MAREA BAJA
Para los que permanecen, en la marea baja
Hace de la inteligencia un instrumento rudimentario.
Días en que la convivencia tiene un radio de alcance limitado
Descubro la conexión entre el cielo y el cieno.
Sentí el suelo firme, mientras nadaba.
También en el manicomio una cabeza es la más lúcida.
Aguzo el oído, para no escuchar lo que dicen.
Y lo peor, reprochan la alegría.
Una vez más, sabias reflexiones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una vez más un continuo apoyo en la amistad y en la literatura. Los años nos llenan de escepticismo y diluyen la sonrisa. Queda la guardia pretoriana del afecto, las palabras cercanas de gente como tú. Que tengas un buen día, Antonio.
EliminarSiempre el mar está vivo hasta que nos cierra los ojos.
ResponderEliminarUn abrazo amigo José Luis.
Jesús Aparicio
Pero el mar también tiene sus ciclos, esa marea alta, exultante, llena de vitalidad y fuerza; y ese repliegue de la bajamar, donde emergen las aristas de las rocas del fondo.
Eliminarhay algo de hastío, algo de dolor,
ResponderEliminarpero también de esperanza y de vivacidad
es una mezcla rara,
diría un cóctel de versos
para beber reflexionando
un abrazo
Qué buena lectura, la verdad. Sí, has cansancio, hastío y dolor porque la gente que nos rodea desconcierta, se mira el ombligo como si fuese el universo y nos perdona la vida, como si su paternalismo nos concediese unas migajas.
EliminarY hay esperanza: sigo en pie, seguimos porque ellos nunca estuvieron a nuestro lado, porque se acercaron por algún interés, concreto que hace todavía más nítido cuánto ganamos sin ellos. Así que hay que seguir, explorando la noche, aunque sea con el cono pequeño de una linterna. Un abrazo.