viernes, 2 de noviembre de 2012
AGUSTÍN GARCÍA CALVO. HOMENAJE.
TAMPOCO DRAMATICES
In memoriam
Tampoco dramatices... Puede que sea la muerte
ejemplar funcionaria en una sucursal
del retorno imposible -frágil de aspecto,
linfática, miope,
el pelo ceniciciento y encorvada la espalda
por fraudes laboriosos y continuos-
que anocheciendo torna a su buhardilla,
perdida como un faro
en los acantilados del suburbio.
En su pequeña estancia se despoja
del oscuro uniforme, toma una ducha fría,
sorbe algún refrigerio y, ya en la cama,
se obstina en resolver un crucigrama extraño
que comenzara en el cincuenta y seis,
justo en la fecha de su nacimiento.
En aquel se entrelazan múltiples sustantivos,
tiempos, definiciones, evidencias, sucesos...
Se van copando espacios y un día queda el último.
Es mi nombre. La muerte, satisfecha,
va cerrando los ojos, le vence un sopor dulce
y se duerme tranquila.
Mi vida, el crucigrama está resuelto.
(De Población activa, Deva, Gijón, 1994)
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Que ingenioso y enigmático y claro a la vez es este poema. No lo conocía y no sólo me gusta y me parece muy original y dulce sino que me muestra una cara de la vida, al enseñarme una cara de la muerte. Muchas gracias, José luis.
ResponderEliminarQuerido amigo, siempre supuse que nos encontraríamos en Madrid para intercambiar libros y afectos. Por dos razones: por la calidez de tus juicios literarios a mi literatura; y segundo, por las ganas enormes que tengo de hablar de tus diarios al completo, un género que me suscita siempre la idea de que la poesía requiere claves biográficas que iluminen sus contornos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Poema limpio, claro, acogedor. La otra cara de la vida tratada con afectuosa sensación. Fuerte y frágil como el río que arrastra nuestro devenir diario y nos permite observar la realidad, todo aquello bueno que nos rodea y lo demás, para llegar allí donde el agua nos lleva.
ResponderEliminarPrecioso homenaje a Garcia-Calvo, D. Agustín para sus primeros alumnos del instituto, que leerá agradecido jugueteando con sus mil collares, abalorios favoritos, o atusando sus pobladas patillas, símbolos ambos de su inocente insumisión.
Un abrazo
Querido Marino, quiero darte públicamente las gracias por avisarme de inmediato del fallecimiento del maestro. Fue un acto muy emotivo recibir las fotos del sepelio, hechas por Mónica y, desde luego, me sentí muy cerca de un pensador que hizo de su crítica al sistema una actitud vital. Gracias por tus palabras y traslada también mi afecto a Mónica, que forma parte de esa generación nueva encargada de dignificar la tarea política.
EliminarAbrazos.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarNi el estilo ni la filosofía del comentario coinciden con mi forma de entender el blog. Esto no es protocolario, me gusta escribir así; esto no es corrección es educación. Tirarse un pedo en público es una vulgaridad ominosa. Así que yo no lo haré, estimado zorro, hace años que superé esa etapa infantil.
EliminarUn saludo cordial.