Ausencias |
CASA
VACÍA
Como una nación de abejas
en un reducto escondido
SERGIO GROS
En
esta casa ya no vive nadie pero están todos los moradores que ocuparon las habitaciones. Escucho su fisiología desperdigada en pasos, susurros, toses o
gemidos. De cuando en cuando callan, como si se hubiesen mudado por unas horas
a otro lugar. Siempre regresan. Esta noche olvidaron cerrar la puerta de
la entrada y apagar luces. Algo me despertó. No supe qué decir; me
siento un extraño ocupando un refugio vacío. Ellos me reconfortan y justifican mi
presencia: “alguien debe soñarlos”.
(De Cuentos diminutos)
Alguien debe soñarlos para que sigan viviendo...
ResponderEliminarQuerida Pilar, solo existe la ausencia cuando nadie recuerda en la memoria; no es mi caso, en mis recuerdos siguen intactos los días de Arcos, tu belleza, el tacto cálido de tu amistad. Un fuerte abrazo.
EliminarQuerido amigo, las presencias al otro lado aumentan a diario.
ResponderEliminarMe gusta tu cuento. Un abrazo.
Querida María José, desde que nos conocemos siempre he encontrado en ti un refugio de amistad y poesía, así que mi cuentecillo llega a tus ojos con la alegría de estar en una casa habitada. Gran abrazo.
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