Marina y fuga
Tierra adentro, para mi amigo Antonio del Castillo
Tardó la amanecida y no se produjo el retorno del mar hasta la orilla. En el lugar de siempre, un hueco de formato indefinido, entre rocas y barro, cobijaba un azaroso muestrario de especies; peces de contorsiones boqueantes, pulpos, gelatinosos cuerpos de medusas y acorazados cangrejos que se movían en cualquier dirección.
Nadie dio crédito a la fuga del mar, como si fuera el truco sensorial de un trampantojo. Sólo creció el desasosiego colectivo cuando se admitieron las primeras entradas en Wikipedia, atestadas de especulaciones, con llamativas fotos de National Geographic.
Jajaja, lo de la Wiki, una pasada. ¿Y las sirenas, quién se las queda?
ResponderEliminaryo lo apunto por si sobra alguna . . . que ya lo dice el refrán " A rio revuelto .. ."
Un fuerte abrazo
Una risa a tiempo evita los malos gestos del invierno. La verdades que bajo la sombrilla se me ocurren un montón de cosas y van saliendo en el blog con la tranquilidad vacacional de julio.
EliminarDisfruta de tus vacaciones, querido Paco. Abrazos.