Las manos sedentarias |
LOS QUE ESPERAN
Llegan temprano al parque, desde
algún itinerario común y repetido. Caminan lentos, con un rumor de brisa en los
zapatos y los ojos clavados en el suelo. De vez en cuando relatan vidas
improbables, hechos que ahora parecen tangenciales y oscuros. Cuando están en
el parque nada ocurre pero son más ellos, con la vista fija en ese oficio que
tan bien conocen: esperar.
(De Cuentos diminutos)
Este texto tuuo, José Luis, me agrada especialmente. La poesía, o esta prosa poética, la considero también una forma de reflexión, de indagación...de tratar de comprender la vida que vivimos. Y sí, los ancianos se dedican a esperar, mientras que los que aún somos jóvenes nos dedicamos a hacer, a actuar. Gracias
ResponderEliminarGracias por tu interés, querida Isabel; la escritura es siempre reflexión y mirada interior. Estamos abocados a la incertidumbre diaria, a mirar con el gesto perplejo de quien no tiene respuestas. Y los que esperan son una imagen fuerte, hecha respeto y ternura. Feliz sábado.
EliminarJosé Luis. Bonito texto de temática bella sobre unas personas casi olvidadas, los mayores. Esas personas que esta sociedad quiere soslayar para que sus vivencias y consejos no sean escuchados. ¿Temen que su rescoldo inflame nuestra ira contenida?
ResponderEliminarGracias por este relato humano.
Excelente reflexión la tuya, querido Antonio. La publicidad vende juventud, vitalismo y belleza como si la senectud fuese una rémora. pero ellos son la raíz del ahora y el mejor modo de hacer de cada instante un canto elegíaco. Gracias por tu cercanía.
EliminarEsas manos sedentarias que en algun momento estuvieron llenas de vida, como lo está tu preciosa reflexión que, nosotros los jubilados, empezamos a comprender mejor que los que estáis en activo. Abrazos.
ResponderEliminarDentro de poco, querido Hilario, yo también seré población pasiva... Pero es un privilegio engrosar esa nómina de los que esperan porque sé que es un tiempo nuevo lleno de itinerarios por descubrir. Abrazos grandes, poeta.
EliminarEsa figura inolvidable que tan bien inmortalizas en tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ternura y respeto; es la caligrafía del afecto la que dicta este pequeño cuento, esa mirada limpia sobre los que esperan. Abrazos fuertes, Rafael.
Eliminar¡Qué entrañable tu espera.
ResponderEliminarMe has emocionado con esa dosis de poética realidad con la que la has rodeado.
Un abrazo.
Respeto mucho a los mayores, Tracy, me queda poquito para ocupar sitio en su espera, así que para ellos solo tengo palabras de ternura, el afecto firme de quien sabe que han dejado detrás un rastro de vida por el que nosotros caminamos a diario. Mil gracias por tus palabras y por tu continuo estar en estos puentes. Besos, Tracy.
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