Jorge Luis Borges Fotografía: WordPress.com |
EL BIÓGRAFO DE BORGES
Labró durante diez años una
biografía minuciosa de Jorge Luis Borges. Se encerró en la buhardilla, ahuyentó compromisos, afectos frugales y consultó, enfebrecido, las obras completas, los ensayos monográficos y esos panegíricos circunstanciales de la exitosa carrera. Tras la
enésima corrección de pruebas, la obra amaneció. Fue feliz y nunca más pensó en aquel norte biográfico que había acabado con su matrimonio.
Aquel libro era un claro ejemplo de dedicación crítica. Solo tenía una errata, una paradoja casual. Confundió fechas; anticipó
la muerte en Ginebra ochenta y siete años antes del nacimiento en Buenos Aires.
Un lapsus ligero, inquietante, lesivo, que no hubiese disgustado al mismo Borges.
(De Cuentos diminutos)
Una errata oportuna
ResponderEliminarpuede mejorar mucho una obra literaria.
Hay una leyenda, no sé si será verdad, de que un verso cenital de la poesía española ("Si pierdo la memoria, qué pureza") se debió a una errata, pues el poema originario decía "pereza" en vez de "pureza". Yo no me lo creo mucho, pero... "se non è vero, è ben trovato".
Sandra Suárez
Así sucede con muchos versos que nacen de la intuición o de un enlace insólito; por tanto, la anécdota es perfectamente posible. Gran abrazo, Sandra, y un regalo tus visitas a estos puentes de papel.
EliminarYa te conocía el cuento y me sigue encantando. Ciertamente inquietante la errata, tanto como ver la inscripción de nuestro nombre en una tumba. Me encanta.
ResponderEliminarFeliz semana querido José Luis!
Sí, querida Sandra, ese libro de cuentos mínimos es un trabajo antiguo que se eterniza en mi escritorio y que no acaba de hallar salida, arrinconado por la fuerza de otros géneros. Va caminando poco a poco, con la certeza de que los cuentos nacen sin forzar, con el ritmo lento de la raíz. Un fuerte abrazo.
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