domingo, 29 de septiembre de 2019

ANCIANOS

Elogio de la paciencia
Archivos de imágenes de Internet



LOS QUE ESPERAN

 ¿Entonces, será nuestro cuerpo
un garabato del dolor?

VÍCTOR LÓPEZ ZUMELZU


   Llegan temprano al parque desde algún itinerario común y repetido. Caminan lentos, con un rumor de brisa en los zapatos y los ojos clavados en el suelo. De vez en cuando relatan vidas improbables, hechos que ahora parecen tangenciales y oscuros. Cuando están en el parque nada ocurre, pero son más ellos, con la vista fija en ese oficio que tan bien conocen: esperar.

(De Cuentos diminutos)



viernes, 27 de septiembre de 2019

EMILIO GONZÁLEZ MARTÍNEZ. LA VIDA ES UNA HERIDA ABSURDA

La vida es una herida absurda
Poesía reunida 1986-2016
Emilio González Martínez
Ediciones Vitruvio
Colección Baños del Carmen
Madrid, 2019


ITINERARIOS DEL VERBO

   El volumen La vida es una herida absurda compila la voz lírica completa de Emilio González Martínez (Buenos Aires, 1945), poeta, ensayista, psicólogo y psicoanalista exiliado en España desde 1977. Junto a su obra poética ha escrito abundantes ensayos sobre aspectos esenciales del Psicoanálisis y tiene una notable presencia cultural con la Asociación de Escritores de Rivas. El quehacer aglutina un intervalo de treinta años, entre 1986 y 2016, donde ha publicado las entregas El otro nombre (1986), Tragaluces (1991), el libro colectivo Talleres de poesía I (1995), Hojas debidas (2001), Escoba de quince (2014) y Palabrando (2016); en suma, un cumplido trayecto personal que habla de fidelidad al género, lejos de cualquier práctica anecdótica, y de un impulso cimentado en la diversidad de argumentos y formas que moldea una perspectiva en el tiempo.
   El título del conjunto es una primera clave para detectar el campo nuclear de intereses; la poesía es una manera de sondear la existencia, de ensanchar un horizonte exploratorio hacia dentro que hace de la pulsión vital el sustrato básico del texto. El lenguaje enlaza la vivencia con la proyección escritural que transforma la contingencia en pensamiento y aspira a perdurar. Merece la pena recordar que el epígrafe “la vida es una herida absurda” es un verso de Cátulo Castillo, poeta y compositor argentino de tangos, a quien debemos piezas tan célebres como “Organito de la tarde”, “Tinta roja” o “La última curda”.
  El aserto auroral, El otro nombre, tiene su amanecida en 1986 y comienza con una larga composición, “El otro nombre de la flor sedienta”. Es un texto próximo al surrealismo en muchos momentos, que prodiga en la caligrafía del verso una acumulación de imágenes y asociaciones insólitas: “Sarcástica ballesta certera entre la bruma, / estiro tu piel y un racimo de luz / ciega los juncos del amanecer”; el lenguaje se convierte en expresión de una identidad proteica. Los versos adquieren un decir fragmentario que oculta y vela su sentido enunciativo; solo las imágenes insinúan un largo viaje en el que “la poesía estalla y pone al rojo los sentidos” como si el sujeto estuviese sometido a la azarosa razón de los sueños.
   Aflora pronto la preocupación metapoética que enlaza verso y claridad; la palabra es luz, pero también regreso al pretérito que vuelca en los días de infancia una estela que enlaza nostalgia y memoria. El tiempo atestigua un ahora en que se expande el laberinto urbano con sus muros opacos en los que se asientan la noche y el amor, el sexo desvelado o la intemperie del mendigo en el lento trascurrir de lo diario.
   Continúa recorrido con Tragaluces, un conjunto donde conviven el poema breve y más despojado con la composición dilatada en torno a la propia identidad del yo. Entre la evocación de presencias cercanas y la mirada al entorno se abren espacios indagatorios que propician un enfoque diverso en la escritura. Se combina la mirada al oficio escritural con el decir cuajado de onirismo, o con ese recuerdo epocal de los años noventa que dejó entre las manos su estela de inquietud y desconcierto, su “tiempo estrellado en la pared” por la máscara oscura y sosegada del poder.
    Solo una mínima representación de dos composiciones aporta el libro colectivo Talleres de poesía I. El díptico destila el fondo urbano de Madrid y las conjugaciones del yo frente al deseo; por tanto, es una aportación muy leve al decir del poeta que continúa en Hojas debidas. Inicia el libro una magnífica cita de Miguel O. Menassa: “Sumergirse y no esperar nada, / en las tinieblas hacia otra oscuridad mayor, / el poema”. La temporalidad se convierte en muro vertical del libro y ensarta en su devenir las mutaciones sentimentales del sujeto, desde el candor de amanecida hasta la vigilia enfebrecida del ocaso, cuando la sombra congela la belleza, y el poema se convierte en la habitación al sur que nos preserva: “la poesía es una pequeña y fuerte traición al sentido común, / a la metálica beatitud de las costumbres, / a las combinaciones congeladas / donde desfallece la combinatoria”.
   Subtitulado Abecedario de la poesía, el poemario Escoba de quince se singulariza por un claro propósito formal; todos los poemas suman quince versos y están dispuestos en cinco grupos de tres versos. Si en el juego de la baraja se trata de combinar las cartas de modo que siempre sumen quince, en el poema el sujeto lírico se busca a sí mismo, como si en ese afán percibiese las coordenadas básicas entre el ser y el estar.
   Clausura este largo viaje por el poema la salida Palabrando; el neologismo es una invitación a focalizar el lenguaje como primer plano del poema; como sugería Wittgenstein “los límites del lenguaje son los límites de mi mundo”. El poemario integra un gesto de optimismo en su dedicatoria: “A la vida, esa atroz maravilla, que parece que se va y está llegando”. de nuevo, el suelo sólido de lo existencial sirve de paramento a la palabra para reconstruir el incierto camino del devenir al paso. Quien escribe sabe que volver es imposible pero que permanecen los indicios del estar, dispuestos a tomar voz en el verso. Inalterable se muestra la abierta incisión de lo vivido, esa extrañeza que hace del lenguaje su harina y levadura.
   La es una herida absurda nos acerca la madurez poética y vital de Emilio González Martínez. Su larga andadura muestra la nitidez de la memoria para trastocar tiempos y dejar en el aire ese diálogo entre percepción y pensamiento. Poesía para reformular esas pocas preguntas esenciales que abren huecos de luz, que nos liberan de la precariedad de quien camina al borde de las sombras.       



miércoles, 25 de septiembre de 2019

EN EL CALLEJÓN

Pasos, ecos
Fotografía de internet


EN EL CALLEJÓN

  
   Me angustia la certeza de que algo no va bien. Hay detalles raros. Hasta ahora mi sombra asumía callada y diligente mi compañía. Desde hace días escucho quejas. La noto cansada, abstraída, distinta cuando se proyecta sobre el pavimento. Con frecuencia se pierde al cruzar los semáforos o en deshabitados callejones, lo que me obliga a vigilar mi espalda de continuo y a multiplicar trayectos que no llevan a ninguna parte.
  Cuando miré atrás, hace un instante, intuí en el difuso encuadre de la cabeza ojos de luz. Lo entiendo; tiene una decisión tomada. El recelo me impulsa a mirar otra vez. Fundida en la silueta de su mano percibo una pistola. Se alza detrás, con lentitud autoritaria. Quiere asesinarme.
   Lo urgente es escapar de un acto impune. La policía no sospecha que la sombra dispara.

(De Cuentos diminutos)



martes, 24 de septiembre de 2019

MIGUEL CATALÁN. SUMA BREVE

Suma breve
Pensamiento breve reunido (2001-2018)
Miguel Catalán
Ediciones Trea /Aforismo
Somonte Cenero, Gijón, Asturias, 2018



ELOGIO DE LA PARADOJA

 In memoriam


   El momento cenital del aforismo como estrategia expresiva tiene en Miguel Catalán (Valencia,1958-2019) un cultivador vehemente. Doctor en Filosofía, profesor universitario y ensayista, su cosecha paremiológica abarca seis entregas dedicadas al género. Todas se compilan en el volumen Suma breve. El trayecto completo abarca desde 2001 hasta 2018, un intervalo conformado por las ediciones El sol de medianoche (2001), La nada griega (2013), La ventana invertida (2014) y el aporte inédito que añaden tres conjuntos que anticiparon textos en revistas, Así es imposible, El altar del olvido y Paréntesis vacío.
  El conjunto permite definir con lúcida solvencia el carácter ontológico del aforismo y su evolución en el discurrir. El término siempre está vinculado a un territorio de intersección entre literatura y filosofía que es base común de todas las entregas. Así lo recuerda el texto de apertura de José Montoya Sáenz, quien también examina de cerca el concepto de paradoja como implosión del lugar común. A través de la paradoja se puede expresar la constante fluctuación del entorno social y humano; de esta forma adquiere un notable potencial subversivo en la contundente concisión de sus reflexiones.
  El aforismo postula la complejidad de su contenido, emprende en su decir una interpretación del sujeto y de la realidad externa, en la que sondea una continua búsqueda de sentido. Su exigencia estética se asoma a los estantes de la verdad, con lo que adquiere en su definición una cierta claridad metafísica al intentar captar la significación de la experiencia. El texto se llena de matices, de este modo dentro del material común del género cada libro presenta rasgos específicos, aunque estos a veces sean contradictorios o definan estados de ánimo dispares, como si en su amanecida la escritura plegara pasos a la condición de ser.
   Ya se ha comentado que el primer paso aforístico de Miguel Catalán es El Sol de medianoche. El fenómeno natural observable en las proximidades de las geografías polares ejemplifica bien la antítesis y los contrastes. Esa visión de lo claro en la noche que prolonga el día entre la sombra. Desde el inicio, Miguel catalán asume el desvelo incansable del observador. Sabe que el comportamiento del yo es reflejo de las actitudes aleatorias del otro; por tanto es necesario sondear su sentido para que el aprendizaje surta efectos interiores. Nada de lo humano resulta ajeno; de ahí que la ética sea siempre un relevante proceso reconstructivo. Pero hay que evitar los juicios sumarios, revestir las opiniones de calidez y argumentar con el tacto sosegado de quien sabe, como Marcel Proust, que “cualquier idea clara tiene el mismo grado de confusión que las nuestras”.
  El corpus textual, tras la entrega epifánica, abre un largo tiempo de silencio de más de doce años, pero ese acantilado temporal no varía el paisaje y su cartografía meditativa. Como si quien escribe apostara por una senda coherente, los aforismos caminan de un asunto a otro, con un paso constante. De cuando en cuando varían los ingredientes para que nunca pierdan fuerza meditativa. O hacen del humor una ventana para que salga al día la carcajada:”ANUNCIO POR PALABRAS. Se pintan casas a domicilio”.
    Como un regalo lector se recibe el material inédito de Suma breve, cuya voz siempre en guardia otea el paisaje frente a la opinión recibida y común. Los textos, breves y lapidarios, aunque a veces con un tallo argumental que los aproxima al microrrelato, marcan linden a la experiencia en su etapa de madurez. Más allá del contraste y del juego de palabras, apuntan una unidad vertebradora que confirma la permanencia del ser frente a una realidad mudable, propicia al desmontaje. La lógica interna del yo resiste la extrañeza, abre el paraguas frente a la intemperie de la contradicción y defiende la razón como brújula para buscar el norte del sentido.
   Suma breve descubre el excelente volumen conceptual del decir fragmentario de Miguel Catalán. Apunta que la lógica no es un logro en sí sino una aspiración que se aplica en solventar las contradicciones de la existencia. sobrelleva el discurrir bajo un cielo informe de nubes y claros, que obliga a caminar bajo el paraguas desplegado de la introspección. Así nace un quehacer continuo, atomizado, fresco, que tiene la claridad del manantial, esa sensibilidad que aleja la sed y empuja a sumar sin cansancio pasos nuevos. 


lunes, 23 de septiembre de 2019

MANUEL NEILA. RENDICIÓN DEL HÉROE

Rendición del héroe
Del poeta romántico al hombre imaginativo
Manuel Neila
Prólogo de
José Manuel Lucía Mejías
Editorial Polibea
Colección La espada en el ágata
Madrid, 2019


MIRADAS LITERARIAS

  
   El incansable entusiasmo de Editorial Polibea, que dirige el escritor Juan José Martín Ramos, impulsa la salida de Rendición del héroe, una selección de ensayos breves del poeta, crítico, aforista y antólogo Manuel Neila (Hervás, Cáceres, 1950). El volumen, subtitulado Del poeta romántico al hombre imaginativo, amanece con una mirada prologal del profesor y ensayista Juan Manuel Lucía Megías. La andadura crítica de “El hilo (invisible) del Romanticismo” devana el enlace umbilical con el movimiento romántico a finales del siglo XVIII y la vigencia de su trayectoria hasta la modernidad. Más allá del concepto empobrecido que limita el romanticismo al calado sentimental, el ideario deja claves de uso que exaltan la libertad singular del sujeto entre la multitud, el contacto del hombre con la naturaleza, la inmersión del soporte lingüístico en el coloquialismo confidencial y la fuerza expansiva de una concepción artística que sitúa al yo concreto como epicentro de la conciencia.
   Según el prologuista, Manuel Neila visualiza la sensibilidad romántica como un cabo estético que tiene su amanecida germinal en la obra de Coleridge y que se difunde, desde una mesurada diversidad, en los planteamientos de autores como Byron, Baudelaire, José Zorrilla, Nietzsche, Rubén Darío o John Reed. Así se fortalece un diálogo abierto con la tradición, cuya configuración se explora a a través de un despliegue de interrogantes, que sirve como pauta indagatoria: “¿Qué es lo específico de estas figuras históricas? ¿A qué deben su aparición dentro de las diferentes instituciones culturales de la civilización burguesa? ¿Cuál es su función en la estructura de nuestra sociedad técnica y científica?”. Desde esos ámbitos, el estudioso compone un pentagrama crítico que ha ido publicando en revistas y que ahora completa plano general con inmersiones en el aforismo, subgénero muy presente en el perfil estudioso y creador de Manuel Neila. 
    Por su entramado, la entrega puede considerarse continuación del volumen La levedad y la gracia (renacimiento, 2016) que aglutinaba también enfoques críticos parciales adelantados. La coherencia de ambos libros, al sumar visiones críticas distanciadas y autónomas, nace del argumentos central de una escritura donde se va gestando en el tiempo un legado continuo que se retroalimenta y expande con otros enfoques. Los trabajos de Rendición del héroe rastrean roles activos de personalidades creadoras, cuyo discurrir biográfico cuestiona el clima epocal para abrir sendas inexploradas a la sensibilidad subjetiva.
   Ya se ha comentado que corresponde a Samuel T. Coleridge, junto a Wordsworth, la primera andadura del movimiento romántico con su libro Lirical ballads (1798); en sus poemas se reivindica lo mágico en contraposición al gélido racionalismo ilustrado. Otro protagonista esencial en este intervalo de rebeldía y aspiración al ideal es Lord Byron, a quien se dedica el estudio “Peregrino de la libertad”. Se me permitirá aquí un breve inciso para destacar el quehacer del traductor y antólogo Pedro Pérez Prieto (Navaescurial, Ávila, 1953) que desde 2003 versiona al castellano a figuras esenciales de la lírica anglosajona, con incansable fidelidad y un innegable sentido estético, como certifica su traducción de la obra de Lord Byron.
   También el trabajo “Lord Byron y Emilio Castelar: vidas para leerlas” insiste en la fuerza creadora del romántico, los avatares biográficos y la consolidación de su magisterio en el núcleo del castellano, gracias, entre otros, a los aportes de Castelar, uno de los primeros estudiosos del poeta en nuestro idioma.
   Otras demarcaciones críticas se dedican al teatro romántico hispano y a la contribución esencial de José Zorilla, cuyo drama Don Juan Tenorio concedió plena vigencia al ideario en los escenarios teatrales al reactualizar la caracterización del mito clásico, exento de moralismo y con resaltables innovaciones formales. Completan el perímetro de intereses de esta primera parte incisiones meditativas sobre Charles Baudelaire, Nietzsche, Rubén Darío y John Reed.
   El apartado de cierre, bajo el epígrafe “Otras apreciaciones” integra artículos breves y reseñas que tienen en común el recorrido por itinerarios de cultivadores del aforismo. Inicia el sondeo Antonio Machado, cuya trayectoria poética convive con la expresividad lacónica del proverbio. En él rige un pensamiento escéptico nacido del descrédito de valores de la sociedad burguesa que, con frecuencia, recurre a los apócrifos para universalizar reflexiones subjetivas.
  La nómina de acercamiento integra dos hispanoamericanos, el mexicano Amado Nervo y el boliviano Fran Tamayo, dos cultivadores del minimalismo expresivo que aportan una tradición no derivada del pensamiento occidental europeo.
   El apartado se completa con Juan Ramón Jiménez, sin duda el aforista poético mejor dotado de nuestra literatura, como se constata en el fecundo espacio de Ideolojía, la edición más completa del legado aforístico que llevó a cabo el hispanista Antonio Sánchez Romeralo, cuyas pautas sirven de norte a ediciones posteriores. Coetáneo del poeta de Moguer es Eugenio d’Or, quien propició el cultivo de una estética moderna, cercana al fragmento en sus glosas, textos mínimos sobre la actualidad literaria, el pensamiento personal y los avatares de la convivencia Y añade una mirada a la parca obra aforística del humanista y polígrafo aragonés José Camón Aznar, cuyas intuiciones se recogen en el libro póstumo Los aforismos del solitario (1982). La galería ensayística muestra también exploraciones sobre algunos heterodoxos del canon literario actual como Cirlot, Cristóbal Serra, Carlos Edmundo de Ory  o Rafael Sánchez Ferlosio. 
   Aunque, como se ha comentado, el fondo aglutinador de esta segunda parte es el aforismo, el apartado mantiene una configuración abierta que añade moldes reflexivos diversos. En torno a Federico García Lorca se recuerda la prosa meditativa del poeta que aparece en su carta de presentación literaria, Impresiones y paisajes. Esta obra de amanecida es una emotiva compilación de recuerdos, personas y figuras nacida de la percepción descriptiva del viajero. Otros relevantes protagonistas resultan Octavio Paz, José Lezama Lima y oportuno resulta el recuerdo de un poeta del medio siglo, casi orillado en los análisis críticos de la generación del medio siglo: Carlos Sahagún.
   Ameno, sugestivo y clarificador, el conjunto ensayístico de Manuel Neila explora la peculiar evolución del romanticismo a través de una geografía coral de voces esenciales. Rendición del héroe visualiza en plano corto el periplo de una etiqueta estética cuyo magisterio sigue caminando hasta el tiempo digital. Una meritoria compilación que renueva la profesión de fe de Manuel Neila y su sensibilidad crítica en la poesía y en el aforismo; que hace del escritor un testigo privilegiado de nuestro tiempo.

    

domingo, 22 de septiembre de 2019

CON VOZ DE OTOÑO

El yo desdoblado


CON VOZ DE OTOÑO


1

Cada náufrago reclama para sí la madera raída.

2

Perseverar, apostado frente a la fijeza del paisaje, con la convicción zancuda de las grúas.

3

Desnudos argumentos que piden decisiones: escalar o pasar de largo.

4

En la mansedumbre del estanque la luz engaña. Las manos infantiles  nada saben de la refracción.

5

Indecisión. Esto y aquello. Marejadas, borrascas, nubes y claros. Meteorología de poeta.

6

No están cerca o lejos. No están.

7

La escritura y yo, versión literalista del matrimonio, restaurante discreto en el que sólo hay sitio para dos comensales.

8

Alguien escribe. Soy parte de la trama. Un personaje episódico.

9

En la lisura del cristal, los aspersores del jardín difunden transparencia en el corazón del verano. Pienso en aquella línea de Jorge Luis Borges: “No pasa un día en el que no estemos, un instante, en el paraíso”.

10

Que el desconcierto no sea obstáculo interpuesto; camina junto a él.

11

Estoy aquí. Aunque desconozco la localización exacta del aquí.

(Selección de aforismos de Motivos personales (Sevilla, 2015)



viernes, 20 de septiembre de 2019

MIRAR UN ÁLBUM

Adela en el jardín de la memoria


MIRAR UN ÁLBUM

                       Sé que el tiempo no existe,
                                                 pero tú sí

Todo es álbum en ti.
Un litoral con textura arenosa
donde restallan cerca
las olas del deseo.
Un mapa virtual
que contradice
el trazo sabio de cartografías.
Una cala que acoge
el músculo aterido de los náufragos,
un círculo sin radios,
una palabra muda,
una casa, una luz.

Tu mirada sostiene
la intersección que ciñe
centros y periferias,
el jardín de los sueños,
el pelo encanecido del futuro
que previsor prepara
un plan de fuga.

                    (Variante inédita)


jueves, 19 de septiembre de 2019

LUIS RAMOS DE LA TORRE. LO LENTO

Lo lento
Luis Ramos de la Torre
Prólogo de José Luis Morante
Imagen de cubierta: Juan Carlos Benéitez Ibañez
Lastura Ediciones, Colección Alcalima
Ocaña (Castilla La Mancha), 2019



HERIR EL AIRE


Penetrar en la música del tiempo,
disolver su cadencia,
                        acompasarnos
dejarnos llevar por su canto abierto,

sin agobios, sin prisas

Luis Ramos de la Torre.

   Una agudeza del aforista Antonio Porchia me ha acompañado, frente al incansable afán del calendario. La rescato ahora para medir la hondura poética de Luis Ramos: “Nadie entiende que lo has dado todo. Debes dar más”. El verbo lapidario de Porchia es una paráfrasis de la actitud de este castellano-leonés nacido en 1956 y de su transversalidad creadora.
  Son conocidos los hilos del tragaluz biográfico. Doctor en filosofía, profesor con muchos trienios de encerados y tizas, cantautor con guitarra, que denuncia el sinsentido de la existencia y su convicción de que las palabras no dicen si no pronuncian un compromiso ético, poeta, y ensayista especializado en el hondo caudal de Claudio Rodríguez, a quien dedicó su obra El sacramento de la materia (Poesía y salvación en Claudio Rodríguez). Luis Ramos prescinde de lindes reductoras para ampliar indagaciones y reversos. De este modo, también es miembro fundador del Seminario permanente Claudio Rodríguez y ha prologado entregas aurorales de nuevas voces que estiman en su personalidad literaria una coordenada referencial. (...)

  El decurso de Lo lento proyecta una contaminación emocional creada por “el deletreo de los días”; respirar es incidir en ese avance metódico en el que la ceniza es meta y lección primordial de la condición biográfica. A cada paso se fortalece esa relación continua entre el estar y lo transitorio. De esa certeza nace una palabra convertida en amarre, en humilde trinchera contra los gestos ásperos del tiempo; así lo constatan estos versos del poema “Ráfagas”: “Un verso es una ráfaga, una apuesta, / un disparo de luz contra la muerte, / contra esta sangre ahora calmada de deseos, / contra el coto de la mirada o los frutos nuevos / de un sol impulso que nos lleva”.    


José Luis Morante
Madrid, septiembre, 2018
Fragmento del prólogo de Lo lento




martes, 17 de septiembre de 2019

TRINIDAD GAN. ITINERARIO POÉTICO


Trinidad Gan
(Granada, 1960)


 ENCUENTRO EN MADRID


   El próximo viernes, día 20 de septiembre, a las 19 horas en la librería Alberti presentamos el libro El tiempo es un león de montaña, última entrega poética de Trinidad Gan. Será una jornada llena de amistad y poesía porque su escritura retrata un talante personal cercano y cómplice. He vuelto a releer su obra completa y he percibido en los textos esa pequeña galaxia que ocupa la voz propia. esa voz que no nace de la estridencia sino del decir necesario, de las incertidumbres existenciales que solo requieren unas pocas palabras para trazar el retrato de un yo concreto. Desandar su trayecto creador en el tiempo es poner sitio a una geografía limitada y urbana que hace de Granada el lugar del poema.
  El espacio literario en Granada durante las últimas décadas, y con un litoral básico formado en los años ochenta por el grupo La Otra Sentimentalidad, se ha constituido como núcleo central de la estética figurativa. Esa contingencia, que ya es una consideración crítica aceptada por unanimidad, no anula el perfil individual de los nuevos nombres ni deja en la sombra evoluciones y matices remozando la razón del poema. Trinidad Gan (Granada, 1960) deja su primera entrega, Las señas del pirata casi en el cierre de siglo, aunque había cursado Filología Hispánica en la Universidad de Granada en los años de la transición, cuando fue colaboradora de la revista Letra Clara y tenía amplia presencia en la puesta en escena de grupos teatrales universitarios como Aula 6 o La Liorna Teatro.
   Aquel paso auroral fue comentado por Ángeles Mora como una hermosa metáfora sobre el amor; se entendía la relación sentimental no como utopía de plenitud sino como tortuoso sendero a la derrota. Así se abría una poética intimista, que se acerca a las cosas con percepción desvelada, capaz de abrir incisiones imaginarias en lo real. A través de una poda de recursos, se nutría de una cercana dicción coloquial. Son claves de taller acentuadas en las entregas posteriores, con las que logra un notable reconocimiento. El segundo libro, Fin de fuga, obtiene en 2008 el Premio de Poesía Ciudad de Cáceres. Luis García Montero comenta que Fin de fuga "sitúa su palabra en la naturalidad de lo imposible. La fuga nunca acaba, el campo de batalla nunca recupera la paz, el amor desbordado se pierde y no se agota. la compensación es que la esperanza deteriorada no deja de buscar una luz en la memoria y un puerto en el mar del futuro". La entrega aglutina poemas que dan voz al desarraigo; entrelazan crisis personal y azaroso asentamiento de un momento histórico que condena al derrumbe dogmas e ideologías. El fracaso parece un horizonte circular que invita a recuperar el ayer como elemento de concordia interior, así se percibe en Caja de fotos (Renacimiento, 2009); los versos reconstruyen las instantáneas de la memoria; adquieren el formato de antiguas fotografías que refugian el temblor del pasado. Ya en 2014 se publica en Valparaíso Ediciones Papel ceniza, poemario donde resaltan las líneas de luz del sujeto poético. Suele aparecer como un yo desdoblado que se acerca a la realidad con celo indagatorio; quiere entender la gramática de lo diario y su caligrafía en el papel ceniza del decurso existencial.
   El título El tiempo es un león de montaña se inspira en un verso de Raymond Carver. Sirve también como homenaje a uno de los principales exponentes del realismo sucio. El poeta norteamericano es un magisterio fuerte que hace del final de los sueños y de la falta de utopías redentoras los centros gravitatorios de sus ficciones narrativas y poéticas. Trinidad Gan asume esa fractura entre el yo y el entorno; el trayecto vital muestra un desencanto que convulsiona las fibras interiores; ese diario del desencanto da pie a una crónica descarnada y minimalista. El tiempo consume los trechos del camino “sin apenas vislumbres de horizonte”.
   El león se convierte en representación simbólica del tiempo; es esa fiera que acecha nuestros pasos y dormita en la sombra para capturarnos. Su fuerza magnética concita la azarosa presencia de lo inquietante: “me vigilan los ojos de una fiera, / su cuerpo es una ráfaga de fuego / que se adivina entre los raudos árboles / y finge acompañarme silenciosa “. De ese encuadre existencial se hace cargo el poema, convertido en reverso de huellas. La palabra se moldea como un punto de fuga en el que se entrelaza la solitaria postal del sujeto concreto y el estar colectivo de esos escenarios del dolor como Gaza o Alepo que suelen asomarse al conformismo de la sobremesa desde el telediario con sus escombreras manchadas de rojo.
   Pocas estrofas encierran en sus esquemas mínimos la sensorialidad del haiku y el tanka. En su despojada estructura, se dan cita alteridades, sensaciones y pensamientos. Allí se alzan como espacios dispuestos a cobijar el león del tiempo y su rumoroso transitar. Así se va definiendo un camino donde se descaman las vivencias o se constata cómo lo transitorio va adquiriendo color crepuscular: “Hojas de otoño / igual que lo vivido / se arremolinan “, “Y en la memoria / de aquello que miraste / van confundidos / el cazador que huye, / la fiera que te habita”.
   Cuando las manecillas del reloj  dibujan el ahora, se abre la ventana de lo posible. El despertar es comienzo; abre su latido a la caligrafía remozada del poema para que salgan a la luz destellos todavía capaces de recomponer en los laberintos interiores algunos rincones de felicidad. Es un empeño inútil, una huida imposible: “Pero al fin me dio caza. / Me arrastró sin piedad a su guarida. / Cubrió mi cuerpo con esa hojarasca / que llamamos memoria. / Y ahora él  escapa en la noche. / Se vuelve apenas a mirarme / y al cruzar nuestros ojos / veo el tiempo quedarse detenido / a orillas del silencio”.
   La poética de Trinidad Gan tiene en El tiempo es un león de montaña un valor de continuidad. Se aprecia en su voz la fortaleza madura de una visión del mundo en su relación con las palabras. Protagoniza un afán lúcido por trascender vivencias personales, sin rupturas, enriqueciendo la reflexión con una imaginación creativa que propicia encuentros entre temporalidad y pensamiento. Se ha dicho con frecuencia que el autor engrandece por la experiencia el mismo libro; y es verdad: la escritura no es sino el armisticio que firmamos a diario con incertidumbres y obsesiones. Con ellas, Trinidad Gan deja en sus poemas el tónico permeable de la palabra.




lunes, 16 de septiembre de 2019

REVISTA CULTURAL 142, Nº 1

142 Revista cultural, nº 1
Marzo 2019, Publicación Trimestral
Dirección:
Paco González Fuentes
Ferran González
Suscripciones:
revistacultural142@gmail.com



AMANECIDA 142


   El despertar auroral de una revista cultural es siempre una metáfora sobre la incertidumbre, un camino por hacer, pero también la hora justa para abrir ventanas a un proyecto esperanzador. Nace 142 Revista cultural, una publicación en papel dirigida por Paco González Fuentes y Ferrán Gonzalez. Sorprende de inmediato el atractivo diseño figurativo realizado por Cristina Jiménez  y el uso de fotografías de calidad en la cubierta y en el interior para dar autonomía a las secciones. El editorial plurilingüe expone con sencillez el empeño: “Esta revista pretende ser un espacio dedicado a las esperanzas y desesperanzas en las que la vida consiste. Textos, imágenes, sombras, antes de que “todo se pierda en el tiempo como lágrimas en la lluvia” Su tarea, como el memorable epitafio del replicante de Blade Runner es elaborar la pasión de decir, o como subraya el genio literario de Eduardo Galeano: “Mojar con palabras”
   Uno de las vetas más interesantes de la revista es el conjunto de entrevistas que aglutina. En alguna, como la realizada por Paco González Fuentes a Teresa Hidalgo, pone el norte el epitelio sentimental, esa conjugación inacabada de los verbos existenciales, o la conversación con Paqui Ayllón; en otras como en el magnífico diálogo con Mercedes Gómez Blesa, profesora, ensayista y experta en el legado intelectual de María Zambrano, se traduce la pasión por el  quehacer intelectual y la recuperación de esas voces de la Historia que han hecho del yo femenino la verdadera aportación histórica del siglo XX. También se da voz a otras artes como el cine, que justifica el encuentro con Agustí Vila; y la música, desde la palabra de Ricard Oliva, guitarrista de Sitges. 
   Los apartados de creación aglutinan relatos de Valeria Correa Fitz, Claudia Sánchez Rod, Graziella  Moreno, Natacha G. Mendoza y Justo Sotelo; mientras que la mirada lírica aglutina composiciones de Marisa Martínez Pérsico, Alfonso Brezmes, Dana Reza, Esther Pardo Herrero, Tomás Camacho Molina y Rosario Troncoso.
  Entre los ensayos cobra especial relieve el que Marina Casado  titula “La Literatura de la crueldad en la música rock, que aporta un estudio diacrónico de la crueldad como motivo recurrente en la literatura universal, desde los mitos clásicos griegos, hasta la presencia en las canciones del rock de este sentimiento totalitario y aniquilador.
   El afán informativo sobre relecturas y novedades del mercado editorial postula las secciones dedicadas a comentar entregas nuevas de José Luis Cancho, Mónica Ojeda, Lucía Berlín y otros nombres que han disparado la atención mediática del momento. Más sosegada resulta la relectura de clásicos como Marguerita Yourcenat o Arturo Barea, complementados con una inmersión en voces del presente como Pablo Martín Sánchez.
    Hay también selfies, librerías y bibliotecas, esos gestos inadvertidos que hacen de la vida al paso grafía escritural y queda el recuerdo de los que no están, porque su presencia sigue intacta en su obra, como ha sucedido tras la fuga de Sergio Pitol, fallecido el 12 de abril de 2018.
   La salida de 142 es una hermosa noticia por su aportación profunda, original y serena al momento creativo actual. A ver si hay suerte y la publicación se consolida en el devenir, como esos árboles de raíz profunda que plantan cara a la gota fría de cualquier intemperie.



sábado, 14 de septiembre de 2019

CASA VACÍA

Ausencias



CASA VACÍA

Como una nación de abejas
 en un reducto escondido

SERGIO GROS

   En esta casa ya no vive nadie pero están todos los moradores que ocuparon las habitaciones. Escucho su fisiología desperdigada en pasos, susurros, toses o gemidos. De cuando en cuando callan, como si se hubiesen mudado por unas horas a otro lugar. Siempre regresan. Esta noche olvidaron cerrar la puerta de la entrada y apagar luces. Algo me despertó. No supe qué decir; me siento un extraño ocupando un refugio vacío. Ellos me reconfortan y justifican mi presencia: “alguien debe soñarlos”.

(De Cuentos diminutos)




jueves, 12 de septiembre de 2019

INVITACIÓN A LA DESCONFIANZA

El lugar siberiano
Revista Blue



DESCONFIANZA

Próximo también el olvido de todo, respecto a ti

MARCO AURELIO



. Desconfío de las biografías legendarias, que no saben de quién es su pasado.

. Desconfío de la vida sana, ese túmulo de hábitos saludables que antes o después acabará metiéndonos en el ataúd.

. Desconfío de los que visten, con monotonía e insistencia, el abrigo de los compromisos y carecen de tiempo para el otro.

. Desconfío de quienes tienen temprana conciencia de su genialidad.

. Desconfío de los que piensan que la generosidad ajena brota de la nada.

. Desconfío de quien hace de las relaciones personales un insalubre trastero, un lugar siberiano, un cuarto oscuro.

. Desconfío de esa obsesión indígena que llena de himnos, banderas y escuadrones la plaza de su pueblo.

. Desconfío de las amistades aparentes, con exuberancia decorativa.

. Desconfío del escritor que hace de la vida una actividad subalterna, llena de signos de puntuación.

. Desconfío de mí, si desconfío.

(Anotaciones otoñales)




martes, 10 de septiembre de 2019

RAFAEL ARRÁIZ LUCCA. De la vocación al compromiso. (Diálogo con CARMEN VERDE AROCHA)

Rafael Arráiz Lucca:
de la vocación al compromiso
Diálogo con
Carmen Verde Arocha
Editorial Eclepsidra
Colección Catedral Solar, Entrevistas/Testimonios
Caracas, Venezuela, 2019


A FONDO

   Dentro del mapa cultural venezolano, tan sacudido por una sobrecogedora contingencia histórica que condiciona el quehacer diario en todas sus expresiones, Rafael Arráiz Lucca (Caracas, 1959), Miembro de la Academia venezolana de la Lengua, protagoniza un incansable quehacer que abarca poesía, ensayo, investigación histórica, edición de antologías, gestión cultural y una activa estela en artes como el cine, la radio o la escritura en prensa escrita.
  Del legado creador y de los matices existenciales da testimonio un meditado diálogo con Carmen Verde Arocha (Caracas, 1967), Licenciada en Letras, Profesora de la Universidad Metropolitana y de la Universidad católica Andrés Bello, poeta de amplio recorrido, editora y miembro fundador del grupo literario Eclepsidra.
  Una larga amistad, de más de tres décadas, fue la causa de una conversación fragmentada en el tiempo, que comienza en marzo de 2016 y finaliza en diciembre de 2018. Durante más de dos años, Carmen Verde Arocha ha investigado el trayecto de Rafael Arráiz Lucca en torno a tres vectores básicos: el trabajo gerencial, intelectual y el afán académico.
  A través de este viaje a dos voces, hecho de cercanía y complicidad, se vislumbra una manera de estar que avanza entre la vocación y el compromiso y clarifica un pensamiento humanista, desplegado en su labor diversa como escritor, docente, historiador y analista de la actualidad diaria, donde el laboreo continuo es impronta existencial.
   Rafael Arráiz Lucca se inicia como poeta en la década de los 80, como miembro fundador del grupo Guaire, que añadía al cauce poético venezolano una tradición renovada donde se hace evidente la herencia anglosajona y una sintaxis lírica más conversacional y exenta de hermetismos. Tras dar a la imprenta una decena de entregas, el presente ha mitigado la actividad poética, mientras se ha fortalecido la indagación ensayística en sus dos vertientes: académica y cultural-literaria. En cualquier caso, la lectura sigue siendo sustancia central del activo creador. Es una rutina iniciada muy joven que hace de la curiosidad, esa mezcla de entusiasmo y fervor, su brújula más efectiva. Leer es siempre una sed necesaria.
   El extenso diálogo amical cobija el agua clara de lo personal. Desde aquella patria primera de la infancia, la mirada sentimental recuerda la genealogía familiar y los hechos más relevantes del círculo doméstico. Junto a esa evocación, el crecimiento personal recupera los momentos anímicos más intensos de la educación sentimental y el paso a paso de etapas vitales que han dejado incisiones perdurables en la hondura afectiva, como el matrimonio con Guadalupe Burelli o la paternidad. También el devenir laboral ha perfilado cerca rostros e intereses que se mantienen inalterables, como la gastronomía, la música, el cine o los recorridos por países lejanos. Son bifurcaciones necesarias para asumir una escala de recuerdos y vivencias que aportan densidad y sabor a lo diario.
  Demócrata y pensador, el escritor conoce a fondo la historia de Venezuela. A su estudio y comprensión ha dedicado abundantes ensayos. Muchos de estos trabajos sobre áreas esenciales del conocimiento para entender los sustratos del presente resuelven vacíos historiográficos. Por tanto, la ensayística ocupa un sitio nuclear en la especialidad y se define por un enfoque propio que aglutina la formación reglada y específica del historiador y el saber del pensador, capaz de entrelazar devenir colectivo e ideas.  Se resalta en sus respuestas que sus ensayos van dirigidos al lector, no al elitismo especializado en la materia; prefiere por tanto el enfoque directo y diacrónico, frente a la hondura temática monocorde; ese enfoque se mantiene también en sus análisis del marco constitucional, de los sectores empresariales del país y de recursos naturales esenciales como el petróleo.
  El periplo vital, proyectado en tantas ramas, requiere una multiplicidad de miradores. La conversación explora esas sendas complejas que fortalecen una personalidad ecléctica, aglutinadora, con  hondura y expansión en un profundo campo de ideas y creencias. La imagen a fondo del escritor se completa con aportes personales de Guadalupe Burelli, Licenciada en Letras, gerente cultural y esposa del poeta, que añade calidez y contacto con el estar diario del sujeto; también amena y proclive a la ternura es la evocación de su hija Eugenia Arráiz Burelli, quien resalta sobre todo el amor al país y la fuerza de sus convicciones en las diversas incidencias existenciales. De igual modo la anotación de Cristóbal Arráiz Burelli resulta una crónica intimista y confidencial que recuerda el tiempo compartido y las anécdotas más notables de la vida familiar. 
  Otros trazos necesarios que ayudan a completar este daguerrotipo son las palabras del poeta, ensayista y profesor universitario Joaquín Marta Sosa, quien retrotrae su memoria a los primeros tiempos del grupo Guaire y al trayecto poético, con dos hitos esenciales, Plexo solar y Un bonzo sobre la nieve que conviven con un quehacer humanista de amplio espectro. Por su parte Víctor Guédez se centra en la memoria de su experiencia docente para recordar al alumno en el aula lejana del tiempo y, más tarde, al compañero y profesor universitario que hace del aprendizaje y del estudio razones vitales. Cierra esta semblanza plural un acercamiento de Ivanova Decán Gambús, profesora universitaria y amiga cercana del profesor, quien glosa la impenitente voluntad laboral y la curiosidad como vector de búsqueda.
   Carmen Verde Arocha propicia un puente de acercamiento repleto de interés. Conoce bien las convenciones del género. Revela con sus preguntas los estratos del mundo interior del escritor, pauta la recuperación en el tiempo con un interrogatorio que define pasos, actitudes y procedimientos de búsqueda y recopilación, pero deja al lector la posibilidad interpretativa sobre una psicología hecha voluntad, sensibilidad y cultura. Así perfila el retrato humano de Rafael Arráiz Lucca, un viaje existencial en el libro de arena de los días en el que muestra el certero reflejo de una vocación entendida como necesidad placentera y el amor generoso por el vuelo desplegado de la inteligencia. En los espejos de la escritura queda el cálido reflejo de un sabio, el manantial sereno de un hombre, en el mejor sentido de la palabra, bueno.  



 

domingo, 8 de septiembre de 2019

AUTOBIOGRAFÍA

Conversación
(Oropesa del Mar, 2014)
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana


AUTOBIOGRAFÍA

También soy yo
por la fidelidad a mis contradicciones;
por permitir gozoso,
cuando el mar solitario reivindica
el silencio y la sombra,
que un recuerdo me asalte en el espejo,
como un rastro de luz, leve, intangible,
e inicie una liturgia
con frecuencia de rito
de nombres, fechas, gestos
y túmulos de sueños,
nadando alborozados en la espuma
de una cronología sospechosa.

Tanta dulce mentira esconde a otro.

                                 (De Mapa de ruta)


viernes, 6 de septiembre de 2019

CRÁTERA, Nº 6 (REVISTA DE CRÍTICA Y POESÍA CONTEMPORÁNEA)

Crátera, nº 6
(Revista de crítica y Poesía contemporánea)
Catarroja / Primavera 2019
Directores:
Gregorio Muelas Bermúdez
José Antonio Olmedo López-Amor
Jorge Ortiz Robla
revistacratera@gmail.com
Plaça dels Furs, 1
46470 Catarroja (Valencia)


SEXTA ENTREGA DE CRÁTERA

   En el tramo de cierre del verano, llega de amanecida la sexta entrega de la revista Crátera, publicación orbital de la Asociación literaria Cratarroja, un gran proyecto editado en papel que dirigen los poetas Gregorio Muelas Bermúdez, José Antonio Olmedo López-Amor y Jorge Ortiz Robla. Con cubierta y contraportada del poeta Juan Carlos Mestre, que ya diseñó el espacio visual del nº 4, una vez más se amplía el atractivo formal con su originalidad plástica aportando un colorista dibujo repleto de onirismo y fantasía.  Las portadillas interiores de separación pertenecen  a José Lapasió, Florin Buciuleac y Diego Vasallo, y se completa el diseño con el regalo de una serigrafía numerada de Josu López de Ael, que interpreta con aciertola genealogía histórica del título.
   Las páginas aglutinan un sumario plural que arranca con el apartado "Inéditos".  En este rincón para la poesía conviven composiciones de Rafael Soler, Raquel Lanseros, Mario Urquiza Montemayor, Gabriela Rosas o Rosario Troncoso, autores bien conocidos que enaltecen un momento creador marcado por lo diverso. La incorporación del haiku como forma expresiva liberada de los parámetros orientales, ha posibilitado un cultivo mayoritario en las distintas promociones poéticas contemporáneas. La sección “La mirada de Basho” añade textos del esquema versal escritos por Enrique Linares Martí, Gregorio Dávila de Tena e Isabel Pose. Ya se ha comentado que la revista no aspira a ser una publicación de tendencia sino un espacio creador de convivencia estética; por ello también está representada la poesía experimental –cada vez más sometida por la angostura de la originalidad- y la traducción al castellano de autores de otros ámbitos como Charles Tomlinson, Alessio Brandolini, o Jacek Dehnel. El equipo de traductores aporta voces que garantizan fidelidad y persistencia de la voz natural del poema. Son tiempos acordes con el fragmentarismo y la mezcla entre filosofía, pensamiento y poesía; así nacen los aforismos de Miguel Catalán, que añade a su cosecha de inéditos una poética del laconismo y la brevedad que ayuda a entender en “Destellos” las coordenadas de su taller literario.El aporte dialogal de la entrevista corre a cargo de Jorge Ortiz Robla que mantiene una jugosa conversación con el poeta, crítico y editor Unai Velasco, fundador de Ultramarinos Editorial. El escritor desglosa su trayectoria, el enclave de magisterios esenciales, el concepto de la poesía como amor a lo real y el encuentro metafórico con lo disímil, y el propósito editor de dar manifestación a lo valioso, un gesto más utopista que económico.
   Esta entrega de Crátera consolida su propuesta de investigación literaria con tres ensayos de Juan Antonio Fernández Pérez, José Luis Morante y  Luis Ramos de la Torre. Los tres reflexionan sobre entornos críticos incisivos: las moradas de la poesía en la noche del mundo, el trayecto escritural de Carmen Verde Arocha, una de las propuestas líricas de mayor interés de la poesía venezolana contemporánea y el pensamiento de Antonio Machado, magisterio germinal de la estética realista y figurativa.
   Clausuran esta sexta salida las secciones de “Reseñas” y “Leído por” que aglutinan percepciones lectoras sobre el escaparate de novedades, a cargo de Agustín Calvo Galán, David Acebes, Álvaro Hernando y otros críticos.
   No creo que sea hiperbólico considerar que estamos ante la mejor entrega hasta la fecha del equipo de Crátera. La revista es muy dinámica y ofrece un mirador abierto que permite aglutinar vectores diversos del ahora de forma sencilla y efectiva. Queda felicitar a los impulsores de la publicación y animar a los lectores al apoyo explícito mediante la suscripción. La publicación merece la pena. De verdad.



jueves, 5 de septiembre de 2019

ASCESIS

Miradas
(Florida, USA, 2013)
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana



ASCETISMO

Necesitaba poco.
 Y lo poco que necesitaba,
 ya no lo necesita.


   Su proceder fue sumando en el manso puente de los días una correcta sucesión de hábitos. Limó necesidades hasta encarnar un ascetismo extremo, de rostro sombrío, en el filo cortante de la renuncia. De noche no alteraba costumbres. Cuando dormía, vencido por la extenuación y el cansancio, su imaginación buscaba huecos propicios y en ellos alojaba siempre el mismo sueño.

(De Cuentos diminutos)



miércoles, 4 de septiembre de 2019

DESPERTAR

Jardín de nubes
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana


DESPERTAR

Y cada día
que el sol limpio prodigue
luz habitable.




lunes, 2 de septiembre de 2019

EN EL CAMPING

Extrañeza


EN EL CAMPING

   Como si fuesen hojas caducas que cumplieron su ciclo estacional, cada día son más numerosas las bajas en el camping. Todos los afectados presentan síntomas similares; alguna parte de su epidermis ha sido martirizada por las picaduras de un insecto espantoso. Los más viejos usuarios del camping hablan de los efectos de una maldición, una renovada plaga bíblica por hacer del espacio costero una epidemia de turistas.
  Un confuso escalofrío me dice que tengo algunos datos sobre la verdad. Soy quien debe deshacer el hechizo. El raro insecto eligió mis sueños como  madriguera.

        (De  Cuentos diminutos)