Qué lectura más positiva haces de ese exilio interior que el tiempo guarda para cada identidad. Un abrazo agradecido y la esperanza de que nos veamos pronto en Madrid. Gracias por tu cariño, María.
Huir, extraño verbo, nunca se deja de practicar. Lo hacemos hasta de nosotros mismos. Feliz jueves, José Luis. Besos desde el sur que en nada se hará norte.
Qué alegría me proporciona tu comentario, querida Loli, sé que no tardaremos en vernos y tengo una gran curiosidad porque me cuentes ese largo viaje al otro lado del océano... Ya es hora de recuperar intimidad y afecto, ficciones y poesía. feliz jornada.
Tal vez porque la huida acaba siempre en el regreso al yo, querida amiga, como si fuese un itinerario más que debemos recorrer hasta la luz. Un gran abrazo.
Buscar otras geografías más habitables es casi una propuesta diaria de la identidad, Sandra, como si fuese una estrategia del superviviente. Así que solo queda escapar hacia ninguna parte, pero con tu amistad y un libro de poesía bajo el brazo. Feliz jornada, poeta.
Los argumentos del poema van emergiendo autónomos y convincentes y solo queda dar forma a su hilo umbilical, querido J Carlos, como aquella madeja de Ariadna que nos alejaba del laberinto. Feliz tarde.
Siempre se regresa a los afectos. Es el único lugar del que nos es imposible estar lejos. Un abrazo, José Luis. Me encantan los "Cuentos diminutos".
ResponderEliminarQué lectura más positiva haces de ese exilio interior que el tiempo guarda para cada identidad. Un abrazo agradecido y la esperanza de que nos veamos pronto en Madrid. Gracias por tu cariño, María.
EliminarHuir, extraño verbo, nunca se deja de practicar. Lo hacemos hasta de nosotros mismos.
ResponderEliminarFeliz jueves, José Luis. Besos desde el sur que en nada se hará norte.
Qué alegría me proporciona tu comentario, querida Loli, sé que no tardaremos en vernos y tengo una gran curiosidad porque me cuentes ese largo viaje al otro lado del océano... Ya es hora de recuperar intimidad y afecto, ficciones y poesía. feliz jornada.
EliminarA veces es difícil saber de qué se huye.
ResponderEliminarTal vez porque la huida acaba siempre en el regreso al yo, querida amiga, como si fuese un itinerario más que debemos recorrer hasta la luz. Un gran abrazo.
EliminarMira, yo hoy también quería huir José Luis. Cierto que muchas veces no sabemos de qué; pero otras, lo tenemos tan claro...
ResponderEliminar:)
Buscar otras geografías más habitables es casi una propuesta diaria de la identidad, Sandra, como si fuese una estrategia del superviviente. Así que solo queda escapar hacia ninguna parte, pero con tu amistad y un libro de poesía bajo el brazo. Feliz jornada, poeta.
EliminarUn motivo para huir ...
ResponderEliminarLa huida del pasado emerge la personalidad.
Si han invadido lo nuestro
Para que regresar.
Los argumentos del poema van emergiendo autónomos y convincentes y solo queda dar forma a su hilo umbilical, querido J Carlos, como aquella madeja de Ariadna que nos alejaba del laberinto. Feliz tarde.
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