sábado, 30 de noviembre de 2019

MÁSCARAS

En el escaparate del yo
(Venecia a flote)



Máscara

Reposa en el sillón, inoperante,
mi trasnochada máscara de oficio.
Por su silencio asciende
la falsedad creíble,
el material que integra
lágrimas y sonrisas,
el que elude por miedo,
el que pone la brida en el galope,
el que nos colma el vaso
de sanas intenciones
y cordiales deseos,
el que deja razones suficientes
para justificar la amanecida.

Su logrado artificio
oculta las estrías.
Se hizo con materiales resistentes.
Con ella se completa mi disfraz.

                              
                               (De Mapa de ruta)




viernes, 29 de noviembre de 2019

MÍRIAM DE LOS RÍOS. NATURALEZA DISONANTE

Naturaleza disonante
Míriam de los Ríos
Valparaíso Ediciones
Granada, 2019


PRIMERA MIRADA


   Actriz, profesora de Lengua y Literatura en un instituto público madrileño y guionista de cortometrajes y textos teatrales, Míriam de los Ríos  (Madrid, 1982) abre puertas a la poesía en Valparaíso Ediciones –uno de los sellos que más apuesta por el amanecer de nuevos itinerarios- con el volumen Naturaleza disonante. El umbral de la entrega acierta plenamente con un lacónico fruto verbal que se mueve entre la precisa eficacia del aforismo y el decir condensado del verso: “Hoy mi máscara y yo jugamos al escondite, / de quién encuentre a quién depende mi futuro”. De entrada, los versos recuperan dos o tres cuestiones esenciales: la sinceridad del sujeto frente a sus indagaciones existenciales, la condición del poeta como fingidor o la necesidad de velar la intimidad para argumentar una estrategia expresiva que trascienda el mero discurso del sujeto concreto. Mucho que decir, por tanto, en un primer poema que hilvana pasos con una dicción natural y que plantea el autoconocimiento como urgente tarea al comenzar el día: “A veces contemplo mi cuerpo / con la mirada incisiva de un inquisidor / y niego la gracia de los elementos, / la perfección que me hace respirar, dormir, pensar…”. De ese plano de detalle que desdobla el yo nace una sensación dual, de aceptación y rechazo, que ubica al figurante lírico en un intermedio concreto, en este tiempo digital de pantalla encendida y espacios visuales, en este ahora de influencers y fake news tan proclive a la impostura.
   Míriam de los Ríos moldea un personaje ficcional que descubre sus emociones en primera persona, como si en un diálogo confidencial el yo biográfico mostrara sus claves personales y emplazara a su intimidad a un encuentro pactado con el lector. Proyecta las experiencias del presente porque siempre sucede que la intrahistoria individual engloba los signos de un territorio colectivo que exige someterse a lo socialmente correcto y aceptar dogmas líquidos, que hacen de las certezas espejismos. Así nace el conflicto, y ese es el espacio en el que se mueve el poema que siempre huye del hermetismo y la solemnidad para marcar una representación a pie de calle en la que conviven los textos en verso libre, con la pincelada concisa y aforística, que se suelen dejar en cursiva:”Abrázame hasta que dejemos de dar vueltas a la manzana / sin saber por dónde morderla  “ o la levedad del haiku.  
    En el sendero argumental cobra una intensa fuerza el epitelio sentimental, esa gama de matices que nunca se autoexcluye en los perfiles de la identidad: el amor, la soledad, los mensajes del miedo o la pulsión erótica del cuerpo: “Amarnos era como beber la leche del Universo, / como guardarla en un tarro de cristal /     en el fondo del vientre, / desesperados, / a la deriva / flotando sin gravedad en un mundo simbólico”.
   La poeta recurre al venero teórico de la experiencia docente para hacer de la disonancia cognitiva el eje argumental de esta carta de presentación. Recordemos que nuestras conductas siempre están inducidas o condicionadas por el medio social y debemos racionalizar ante nuestra manera de pensar la incomodidad, las contradicciones o ese continuo aprendizaje por la decepción que abre distancias entre deseos y realidad. Así el sujeto se somete a un fuerte proceso de autopercepción en el que la escritura es herramienta de búsqueda para mostrar las cicatrices de todas las palabras que no pudieron ser pronunciadas o no encontraron sitio en el salón hospitalario del poema. Cálidas y confidenciales, las composiciones entrelazan evocación y perdida, grises crepusculares y mediodía, el devenir de un movimiento pendular que deambula por las asimetrías de las aceras buscando sentido al final del cuento. Poesía con luz, que deja en los espejos el hermoso desnudo de la sinceridad.




jueves, 28 de noviembre de 2019

CONJETURAS Y LÍMITES

Muros del tiempo
(Yacimiento de las Cogotas, Ávila)
Fotografía
de
Rubén Sánchez Santana


CONJETURAS Y LÍMITES

Los límites del lenguaje
son los límites de mi mundo

WITTGENSTEIN

   Poco a poco, en el discurrir pautado de los años, fue haciendo del silencio un principio de simetría. Pulió opiniones como caliza blanda, formó ángulos para albergar matices, asumió conjeturas y ejercitó, sin cansancio ni merma, la prudencia verbal.
  Observa la realidad y los espejos como simples ficciones verosímiles. Y nunca habla si no es en presencia de su diccionario.

(De Cuentos diminutos)




miércoles, 27 de noviembre de 2019

CAMINOS EN EL AIRE

Caminito del Rey
Fotografía
 de
Javier Cabañero Valencia




CAMINOS EN EL AIRE

Hay lugares de los que no se vuelve nunca,
aunque vuelvas

KARMELO C. IRIBARREN 


Esos caminos que parecen puzzles en los que no encaja ningún paso.

Un anclaje en el aire.

Queda la versión íntegra de su historia personal. Nada con un fondo gris.

Solidaridad de papelera, que deja sitio de inmediato a todo lo que sobra.

El topo defiende la semejanza cromática.

Solo percibe las palabras propias. Las voces ajenas son ruidos abruptos.

Me dedicó en seis meses tres adjetivos, dos adverbios y cuatro preposiciones. Un despilfarro austero.

( Aforismos de espera)



martes, 26 de noviembre de 2019

EL POETA EN LA LUNA






Astronomía y Literatura

(A dos voces)


La ciencia se compone de errores que,
 a su vez, son los pasos hacia la verdad

JULIO VERNE

  "Hace unos meses, mientras buscaba el sol en alguna playa del mediterráneo,  recibí la invitación para preparar una conferencia sobre Astronomía y Literatura. Confieso que mi primera reacción fue la de rechazar la propuesta, no por ningún prurito de soledad ensimismada, sino por ser consciente del escaso conocimiento científico que mi biblioteca personal me ha proporcionado sobre el estudio de los planetas y las exploraciones del espacio.
   Mi formación académica es la de un profesor de Geografía e Historia que ha dedicado a la docencia cuarenta años de vida. Y tres décadas cumple mi devoción al libro que ha dejado sobre la mesa casi treinta obras, entre poesía, crítica, ensayo, antologías y el decir breve del aforismo.
   Por ello, mis señas de identidad en teoría astronómica están llenas de cráteres; muestran el desolado espectáculo de la cara oculta de la luna.
   Demasiadas veces, la pereza nos sume en lo previsible y niega el localismo celebratorio del asombro. Así que corrí el riesgo de aceptar sospechando que ambas disciplinas –Astronomía y Literatura-  comparten la condición de sismógrafos capaces de acoger las vibraciones en el tiempo del devenir colectivo. Si el sol y el sistema solar se formaron hace unos 4600 millones de años, la voz literaria ha acompañado a la Humanidad desde sus comienzos y se ha expandido por todas las civilizaciones del planeta Tierra, desde aquellos primeros signos de los pueblos prehistóricos hasta la celeridad digital y compulsiva de Internet..."

Astronomía y literatura
Conferencia en Agrupación Astronómica de Madrid
26 de noviembre de 2019








lunes, 25 de noviembre de 2019

DANIEL ZAZO. LA PERIFERIA DEL DESEO

La periferia del deseo
Daniel Zazo
Editorial Páramo
Valladolid, 2019


LA HOGUERA Y LA CENIZA


   La poesía abulense más joven, llamada a renovar el poso generacional de escritores imprescindibles como José Jiménez Lozano, Jacinto Herrero Esteban o Gaspar Moisés Gómez,  se concreta en unos cuantos nombres entre los que sobresale Daniel Zazo (Ávila, 1985), cuya entrega de presentación Que ardan los fuegos amaneció en  2017.  Poeta, miembro del Consejo de redacción de la revista El Cobaya y profesor en ejercicio, Zazo compilaba en esa carta de presentación textos de casi una década de escritura que tenían como núcleo temático el fuego. El elemento matérico  aglutina germinación y encuentro, formas abiertas y sensaciones de intensidad o carencia en un libro de amanecida, donde resaltaba el carácter orgánico y unitario.
   Su segunda entrega, La periferia del deseo recuerda en su título, y lo refrenda la nota de contraportada, al poeta sevillano Luis Cernuda, quien hizo del concepto un espacio de espera confrontado con la realidad. La sombría existencia anula la dicha y hace del ideal una imagen desangelada de contornos borrosos. La cita de entrada clarifica la condición del sustantivo con unos versos del poeta y cantautor Luis Eduardo Aute: “Deseo es el surco que deja una estrella, / deseo es espejo, deseo es enigma, / deseo es el beso de signos contrarios”.
    Daniel Zazo, ante un paso argumental tan proclive al enfoque emotivo, ubica su discurrir poético en la media distancia y añade a la experiencia personal un amplio sustrato culturalista para trazar las coordenadas situacionales: “Es en los límites donde el deseo se origina, / donde se encuentra su unívoca razón de ser. / Atrás dejó páramos y jaulas de nieve, / la enigmática frialdad de las estatuas / que habitan las desiertas plazas de De Chirico / y las miradas ausentes, casi huidizas / de los desnudos sonámbulos de Delvaux…” Pero muda de perspectivas para abordar un enfoque apelativo frente al yo desdoblado que muestre la razón de la escritura: el poema es un espacio atemporal; abre su territorio a una extensa reflexión sobre imágenes y conceptos, sobre esos hilos de azar que convierten cada estar en la acera diaria en un carro de heno, una carga de vivencias  que deja contemplar al paso cómo el deseo muda con el tiempo, se hace desolación y ruinas.
  También la pintura, tras los pinceles de Bernini, corrobora la condición temporal de la carne y su rastro de nieve. Eso no anula la atracción de la belleza y su fuerza para despertar el tacto del delirio corporal convocado por el fogoso resplandor de la hoguera. Poco a poco el poemario va gestando una erótica cuajada de imágenes, desde ese afán implosivo y germinal de quien siente la llama hasta la atmósfera onírica de la representación pictórica, los poemas van estableciendo equivalencias. Así se fortalece un cuerpo verbal –terremoto, temblor, delirio… - de resplandor y estrépito que halla en la caligrafía del poema su razón de ser.
  En ese fluir de sensaciones, las palabras se convierten en refugio donde habita la claridad del amor. Cada lugar o cada paisaje escenifica una ´´intima representación de los cuerpos”. De igual forma que esas miradas plásticas que interpelan desde el muro de los museos, porque contienen una expresión del tiempo detenido, el cauce lírico propicia un nuevo principio en el que se definen las señales inequívocas del amor para colonizar con su fuego un extenso perímetro en el que se define la suprema identidad del deseo: “Eres todo aquello que arde y jamás se consume”. Daniel Zazo, como esas ondas que ponen relieves expandidos sobre la quietud del agua, hilvana un libro cuajado de estrategias discursivas, que aglutina un amplio campo de definiciones en las que también se evoca la cálida experiencia personal en torno a la consunción del deseo. Con él relaciona palabra y respuestas reflexivas a ese punto ciego que anula la razón, pero también a esa pulsión que aspira a poner calor en la frialdad de las estatuas, a caminar por el vértigo para que la rutina encuentre la luz que sobrevuela en la fugacidad de las cosas, que hace del ideal una razón de vida.




domingo, 24 de noviembre de 2019

APARICIONES

Pinares de Riaza
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia

APARICIONES

Deja que su aliento se interne
por el músculo del párpado.

JOSÉ ANTONIO LLERA


   Como si necesitase propagar las nociones del miedo en medio del pinar, su desastrada imagen regresa de improviso. Recuerda un destello diluido que va perdiendo intensidad. Los gestos dibujan un estar apocado. Mira los matorrales cabizbajo, como sumido en el sopor de la melancolía. Conjetura que estoy en ese tiempo en el que los fantasmas no son pesadillas sino compañía.

(De Cuentos diminutos)



sábado, 23 de noviembre de 2019

UMBRAL

Vuelos
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia


UMBRAL


Umbral. El día
se desata despacio
y emprende vuelo.

                           (De A punto de ver)





viernes, 22 de noviembre de 2019

ADA SALAS. A SOLAS CON EL CANTO

Ada Slas (Cáceres, 1965)



A SOLAS EN EL CANTO

(La poesía de Ada Salas)

Vivir
es una huella

ADA SALAS


 "En el volumen Diez años de poesía en Extremadura (1985-1994), editado en 1995 por el profesor y ensayista Miguel Ángel Lama, se exploraba la cartografía poética de la comunidad autónoma extremeña en el último periodo finisecular. Junto a voces consagradas –Santiago Castelo, Pureza Canelo, Ángel Campos…-, con amplia proyección personal, salían a la luz los tempranos afanes que inauguraban vuelos ascendentes para reactivar la nómina del momento. En esa hornada de amanecida se integra Ada Salas (Cáceres, 1965). La poeta logra en 1987 el Premio Juan Manuel Rozas con el libro Arte y memoria del inocente, impreso al año siguiente por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura. En sus aulas, la incipiente autora había cursado Filología Hispánica y vincula su vocación al grupo poético de la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres. Son días marcados por el aprendizaje y por vínculos afectivos que dan cobijo a un acontecer que se alimenta a sí mismo y abre preguntas. El autodidactismo requiere un ensanche de relaciones personales y afinidades que refrendan los intereses propios, que busquen guías y canalicen fuerzas necesarias para la formación de la personalidad literaria.
   Editado en los últimos meses de 1988, Arte y memoria del inocente inicia viaje con dos referencias dispares: un surco aforístico de Alonso Guerrero, cuyo trayecto posterior se escora hacia la ficción narrativa, y un pensamiento lírico de Alberto Caeiro, uno de los interlocutores verbales de Fernando Pessoa. El conjunto de poemas se despliega como una entrega diáfana, en la que la voz del tiempo y la sensibilidad del sustrato biográfico marcan las rutas argumentales. Se oye con fuerza la palabra confidencial, penetrante y sutil. Con naturalidad, los versos entrelazan con naturalidad intimismo y contemplación, contienen el aire fresco y pasional del amanecer... "


LA VOZ A SOLAS (fragmento)
Poesía y Divergencia
Universidad Autónoma de Madrid
Facultad de Filosofía y letras
22 de noviembre de 2019





jueves, 21 de noviembre de 2019

CUESTIONARIO SOBRE JOAN MARGARIT

Recital a dos voces
(Joan Margarit y Luis García Montero)
Librería Alberti, Madrid, 2019
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia

Cuestionario preparado por ISRAEL SÁNCHEZ
(revista REFORMA)
 
 
—¿Qué relevancia tiene que el  Premio Cervantes 2019 reconozca a un poeta como Margarit?

Sin duda, el Premio Cervantes no descubre a Joan Margarit como poeta; su obra tiene un extenso recorrido en varios ámbitos idiomáticos como el catalán, español o inglés; el premio solo constata que es uno de los magisterios más relevantes de la poesía contemporánea.

—¿Qué significa esto ante la actual crisis política que se vive con respecto a Cataluña?

Es inevitable dada la crisis política que se vive en la comunidad autónoma catalana y la virulencia del independentismo radical, incidir en que las diferencias culturales enriquecen y no abren trincheras o alzan barricadas. Joan Margarit escribe poesía en catalán, su lengua materna, su registro más íntimo y personal, pero no traduce sus libros al castellano: escribe en castellano un poema epifánico, que suena limpio y hondo, no con el traqueteo orgánico de una herramienta de segunda mano. Ambos idiomas dialogan, sugieren matices nuevos, abren espacios libres y autónomos.

—¿En qué radica la genialidad del quehacer poético de Margarit?

A la poesía de Margarit no le interesan los grandes epítetos, esos que cargan a las palabras de trascendencia y solemnidad; su poesía nace de un cálculo de estructuras que unifica forma y semántica, que sondea los estratos expresivos para sacar la mena, esas palabras necesarias que ponen los cimientos al poema. 

—¿Salda una deuda con el catalán esta decisión?

En absoluto, en  el marco hispánico conviven el euskera, el catalán, el gallego y el castellano; se ha premiado a Margarit no por una cuestión de deudas sino porque su aportación, como habría sido la de otros poetas como Francisco Brines, es significativa; es hermoso que se haya dado el Cervantes a un poeta bilingüe porque eso permite una doble celebración para los lectores.

—¿Cuáles son los poemas u obras que a usted más le gustan de Margarit y por qué?

Joan  Margarit no es un poeta de elementos insulares sino de conjuntos poéticos que unifican una visión estética; los temas se reiteran: el enlace del sujeto biográfico y la presencia del protagonista poético, el pasado como espacio germinal de la memoria, la dimensión ética de la identidad, el desamparo de lo colectivo ante una realidad pragmática que margina lo esencial del sujeto. Así que si se me permite hablaría de libros completos como Los motivos del loboJoanaCasa de misericordia o  Un asombroso invierno... Cualquiera de ellos  defiende un concepto de la poesía con el que me identifico plenamente.

Querido Israel un saludo cordial y muy agradecido por tus preguntas




miércoles, 20 de noviembre de 2019

PATOLOGÍAS DEL PODER

Artes y oficios
Fotografía
de
Javier Cabañero


PATOLOGÍAS DEL PODER

(Prosa política)

 En la definición del poder cabe todo. Y es un error considerar cerrado el concepto con rasgos únicos; simplemente las características se yuxtaponen sin lindes excluyentes.


  El alevoso president, tras una libación gastronómica a base de judías, desconoce con qué abertura corporal responderá al tribunal que juzga sus desafueros amarillos, durante la campaña electoral. Supongo que en él es un hábito confundir la fetidez de aliento con la pestilencia intestinal. Hay inteligencias con olor a pocilga.

  Leo en la Biblioteca Nacional Breve historia de la misoginia (Ariel, 2019), de Anna Caballé. No siempre estoy de acuerdo con sus aseveraciones, pero me parece un ensayo riguroso y veraz para fomentar relaciones basadas en el respeto mutuo y contener a los nuevos practicantes del patriarcado antropológico.

 Toda ideología proyecta anhelos y frustraciones; plantea la elección o el rechazo de valores éticos.

 La escritura necesita libertad creadora para materializar sus creaciones. No sé qué necesita el poder.

 Hay ideologías que precisan rehacerse. Deben pasar por el quirófano para hacerse liposucciones mentales.

 El poder es un guionista prolífico. Nunca gobierna. Solo se dedica a buscar tramas argumentales, construcciones teóricas, árboles que no dejan ver el bosque, graffitis sobre el muro.

(Apuntes de prosa política)





martes, 19 de noviembre de 2019

PABELLÓN DE INTERNOS

Pabellón de internos
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia

PABELLÓN DE INTERNOS

Con la izquierda
 golpeo
el muro que amortigua
la poca luz que llega a este lugar

ADA SALAS

  Regreso al Pabellón de internos. Una fila de adelfas sobresale de su alambrada hostil. Dentro no cambia nada. Algunos internos deambulan dubitativos, mirando mi estar con desconfianza. Después se aproximan; me piden euros y tabaco y premian la generosidad con confidencias entrecortadas. Alguien, susurran, empujó al celador en la escalera central; tuvo suerte, sobrevivió. Se fracturó la cadera y estará lejos varios meses.
 En la tapia de entrada, siguen juntas las dos sillas de plástico. Callas, espían la avenida. Su soledad escucha la secreta partitura de los que huyeron.

(De cuentos diminutos)







lunes, 18 de noviembre de 2019

OJOS DE LUNES

Café matinal
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia



OJOS DE LUNES


El toldo del tragaluz es un oxímoron.

Entre los misterios de su inteligencia, ese empeño en ocultarse a diario.

Un ejemplo de fidelidad  extrema; mantuvo siempre un inquebrantable compromiso con la estupidez.

Cuando aletea, el optimismo recuerda la mínima vibración de una libélula.

Esas voces que ganan altura cuando callan.

Acabó identificando su belleza con el vacío; en ella, todo es nada.

Tan avaro que cuando respira se queda con el oxígeno y con el anhídrido carbónico.

(Aforismos de lunes)




domingo, 17 de noviembre de 2019

DESAPARICIONES Y OCASOS

Refugio
Imagen
de
Internet



DESAPARICIONES Y OCASOS

  Desde hace varias semanas, no estoy. Ignoro si la ausencia es un ocaso momentáneo, o una voluntariosa fuga hacia los pedregales de ninguna parte. Así que ando aplicado, con las varias ausencias que conformo, en la tarea de encontrarme. No sé vivir a solas, sin esa voluntad que me despierta en medio de la noche recordando el inventario de asuntos pendientes.
   Durante algunos años pensé que daba cuerpo a un sujeto central e indivisible, destinado a vivir en el monolito de mi identidad. Nunca imaginé esa atracción interna por la vida nómada. Me doy prisa en la búsqueda, antes de que empiece a olvidarme. 

(De Cuentos diminutos)




sábado, 16 de noviembre de 2019

HIRAM BARRIOS. APÓCRIFO (AFORISMOS)

Apócrifo
Hiram Barrios
Prólogo
de
José Luis Morante
Editorial Naveluz
Colección La Hormiga
México D. F, 2018 



PRÓLOGO

Quien calla nunca es trivial;
quien habla lo es casi siempre.

HIRAM  BARRIOS


   Entre las incertidumbres del siglo XXI las formas literarias breves han conseguido reconocimiento inesperado y una resonancia especial que acrecienta su práctica. Son un signo de época. Conceden una percepción súbita de la realidad cuyo carácter, temporalista y mudable, tiene consecuencias inmediatas en los quehaceres del lenguaje. Sucede con el haiku, esa japonería aclimatada al castellano cuyo mensaje da cauce a la impresión instantánea, el microcuento, ficción de argumento resolutivo; y el aforismo, una miniatura reflexiva repleta de connotaciones.
   Hiram Barrios (México, D. F., 1963) creador plural, traductor y docente en ejercicio en las aulas del Instituto Tecnológico de Monterrey se adentró en la tradición literaria paremiológica en Lapidario. Antología del aforismo mexicano (1869-2014). Era un balance de la aportación cultural de autores foráneos, con algunas voces del exilio español asentadas tras la guerra civil, y firmas de otra geografías. El escritor definía el proyecto con tono humilde, “como un trabajo liminar, exploratorio y en construcción” y lograba un libro riguroso, de didáctica unitaria que sondeaba vínculos entre escuelas y autores en un paréntesis temporal de siglo y medio. Una obra excelente para un momento donde el ciberespacio está cambiando las reglas del género y las posibilidades de recepción.
  Con Apócrifo Hiram Barrios se integra en la práctica aforística aportando su versión particular de la economía verbal. La decodificación lectora concede al título, como elemento paratextual,  una tripe función: identificadora, referencial y distintiva. Así que antes de adentrarnos en el cuerpo de la obra conviene recordar las dos connotaciones básicas del término. En su acepción académica, alude a un adjetivo que califica lo simulado, inexistente o fingido; la etimología popular emplea el término para encuadrar comentarios u opiniones subjetivas que carecen de fundamento, que siembran rumores que no se pueden constatar. Así pues, Hiram Barrios pone bajo sospecha la práctica de este género de intensidad, que busca ahorrar pasos entre la niebla de lo digresivo.
  La observación estimulada por el rótulo no desdice la naturaleza singular del género. El aforismo preserva la autonomía de cada fragmento y la pluralidad de inquietudes semánticas. El escritor establece para los rasgos temáticos y formales del corpus una ruta de lectura de quince secciones. Su primer tramo es “Diario o culto” tiene una base testimonial, como si el yo biográfico personificara al protagonista en sus interacciones cotidianas con un entorno que difunde estrategias cognitivas: “Los mejores aforismos los escupo en la calle. En el asfalto está mi aforística”. Los breves nacen de circunstancias concretas y dejan constancia de una subjetividad que respira a pie de calle. Pero el cauce natural del aforismo es la contradicción;  si el sujeto busca a ras de suelo la huella firme de algunas certezas, esta actitud es compatible con “las videncias del oráculo”. La intuición predice. Esta clarividencia desconfía del logos: “Un hombre, a solas con su pensamiento mucho tiempo suele ser peligroso”, “No pensar como medida preventiva”, “Los mensajes más oscuros son los que alumbran más”. La construcción de los aforismos integrados en “microhistorias” dibuja un perfil de cercanía con el relato ultracorto, no solo por la precisión extrema del lenguaje sino por el carácter ambiguo y la capacidad de sorprender mediante una visión no convencional del hilo argumental. Así lo constatan estos ejemplos textuales: “Cordura. Antes escuchaba voces. El psiquiatra me recetó pastillas: ahora son las voces las que me escuchan”; “Irresistible. Mi esposa es atenta y complaciente: una delicia de mujer. Por eso busco amantes.”; “El legado. Pelearán hasta matarse por los bienes del difunto. Los males se heredan por igual.”
  Otra modalidad de frontera con el aforismo es el epitafio. Entre ambos abundan los motivos conectores e igualatorios: egocentrismo, solemnidad lapidaria, posicionamiento temporal. Queda recalcado en abundantes aciertos expresivos: “El genio. Lo enterraron vivo, siempre adelantado a su tiempo”, “El librepensador. Luchaba por la verdad. Su obra lo desmintió”.
   Escribir aforismos es alzar un entorno de habitaciones soleadas con una buena orientación que propicie borrar sombras y convoque al desaprendizaje para que el trazo sutil de la existencia avance con nutrientes nuevos, inmediatos, volátiles y el activo destello del relámpago.
   En el remanso de Apócrifo siempre hay sitio para la gota de claridad inesperada en la que se despliega la capacidad oratoria de la inteligencia y el necesario silencio: “Callemos mejor para entendernos”. Así afloran las aristas de un tiempo fermentado que el aforismo se empeña en moldear para lijar sus distorsiones. Es un quehacer continuo y atomizado, con voluntad, con fe, sabiendo mientras camina que “el aforismo es un atajo”.

José Luis Morante





viernes, 15 de noviembre de 2019

ÁNIMO A FLOTE

Equilibrios
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana


ÁNIMO  A FLOTE

A todos los que a diario
abren las manos para que nada se hunda



Si miras con atención el lugar que ocupas, donde estás no hay nadie.



En el apagado discurrir del tiempo, adanes primigenios que aguardan todavía una manzana.


El  verbalismo artificioso encala la escritura, pinta fachadas de víspera de feria.


En la madeja de la gratitud se apelmazan los hilos sueltos.

  
Los viernes aseguran un tedio prometedor, hecho de puntos suspensivos.


 En la poesía bucólica, espontánea colaboración de una coral ecológica: piedras, juncos, pájaros y nubes…

  
La poesía es un yo caligráfico, angustiado por su propia identidad.


Aversión a la lógica. Un pensamiento único y en continuas tareas de agitación.


Sabe aceptar disculpas; mantiene con la sordidez una amistad vitalicia.


La autonomía imaginativa del sueño requiere folios blancos por su inclinación a lo imposible.


El subconsciente poético confía en el potencial de los precursores.


Punto de fuga. Nostalgia de un lugar que no existe.

(Selección personal)



miércoles, 13 de noviembre de 2019

MIGUEL CATALÁN. SUMA Y SIGUE

Suma y sigue
Miguel Catalán
Prólogo de Carmen Canet
Epílogo de José Luis Trullo
Ediciones Libros al Albur
Sevilla, 2019


INSISTIR, PERSISTIR


   El inesperado fallecimiento de Miguel Catalán (Valencia,1958-2019), Doctor en Filosofía, profesor universitario, ensayista y autor de una abundante producción paremiológica compilada en el volumen Suma breve (Trea, 2018) despertó el sentir solidario de muchos compañeros del decir breve que homenajearon Al escritor a través de las páginas de la revista digital El Aforista.com. Y sirve también de homenaje la compilación Suma y sigue –qué título más atinado- que se abre con una breve introducción de Carmen Canet titulada “La ética en persona”. Tan vehemente titulación refrenda la desconfianza en el ahora. Es sabido que vivimos un tiempo de valores crepusculares, que pospone los elementos actitudinales marcados por la ética, para enaltecer el positivismo funcional y el individualismo atroz que preside nuestro tiempo. Miguel Catalán era rigor y afecto, compromiso con el ser, alejado del estropicio bullanguero del estar.
  Carmen Canet recuerda la presentación de la antología Concisos en Madrid que supuso la posibilidad de intercambiar saludos y proyectos futuros con los antologados. Así nació ese intervalo afectivo y la colaboración en Diccionario Lacónico (Sequitur, 2019), una impresionante obra colectiva impulsada por Miguel Catalán que amaneció hace unos meses y en la que estuvo trabajando durante treinta años. Como recuerda la escritora almeriense asentada en Granada, era “un libro de amistad” de ingenio, de laconismo y poda., un ejercicio de reflexión que buscaba la esencia bajo el epitelio de las palabras.   
  El conjunto seleccionado en Suma y sigue, libro inédito que estaba en prensa cuando fallecíó el escritor, continúa perfilando la propuesta fragmentaria de Miguel Catalán. Como escribí en mis anotaciones sobre su obra aforística completa “permite definir con lúcida solvencia el carácter ontológico del aforismo y su evolución en el discurrir. El término siempre está vinculado a un territorio de intersección entre literatura y filosofía que es base común de todas las entregas”.
   En la contundente concisión de sus textos se acoge la verdad de la experiencia y se abre las manos a la formulación activa de la paradoja como contraste ante una realidad de límites difusos y de cimentación movediza. Las paradojas son semilla en los surcos sentimentales que enriquecen el barbecho de la temporalidad y son lluvia frecuente en los campos semánticos que aglutina la existencia en la plaza diaria de lo colectivo. Eso da pie a organizar los textos por enunciados representativos que ponen en su formulación una clave temática: “Amor atlético”, “Demasiada dignidad”, “Reminiscencias del bachillerato”, “Malas noticias para la posteridad”… Al percibir esos enunciados, asoma la cabeza la ironía, como si la partitura de la trascendencia se interpretara en tono menor, en ese tono que transforma el decir filosófico en hilachas de sentido común.
   Los nuevos aforismos de Suma y sigue postulan la complejidad del trayecto cotidiano; formulan un diálogo de asimetrías entre lo subjetivo y la realidad del entorno. Sus temas se asoman  a las costuras de la experiencia. Se llenan de matice, aunque estos a veces sean contradictorios o definan estados de ánimo dispares, como si en su amanecida la escritura plegara pasos a la condición de ser.
   Ya se ha comentado que el libro se cierra con un epílogo de José Luis Trullo, aforista, director de la mejor revista dedicada al género e incansable editor. Las palabras del andén final, acogidas bajo el epígrafe “Despedida (sin cierre)" recuerdan afectos compartidos, intercambios de libros y palabras de aliento en proyectos comunes, siempre alumbrados por la cartografía meditativa del aforismo. El coordinador editorial de Libros al Albur resalta la generosidad de Miguel Catalán y la particular estética del escritor en torno al decir breve: “Era el suyo un aforismo muy característico, que se aleja de las fórmulas clásicas para indagar en formatos mixtos”. Acierta plenamente Trullo en su mirada crítica; Miguel Catalán expande el aforismo y lo acerca a la cita o la reflexión sociológica, lo convierte en anécdota o suma a su carga expresiva enunciados lúdicos.
   Suma breve descubría el excelente volumen conceptual del decir fragmentario de Miguel Catalán y catapultó a su autor a las primeras filas de aforismo contemporáneo. Suma y sigue quiere ser una prolongación esencial, un mínimo muestrario que ahora ve la luz por primera vez y contiene la introspección reflexiva de un escritor múltiple, la palabra afectiva de quien insiste en alzar la voz en la oquedad poblada del silencio.



martes, 12 de noviembre de 2019

NIEBLA DENSA

Borrados
Fotografía
de
3lentes.com



NIEBLA DENSA

Andar es no moverse del lugar que escogimos

MARÍA VICTORIA ATENCIA

  Aunque desempeñe su labor comunicativa habitual,  o sea un asunto privado, la escritura  necesita un contexto previo, un encuadre correcto que no desfigure sus bordes. Sin él la ternura se convierte en erotismo y el erotismo simula ser pornografía. Su comprensión requiere, por tanto, una mentalidad expandida para comprender que los mensajes contienen otras percepciones de la realidad; sus palabras emergieron en un espacio y tiempo concretos.

  Valoro mucho la confianza, esa luz que oculta la niebla, esas gotas frescas que alejan la sed.

  El optimista es proclive a la grandilocuencia; cree que la amistad es fuerte, como la raíz de una secuoya. Así que sufre un terrible efecto erosivo en su ánimo cuando descubre que la reptante fuerza que imaginaba es solo un hilo suelto, el expandido temblor de una telaraña.

  Desvela el tiempo una paciente labor de sondeo para alumbrar identidades, tramas y personajes que reconstruyen con fidelidad nuestras relaciones sociales. En ellas, la soledad camina una propuesta introspectiva, elegíaca e intimista.

  El ahora se convierte en tiempo narrativo de una identidad incierta. Soy una estela que pregunta con insistencia, en primera persona, al despertar de su memoria por sus indicios sentimentales.

  Los otros son aproximaciones esporádicas. Tanteos afectivos.

(Diario de otoño)