolismo. La patria de Ulises es isla refugio y espacio de regreso, pero también encierro y soledad para una Penélope condenada a una larga espera. Comprimida por un anillo de agua, Ítaca es desolación que conserva los ecos y ha perdido las voces, un gran mirador para otear el horizonte o mirar la estela de los náufragos. En esa latitud del abandono, Penélope, alter ego de la autora, nos traza su panorama existencial desde la memoria y desde las paredes de ese vacío cotidiano que nos deja la ausencia de verdades. Cierra este libro umbral una colección de aforismos que condensan toda la meditación existencial abordada en las composiciones. Al ser reeditado en 2017, Ítaca incorpora un prólogo firmado por Marta Agudo en el que se resalta el tono angustiado del hablante poético y la actitud de espera. Quien aguarda es el sujeto paciente, encerrado en sí mismo en una Ítaca interior, que borra cualquier decepción para dar sentido al regreso.
  Si la reescritura de un verso de Rubén Darío -”Francisca Aguirre, acompáñate”-era el colofón de Ítaca, su segunda salida, Los trescientos escalones, comienza con un homenaje poético a César Vallejo y se prolonga con otro a Antonio Machado. No son las únicas gratitudes presentes en el libro. Además se canta la escritura de Juan Carlos Onetti, en un largo poema narrativo desgajado de El astillero. Prevalece en estos poemas la actitud meditativa; los trescientos escalones son un camino de vida y distancia, de sensaciones y vivencias.
   También florecen en el libro la mirada social-una perspectiva condicionada por la ausencia del padre y la durísima posguerra- y la preocupación metapoética. Oficio de tinieblas denomina Francisca Aguirre al recado de escribir y se nos expone otra convicción: es imposible escribir una poética que no sea  aquella que nos ayude a calcular la zona de vacío que discurre entre la vida y la muerte.
  La música, recibida como una lluvia germinadora, es el motivo central de la tercera colección, escrita entre 1970 y 1974, titulada La otra música. Ritmo y vida se emparejan a través de imágenes y metáforas que reconstruyen el clandestino pentagrama  del azar cotidiano: la soledad, el miedo, los reencuentros y las despedidas.
   En Ensayo general -premiado con el Esquío de poesía- asistimos a los pormenores de una representación teatral en la que primero se nos presentan en clarificadores monólogos dramáticos los personajes que pueblan el escenario -sombras clásicas como Casandra, Cronos o el coro...- y en la segunda parte, en boca de la troyana, se recorre un argumento nucleado sobre la relación de pareja.
  El libro que ha servido a la autora para denominar a su obra completa presenta destacables novedades formales: los poemas de la primera parte están escritos en prosa poética, mientras que en la segunda es el soneto la estrofa utilizada, hasta el epílogo.
   Pavana para el desasosiego rastrea la historia que hay detrás del tiempo. En él la escritura se convierte en un inventario de apariciones porque la palabra es restitución. Detrás de los espejos, al borde de la música, las cosas que se han ido todavía nos hablan en un suceder previsible en el que sólo el amor nos desasosiega y nos somete al ritmo lento y pautado de una pavana.
   La poesía completa agrupa también una colección de inéditos que se presentan por primera vez como libro bajo el título de Los maestros cantores. Son más de treinta poemas que enaltecen una tradición lectora, en la que duermen los grandes nombres de la poesía de siempre, con algunos creadores en prosa como Kafka. Son notas de biblioteca, invocaciones y apuntes a pie de página de quien halló en los estantes valiosos interlocutores que ensanchan la conciencia.
   Toda recopilación es un balance de resultados. Por tanto su lectura tiene el sesgo crepuscular del trayecto cumplido. Ante la obra de Francisca Aguirre el lector tiene la idea de que el ayer es herencia viva, un río cotidiano cuyas aguas nos mojan a cada instante. El otro gran legado de su poesía es la  mansedumbre de la  música, fondo sonoro que aviva la inquietud de la  memoria.
   Prosigue senda en 2006 con La herida absurda, cuya semántica nocturnal es evidente. Existir es un continuo ejercicio de respirar dolor, un gesto asmático que tiene el regusto de la sangre. No hay corazón indemne; todos habitamos la ausencia. Son pocos los poemas exentos de esta impresión tenebrista: “Al parecer sólo se alcanza el paraíso / tras haber habitado una gran temporada en el infierno “. La existencia niega y duele, es un extraño sitio donde las ilusiones nunca se cumplieron. Paul Celan abría un resquicio a la esperanza recordando que queda algo de lenguaje y algo de destino; de ese modo “Transparencias”, tramo final del poemario, argumenta en torno a la evocación, la reivindicación de la inocencia en los ojos de un niño o la ciega esperanza del sosiego: “Definitivamente amo / el escándalo deslumbrante de la vida: / muy pocos paraísos comparables / al asombro que nos regala la existencia…”    
   Con Nanas para dormir desperdicios consiguió en 2008 el Premio Valencia de Poesía. En este poemario se hace evidente un cierto tono irónico. Concede a los textos un tono evocativo y distanciado que permite la objetivación frente a la contemplación de lo real. Si la temporalidad es tránsito y terco caminar hacia la nada, la existencia apenas deja entre los dedos una estela gastada de desechos, una incisión leve que solo es posible recuperar mediante la palabra. de este modo, el poema se hace cántico para que la música redima y dé amparo a tanto escombro. Al cabo, el desperdicio mayor es la pérdida, ese incontinente diluirse en la nada como si lo vivido fuera un sueño cuyo tacto apenas nos rozó.
   La poeta abre un nuevo estrato argumental en Conversaciones con mi animal de compañía (2013), donde la vertebradura autobiográfica se mitiga para mantener un diálogo socrático con el gato. Apacible y manso, ejemplo de sosiego y ternura, el gato despierta un largo viaje a las reflexiones del devenir. Pero el empeño no es tan sombrío como en otros textos, la caricia y la piel tan cálidas y cercanas en el estar diario dan paso al humor y a un mediodía en el ánimo más dispuesto a la confidencia y al disfrute de las pequeñas cosas del entorno.
   El mismo año ve la luz la antología Detrás de los espejos (1973-2010), un recuento parcial, y algunos de sus poemarios se traducen a ámbitos cercanos como el francés o el italiano, lo que difunde un viaje singular a la palabra que siempre acerca a la condición humana.     
   El cauce poético de Francisca Aguirre, compilado en enero de 2018 por la editorial Calambur en el volumen Ensayo general. Poesía reunida 1966-2017 avanza con un empeño indagatorio. El yo mira tras los cristales del destino; percibe en los trazos del entorno los signos de un discurrir maltratado por la decepción y el desamparo. El poema entonces se hace vigilia, regresa a la memoria, tantea en los rincones de la incertidumbre hasta mostrar su carne mortal, el nido frágil de una urgente esperanza.

JOSÉ LUIS MORANTE

viernes, 22 de enero de 2021

CASA VACÍA


 

CASA VACÍA

 

   En esta casa ya no vive nadie aunque están todos los moradores que ocuparon las habitaciones. Escucho su fisiología desperdigada en pasos, susurros, toses o gemidos. De cuando en cuando callan, como si se hubiesen mudado por unas horas a otro lugar. Pero siempre regresan. Esta noche olvidaron cerrar la puerta de la entrada y apagar las luces. Alguien me despertó. No supe qué decir; me siento un extraño ocupando oquedades de una casa vacía. Ellos me reconfortan y justifican mi presencia: “alguien debe soñarnos".

                                                                               (De Cuentos diminutos)



miércoles, 20 de enero de 2021

AFORISMOS SIN NADIE

Punto de fuga
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                                                           AFORISMOS SIN NADIE

                                        Cambiar de lugar para poder soportar la perseverancia del pensamiento

                                                                                             ELIAS CANETTI


 Si miras con atención el lugar que ocupas, donde estás no hay nadie.

 En el apagado discurrir del tiempo, adanes primigenios que aguardan todavía una manzana.

 El  verbalismo artificioso encala la escritura, pinta fachadas de víspera de feria.

 En la madeja de la gratitud se apelmazan los hilos sueltos.

 En la poesía bucólica, espontánea colaboración de una coral ecológica: piedras, juncos, pájaros y nubes…

 En las conversaciones con desconocidos los intermediarios más eficaces son la elusión, la sensatez y el silencio.  

La poesía es un yo caligráfico, angustiado por su propia identidad.

Aversión a la lógica. Un pensamiento único y en continuas tareas de agitación.

Punto de fuga. Nostalgia de un lugar que no existe.

Todo final es el punto cero de un comienzo.

(Antología mínima)



martes, 19 de enero de 2021

DEFENSA DE UN PAISAJE

Amanecer
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D         DEFENSA DE UN PAISAJE


form       Las formas y las luces de las amanecidas,
el silencio y las calles que velan lo escondido,
las esquinas proclives al paso solitario,
el sueño que esgrimimos como razón de ser
­­(Los sueños que moldean cambiantes espejismos),
la humedad de las manos, la decepción anónima,
la rosa que lacera
y la gota de sangre,
la inercia de mirar el vuelo de los pájaros,
aquello que perdura cuando cierro los ojos,
los hechos transmutados en memoria,
las manos que no piden nada a cambio.
la casa, el pan y el verso que me busca.
 
                                     El pacto de vivir.
El párrafo en cursiva
sobre un tiempo que no es más que tiempo.








lunes, 18 de enero de 2021

REGISTRO DE ERRATAS CON TERAPIA

En la tercera cerveza

 

REGISTRO DE ERRATAS

   Como hilarantes caídas de pingüinos en el suelo polar, las erratas gratifican con su compañía el solemne trazo de la literatura, tan serio, tan de lunes. Los afectados por las erratas reaccionan  desde posiciones extremosas: son catástrofes naturales cuyos efectos arruinan el texto, o mínimos asuntos secundarios que merecen un leve suspiro de decepción y un asentimiento resignado. Conviene recordar que hay erratas reflexivas que exigen una somera indagación de su significado y hay erratas hilarantes, que son la mejor terapia para el encogimiento de ánimo. Así que me animo a presentar las erratas reales o imaginarias acumuladas en los últimos meses de lectura:

 cristales transparientes”

(Permiten vislumbrar cuando se acercan a casa la familia y  los desconocidos)

 Luis Alberto de cuenca”

(No sé si se refiere a la cuenca del Tajo o del Guadiana)

 “Poemas de Miguel Dos”

(Siempre está bien que la escritura de un poeta excelente valga el doble)

 “elegido y antologazo”

(Recibió, supongo, un golpe con alguna antología voluminosa) 

“un ramo de rosas y violentas”

(Las rosas emplearon sus espinas en defensa propia)

 “tiende al reducionismo”

(La errata predica con el ejemplo y resta letras)

 “te mando la versión correjida”

(Mensaje de un corrector que admira al poeta Juan Ramón Jiménez)

 “un adolescente des consolado”

(Estudiante de Secundaria que suspendió nueve asignaturas, a quien prohibieron el uso de la consola)

 “el cilindro, el coño y la esfera”

(Nuevo cuerpo geométrico genital)

 “empleados del sector púbico”

(A saber en qué oficio)

"Juliano el Apróstata"

(Personaje histórico con incontinencia urinaria)


 (Apuntes de Terapia Preoperatoria) 



 


domingo, 17 de enero de 2021

MIGUEL CATALÁN. SUMA BREVE

Suma breve
Pensamiento breve reunido 
(2001-2018)
Miguel Catalán
Prólogo de  José Montoya Sáenz
Ediciones Trea / Aforismo
Somonte Cenero, Gijón, Asuturias, 2018


ELOGIO DE LA PARADOJA 

El momento cenital del aforismo como estrategia expresiva tiene en Miguel Catalán (Valencia,1958) un cultivador vehemente. Doctor en Filosofía, profesor universitario y ensayista, su cosecha paremiológica abarca seis entregas dedicadas al género. Todas se compilan en el volumen Suma breve. El trayecto completo abarca desde 2001 hasta 2018, un intervalo conformado por las ediciones El sol de medianoche (2001), La nada griega (2013), La ventana invertida (2014) y el aporte inédito que añaden tres conjuntos que anticiparon textos en revistas, Así es imposible, El altar del olvido y Paréntesis vacío.
  El conjunto permite definir con lúcida solvencia el carácter ontológico del aforismo y su evolución en el discurrir. El término siempre está vinculado a un territorio de intersección entre literatura y filosofía que es base común de todas las entregas. Así lo recuerda el texto de apertura de José Montoya Sáez, quien también examina de cerca el concepto de paradoja como implosión del lugar común. A través de la paradoja se puede expresar la constante fluctuación del entorno social y humano; de esta forma adquiere un notable potencial subversivo en la contundente concisión de sus reflexiones.
 El aforismo postula la complejidad de su contenido, emprende en su decir una interpretación del sujeto y de la realidad externa, en la que sondea una continua búsqueda de sentido. Su exigencia estética se asoma a los estantes de la verdad, con lo que adquiere en su definición una cierta claridad metafísica al intentar captar la significación de la experiencia. El texto se llena de matices, de este modo dentro del material común del género cada libro presenta rasgos específicos, aunque estos a veces sean contradictorios o definan estados de ánimo dispares, como si en su amanecida la escritura plegara pasos a la condición de ser.
   Ya se ha comentado que el primer paso aforístico de Miguel Catalán es El Sol de medianoche. El fenómeno natural observable en las proximidades de las geografías polares ejemplifica bien la antítesis y los contrastes. Esa visión de lo claro en la noche que prolonga el día entre la sombra. Miguel Catalán asume el desvelo incansable del observador. Sabe que el comportamiento del yo es reflejo de las actitudes aleatorias del otro; por tanto es necesario sondear su sentido para que el aprendizaje surta efectos interiores. Nada de lo humano resulta ajeno; de ahí que la ética sea siempre un relevante proceso reconstructivo. Pero hay que evitar los juicios sumarios, revestir las opiniones de calidez y argumentar con el tacto sosegado de quien sabe, como Marcel Proust, que “cualquier idea clara tiene el mismo grado de confusión que las nuestras”.
  El corpus textual, tras la entrega epifánica, abre un largo tiempo de silencio de más de doce años. Ese acantilado temporal no varía el paisaje y su cartografía meditativa. Como si el autor apostara por una senda coherente, los aforismos caminan de un asunto a otro, con paso constante. De cuando en cuando varían los ingredientes para que nunca pierdan fuerza meditativa. O hacen del humor una ventana para que salga al día la carcajada: ”ANUNCIO POR PALABRAS. Se pintan casas a domicilio”.
   Como un regalo lector se recibe el material inédito de Suma breve, cuya voz siempre en guardia otea el paisaje frente a la opinión recibida y común. Los textos, breves y lapidarios, aunque a veces con un tallo argumental que los aproxima al microrrelato, marcan linden a la experiencia en su etapa de madurez. Más allá del contraste y del juego de palabras, apuntan una unidad vertebradora que confirma la permanencia del ser frente a una realidad mudable, propicia al desmontaje. La lógica interna del yo resiste la extrañeza, abre el paraguas frente a la intemperie de la contradicción y defiende la razón como brújula, para buscar el norte del sentido.
  Suma breve descubre el excelente volumen conceptual del decir fragmentario de Miguel Catalán. Apunta que la lógica no es un logro en sí sino una aspiración aplicada en solventar peraltes existenciales. Sobrelleva el discurrir, un cielo informe de nubes y claros que obliga a caminar bajo el paraguas desplegado de la introspección. Así nace un quehacer atomizado, fresco, que tiene la claridad del manantial, esa sensibilidad que aleja la sed y empuja a sumar sin cansancio pasos nuevos, la inteligencia práctica de la paradoja.

 


sábado, 16 de enero de 2021

EFECTOS SECUNDARIOS


 

EFECTOS SECUNDARIOS

 

   Tenía con la realidad vínculos secretos que diluían los sueños en un vacío tranquilizador. Hubo que extirpárselos mediante una compleja ablación por láser. La operación evidenció algún fallo médico y todavía se prolonga la incontinencia de efectos secundarios. Ahora su cuerpo es un portavoz en el que solo los espejismos toman la palabra.

(De Cuentos diminutos)


viernes, 15 de enero de 2021

CLARIDAD CON NIEVE

Siempre la claridad
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 

CLARIDAD CON NIEVE

Ser el copo de nieve que desate la avalancha

JOSÉ MANUEL GARCÍA

 

Esos amigos, tan puntuales, que llegan antes de tiempo; cuando no estamos.

*

Su avaricia emplea solo tres vocales.

*

Lo que oye alrededor le hace mostrarse cada vez más conforme con su sordera.

*

Los pragmáticos nunca construyen, solo desmontan.

*

El ahora es un falso intermedio entre evocación y porvenir.

*

Hay cuentos que perfilan personajes más verosímiles que el autor que los creó.

*

Quienes miran de espaldas suponen que no hay evidencias frontales.

*

Hay enemigos  que nos dignifican.

 

(Aforismos con nieve)



 


jueves, 14 de enero de 2021

ENRIQUE NOGUERAS. QUINCE DÍAS DE MARZO

Quince días de marzo
Enrique Nogueras
Prólogo de Juan Carlos Abril
Diputación de Granada
Colección Genil de Literatura
Granada, 2020

 

BUSCAR SEÑALES


   En las reflexiones introductorias de Juan Carlos Abril se recuerda el fuerte entrelazado entre trayecto biográfico y actividad creadora. Ese enlace deja como estela un ideario estético, cuyos parámetros situacionales se fortalecen con el discurrir del tiempo. De este modo, el prólogo perfila las estaciones que han marcado el quehacer creador de Enrique Nogueras (Granada, 1956) donde conviven el ensayo, la traducción desde el rumano y el portugués, y la poesía. Así han ido apareciendo con sosegada cadencia, los libros de poemas Ore la Mogoşoaia  / Horas de Mogoşoaia, que amanece en 2013, De la resurrección , salida publicada en 2017 y el cuaderno con traslado al portugués Terceira Margem. Conforman el selecto muestrario de una andadura lírica que recibió en 2019 el Premio del Festival Internacional de Literatura “Tudor Arghezi” de Târgu Jiu, en Rumanía.
  La vocación poética de Enrique Nogueras prosigue con la entrega Quince días de marzo, un poemario dedicado a Rosario Zayas, cuyos textos se escribieron, como recuerda la nota final, casi en su totalidad en 2006, salvo algunos escritos en los dos años siguientes. Estas claves temporales parecen dar fuerza anecdótica a una perspectiva sentimental. También se especifica que el título hace referencia a un tiempo histórico vivencial consumido en marzo de 1991.
  En ese contexto de experiencia introspectiva se despliega el poema “Preludio”, que contiene los momentos iniciales del cauce argumental, expresados con estrofas cerradas. Desde el primer paso, la voz poemática de Enrique Nogueras evidencia un fuerte propósito formal. El empleo de esquemas métricos como la décima, la lira y otras estructuras versales aportan a la lectura una intensa cadencia musical; un aliento clásico que acerca el libro al neoculturalismo, tan pleno en otros poetas de Granada como Antonio Carvajal, orfebre mayor del legado tradicional.
  Esta inquietud estética emplea un lenguaje coloquial que renueva el aliento comunicativo para trascender el intimismo y distanciarse de lo confesional y de un espacio anímico subjetivo y concreto: “Dicen que es  muy cruel / el mes de abril, ya sabes: / hace crecer las violetas y el fango y, sobre todo, / aplasta las promesas que nos brindara marzo”. La mínima extensión de estas piezas iniciales concentra intensidad, despoja veneros digresivos y acerca, en ocasiones, el suelo poemático hacia el aforismo: “Una línea de sombra te saluda: / no la puedes cruzar, pero te salva”. Todo el sustrato argumental busca señales de un destino común y compartido que el tiempo clausura con la certeza de que permanecerá inalterable en la memoria. Así lo ratifica el poema final del apartado: “como yo a ti, no olvides / que en la gloria de marzo durante quince días /durante quince noches, / que son días y las noches todas, / hemos estado para siempre vivos”. En el cauce lírico cristalizan los gastados fragmentos vivenciales de una historia de amor que moldea el recuerdo.
   Como si fuese un escueto inventario de soledad, la sección “Coda. O noite, o Rainha! evoca, con lucidez extraña, la soledad del sujeto; persisten los rescoldos deambulando en el desasosiego: “Somos la moraleja / del relato, los dioses, los juguetes / de una fábula antigua otra vez / siempre, / rota”. Todo el apartado difunde una mirada retrospectiva en la que los versos se hacen vigilantes testigos de la pérdida, de ese caminar por un entorno crepuscular que asemeja un itinerario de niebla y de quietud, disuelto en la grisura. Alguna evocación adquiere el signo de lo personal, como si la conciencia del protagonista textual buscase recuperar significativas incisiones anímicas.
   Solo cinco poemas componen el apartado de cierre, “Adenda”, que se abre con citas originales de Novalis y John Keats. Un largo monólogo fragmentario recrea la condición solitaria del sujeto enfrentado a la ausencia. Quien escucha su desamparo interior hace del canto una inmersión en la experiencia como fuente de vida y conocimiento. Las palabras son capaces de dar redención y sentido al discreto cansancio de quien recuerda el mapa irregular de la existencia, abocada a ser la solitaria sombra de un sueño diluido.
  La lírica amatoria de Quince días de marzo hace inventario de la levedad fluyente del encuentro sentimental, esa plenitud vivida que un día se transforma en balizas para el recuerdo, en sensaciones que abrieron la geografía del sueño cumplido. La poesía de Enrique Nogueras tienen un gran calado emotivo y una cálida obsesión por perfilar un molde que nunca olvida la plástica del vuelo, ese remontar del verso medido para alcanzar belleza y plenitud.



miércoles, 13 de enero de 2021

CARÁMBANOS AL SOL

Gotas de luz
Imagen
de
ISTOCKPHOTO

                      Para Asier

Es un incendio
la frágil soledad
de los carámbanos.

                   (Inédito)


martes, 12 de enero de 2021

EN COMPAÑÍA

De refilón
Fotografía
de internet


EN COMPAÑÍA


   Compartieron de refilón años de mínima convivencia común. En ellos nunca sucedió nada. Sus identidades se acabaron apagando, como mansos velones, cuya luz oscila una caduca fracción de tiempo. Después se dejaron envolver por la sombra y vislumbraron el cuarto entreabierto de una imprevista felicidad. Aquel tibio refugio de su inexistencia ofrecía una puerta de escape. Como no habían consumido ninguna vida imaginaban, más allá del ahora, una estimulante existencia en las aceras soleadas del futuro.




lunes, 11 de enero de 2021

MONÓLOGO DE REPLICANTE CON NIEVE

Nevada
Fotografía
de
Madrid Secreto

 

MONÓLOGO DE REPLICANTE CON NIEVE

Todos esos momentos se perderán en el tiempo,
 como lágrimas en la lluvia

Roy Batty  BLADE RUNNER  (1982) 

   Muy sofocado por ese continuo primer plano en los  medios de la nevada en Madrid que ha ofendido tanto a preclaras sensibilidades poéticas y prosaicas. Perdón, perdón, perdón –tres veces tres, como San  Pedro el cerrajero- por esa evidente carencia de objetividad testimonial ante otras situaciones del suelo patrio peninsular… Se entienda como causa de nuestra frustración televisiva que las principales cadenas informativas tienen sede en Madrid y, por tanto, es más fácil dar noticias del sitio que trasladarse al Somontano con las vías cerradas; que así mismo se ubica aquí palacio, presidencia, gobierno y el ministerio correspondiente, con portavoces, portavozas y todo lo demás… La verdad es que el vuelo desasosegante de los copos  no borra en absoluto, sean o no noticia de prensa, nuestra solidaridad ni nuestra comprensión de situaciones similares que tendrían merecida portada, dignas de titular y primer plano. Solo un esqueje de queja ante la insurgencia protestona: lo que de verdad queremos en Madrid es ser periferia alguna vez.

    El asalto al Capitolio de la truculenta ultraderecha, disfrazada de carnaval, era tan previsible como las golondrinas de Bécquer. El plenirrubio golfero del tupé lleva cuatro años de incontinencia mental y los sumideros cerebrales de tanto fervor seguidista acaban colapsados. Pero esa demencia senil  no mancha al gran país que es USA, ahora objeto de todo tipo de tropelías verbales de palurdos y resentidos que confunden la parte por el todo. La oveja negra no es el rebaño (de bisontes). 

   Los virus siguen sueltos y en crecida, la irresponsabilidad de muchos también; decía Jaime Gil de Biedma que el invierno que viene será duro, y sería conveniente añadir coda y estrambote: la primavera y el verano, también…

   Lo bueno de hacer reseñas es que algunas veces el autor reseñado lo agradece con la calma apacible de la cortesía. No siempre, claro, pero de cuando en cuando llegan palabras seguidas de gratitud que animan a seguir dos o tres pasos más en esto de dedicar el tiempo casi completo a la lectura de libros ajenos.

   Creía que el año nuevo propiciaría hábitos de concordia y tolerancia; soy un caso; más que un replicante terminal que ha visto cosas que nadie creería, más allá de Orión, en el parque natural del vivir encarno al iluso perpetuo en fase de crecimiento.

(Apuntes del diario)

 

 

 

 


domingo, 10 de enero de 2021

PÁGINA EN BLANCO

Página en blanco
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

CLIMA
 
A punto de caer
con quejidos constantes
como techado viejo,
la insurrección del clima.
En ruinas circulares se demora el invierno,
insiste la sequía
en prolongar la ausencia
y el vuelo elemental de los regresos.
No renuncia el almendro
al resquicio de nieve,
aunque la flor se agoste
calcinada por una luz oscura.
 
Entre labor y acequia,
desgajada del miedo
la mañana en el campo
recorta sensaciones.
 
Es carnosa y azul;
construye una vereda de espejismos.
Su resplandor ignora
el poso de carcoma.
Mis párpados aprenden a callar
los códigos secretos del derrumbe.

    
                      (Del libro Nadar en seco)

  

sábado, 9 de enero de 2021

CARMEN CANET y ELÍAS MORO (Eds.) ESPIGAS EN LA ERA

Espigas en la era
Micropedia de aforistas españoles vivos
Carmen Canet  y Elías Moro
Apeadero de Aforistas
Sevilla, 2020
 
 

AFORISTAS EN ACTIVO

 

   Es evidente la buena salud del aforismo contemporáneo. Los primeros pasos del siglo XXI, en el espacio idiomático del castellano, pero también en otros entornos como Italia, Alemania, Francia o Gran Bretaña, han integrado en su discurrir una eclosión abrumadora del decir fragmentario, gracias a factores muy diversos. La insólita fluencia de colecciones, títulos, antologías, artículos monográficos, análisis y autores –resaltada por estudiosos como José Ramón González, Manuel Neila, Erika Martínez, Javier Recas Bayón, Demetrio Fernández Muñoz o Paulo Gatica- concede una solidez perdurable al esquema constructivo del aforismo y a su laconismo verbal, dispuesto a capturar la esencia del pensamiento con humildes elementos de uso. Es perceptible la vitalidad de vuelos en la variedad de estilos, puntos de vista, tendencias y sustratos argumentales. Así lo entienden también Carmen Canet y Elías Moro, dos autores con amplio trayecto en el género que coordinan juntos la edición de Espigas en la era, un despliegue nominal de más de cien aforistas españoles vivos.
  Este tiempo áureo no es flor de un día. Conviene recordar que la literatura fragmentaria es un producto histórico. Sus aleatorias codificaciones han estado presentes en los legados de todas las civilizaciones. Sus raíces fortalecen el carácter híbrido y un dinamismo trasversal que engarza pensamiento filosófico, tradiciones populares, enunciados éticos y literatura. Los textos paremiológicos constituyen una amalgama heterogénea que ha encontrado en el presente digital un cultivo insistente; de ahí la pertinencia de un proyecto didáctico como el propuesto por Carmen Canet y Elías Moro, que puede entenderse como una primera mirada a los poblados escaparates textuales del aforismo actual.
   En Espigas en la era firma el breve prólogo José Luis Trullo, persistente cultivador de la síntesis. El director y coordinador de la colección Libros al Albur y de la revista monográfica Elaforista.es ha impulsado abundantes proyectos de definición de la arquitectura lacónica que han contribuido al afán expansivo de títulos y autores. Pero todavía no exista un refrendo fuerte en el mercado; José Luis Trullo subraya que el acercamiento al libro de aforismos requiere una postura crítica y cuestionadora de lo subjetivo, en suma, un lector formado y selectivo que no busca rellenar tiempos de ocio.
   La pujanza del género enaltece el intenso trabajo de compilación que llevan a cabo Carmen Canet y Elías Moro, quienes recurren al orden alfabético para dar a los aforistas un trayecto orgánico. Cada autor aporta una mínima mochila textual, solo dos aforismos, lo que hace imposible el retrato estético de los seleccionados; o mejor, ubica estas espigas como selecta prueba de una mayor cosecha que necesita lecturas complementarias posteriores. Al tratarse de una cata de campos creadores activos, quedan fuera practicantes de nuestro tiempo como Miguel Catalán, Antonio Cabrera o  Eduardo García, que nos dejaron hace muy poco y cuya presencia sigue fuerte en los textos.
 En cualquier caso, se agradece este registro de urgencia que compone una información precisa del texto mínimo que tiene como objetivo complementario difundir el listado, desde la traducción, en otras cartografía creadoras. Hoy constatamos que ya llega a las librerías la versión al francés de Espigas en la era a cargo de la traductora Florence Real y del poeta y profesor Miguel Ángel Real. Con esta versión, que abre la puerta a otras como el inglés o el italiano, se hace evidente que el libro preparado por Carmen Canet y Elías Moro es una herramienta que ajusta el punto de mira. Propicia el disparo preciso y sugiere indagaciones posteriores del decir breve, ya dispuesto a asentarse por derecho en la plaza central del espacio creador contemporáneo.

José Luis Morante