lunes, 1 de noviembre de 2021

GREGORIO MUELAS, HERBERTO DE SYSMO. LA SOLEDAD ENCENDIDA

La soledad encendida
Gregorio Muelas, Heberto de Sysmo
Traducción al alemán de Petra Dindinger
Prólogo de Ricardo Virtanen
Editorial Ultramarina, Colección Bilingüe Mar
Sevilla, 2021  

 SUSURROS CON LUZ 

   El haiku, como estrategia expresiva plenamente incorporada al cauce lírico actual, mantiene un recorrido vivencial que aglutina aportaciones intergeneracionales en envidiable convivencia. De inmediato vienen a la memoria nombres como José Corredor Matheos, Luis Alberto de Cuenca, Jesús Munárriz, Susana Benet, José Cereijo, Verónica Aranda o el propio Ricardo Virtanen, quien se encarga de firmar las líneas de apertura de La soledad encendida. En el introito se subraya la fertilidad de la estrofa y las variables asumidas en el esquema versal por el ideario estético de cada autor. Si es continua presencia el magisterio del canon japonés, no es menos cierto que la tarea poética es, en sí misma, reelaboración y búsqueda, diálogo del taller de autor con un entorno mudable que exige definición, postura y compromiso.
   Esta segunda edición de La soledad encendida, tras una primera amanecida casi artesanal en 2015, añade el formato bilingüe y transporta los 142 haikus integrados al espacio lingüístico alemán de la mano de la traductora Petra Dindinger. Mantiene sin embargo el empeño de suma innominada de los textos de Gregorio Muelas y Heberto de Sysmo, dos perfiles literarios muy conocidos por su excelente labor al frente de la revista Crátera y por alentar periplos creadores polivalentes que recorren casi todos los géneros. Ambas singularidades crean un espacio de intersección que no permite dilucidar cada voz sino el tono dual de los textos.
   La educación formativa y sentimental de la tradición otorga al haiku un ambiente natural. Es un camino hacia la interioridad del yo consciente. Fija un instante perceptivo y anula, casi al completo, la presencia del ego activo y su clima interior. Difunde susurros con luz. Pero ya se ha dicho que esas cualidades originarias han forzado nuevas rutas, tanto en la semántica de la estrofa como en la experiencia del lenguaje. Aunque desde el amanecer del libro es perceptible la carga lírica que integra el aserto La soledad encendida el acervo cultural y algunas ambientaciones oníricas sirven de espacio expansivo a las posibilidades del haiku tradicional, más directo y esencial en su escritura, como búsqueda de equilibrio entre cuerpo y alma.
   Muchos haikus tienen como germen la contemplación: “Se quedan solos / los nidos de cigüeñas / del campanario”, “Cruza el paisaje / la sombra de una nube / se escucha el agua”,  “En la hoja seca / resplandece la baba / de un caracol”. Los poemas dan voz a un estar meditativo que busca también ser parte del entorno y que reivindica con su palabra la plenitud celebratoria de sus elementos: “La luna tiembla / en el lecho del río / aire de cierzo”.
   De cuando en cuando se rompe el esquema 5 / 7 / 5 con variables poéticas: dos heptasílabos y un pentasílabo, o se incluyen otras medidas silábicas diseminadas en los versos que no siempre preservan la musicalidad que duerme en el haiku habitual: “Rumor de aves. / Deshielan los pétalos / de las flores en escarcha”; “Algo trepa / por el tronco del ciprés, / su copa se inclina”, “primeras nieves / un cazador sigue despacio / las pisadas de un oso”.
   El oficio poético es despertar del matiz, tiende a evitar un único molde conformador. Así nacen haikus enunciativos y otros más reflexivos que dan vuelo a una realidad transcendida para objetivar una sensación pasajera, las huellas de un tiempo transitorio cuya estela se borra de inmediato, como un sobrio paso a la deriva. Gregorio Muelas y Heberto de Sysmo, “en perfecta simbiosis”, como escribe Carlos Alcorta, nos dejan en La soledad encendida, desde la contención y delgadez del haiku, instantáneas al paso con esa síntesis inesperada de fugacidad y permanencia: “Aún destila / la rosa su perfume / entre las páginas”.  Su hermosa lucidez creativa abre un camino espiritual, sostiene la palabra ante una realidad sin fondo, expansiva y perceptible, que hace de la mirada interior un íntimo suceso, una brisa fresca que enciende lo inefable.

JOSÉ LUIS MORANTE

    

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.