Figuraciones Archivo internet |
GRAVA SUELTA
Con quien no esté un poco cansado de todo
no vale la pena dialogar
NICOLÁS GÓMEZ DÁVILA
Imagen interior que no se desvanece: las pupilas de mi
padre guardaban dentro un sol apagado, una noche en continuo titubeo.
Hace unos años escribí este aforismo: “No están fuera ni
dentro. No están”. Y estos días lo recordé por su precisa manera de definir
esas presencias que guardan detrás de su sonrisa una extraña distancia. Nunca
sé si son cercanía o lugar lejano, periferia o centro, calle asfaltada o grava suelta.
La senda diaria es una búsqueda del no lugar. Hay que ser paciente; el sitio asignado aparece siempre.
Hay fotografías que no concuerdan con el personaje real; como si sus rasgos ocultaran trazos deshabitados.
Escenarios visuales donde pueblan aceras los
zapatos gastados de mi soledad... Son marcos urbanos que comparten la
melancolía del paseante. Son sitios que hay que merecer; y son muchos los pasos
transitorios que carecen de entidad para perdurar; aunque yo sea un optimista y
vea espejismos en los encuentros.
No se requiere ninguna clarividencia para saber que
la madurez reblandece cualquier avidez sexual, pero concede máxima
solidez a la ternura.
Esa disparidad en la percepción del otro es una escuela
abierta. Hoy aprendí que hay gente que percibe en una pregunta inocua un golpe
que deja en coma. Insólito y clarificador para mañana: no hay más preguntas.
Personifica un dato empírico: no todos tenemos el cerebro en la cabeza.
Fauna doméstica; gente que entiende la amistad como
echar migas de pan a las carpas y barbos
del Retiro.
Hay sueños afásicos.
Me gusta vagabundear por mis trochas interiores.
(En el camino)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.