Pero quizá no haya posiciones fijas ni huecos en el espacio que envuelve a las aves sino una capacidad de enfrentarse a la gravedad, al viento, a lo evidente, a lo esperado, con un despliegue de emociones que les permite adaptarse a condiciones diferentes de todo tipo. Un ejemplo como actitud a seguir ante la vida.
La imaginación también tiende al aire y a la ingravidez. Hermoso haiku. Feliz domingo. Un abrazo.
ResponderEliminarQuerida poeta, me alegra encontrarte de nuevo en estos puentes. Espero que disfrutes de un largo verano creativo y lleno de afecto. Un gran abrazo.
EliminarTe respondería a tu aguda observación de otra especie con una sobre la nuestra:
ResponderEliminarEn nuestro vuelo
y a merced del viento
somos veletas.
Un abrazo.
Feliz verano, querido amigo. Los haikus son una conversación siempre propicia a los afectos. Un abrazo.
ResponderEliminarPero quizá no haya posiciones fijas ni huecos en el espacio que envuelve a las aves sino una capacidad de enfrentarse a la gravedad, al viento, a lo evidente, a lo esperado, con un despliegue de emociones que les permite adaptarse a condiciones diferentes de todo tipo. Un ejemplo como actitud a seguir ante la vida.
ResponderEliminarA cielo abierto siempre está libre el vuelo, querido José Manuel. Y los itinerarios están dispuestos a acoger cualquier vuelo. Un fuerte abrazo.
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