jueves, 30 de julio de 2015

TARDE CON LLUVIA

Umbral de la tormenta (Playa Morro de Gos)

TARDE CON LLUVIA

Brota la lluvia
y tiende sobre el mar
sus hilos sueltos.

miércoles, 29 de julio de 2015

IDENTIDAD BIPOLAR

Paseo del faro, Oropesa del Mar
Fotografía de Adela Sánchez Santana
 
 
HETERÓNOMOS

Dentro de mí conviven, abocados
a una inmensa rutina sedentaria,
el yo que pienso y otro, el que parezco.
Un pacto que firmaran con los ojos
les conmina
a respirarse en cierta tolerancia,
y ambos han sido absueltos
de mencionar, siquiera,
cuál fue la última causa
que les diera la vida.

Cada uno tiene ya su enclave exacto:
el yo que pienso
habita, día y noche,
la intimidad de estas cuatro paredes.
Es semejante a un niño que olvidara crecer,
y por lo mismo
nada en el mar de una sabia ignorancia.
(Acaso sea el invierno es razón suficiente
para explicar el cosmos).
y balbucea. Ríe.
Se pierde en los espejos. Gesticula.
Colecciona recuerdos como si fueran conchas
que ha enterrado el olvido.
A veces llora y viste el jersey gris
de la melancolía;
entonces toma un folio
donde inicia el galope un sentimiento
y se hace reo de pertinaz tristeza,
hasta que traspapela la mirada
y descubre cansado
que afuera cae la lluvia
y mojan su perfil
unas livianas gotas de mi nube.

El yo que parezco
está en la calle de continuo.
Todos le conocéis
pues con todos comparte este pan y esta sal
que bajo el brazo trae la vida;
las cotidianas dosis
de angustia existencial, trabajo y ruido.
Con él tropiezo,
una tarde cualquiera
al doblar una esquina,
y tras justificarme torpemente
("Hallé la puerta abierta
y me aburría...")
me despido gozoso y luego marcho
-el paso lento, sepultadas las manos
en los amplios bolsillos del vaquero-
a ver, sin más, el mundo por mis ojos.

     ( Rotonda con estatuas, Madrid, 1990)

lunes, 27 de julio de 2015

UBICACIÓN



UBICACIÓN

Estoy aquí, creo, aunque desconozco la ubicación exacta del aquí.

Cualquier soledad está repleta de encuentros.

En las pretensiones a destiempo, escueta frialdad.

Después de muerto tiene un carácter más conciliador.

Tantas mínimas compensaciones del ahora sugieren que estamos hechos para la memoria.



jueves, 23 de julio de 2015

CONVERSACIÓN AZUL

Oropesa del Mar (Castellón)
CONVERSACIÓN AZUL

Motas de sol.
Voces privadas. Mar
Aquí me quedo.

miércoles, 22 de julio de 2015

LA SAL DE LA MEMORIA



LA SAL DE LA MEMORIA

recuerdos que me dejan
su semilla de sal en la memoria

Las pretensiones
de rígidas estatuas,
hechas de sal. 

martes, 21 de julio de 2015

ELÍAS MORO. ALGO QUE PERDER

Algo que perder
Elías Moro
Ediciones de la Isla de Siltolá, Aforismos
Sevilla, 2015
ALGO QUE PERDER

   El carácter polifacético de Elías Moro (Madrid, 1959) ha firmado en poesía las entregas Contrabando, Casi humanos (Bestiario), y La tabla del 3; en prosa su quehacer abarca las salidas Óbitos súbitos, Me acuerdo, El juego de la taba – del que toma el nombre su blog literario -, 99 morerías y Manga por hombro. De esta trayectoria emanan algunos caracteres que encuentran sitio en la argumentación de la muestra aforística Algo que perder de la que Miguel Ángel Lama firma en contraportada esta pincelada crítica: “Brevedad y agudeza. Concisión e incisión, de superficie y de hondura. De pensamiento.”
   Soy de los que piensan que el aforismo camina más cómodo con el paso sereno de la madurez. Y estos breves de Elías Moro refrendan tal opinión porque entremezclan, sin fruncir el ceño, obsesiones, ideas, experiencias vitales y pensamientos estéticos sin la solemnidad del dogma y con los registros siempre veniales de la ironía, el escepticismo y la camaradería solidaria de las confidencias. Así que no hay mejor papel para el yo pensante que salir al día a “mirar las cosas serenamente, como con las manos en los bolsillos (según atina a escribir Tomás Sánchez Santiago) y los pies encima de la mesa”, una forma de estar que no admite intrusos, solo admite una conciencia que firmó con el tiempo la tregua frágil de la incertidumbre y soporta, con estoicismo, sus efectos inmediatos.
   La identidad del yo es una página en construcción que suma pretérico y ahora, las ramificaciones convivenciales que alargan recuerdos y especulaciones de causas y efectos. Sabe que “El destino, a fin de cuentas, y si lo piensas fríamente no es más que una terca sucesión de azares y coincidencias”. Y en esta definición de la propia sensibilidad va dejando su siembra de palabras y su registro de valores de uso.
   En la cartografía de Algo que perder abundan los rincones temáticos. Con frecuencia, vemos al escritor en zapatillas, espiando en sus folios en blanco la lluvia oblicua del ideario: “Un buen poema es casi siempre, también un buen consuelo”, “Escribir: en muchas ocasiones, nada más que una gimnasia para los dedos”, “Frases que necesitan una mano de chapa y pintura”. Al cabo, el aforismo amplía a cada rato su terraza de intereses y proporciona complejos nudos temáticos a desanudar por el pensamiento. Las palabras cierran circunvoluciones de dudas y respuestas sobre el yo: “Lo amable, lo leve, lo simple: humildes granitos de arena que sustentan como pueden la roca inestable que somos”, y sobre un entorno fragmentario y mudable que camina por inercia hacia cualquier horizonte: “Para una vida plena, lo real no es suficiente”.
   La realidad es demasiado perezosa para cumplir los sueños, lo que hace de la existencia un campo abonado para las paradojas. Los aforismos que Elías Moro compila en Algo que perder buscan sentido en el vacío, son condescendientes con los trazos contradictorios que guardan los espejos y hacen de las palabras un refugio cordial para que el pensamiento duerma bajo techo.   

lunes, 20 de julio de 2015

DE CUANDO ENTONCES

En familia, 1986

INFANCIA

          De cuando entonces
FRANCISCO UMBRAL

Se van filtrando
imágenes dispersas
de cuando entonces 

viernes, 17 de julio de 2015

LUIS ÁNGEL LOBATO. AMOR A SOLAS

Dónde estabas tú el día del fin del mundo
Luis Ángel Lobato
Cálamo Poesía, 2014

 


RECONSTRUCCIONES

  Recuerdo una foto de grupo que me puso en contacto en 2013 con la travesía lírica de Luis Ángel Lobato. Fue la antología Sentados o de pie, muestrario que tenía un segundo título escrito con tinta irónica: 9 poetas en su sitio. Una verdad sin matices: solo la lectura cordial del receptor dispone el lugar adecuado a la poesía. En esas páginas, editadas por el profesor y ensayista Antonio Piedra, se resaltaban las afinidades del grupo y los elementos integradores que, sobre todo, venían marcados por la proximidad geográfica y formativa de los incluidos. Nacido en Medina de Rioseco (Valladolid) en 1958 y profundamente apegado al entorno natal, Luis Ángel Lobato representaba la opción más radical y estricta, la andadura que busca singularizar su voz en un permanente proceso de búsqueda que va marcando pautas expresivas hasta desembocar en los matices más personales de su caminar. Un recorrido en el que la lírica amorosa se percibe como elemento sustancial y reiterado que también marca la última entrega del poeta hasta la fecha, Dónde estabas tú el día del fin del mundo, obra que recoge composiciones escritas entre 2009 y 2010.
   El poemario se organiza a partir de un título interpelativo. Es un aserto entrelazado de intimismo confidencial, soledad y diálogo con las emociones. Esas son las claves de anclaje de un yo poético que busca reconstruir su intrahistoria personal a partir de secuencias instaladas en los pliegues del tiempo. Son estampas vivenciales del pretérito y subrayan en los calendarios su cronología, como un efectivo mecanismo para reforzar la experiencia y hacerla más perdurable. La conciencia de lo transitorio siempre advierte de la piel frágil de los recuerdos; no tardan en transformarse en ceniza y arena o en los difusos espejismos del sueño.
   Los episodios convivenciales que dejan un rescoldo inquieto en el tejido sentimental, un indicio de vida capaz de hacer habitable la soledad del ahora. El recuerdo conforta la respiración, da tono y armonía a los latidos del existir y construye tercos peldaños que nos hacen retroceder en el tiempo y regresar hasta la soledad confusa de lo cotidiano con un patrimonio intacto entre las manos, capaz de disimular los escombros solitarios del presente, ese tiempo crepuscular del amor a solas. 
   Dónde estabas tú el día del juicio final sorprende gratamente por su trabada arquitectura interna y por el ejemplar sentido unitario de los poemas; como los buenos puzzles, cada pieza es autónoma y singular pero refuerza su significado en el todo global, en el dibujo completo de un estado de ánimo que habla de melancolía y desasosiego. Es un libro de poesía amorosa que no tiene miedo a la reiteración del motivo porque sabe que añade sombras y matices, abre sendas y postula itinerarios nuevos. Un libro con gran sentido del ritmo y con imágenes que definen la ausencia como si fuese un horizonte que requiere reconstrucción y compañía, la alzada nueva de otra amanecida. 

 

jueves, 16 de julio de 2015

ANÁFORA. REVISTA DE CREACIÓN Y CRÍTICA


Anáfora nº 5, julio de 2015
(Creación y crítica)
Coordinan:
Cristian David López
Pablo Núñez
Impronta Ediciones, Gijón

   Limpia y clásica -la extravagancia no aporta ningún mérito suplementario a la literatura - aparece la quinta salida de Anáfora, revista asturiana de creación y crítica coordinana con notable criterio por los escritores Cristian David López y Pablo Núñez.
   Más que una lectura lineal, que use como brújula el índice de la publicación, prefiero el picoteo lector, esa grata deriva del gusto personal que busca un poema inédito de Miguel d´Ors, siempre fiel a un estilo singular que se define de inmediato, o lee las anotaciones vivenciales de Laura Freixas, ejemplar especialista del diario íntimo; la profesora arrincona aquí la teoría de lo autobiográfico para trazar los signos de una caligrafía confidencial que deja amanecidas como esta definición de Rosa Chacel: “una inteligencia desbocada, cimarrona, intuitiva, y vestida de harapos”.
   Las páginas de una revista literaria también se definen por las omisiones: no hay malos poemas y las voces emergentes que salen a la luz lo hacen con un buen tono; hacen de sus aportaciones un banco de pruebas que preludia una cercana visita a la imprenta.
   De muy grata lectura resulta la visita  al laberinto argumentativo de Saúl Borel por el que caminan, entre disentimientos, confidencias y especulaciones, Jorge Luis Borges y José Luis García Martín en una provechosa tertulia atemporal sobre la biblioteca infinita.
   En el apartado de crítica se reseñan nueve libros de aparición reciente, dando especial relevancia a la poesía y al aforismo, disciplina que vive tiempos de euforia. La contrucción crítica de Anáfora nº 5 comenta, entre otros, libros de Benjamín Prado, Chantal Maillard y Pelayo Fueyo.
  Como una colección de instantáneas que captura algunos rostros literarios del ahora, Anáfora entrega al lector atinados encuadres, lugares de interés de la literatura al paso. Sitios para quedarse. 

miércoles, 15 de julio de 2015

martes, 14 de julio de 2015

ELIANA DUKELSKY. LA LENGUA O EL ESPEJO

Eliana Dukelsky (Buenos Aires, 1982)

A TRAVÉS DEL ASOMBRO

El II Premio Internacional José Bergamín de Aforismos saca a la luz una voz nueva, Eliana Dukelsky. Licenciada en Comunicación Audiovisual, en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, la autora nos deja en Cuadernos del Vigía su primer libro, La lengua o el espejo.
  
Magnífico inicio: primer paso, premio y publicación en una buena editorial. ¿Una brisa de confianza que anima a seguir en el género?

Sí, lo es. Llevo muchos años escribiendo aforismos y ese tiempo me sirvió para conocer las características del género: sus límites y sus libertades; y el engranaje de algunos libros. En ese sentido, la creación de La lengua o el espejo fue un proceso largo y necesario en el que probé diferentes estructuras, descarté muchos aforismos, y pulí todo lo que pude el lenguaje. Disfruté mucho durante el proceso pero también sabía que tenía pocas posibilidades de publicar el libro. Había pocas editoriales que se dedicaran al aforismo, y aún menos que editaran a nuevos autores. En ese contexto, el premio fue un bonito reconocimiento y un gran impulso creativo.

Como género, el aforismo está en plena evolución y crecimiento. ¿Qué causas justifican esta euforia editorial?

Creo que tiene mucho que ver con la época en que vivimos, un tiempo cada vez más fragmentado, y una realidad transfronteriza, multidisciplinar y crítica que ha tomado las nuevas tecnologías, las redes sociales y la cultura audiovisual como su mejor vehículo de expresión. Esto ha supuesto un campo de cultivo para el fragmento y para las formas breves. En mi opinión, el aforismo como forma breve, fragmentaria, en la linde de los géneros literarios, es un magnífico instrumento poético capaz de describir con precisión y contundencia los matices de la realidad en la que vivimos. En otro sentido, el libro de aforismos es un formato de lectura ameno y cuyo precio suele ser económico. Personalmente me alegra mucho que cada vez haya más editoriales que incorporen colecciones de aforismos en sus catálogos y que hace pocos días se convocara la tercera edición del Premio Internacional José Bergamín de Aforismos.

El aforismo mira a través del asombro. Para sus ojos no existen naturalezas muertas. Todos los elementos que salen al paso están vivos y disponibles… ¿En los tuyos existen preferencia temáticas?

Me interesa mucho el tema de la identidad, de su deconstrucción: la exploración de las paradojas, las contradicciones y las metáforas ocultas en el individuo, de sus ídolos y sus monstruos internos; la forma en que se relaciona con sus diferentes facetas y con el otro; la convivencia con sus locuras cotidianas, aquellas que posee en pequeñas dosis pero que no llegan a ser patológicas…

¿Qué nombres, clásicos o contemporáneos, están presentes en tu aprendizaje?

Empecé a escribir aforismos inspirada por la poesía de Alejandra Pizarnik, de Emily Dikinson y de Pessoa; una poesía muy concisa y muy honda en lo conceptual. De ahí pasé a la lectura de los aforismos introspectivos de Lichtenberg y de Cioran. Me encantó la lectura de Jules Renard, sus intuiciones precisas, sus personajes insólitos, su humor. De la lectura de los aforistas contemporáneos destaco la lucidez de Andrés Neuman y de Ramón Eder, y el lirismo de Miguel Ángel Arcas y de Erika Martínez.

Una de las características esenciales de La lengua o el espejo es la mirada introspectiva. ¿Tu libro refleja la propia identidad?

No exactamente, creo que refleja mi indagación sobre la identidad. Es decir, me sirvo del aforismo como forma de pensamiento para ahondar en el tema de la identidad, y me tomo a mí misma como sujeto de exploración. Pero el aforismo no deja de ser una construcción poética que transforma el yo en una voz ficcional. Por eso no puedo decir que el libro refleje mi propia identidad, pero sí afirmar que, dentro de ese mecanismo poético, hay aforismos menos ficcionales que podrían acercarse a mi yo más real; y otros donde he creado personajes ficticios, situaciones imaginarias, que se alejan de él.
            
Todo conjunto aforístico es fragmentario, hecho por acumulación de experiencias y sensaciones… ¿Existe en La lengua o el espejo Un hilo conductor, un pensamiento asociativo?

Podría haber un hilo argumental relacionado con el título actual del libro; título que, por cierto, me propuso Miguel Ángel Arcas. Tiene que ver con la construcción de la subjetividad; la subjetividad como relato que permite al individuo conocerse mejor y acercarse a su realidad interna y cotidiana. Sin embargo, dentro de esa subjetividad también hay relatos que encierran al individuo en una imagen o en un discurso alejado de dicha realidad. Distinguir entre aquellos textos e imágenes que nos ayudan a construir un discurso sano y cercano a la verdad, de aquellos que se alejan de dicho discurso podría ser el hilo conductor de La lengua o el espejo.

Es difícil no oír el ruido de fondo de un tiempo histórico complejo, hecho de desajustes y mutaciones ¿Esta situación exige al aforismo un sentido ético o una mirada crítica?

Bueno, creo que toda obra de arte contiene su propio sistema ético. Es inevitable pues sus autores viven en una determinada sociedad con unos determinados códigos y valores; y su contexto influye poderosamente en su forma de mirar, de pensar, de comportarse, de escribir. En cuanto a la mirada crítica, no creo que deba imponerse. Creo que debe surgir de forma espontánea o voluntaria, pero no obligada.
  
Uno de los aciertos de su escritura es el sondeo de sustratos temáticos de interés.  Por ejemplo el sentido del arte. ¿Su escritura ya tiene un ideario? 

Bueno, creo que la mayoría de mis aforismos contienen ideas que defiendo en mi vida cotidiana, por ejemplo: “Intentar la perfección de la obra, no de la persona”, “Más que en atriles, la ideología política se descubre en las actitudes domésticas”, “Imposibilidad de conocer al otro desde el otro. Humildad que supone conocer al otro desde el uno”, ”Es en la aceptación donde nos salvamos”…  En cuanto al sentido que le doy al arte que, en mi caso, se concentra en la escritura de aforismos, coincido plenamente con Miguel Ángel Arcas cuando habla del género como de un pensar poético. Para mí el aforismo es una forma de pensar poéticamente la vida íntima y la social.  

En las futuras ramificaciones de tu taller literario, ¿asoman otros géneros?

Asomar es la palabra, sí. Aparte de seguir con los aforismos, tengo el proyecto de extender el aforismo hacia prosas un poco más largas al estilo de Prosas apátridas de Julio Ramón Ribeyro. Vamos a ver en qué queda todo esto…


La lengua o el espejo
Eliana Dukelsky
Cuadernos del Vigía, Colección Aforismos
Granada, 2015

domingo, 12 de julio de 2015

EN EL RÍO DEL TIEMPO

Tiempo que fluye
Fotografía de José Manuel Vilaboa

EN EL RÍO DEL TIEMPO

Y nada comienza o termina. Y nada vive en mí
salvo un rumor de hojas
                            Lêdo Ivo

Diluye el río
un discurrir cansado.
Tiempo que fluye.

sábado, 11 de julio de 2015

EN LA BIBLIOTECA

Biblioteca F. García Lorca
Rivas-Vaciamadrid
Fotografía de Sergio Guadalajara

EN LA BIBLIOTECA
(Aforismos de oficio)


Mañana del sábado en la biblioteca. Libros de consulta  para preparar una entrevista. Después lo de siempre, he quitado una coma y he puesto un punto y coma.

Un libro puede ser un modesto retrato de la estupidez. Un aforismo también.

En un texto se corrigen comas, acentos y faltas de ortografía. En la vida se corrige todo, pero  se tarda mucho en rehacer equivocaciones y errores.

La belleza bebe en charcos de adjetivos.

Una propuesta de diálogo en clave fantasmal. Ella no existe; yo tampoco.



viernes, 10 de julio de 2015

FERNANDO PESSOA. POLIFONÍA

Fernando Pessoa
PLURAL ESENCIAL
Selección, traducción y prólogo de
José Luis García Martín
Sevilla, Renacimiento, 2015
POLIFONÍA

   En junio de 1983, en la colección Los poetas de ediciones Júcar, José Luis García Martín inaugura bibliografía personal sobre Fernando Pessoa, Allí señala que el más celebrado lírico portugués contemporáneo no es un poeta sino toda una literatura, por más que su personalidad callada apenas dejara destellos significativos en las situaciones vitales. Parecía cumplirse el aserto de que los poetas no tienen biografía sino obras. Una verdad a medias; su vida fue la de cualquier ciudadano; en ella hubo sitio para los sentimientos, el quehacer laboral, las ilusiones literarias, incluso, la mitología y el ocultismo en un contexto histórico que silenció su plural faceta creadora.
  Aquel estudio fue núcleo germinal de otras aproximaciones como Fernando Pessoa. Sociedad Ilimitada (Oviedo, 2002), El misterio del mundo (Alcalá de Guadaíra, Sevilla, 2009), Aforismos (Sevilla, 2012) y el libro aquí comentado, Plural esencial, selecta antología que incluye una muestra de Libro del desasosiego, el diario íntimo atribuido a Bernardo Soares, y el poema epílogo del propio García Martín.
   El aporte axial de la obra pessoana es la polifonía, la existencia junto a la voz propia de los heterónimos. El autor en larga carta explicó, con más vigor literario que verosimilitud, la creación de las identidades que gestaron un tramo singular y autónomo de su labor poética. No son pseudónimos que velan su nombre y comparten cualidades; son personalidades escindidas que forman una coral con destacados solistas.
   El prólogo “Singular y plural” resume  el trayecto biográfico, tan definido por las paradojas, y las claves del existir con una vocación firme, consciente de su valía, que multiplicó fecundidad imaginativa. La muestra textual se inicia con los poemas del cancionero, anticipados en revistas; versos próximos al ideario simbolista en los que resalta el aliento tradicional y la diversidad de asuntos; la palabra mudable del mismo Pessoa que fue evolucionando desde el canto popular hacia una poesía reflexiva que fusiona intimismo y pensamiento.
   Del único libro publicado en vida, Mensaje, sobresale el tono épico, un rasgo importado de poetas del XIX que convierte al libro en muestrario de fragmentos dramáticos, como si los personajes compartieran escenario y aspiraran el aire solemne de lo teatral.
   En breves notas, José Luis García Martín define los indicios caracteriales de cada heterónimo, así que corresponde acercarse a los poemas seleccionados para verificar el futurismo de Álvaro de Campos, el tono culto de Ricardo Reis, discípulo de Horacio y conocedor de la herencia clásica, o la poesía de Alberto Caeiro, el más diáfano por su mentalidad intuitiva que define a un filósofo pagano y objetivista, en comunión directa con la realidad inmediata.
   Fernando Pessoa fallece en 1935. Apenas contaba cuarenta y siete años. Pero su ausencia guardó en la penumbra de un baúl un insólito legado de proyectos inéditos que todavía hoy sigue propiciando itinerarios por descubrir. En Plural esencial José Luis García Martín, difusor incansable de Pessoa, nos muestra la biografía al paso y el verbo luminoso de un poeta mayor que tuvo dentro de su escritura todos los sueños del mundo. 

jueves, 9 de julio de 2015

PAISAJES DEL HAIKU

Sierra de Gredos
Fotografía de Adela Sánchez Santana

PAISAJES DEL HAIKU

   Debo mis primeros estudios del haiku al poeta lucentino Manuel Lara Cantizani. Con él aprendí a mirar los paisajes de esta forma poética de aparente sencillez y severa pauta métrica, cuyo origen se remonta hacia el siglo XVI, aunque es previsible que existieran precedentes en el cauce oral de la literatura japonesa. Con Fernando Rodríguez Izquierdo, el investigador más perseverante, fui sondeando la contingencia temporal de la estrofa y su evolución en las voces mayores, Matsuo Bashoo, Yosa Busson e Issa Kobayhashi. Otro poeta, Josep Maria Rodríguez me escribió una afectuosa misiva para pedirme algunos haikus de mi autoría para una antología de contemporáneos; no puede corresponder a su empeño por falta de material de calidad en aquel momento, pero su petición soliviantó mi taller de escritura y un par de años después el editor Francisco Peralto en su imprenta malagueña, me dejó en las manos Nubes, una compilación de cincuenta haikus.
  Este blog, “Puentes de papel”, activo desde el treinta de diciembre de 2010, ha reanimado mi práctica del esquema versal, a la vez que ido acumulando lecturas clásicas y de contemporáneos, estudios ensayísticos y antologías de la fértil cosecha de haikus producida por  las últimas hornadas.
   Mi inclinación afectiva hacia esta forma lírica se debe a varias razones que resumo de inmediato: la brevedad que asegura una intensidad gozosa, una pupila abierta para cobijar argumentos, mucho más allá de la supuesta condición de lírica estacional; la discreta carencia de artificio retórico y, por último, la condición de cruce entre intuición y pensamiento.
  Así que es previsible que estas líneas que elogian el haiku no sean más que un síntoma temprano de otro libro. Esperemos.


martes, 7 de julio de 2015

AFORISMOS PARA UNA JOVEN POETA


AFORISMOS PARA UNA JOVEN POETA


A menudo la vida carece de sentido, es abstracta y compleja. La literatura no.

Considera cada libro como un ejercicio de aprendizaje.

Todo escritor soporta el previsible anclaje de la lectura.

La realidad tiene signos secretos.

Bajo la gota fría, el trazado del sendero se diluyó. Rumbo incierto.

Amo las noches de doble fondo, en las que caben vigilia y sueño.

Esa manía de la memoria de revisar apuntes atrasados.

Siempre que concluyo un libro, firma la escritura discreta del aprendizaje.

La verdad no es un área reservada para soledades ariscas.

Cuando avanzo hacia ti te desvaneces.

Consumo la relación incierta del autista y su temporada en el invierno.

Un porte sólido. De fantasma.

Cuando tenía veinte años, Jaime Gil de Biedma no era un poeta cualquiera. Era el poeta.

La biblioteca, ese amplio gremio de deudas contraídas.

Crepúsculo, aleteo, sopor, engarce, azul… Palabras con dermatitis crónica.

Los malos poemas tosen; tienen respiración errática.

Esa conspiración diaria entre sustantivos comunes, verbos fríos y adjetivos ecuánimes.

El final de una biografía deja sitio para mucho olvido.

                                                     




lunes, 6 de julio de 2015

DOLORES LEIS. SECRETOS

El pasado en cada esquina
Dolores Leis
Nostrum, Ediciones Vitruvio
 Madrid, 2015
SECRETOS

    En la amanecida de su escritura, El último Bernal (Círculo rojo, 2013),  Dolores Leis cimentaba su quehacer narrativo en el espacio verbal de un realismo neorromántico, con hilos accionales de larga duración temporal, donde los personajes adquirían carácter e  identidad a partir de actitudes, emociones y deseos frente al entorno.
  Su segunda salida, El pasado en cada esquina elige como marco histórico el primer tramo del siglo XX. Concretamente, los años en los que perdura el gobierno golpista de Primo de Rivera, una etapa que supuso la liquidación del sistema canovista y la alternancia de partidos. Es momento de incertidumbre y cambios. La situación económica es compleja y se respira un clima de postración y anarquía que facilita el asentamiento del régimen autoritario. La mano militar asegura una solución provisional que instaura el orden en las calles, pone las bases para la recuperación económica y siembra un cierto sosiego.
  En esos años, Madrid es un retablo de clases sociales muy cerradas, en las que es difícil traspasar límites; en el laberinto urbano de la capital caminan los personajes de la novela que comparten una clave singular: todos están subordinados a la profunda estela del pasado en sus itinerarios biográficos. Lo vivido no es una sombra apagada sino una chispa dormida que se despierta con la más nimia brisa para incendiar la calma del ahora y multiplicar sus efectos secundarios.
  Así sucede con los dos entornos más representativos de El pasado en cada esquina: el pintor frustrado y galerista de éxito, Mariano Guzmán, y su hermosa hija Gala, y la familia del doctor Sotomayor, su esposa Carmen, la pequeña Marita y la joven Amanda, que suma a sus pormenores de su existencia otro núcleo más. Actúa una coral  de biografías dispares que acaban conexionando entre si para demostrar que cada vida individual es un peón prescindible que juega inadvertido en las tablas marcadas del destino. Las dos familias viven en la misma calle y, poco a poco, las afinidades vivenciales germinan para dar nuevos sentidos al discurrir. Por un lado, el galerista, tras su frustrada experiencia matrimonial con Elisa Monterrey, que le hizo exiliarse en la ilusión del arte y en el París del vanguardismo y la bohemia deja cauce libre a los sentimientos renacidos; lo mismo sucede con su hija Gala, que desconoce el verdadero acontecer vital de la madre desaparecida y también siente el aliento del corazón.
 Los compromisos laborales del doctor Sotomayor, nombrado director de una institución sanitaria, derivan en muchas horas de soledad entre los miembros de su familia, circunstancia que facilitará el encuentro con el galerista y su hija. De ese contacto vecinal nace una amistad llena de itinerarios por descubrir. Otra vez el azar tiene en sus dedos el tacto del pasado porque cada figurante firmó en el pretérito un secreto inadvertido.
   La segunda novela de Dolores Leis captura de inmediato por la capacidad de seducción argumental. El avance de El pasado en cada esquina se va perfilando con saltos temporales aplicados en reconstruir cada historia concreta, y por la identidad de los personajes cuyos sentimientos dejan sitio a las contradicciones que nos habitan, a ese perfil sombrío hecho de luz y sombra, siempre frágil y expuesto a una atmósfera emocional inestable, en manos del destino.  

sábado, 4 de julio de 2015

JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD. DISIDENCIAS

Descrédito del héroe
Manual de infractores
José Manuel Caballero Bonald
Edición de Julio Neira
Cátedra, Letras Hispánicas

Madrid, 2015
 DISIDENCIAS
  
   El profesor y ensayista Julio Neira, editor de Descrédito del héroe y Manual de infractores en Letras Hispánicas, ha profundizado con acierto en el recorrido vivencial de José Manuel Caballero Bonald. El pormenorizado desarrollo lleva por título Memorial de disidencias. Vida y obra de José Manuel Caballero Bonald y se publicó en 2014, en el catálogo de la Fundación José Manuel Lara. En ese estudio del periplo personal del escritor se clarifica la ineludible conexión entre acontecer individual  y labor creadora, a partir de tres claves de entendimiento asumidas por el ideario estético: la presencia continua de la memoria en las tramas argumentales, la reelaboración de experiencias reales trasmutadas en asuntos literarios y el diálogo del sujeto real con un entorno mudable que exige definición, postura y compromiso.
   En esta obra, el prólogo “Una poética de la trasgresión” repasa la cronología de las diferentes etapas vitales con los rasgos asentados y el momento histórico en el que se fue trazando senda. Son tramos marcados por la quiebra convivencial de la guerra civil y por los perdurables efectos secundarios del régimen franquista, dos hechos que moldean y condicionan la educación formativa y sentimental del poeta. Se recuerda también la importancia que adquieren en la gestación de la vocación literaria Leopoldo Panero y sobre todo Camilo José Cela, responsable directo de la entrada al ambiente intelectual del medio siglo a través de la revista Papeles de Son Armadans. La publicación, subdirigida por José Manuel Caballero Bonald, le permite un fluido intercambio de trabajos con la promoción que estudios críticos posteriores denomina “Grupo del 50”, “Escuela de Barcelona” o “Generación del medio siglo”. Con esos "partidarios de la felicidad" participará en actos reivindicativos, como el homenaje a Antonio Machado en Colliure, en colecciones de poesía o en meditadas operaciones promocionales que forzaron una presencia activa del realismo en el clima intelectual de la época.
   Los dos libros integrados, Descrédito del héroe y Manual de infractores son títulos esenciales; pertenecen al tiempo de madurez creadora de un autor plural, ya convertido en referente intelectual y en una personalidad crítica con la situación política española. En las dos entregas prevalece la experiencia del lenguaje, aunque es más perceptible en Descrédito del héroe donde se entrelazan los hilos biográficos, el signo cultural y algunas ambientaciones oníricas, caracteres que sirven de espacio expansivo a las posibilidades del lenguaje. Más directo y esencial en su escritura, Manual de infractores, aparecido en 2005, tiene como germen de escritura la insurgencia, según define Julio Neira su temática. Los poemas dan voz a un yo meditativo que busca también ser parte del entorno social y que vuelve a reivindicar con su palabra el compromiso y el inconformismo.
   Sirve de epílogo un anexo crítico con un estudio de variables poéticas, de inclusiones y exclusiones de textos en las reediciones y de notas culturales sobre los indicios de lecturas, diseminados en los versos. Un apartado crítico más alejado del lector común, pero útil para entender la coherencia de un ideario postulado en el tiempo.
   Siempre brillante y singular, el oficio poético de José Manuel Caballero Bonald es testimonio y parte activa del legado que conforma la poesía contemporánea. Marcadas en su lírica permanecen inalterables las huellas de un tiempo hecho compromiso y verdad.    

viernes, 3 de julio de 2015

PASEOS SEDENTARIOS

Rivas (Madrid), primavera 2015
Fotografía de  Adela Sánchez Santana
PASEOS SEDENTARIOS

(Aforismos a solas)


Para Hilario Barrero, siempre cerca

Esos amigos que parecen motores de desguace donde no encaja ninguna pieza.

Un anclaje en el agua, como un marino jubilado en un banco del parque que viaja mar adentro en la retina.

Queda la versión íntegra de su historia personal. Yo la conozco. Nada con un fondo gris.

Solidaridad de papelera que guarda sitio, de inmediato, a todo lo que sobra.

Un caso de otitis selectiva. Voces y ecos. Solo percibe las palabras propias. Tiene el convencimiento de que las voces ajenas son ruidos.

Vanidad satisfecha. Mi crítico predilecto me dedicó en seis meses tres adjetivos, dos adverbios y cuatro preposiciones. Un despilfarro austero.


jueves, 2 de julio de 2015

AITOR FRANCOS. CONFABULARIO

Las dimensiones del teatro
Aitor Francos
La Isla de Siltolá,
Sevilla, 2015

CONFABULARIO

   Con apenas 26 años, Bioy Casares  escribe su novela la invención de Morel. Allí deja patente su fascinación por construir un gran teatro insular en el que se represente la irrealidad de la existencia y sus recovecos más desconocidos. Aitor Francos (Bilbao, 1986) abre el poemario Las dimensiones del teatro con una recreación argumental de la ficción de Bioy Casares, como si dejara explícita su intención de compartir con el maestro argentino afinidades escriturales.
   El discurso verbal se despoja de tejidos confesionales biográficos. Recurre al monólogo dramático para dar voz a figurantes y situaciones literarias que se reactualizan en la escritura para convencernos, como enunciara L. Wittgestein, de que “Los límites del mundo son los límites del lenguaje”.
  El poeta se acredita como lector perseverante que proporciona nuevas oportunidades al devenir existencial y hace de la palabra poética un ejercicio polivalente y fragmentario. El marco de representación de Las dimensiones del teatro no responde a un hilo argumental continuo; expande una trama de apariencia aleatoria, que rompe la cadencia previsible.
   El sujeto, a partir de un poema de Beñat Sarasola, especula con el sentido del quehacer escritural para formular una poética sobre el devenir temporal de la lírica; y aporta un entrelazado de respuestas que prescinde de cualquier lógica argumentativa para acumular intuiciones e imágenes. Así se aprecia en el siguiente fragmento: “En la plaza Olavide, uno de los poemas de Larrea / se me cayó del libro al suelo y lo firmó  Szimborska. / La poesía del siglo XXI se hará casualmente, / con tablas de un escenario sin uso y un par de clavos; / ése es el modo en que se reconstruye una embarcación / cerca de un faro de vigía, / así, igualmente, se cierra un ataúd en el desierto “.
   También el cuerpo del libro, como material orgánico, propicia el afán indagatorio. Escribe en “Mecano”: “Pienso en cómo se conforma un libro de poemas. / No es fácil / reunir a unos cuantos extraños en una vida / común y hacer que actúen / en familia“. Las piezas, autónomas y singulares, asienten voluntariosas para integrar un todo en el que adquieren nuevas lecturas.
   En la cartografía poética de Aitor Francos no hay itinerarios evidentes, de los que discurren con placidez hacia el destino final, sino circunvoluciones que avanzan, hondas e introspectivas, expandiendo nutrientes literarios, recorriendo distancias hacia el vacío de los significados. Queda así el poema como un espacio hermético y singular, como una búsqueda de otro lenguaje que no admite receptores pasivos mientras en el espejo de los versos una identidad se justifica: “No tengo filosofía de vida: solo hago cambios de sentido. / Ser  incomprendido es mi actividad esencial. Ser / incomprendido es mi lenguaje. / He trazado varios laberintos. No he sabido encerrarme / en uno solo”.     

miércoles, 1 de julio de 2015

EL MISMO MAR DISTINTO

Costa de Torre de la Sal, Castellón
Fotografía de Adela Sánchez Santana

EL MISMO MAR DISTINTO

(Aforismos de Mejores días)


Lucho por desprenderme de ese yo que no soy.

Los sentimientos teatrales requieren la empatía del espectador.

A veces la torpeza mantiene encuentros fortuitos con la inteligencia.

La poesía da fe de los sentidos.

En los lugares solitarios el temor proviene del encuentro con nadie.

                                                (Mejores días, Mérida, 2009)