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Vértigo de malabares Giovanna Benedetti Prólogo de Pedro Crenes Castro Editorial Doce Calles Cuentos, Colección Gnomon Aranjuez, Madrid, 2024 |
ACROBACIAS
La escritora panameña Giovanna Benedetti lleva más de una década asentada en España. Doctora
en Derecho y Ciencias Políticas, su quehacer literario integra una pluralidad de registros. Alumbra un amplio
tapiz en el que conviven poesía, narración, ensayo, periodismo y artes
plásticas. Su trabajo ha conseguido amplio reconocimiento internacional y es una de las personalidades más destacadas del presente poético
hispanohablante. La sensibilidad de Giovanna Benedetti, en el río incesante de
la lengua común, ha convertido la poesía en percepción y descubrimiento, en
espejo refractario de la condición humana y en búsqueda incesante de la propia
identidad. Su producción poética queda compilada en el volumen Después de los objetos (2017), con
prólogo de la poeta Raquel Lanseros, quien percibe en la transparencia de esta
verdad estética un aporte repleto de significaciones. En su palabra afloran las raíces
de un pensamiento liberado, un ámbito donde la realidad se transciende y
enriquece con un espacio onírico, cuajado de símbolos recurrentes, deambulando entre el
silencio y la palabra.
“Artista de todos los trapecios”, como define su quehacer literario Neco
Endara, Giovanna Benedetti reúne en Vértigo
de malabares un conjunto de once relatos, con prólogo de Pedro Crenes
Castro. La introducción, con un nítido matiz poético, se titula “En el desliz
de los cuentos”, una expresión extraída de una cita de la poeta. El aserto
alude a la naturaleza de los cuentos; son espacios narrativos que muestran
perspectivas de belleza mediante el cromatismo de los personajes, la honda
musicalidad poética, y la inteligente conjugación de recursos figurativos y
metafóricos.
Desde el cuento inicial, “La mariposa blanca”, un relato extenso y
fragmentado, resalta la maestría narrativa en la creación de una
atmósfera alejada de lo figurativo. Los personajes tienen rasgos etéreos.
Configuran una existencia de asombro, más tejida por la irracionalidad que por las
percepciones sensoriales de lo doméstico. Entre los pliegues de lo cotidiano se
asientan presencias oníricas, que fusionan estratos del tiempo.
Se entrelazan los argumentos en un continuo nomadismo de interés que
mezcla relatos más realistas y enunciativos con cuentos en los que prevalece el
simbolismo y la persistencia de asuntos ficcionales. El texto que da título al
conjunto, “Vértigo de malabares" tiene como ensanche temático el prodigio
volador de una pareja de trapecistas. Poco a poco, el tiempo va minando sus habilidades
cirquenses y se va perfilando,en sus contorsiones aéreas la
incertidumbre de un estar presente que pronostica la definitiva retirada del
espectáculo. Los incansables artistas del trapecio sortean en cada actuación la llamada
del vacío. Pero el peligro siempre está ahí, al acecho, envuelto en un vértigo
que trastoca la realidad y llena de espejismos los sentidos.
En los episodios del libro Vértigo de malabares convive una innegable propensión a la
diversidad. La voz narrativa sabe que cada relato diseña su propia estructura
argumental. Es un espacio de acción que cobija lo inverosímil y las formas
azarosas de lo ordinario. Esas reiteradas rutinas que se guardan dentro del círculo
semántico de las palabras. En la rueda de asuntos, el conjunto no esconde el sentido abierto de lo social y el alarde prodigioso; el registro de lo contingente y ese
estar tenebroso en manos del destino que hace de cada territorio un desconcierto. La originalidad del conjunto concentra un colmado laberinto expresivo, que alumbra sentimientos y reflexiones y enciende enciende curiosidad y asombro. Más allá
de la observación subjetiva, cada relato traza la silueta de una íntima historia
particular. Es una ficción hecha propuesta de
conocimiento, donde se desvela el fondo significante del yo en el discurrir de la existencia.
JOSÉ LUIS MORANTE