Con mis hijas |
Fragmento de un balance...
Decidido a buscar
ese lugar distinto a cualquier otro,
me extasiaron los viajes y los trenes.
El privilegio de la paternidad
me concedió dos hijas;
nunca tuve
un patrimonio igual.
Durante algunos años
cobró cierta entidad mi ideología,
una red de verdades transitorias
que la experiencia fue tergiversando.
Hoy salgo a respirar. No pido mucho:
convivir entre libros y objetos familiares,
amoldar el sosiego del jardín
-igual que hiciera Cándido-,
un drenaje que filtre
las aguas estancadas
y espiar los ocasos
con la escueta esperanza
de un porvenir que llegue
cualquier día.
(Ninguna parte, La Isla de Siltolá, Sevilla, 2013)
Cómo me gusta tu poesía y qué bien has descrito el devenir de la vida. He estado ausente unos días: mi ordenador, al igual que el final de tu poesía, le ha llegado ese porvenir que anunciabas, he tenido que esperar al fin de semana para usar el ordenador de mi hijo. En fin, a vaca flacas todo son pulgas pero soy un hombre paciente y todo llegará -estoy intentando salvar un ordenador que me han regalado - tiene varios virus- así que entre unas cosas y otras la vida va pasando. Ah tus hijas guapísimas y a ti se te ve muy orgulloso, me alegro. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarQué alegría encontrar tu voz en este blog que se ha acostumbrado a tus palabras cálidas. A ver si hay suerte con el ordenador y consigues recuperarlo. Un buen antivirus y una limpieza hacen milagros. Ha sido un mes sombrío en el que nos han dejado cuatro poetas. Era el momento de abrir la ventana y dejar que entrase la luz de los afectos. Mis hijas son lo mejor que tengo, creo que compartes ese sentimiento de quien es padre. Gracias por tu presencia, amigo, y un abrazo.
EliminarJosé Luis, me encantó este trocito íntimo de tu vida dejado aquí en estos versos y una foto.
ResponderEliminarY qué bien expresados los deseos de una tranquila madurez en la segunda estrofa, y la metáfora del "filtro que drene las aguas estancadas y espíe los ocasos con esperanza"...
Un abrazo.
Fanny, eres uno de esos regalos de internet que hacen más habitable lo diario. Qué decir... Gracias, una vez más; hoy puse un poco de abril en las sombras de enero.
EliminarHermosa foto con tus hijas, eres un privilegiado, te agradezco que compartas esa felicidad de ser padre, algo que a muchos no nos ha sido concedido. Tenemos otros hijos, los poemas, pero no son nada comparados con esta inefable creación que hoy nos muestras. Enhorabuena y un abrazo.
ResponderEliminarQuerida María, el tiempo va dejando erosiones en cada uno de nosotros y por eso es necesario de cuando en cuando que nos conforten la emoción y el sentimiento... También yo vi tu fotografía familiar y sentí ese calor lleno de vida de la alegría. Un abrazo y muchas gracias, poeta.
EliminarUna vez más, suscribo verso a verso este "fragmento de inventario..., digo, de balance." Hasta en eso de las dos hijas.
ResponderEliminarAbrazo cómplice.
Buenas tardes de sábado, querido Antonio, los años años y las hijas crecen, y en ese balance inventario del discurrir nos queda la certeza de que ellas seguirán nuestra senda y buscarán el sosiego que nosotros buscamos Mi gratitud por tu continuo ánimo.
EliminarBuen balance, te felicito. Un abrazo.
ResponderEliminarEres muy amable, María José, ya sabes que los años nos van dejando descubrimientos y derrotas entre los dedos. Y es más gratificante mirar la luz que bucear entre las sombras. Feliz fin de semana.
EliminarNo pides mucho, dices... Y, además, respirar. Y escribir textos como ese.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Siempre encuentro en tus comentarios ese aliento feliz del hombro con hombro; es verdad que no pido mucho: encontrar en este blog ese puente de papel que hable de afectos y literatura. Abrazos.
EliminarQué hermoso..."espiar los ocasos", a veces me pregunto cómo haces para encontrar las palabras. Comentaría más acerca de tus versos pero no puedo quitarme de la cabeza algo: nunca me dijiste que tenías dos hijas tan guapas. Son una belleza, y como supongo que no será esto lo que hace que estés orgulloso de ellas y como sé que lo estás, tengo que decirte que has tenido una suerte increíble. O tal vez la cosa tenga que ver con la genética. Me alegra entrar en tu rincón, me trae recuerdos de cómo empecé a conocer el mágico mundo de la poesía y las palabras, mundo que sigo descubriendo. Un abrazo.
ResponderEliminarQuerida Amanda, tú sabes mucho de belleza. Eres preciosa, así que no te voy a quitar la razón sobre tu amabilidad al juzgar a mis hijas. Creo recordar que hemos hablado de ellas alguna vez, de su dedicación a los libros y de su vocación viajera. Todos cuidamos siempre el patrimonio afectivo, que es incomparablemente más rico que lo material contingente. Un abrazo y aguardamos tu regreso; seguro que tienes mucho que contar.
EliminarBuen balance: ser padre y vivir en el sosiego de las pequeñas cosas, siempre las más hermosas. Y además respirar y ayudarnos a otros a respirar con tus versos y escritos. Gracias, y abrazos.
ResponderEliminarQue disfrutes, querido amigo, de ese itinerario por el sur; tus fotografías son muy hermosas y tienen para mí el poder de recuperar unas vivencias que el tiempo no se llevará nunca. Seguimos a la espera de nuestro trabajo común sobre Julio Mariscal. No hay olvido, hay paciencia ilusionada. Abrazos.
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