Puertas al campo Fotografía de Adela Sánchez Santana |
CONSIDERACIONES DE ANTÓLOGO
En el amplio fresco del aforismo actual las teselas irregulares no encajan. Sólo quieren hacerse sitio a codazos.
Cuánto ruido algunos ausentes. Como esos turistas desbocados que viajan a París y consumen su itinerario buscando el Taj Mahal.
He leído muchos libros de aforismos, pero como crítico sólo sé hablar desde la admiración y el valioso aprendizaje.
En el umbral de la senectud -sombras oculares, abdomen caído, calvicie o escasez de piezas dentales- en cualquier proyecto literario se desborda el entusiasmo juvenil.
Con algunos críticos, la estridencia de la desilusión: no pueden comentar un ensayo en cuyas páginas no estén en primer plano. Les dejo a solas, subiendo por la pendiente de su egolatría, mientras poco a poco crece la lista de los que no están.
La aversión de quienes no soportan la infamia de escribir un buen libro, aunque distinto del que hubieran escrito ellos.
Analiza el músculo bibliográfico adjunto para detectar los títulos que faltan; me exige una biblioteca personal infinita.
(Notas del diario)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.