Llevo algún tiempo viviendo el trabajo literario desde una soledad buscada, lejos de gremios, enjambres, colectivos de filatelia lírica y poetas de congresos. Con el ordenador y mis libros como únicas y eficientes compañías y con las termitas de la memoria habitando por dentro de mi tiempo, aplicadas en sacar a la luz un pasado lejano y fragmentario, como si las manecillas del reloj compilaran el ayer y el ahora.
Así voy componiendo la historia personal de lo vivido en Rivas y el sustrato de actividades que ha moldeado mi forma de ver las cosas.
Pocas iniciativas me han concedido la cota de ilusión que las Jornadas de Historia de Madrid, un evento anual auspiciado por el Centro de Estudios Brenan y coordinado por Elena Muñoz. Comenzaron a celebrarse en la Universidad Popular a principios de los años 90 y se prolongaron, con alguna interrupción, más de quince años, la duración es imprecisa ahora, pero no importa, esto es la huella de un recuerdo no un acta notarial.
Su coordinadora programó, con afecto y con tesón ejemplar, mi participación en numerosas convocatorias, siendo el historiador Ángel Bahamonde, el compañero más persistente. Yo debía enlazar dos campos conceptuales, historia y literatura, en torno a un tema: los musulmanes en España, los judíos, la novela histórica, la II República, la Batalla del Jarama...
Una y otra vez asistí a exposiciones de alto contenido intelectual y a un seguimiento fiel de los actos por parte de un público entusiasta y entregado, que convencía a la Concejalía de Cultura de que los actos de calidad siempre son recomendables, aunque no sean multitudinarios.
Aprendí mucho en las Jornadas y crecí como escritor y como persona gracias al apoyo personal y continuo de Elena Muñoz, verdadero aliento vital de cada convocatoria, aunque existiese el paramento institucional de la Concejalía de Cultura.
El tiempo erosiona perfiles y diluye pasos comunes, pero lo importante, aquello que es esencia de la propia identidad, se queda siempre. Por eso quiero recuperarlo en esta crónica, con la luz tenue de la melancolía, para que aquellos itinerarios compartidos no se pierdan en mapas desconocidos o fuera de circulación.
Muy grande Elena, mucho....
ResponderEliminarQuerido Fernando, sin el empeño de un puñado de nombres propios -ya lo he dicho muchas veces- Rivas sería un yermo estético, similar a muchos municipios cercanos que entienden la cultura como festividad de la patrona local.
EliminarCuando nos veamos en septiembre, lo comentaremos con más amplitud. No olvido que te debo libros y revistas. Abrazos playeros.
Abrazos desde la aldea que aún resiste la fuerza del invasor por su poción mágica de buena cultura. A ver si en unos días, yo puedo también enviarte abrazos playeros. :D
EliminarSorprendida, ilusionada y emocionada por esta entrada en tu blog.
ResponderEliminarGracias, José Luis. Fueron momentos maravillosos en los que nos enocontramos juntos ante ese auditorio ripense que seguía con fidelidad y atención esas jornadas, que vieron la luz, permíteme que ajuste fechas, en 1988.
Un beso, amigo mío.
El tiempo litoral es más anárquico y ahora mismo enciendo el ordenador y veo los comentarios: la verdad es que no hay sorpresa; soy un convicto enamorado de aquellas jornadas memorables y espero editar algún día mis ponencias porque puse en ellas un intenso trabajo personal, el mismo que los impulsores de las Jornadas ponían en cada convocatoria.
EliminarNada más injusto que su supresión. Desde Oropesa del Mar, un abrazo.
Asistí a estas Jornadas en los últimos años de su celebración, y todavía pregunto alguna vez a la mencionada coordinadora si no se van a volver a celebrar... ¡Era un placer asistir en esa semana al encuentro con la historia y la literatura desde un punto de vista, como decía Bahamonde, crítico y ajustado a la realidad!
ResponderEliminarSigo insistiendo... ¿No podrían impulsarse de nuevo, a pesar de la crisis y la inexistencia de subvenciones, jornadas como ésta?
Ignoro la voluntad de los responsables culturales de Rivas. Soy de los que creen más en la voluntad de hacer que en la financiación de cheque abierto. Me temo que es más fácil hacer cultura de baratillo que programar eventos críticos. Desde luego "no hay dinero" es la excusa perfecta, sirve para justificar supresión de derechos, recortes salariales, privatizacion de servicios y estulticia a granel... Soy pesimista, aquellas golondrinas que ponían su nido en el balcón no volverán.
EliminarUn abrazo.
Qué recuerdos tan maravillosos, José Luis!! Pocos momentos tan gratificantes como los que pasaba con Angel B. y Elena preparando las de cada año.
ResponderEliminarY un recuerdo y un abrazo virtual muy especial para Isabel Miranda, la otra impulsora de esta aventura. Cuando le propuse la idea en su "despachito" del colegio El Olivar (entonces sede de la UP)la apoyó entusiasmada.
Un fuerte abrazo y, aprovechando las fechas, Feliz Verano!!
Querido Paco, sé que prefieres un discreto fondo de escenario en las actividades públicas; pero eso no desdice tu papel primordial en iniciativas como las JORNADAS DE HISTORIA DE MADRID. Tuyos son todos los argumentos de la sensatez y por eso nunca perderás en mi recuerdo un sitio propio, grande, personal, sin titulares.
ResponderEliminarIsabel Miranda marcó una época al frente de la UP, por eso ilusionó tanto su candidatura a la alcaldía. Un abrazo.
José Luis, magníficos ejemplos de iniciativas particulares con colaboración pública. Ese es el futuro de la cultura: nacer de la libertad y la promoción de los ciudadanos, contando con un apoyo de las instituciones, que no debe pasar de facilitador de acciones y actividades.Esas "Jornadas" a las que he asistido, fueron UNA magnífica experiencia que contaron con respaldo de asistentes, que es el verdadero reflejo de su éxito.
ResponderEliminarJosé Manuel Sánchez Ribas
Comparto al cien por cien tu forma de entender la cultura y agradezco tu presencia en esos actos y en otras iniciativas culturales de nuestra localidad. Creo que el futuro pasa por el patrocinio privado, por las fundaciones y sobre todo por la voluntad de los creadores de aportar conocimientos y expriencias. Lo que no es de recibo es que se suprima todo y que Rivas pierda sus señas de identidad. Abrazos.
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