Heterónimos
Dentro de mí conviven, abocados
a una inmensa rutina sedentaria,
el yo que pienso y otro, el que parezco.
Un pacto, que firmaran con los ojos,
les conmina
a respirarse en cierta tolerancia,
y ambos han sido absueltos
de mencionar, siquiera,
cuál fue la última causa
que les diera la vida.
Cada uno tiene ya su enclave exacto:
el yo que pienso
habita, día y noche,
la intimidad de estas cuatro paredes.
Es semejante a un niño que olvidara crecer,
y por lo mismo
nada en el mar de una sabia ignorancia.
(“Acaso sea el invierno…
es razón suficiente para explicar el cosmos “)
Y balbucea. Ríe.
Se pierde en los espejos. Gesticula.
Colecciona recuerdos como si fueran conchas
que ha enterrado el olvido.
A veces llora y viste el jersey gris
de la melancolía;
entonces toma un folio,
donde inicia el galope un sentimiento
y se hace reo de pertinaz tristeza,
hasta que traspapela la mirada
y descubre, cansado,
que afuera cae la lluvia
y mojan su perfil
unas livianas gotas de mi nube.
El que parezco
está en la calle de continuo.
Todos le conocéis
pues con todos comparte ese pan y esta sal
que, bajo el brazo, trae la vida;
las cotidianas dosis
de angustia existencial, trabajo y ruido.
Con él tropiezo,
una tarde cualquiera,
al doblar una esquina,
y tras justificarme torpemente:
"hallé la puerta abierta
y me aburría..."
me despido gozoso y luego marcho
-el paso lento, sepultadas las manos
en los amplios bolsillos del vaquero-
a ver, sin más, el mundo por mis ojos.
YO también tengo esa sensación de tener un hombre que está dentro del hombre que soy, o que muestro. Pero noto que de esta mezcla extraña ninguno de los dos saldrá ganando, aunque en tu caso por lo menos ha salido ganando la literatura.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande.
Carlos Morales
El Toro de Barro
Querido Carlos, el poema pertenece a ROTONDA CON ESTATUAS, mi primer libro, aparecido en 1990. En él hablaba de la identidad. Han pasado veinte años y los límites del yo siguen siendo difusos. Un abrazo fuerte y suerte con EL TORO DE BARRO, un proyecto editorial al que debo muchas horas de gratísima lectura.
ResponderEliminarEs estupendo. La verdad que disfruto humildemente la poesía que publicas en tu blog, José Luis. Un abrazo.
ResponderEliminarQuerido amigo, antes de responderte he estado escuchando el audio de SELINA PLACE que ilustra tu perfil; es una música profunda, hospitalaria, hecha de sonidos con los que se puede establecer un diálogo de muchas horas. Me gusta mucho la música y agradezco el descubrimiento de S. P.
ResponderEliminarPor lo demás, comentar que al hacer la selección de poemas para mi antología MAPA DE RUTA dejé fuera todos los textos del primer libro salvo éste poema. No sé si acerté. Un abrazo por dedicarme un poco de tu tiempo.
"hallé la puerta abierta
ResponderEliminary me aburría..."
¡Bravo! este poema es grandioso. Ya lo recomendé hace unos días en mi blog. Por cierto, tuve el placer de conocer Praga este año y me pareció una ciudad mágica, sobre todo desde sus puentes con la banda sonora de los músicos callejeros.
Qué hermosa coincidencia. Amanda, preparo una entrada sobre los puentes donde hablo de esa sensación de encuentro interior del Puente de Carlos. Allí estaban los músicos de jazz y abracé fuerte a Adela, mi mujer, para transmitir la felicidad que me embargaba. Un beso, Amanda y gracias por tus palabras.
Eliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=VIgpV4sAyGM
ResponderEliminarEspero que te eleve a hermosos recuerdos.
Un abrazo