Más allá, el paraíso |
El regreso de Adán
En el centro del páramo se alzaba todavía el árbol del bien y del mal; miró aquella silueta y se hizo efectiva la soledad de un tronco calcinado y rijoso.
No aguantó más. Bajó los ojos y convocó el olvido, como si el paraíso no hubiese existido nunca. Se precipitó hacia la salida; sus pasos tropezaron con el ala inerte de algún ángel, el metal chamuscado de una espada herrumbrosa y una camisa oscura de serpiente.
(De Cuentos diminutos)
Singular regreso. Estamos aquí en Transitus* , mejor abandonarse a los márgenes, a las orillas, el origen en un punto, la llegada en el otro, si no me temo que arrastrarlos siempre melancolía o ansiedad.
ResponderEliminar* https://g.co/kgs/sSSuFG
Un enorme abrazo, querida amiga, y aquí espero con mucha ilusión tu envío; en Madrid y en Rivas han sido dos días festivos, así que seguro que llegará esta semana. Mientras, muchas gracias por tu complicidad lectora.
EliminarHermoso cuentocuent
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras y aquí seguimos con la esperanza de seguir buscando en cada texto un abrazo de poesía y pensamiento, una rendija para la primavera. Desde Rivas, te abrazo fuerte.
EliminarMuy buen cuento
ResponderEliminarMuchas gracias querida amiga y bienvenida a estos puentes de papel; son un espacio de amistad y escritura.
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