Muy buen haiku, hermoso y sugerente. Aunque nunca se llegue a tierra firme siempre conservar la esperanza en nuestra brazada, en una nueva. Feliz retorno al trabajo José Luis.
Así es ,querido Jesús, la roca es sólo la esperanza de hallar tierra firme por encima de cualquier dificultad. Y en ello estamos,a punto de arrancar una semana muy intensa en lo literario. Aulas y poemas, una buena mezcla. Abrazos.
Cuánta verdad en esas diecisiete sílabas. Qué capacidad de sugerencia la de la forma japonesa. Tras haber asistido los días 1 y 8 de este mes a un taller de haikus, también yo ando enfrascado en este juego de esencias tan abarcador.
Querido Antonio, un fuerte abrazo, mañana imparto yo un pequeño taller sobre el haiku para alumnos de un instituto de Valdemoro, en Madrid, con motivo de la semana del libro. la forma está llena de posibilidades. Reitero. Un fuerte abrazo.
No me negarás que es un paisaje sugerente, no tan verde como Galicia, ni tan cálido como Canarias, pero singular y hospitalario. Como tu isla. Un abrazo viajero y feliz día.
Querida Yolanda, una agenda impresentable me ha privado algunas semanas de estar cerca de tu blog. Mis disculpas, esa isla que habitan tus palabras es siempre un lugar hospitalario para el lector. Feliz lunes.
Pues es una sensación muy atinada, querido amigo; tal vez la roca inmóvil, anclada en el mar, simbolice también la esperanza de quien se acerca y pone su empeño en la última brazada. Un fuerte abrazo.
El haiku como estrofa humilde carece de pretensiones; no creo que se sienta roca o tierra firme; pero está ahí, callado, inalterable, a la espera de dar cobijo a quien se acerque a su superficie. Un fuerte abrazo y muchas gracias por tu apoyo continuo.
Buen haiku en ese regreso que intuyo de un mar azul que aún impregna los cristales de tus gafas. Noto que la morriña te dura unos días. Feliz regreso y gracias por tus palabras.
Así es Paco, volví miope, como me fui, pero lleno de azules y con menos cansancio. Ahora toca afrontar la semana del libro en las aulas y volver a los hábitos de siempre. Gracias, Paco, por tus palabras, por tus afectos.
Muy buen haiku, hermoso y sugerente. Aunque nunca se llegue a tierra firme siempre conservar la esperanza en nuestra brazada, en una nueva.
ResponderEliminarFeliz retorno al trabajo José Luis.
Así es ,querido Jesús, la roca es sólo la esperanza de hallar tierra firme por encima de cualquier dificultad. Y en ello estamos,a punto de arrancar una semana muy intensa en lo literario. Aulas y poemas, una buena mezcla. Abrazos.
EliminarCuánta verdad en esas diecisiete sílabas. Qué capacidad de sugerencia la de la forma japonesa. Tras haber asistido los días 1 y 8 de este mes a un taller de haikus, también yo ando enfrascado en este juego de esencias tan abarcador.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido Antonio, un fuerte abrazo, mañana imparto yo un pequeño taller sobre el haiku para alumnos de un instituto de Valdemoro, en Madrid, con motivo de la semana del libro. la forma está llena de posibilidades. Reitero. Un fuerte abrazo.
EliminarEstuve de caminante por tu tierra y proseguí camino. Un abrazo.
EliminarNo me negarás que es un paisaje sugerente, no tan verde como Galicia, ni tan cálido como Canarias, pero singular y hospitalario. Como tu isla. Un abrazo viajero y feliz día.
Eliminar¡Me ha encantado!
ResponderEliminarQuerida Yolanda, una agenda impresentable me ha privado algunas semanas de estar cerca de tu blog. Mis disculpas, esa isla que habitan tus palabras es siempre un lugar hospitalario para el lector. Feliz lunes.
Eliminartan imaginario como notable
ResponderEliminaresa es mi sensación
saludos
Pues es una sensación muy atinada, querido amigo; tal vez la roca inmóvil, anclada en el mar, simbolice también la esperanza de quien se acerca y pone su empeño en la última brazada. Un fuerte abrazo.
Eliminar¿No es en efecto el haiku esa roca firme en medio de las formas del agua en la que al fin descansan todas nuestras brazadas?
ResponderEliminarEl haiku como estrofa humilde carece de pretensiones; no creo que se sienta roca o tierra firme; pero está ahí, callado, inalterable, a la espera de dar cobijo a quien se acerque a su superficie. Un fuerte abrazo y muchas gracias por tu apoyo continuo.
EliminarBuen haiku en ese regreso que intuyo de un mar azul que aún impregna los cristales de tus gafas. Noto que la morriña te dura unos días. Feliz regreso y gracias por tus palabras.
ResponderEliminarAsí es Paco, volví miope, como me fui, pero lleno de azules y con menos cansancio. Ahora toca afrontar la semana del libro en las aulas y volver a los hábitos de siempre. Gracias, Paco, por tus palabras, por tus afectos.
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