LA SILLA VACÍA
Seamos libres en cualquier momento
JACK KEROUAC
Era un hábito firme. Cada día se adentraba en el mar como si estuviese soñando. Un amanecer el sueño mar adentro se prolongó demasiado y no hubo despertar. Solo se hizo real esa silla vacía que aguarda su regreso.
Memorable texto,
ResponderEliminarSigue refrescándote ante el mar, José Luis. Un abrazo en este verano en el ya va desmoronándose -al menos por el norte de la provincia de Valladolid- el calor. Menos mal. ;)
Hoy tocaba un microcuento ante la belleza de formas de esta silla vacía. Una imagen de la actitud fiel que aguarda firme frente a la incertidumbre. Aquí las temperaturas siguen altas, hechas para el insomnio. Un gran abrazo, querido Luis Ángel, y esa gratitud de quien sabe que la escritura siempre propicia este diálogo cordial.
ResponderEliminarQué bien casan imagen y texto, José Luis. Inquietante micro, con la mar de fondo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Hola poeta. La frase de Jack Kerouac da mucho juego; propicia un incansable viaje mar adenrro.Gracias por estar, Antonio, Me escribió Luis Felipe, pero sigo en la costa y el viaje desde aquí es imposible.Habrá ocasión de vernos. Que tengáis mucho éxito en esa lectura de Candelario . Da un gran abrazo a los amigos.
ResponderEliminarComo bien dices, habrá otras ocasiones. Estarás entre nosotros. Transmitiré tus abrazos.
EliminarOtro para ti.
Será una velada llena de amistad y poesía. me la pierdo. Bien que lo siento. Ya sabes que es difícil moverse en verano, sin el lugar de siempre para proporcionarnos una buena maleta. Abrazos.
EliminarBuenos días, José Luis.
ResponderEliminarTu relato me trae esa frase de Sabina: «Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver». Tal vez encontró la felicidad lejos de esa playa.
Muchos besos :D
Ese lugar estaba esperando, deshabitado, libre, hospitalario. No hubo regreso... Un fuerte abrazo, querida amiga, y gracias por comentar este microcuento que deja una silla vacía para ti. Abrazos.
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