Formas con luz |
LUCES
Desde hace cuatro días en la casa
no hay nadie, salvo yo. Al bajar la escalera una luz interior del dormitorio se
enciende sola. No recuerdo cómo accioné el interruptor. Apago y tanteo hacia la
escalera. Otra vez sombras. Un instante después está encendida la lámpara del
baño principal. En la casa no hay nadie salvo yo, me repito. Veo en el
espejo un tipo asustado que se mira a sí mismo, entre la niebla de la incertidumbre.
Hace un instante consumía un tiempo de soledad, monótono y previsible. Ahora ramifica su inquietud. Sabe que la luz está viva; vuela como un pájaro entre las formas dormidas de la casa.
(De Cuentos diminutos)
Me has recordado a Ángel González. Quiero leer todos esos cuentos pronto. Feliz jornada
ResponderEliminarHola Gabriela, he visto las maravillosas fotografías que siembras en internet; me encanta tu sosiego y tu belleza. Aleja el frío; se hace luz, así que siempre muy hermosa tu compañía.
EliminarLa luz viva y la sombra al acecho: buena compañía para la reflexión, buena cercanía contra la soledad. Abrazos poeta!!
ResponderEliminarAbrazos y que disfrutes mucho de ese tiempo litoral; nosotros ya estamos de nuevo entre libros, preparando los compromisos de esta semana, con la ilusión de siempre. Abrazos y seguimos caminando cerca.
EliminarPiensa que es mejor estar acompañado de luz que de sombras.
ResponderEliminarUn beso luminoso.
La compañía siempre es asombro, Tracy, así que luz y sombras tienen similares efectos secundarios. Las dos están bien; las dos tienden la mano.
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