El paso suspendido.
Para Herme G. Donis, que siempre permanece.
Cerca del mar mantengo el paso suspendido.
La sombrilla cobija mi patrimonio de obsesiones.
¿Dónde el pegamento que permite agrupar añicos?
Soy optimista; la basura puede ser reciclada.
Escucha. El mar no necesita teorías.
Ayer, la bajamar se puso sentenciosa.
Querido José Luis, me has emocionado, tío. Gracias, como siempre te digo, por estar aquí tan cerca de mí. Esto es a lo que hay que anclarse y no a esas gentes de "ida y Vuelta".
ResponderEliminarUn beso muy fuerte,
Herme
Vaya, Herme, está bien claro que el afecto es mutuo. Ya lo dice algún aforismo: el mar no necesita teorías; la amistad, tampoco.
EliminarBesos, cerquita, con un poco de azul y sal.
El mar. La mar.
ResponderEliminarEl mar. ¡Sólo la mar!
¡Qué bien lo dijo Alberti! Qué imanadora fuerza, capaz de convocar tanta maravilla; capaz de hacernos, también, mejores...
Buenas vacaciones. Un fuerte abrazo.
Cuando agrandamos distancias, uno teme que el camino de regreso sea largo y complejo. Estos artilugios digitales crean el espejismo de la proximidad, como si estuviésemos dialogando, junto al tajo, en cualquier terraza de Talavera.
EliminarPor cierto, la poesía de Rafael Alberti se ha olvidado un poco, y su legado es maravilloso. Está esperando las horas de sosiego lector con la mejor de las sonrisas, la de la buena poesía.
Abrazos.