Espera Fotografía de Esperanza Hernández |
TAREAS DEL BLOG
(Mil entradas)
Se percibe de inmediato. Las
entradas del blog “Puentes de papel”, que inauguré el último día de 2010, no
están marcadas por la incertidumbre de la actualidad sino por mis quehaceres
literarios. Es una cuestión de oficio que dispone de códigos propios, no
tributarios de los titulares de prensa. Los textos reniegan de antemano
del púlpito crítico, la catarsis colectiva, o la reacción propagandística de una
ideología que busca conseguir efectos reactivos y una conmoción verbal en la
conciencia del lector.
El blog es solo una tarea de difusión del activo diario,
una inmersión en el mapa textual de un sujeto que propone un diálogo con el
lector. Cada entrada es fruto de la racionalidad, el análisis estético y las
lecturas, tres factores que acrecientan pericia formal y despliegue
temático mediante los aportes de la tradición y la singularidad de la propia
escritura.
Mis preguntas de siempre se
reiteran: cuándo, cómo y por qué se escribe y qué dictamina los
itinerarios genéricos a recorrer. Soy disciplinado; hice del voluntarismo
un trabajo estable que solo requiere algunas condiciones generales: la
buhardilla con buena luz, el ordenador encendido, el azaroso estar de mis objetos
cotidianos, el móvil apagado, fuera de cobertura, y un poco de música –casi
siempre la misma- en el viejo equipo de plato de aguja. Así van apareciendo
esbozos que dan pie al estudio. También hay frustración y
desaliento cuando lo escrito no conduce a ninguna parte o se revela con los
trazos cansinos de la indigencia. Rompo mucho. Y vuelvo a la lectura, sin
mistificaciones, porque sé que es la mejor estrategia para discernir menas y
gangas.
Desearía que el lector entendiera
que en esta tarea no hay ningún escapismo ni se quiebra ninguna
filosofía solidaria. No es un factor que anule mi compromiso cívico y personal. Como ciudadano no refugio en un hábitat digital la mala conciencia. La calle
siempre es para mí poesía vertical que leo y corrijo, que me ocasiona
negaciones, derivas y rupturas, que me permite sospechar que vivimos un tiempo
de orfandad e inestabilidad social, que somos materia frágil frente al rigor y el estatismo del no sé qué.
Sin literatura este blog no tiene
sentido. Y esa meta al alcance no requiere explicaciones sino
complicidad y acercamiento. En el blog encuentro ese cuarto dispuesto del que
habla un poema del portugués Carlos Poças Falcao: “Ya nada más seré sino un
hombre: / engaño por engaño, este me sosiega”. Mientras tanto preparo una
próxima entrada.