viernes, 13 de junio de 2025

JUAN CARLOS MESTRE. LA HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO DE LAS HORMIGAS

La historia del movimiento obrero de las hormigas
Juan Carlos Mestre
Selección de poemas y epílogo de Raquel Ramírez de Arellano
Dibujo de cubierta e ilustraciones de Juan Carlos Mestre
Kalandraka Editora
Pontevedra, 2024 

 

ESTRELLAS SIN HILO

  

   Al dibujar los trazos de su itinerario poético en el cuaderno Poesía y poética, edición no venal de la Fundación Juan March publicada en 2018, Juan Carlos Mestre (Villafranca del Bierzo, León, 1957) escribía: “Asumo la poesía como un camino hacia la interioridad de las fundaciones del espíritu y al definitivo valor inmaterial de la conciencia, a la irradiante oscuridad del amor y a la rectificable claridad de la muerte”.
   Aquella exploración conceptual indagaba también sobre la abundancia verbal del lenguaje, ese espacio abierto que hace de la imaginación la más evidente realidad existencial cuajada de significativas variantes. Lo previsible se ausenta. Cierra la boca la obviedad encogida de la razón y sus líneas argumentales y el recurso de la intuición convierte la sensibilidad poética en despliegue expandido hacia las cosas. Desde ese enfoque amanece una percepción instantánea, abierta a una comprensión inmediata que convierte emociones y sentimientos en experiencia estética que indaga más allá de la lógica.
  Así se gesta un fluir creativo proteico. Una dimensión exploratoria rupturista con la racionalidad de una estética cerrada, siempre proclive al juego literario y al abrazo de las posibilidades de la expresión como un ámbito rizomático y disgregado. Desde ese propósito de apertura ha ido naciendo la obra poética de Juan Carlos Mestre, conformada por las siguientes entregas: Siete poemas escritos junto a la lluvia (1982), La visita de Safo (1983), Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo, reconocida en 1985 con el Premio Adonáis, Las páginas del fuego (1987), publicada en Chile, país donde vivirá varios años,  La poesía ha caído en desgracia (1992), Premio Jaime Gil de Biedma, La Tumba de Keats (1999), Premio Jaén de Poesía, La casa roja (2008), libro reconocido al año siguiente con el Premio Nacional de Poesía, y La bicicleta del panadero (2012), Premio de la Crítica. El conjunto atestigua una obra de fuerte singularidad y clara pulsión dialéctica, representada también en numerosos cuadernos y antologías y complementada con estudios y ensayos.
   Raquel Ramírez de Arellano (Madrid, 1975), Licenciada en Filología Hispánica y profesora, prepara la muestra La historia del movimiento obrero de las hormigas, trabajo de exquisita presencia formal que integra veinticuatro composiciones de Juan Carlos Mestre y una docena de dibujos a todo color. No olvidemos que el poeta es un artista visual de primera línea, y que ambas expresiones artísticas comparten el ideario surrealista, una imaginación implosiva y una clara propensión temática por el onirismo y los estratos asimétricos de la realidad. La creación artística libera el pensamiento y acoge una inmersión en lo irracional, una búsqueda de estratos significativos, más allá de lo aparente.  
   La impulsora de la compilación recuerda la dimensión escénica que adquieren los poemas en boca de su autor y el signo lírico que transforma la lectura en un escenario. El escritor mantiene un claro impacto emocional que convierte la presencia del poeta en las aulas en motivación y terapia, en la entrada a un mundo mágico, repleto de sensaciones y extrañamientos. Como asevera el poeta: “la poesía permanece amarrada al conflicto del deseo, la imaginación y la conciencia”. Desde allí afloran las resonancias interiores de la conciencia, un camino de conocimiento y compromiso que busca respuestas ante la existencia y el devenir histórico, que está en continua revisión. Ajena al intimismo reflexivo de la oratoria autobiográfica, la poesía de Juan Carlos Mestre es una creación emancipada de la figuración. En ella se cobija la aspiración a un sueño que no ha sido soñado todavía, el habitable no lugar que dibuja en el aire la espiral del poema.
 
 JOSÉ LUIS MORANTE
 
 
 



 

jueves, 12 de junio de 2025

EL BOSQUE DESHABITADO

Conversación
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia


 

1 

Pierdo palabras; pronto seré un diccionario deshabitado.

 2

La edad recicla la ternura en desuso.

3

Existen muchas formas de soledad. En mí viven las más frondosas.

4 

Tras el despertar, qué eficaz la poda de quien contradice siempre.

5

La caligrafía en cursiva de la aurora imita la espontaneidad del niño que amplifica sonidos y oye la voz del mar en el caño oxidado de la fuente.

6

En el bosque de lo cotidiano, en cualquier rincón, las ramas dactilares del absurdo.

7

Habla poco de euforias infantiles. Fue un adulto inmaduro desde niño.

8

Hay amanecidas que confían en la pericia de la imaginación para sobrevivir.


(Aforismos del bosque deshabitado)




martes, 10 de junio de 2025

CALLEJONES SIN SALIDA

Laberintos
(Tokio, 2025)
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 

PRIMERA CLARIDAD


1

Vivir la claridad del despojamiento, su estar limpio, su ascesis hasta la otra orilla. Abro las manos. De la quimera existencial me llevo casi nada.

2

Aunque esté lejos, qué trasluz cercano empareja al asombro.

3

La germinación de la belleza  requiere constancia; instantes con levedad de nube.

4

 De  la voluntad, la respiración fatigosa de todo aquello que no pudo ser.

 5

 No ser nunca quien sobrevuela márgenes y levita sin estar dentro ni fuera.

6

Tengo una brújula para extraviarme en mí.

7

Antes, la desnudez invitaba al deseo. Ahora apresura la búsqueda urgente de una bata de felpa para evitar el resfriado.

8

 Contemplar la amanecida en la azotea, mientras las copas de los árboles ocultan las sombras, concede púlpito al optimismo.

 9

Tras la vigilia guardo las cenizas del sueño.

José Luis Morante


lunes, 9 de junio de 2025

EXIGENCIAS DE GÉNERO

Templo Todaiji
(Nara, mayo de 2025)
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 

EXIGENCIAS LITERARIAS

  

  El yo escritor es el mismo que el yo viajero. Los dos viajan con la espalda ocupada por la mochila de las exigencias. No basta la buena intención. Para  que  el itinerario personal cruce el umbral de lo permanente y busque pronto la silueta de fondo del lector debe cumplir de forma imprescindible algunas exigencias. Cuánto emociona escuchar la voz dubitativa en el taller. La literatura es un encuentro pactado entre dos comensales: el autor y las palabras. Son dos caminos que se juntan en un punto de cruce, ajenos al invierno, para firmar acuerdos y pactos comunes. Igual que cada gota, los dos preguntan donde deben guardar su transparencia. Como pagodas con elegantes techos inclinados cada género asciende para depositar en el aire su techado y su altar: el ensayo precisa el sentido cartesiano, a salvo de cualquier disgregación; el aforismo la persuasión pedagógica, el epitelio lírico y la prolongación del pensamiento; el relato la complicidad y la pequeña magia del final; la novela, el paso libre de los argumentos y  la inteligencia ordenadora en el rumbo de los personajes; y la poesía, el misterio vespertino de la insinuación, el no sé qué que queda balbuciendo. El escritor sigue buscando en cada viaje la intuición creadora, la riqueza emocional y la mano azul de un camino sin nadie, laborioso, que consume recorrido en un instante.

José Luis Morante




 

 

domingo, 8 de junio de 2025

CONSTANTINO CAVAFIS. LA VIDA DENTRO

Constantinos Cavafis
(Alejandría, Egipto, 1863-1933)

 

MURALLAS Y ERIZOS

 

                   Con C. Cavafis y Joan Margarit

 

   En estos días de soledad forzada, retorno con frecuencia a la poesía de C. Cavafis. Leo en voz alta composiciones que sobrepasan su condición de textos literarios para convertirse en principios  vivenciales, listos para aplicarse a la travesía del mañana que empieza. Así me sucede con “Murallas”, un poema breve breve que suelo emparentar con otro imprescindible en mis hábitos lectores, “El erizo”, un acierto de Joan Margarit. En los dos escritos se habla de un yo encerrado fuera del mundo, seguro, inaccesible, protegido en Cavafis por sólidas murallas y en Joan Margarit por la punzante piel de los erizos. Ambos poemas dan voz a un yo solitario, a resguardo, que con horror descubre que el mundo está fuera, y allí empieza la vida.

 José Luis Morante




 

 

sábado, 7 de junio de 2025

DÍAS DE NIEBLA

Días de niebla
(Shirakawago, Japón, 2025)
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 

Con pisar tenue
el tiempo, sigiloso,
vaga perdido.

    (Viajeros sedentarios, La Garúa 2025)



viernes, 6 de junio de 2025

CIUDAD A SOLAS

Cortados de Wadi Rum
(Desierto de Jordania, 2024

 

CAMINOS

 

   A resguardo de la erosión rocosa, desgajada del tiempo, como si buscara sitio en un útero oculto bajo el desierto, una ciudad con habitantes mudos vive la calma del silencio continuo. Solo los que se pierden, malvestidos de sed y de cansancio, ocupan la extrañeza de su arquitectura. Ajenos al desvarío de ser ellos, sus pasos unen la estática distancia de otros itinerarios. Todos se borran al atardecer, desintegrados en el mismo azar.

 

(De Cuentos diminutos)