Soy un confidente habitual de la marea baja. Me gusta mirar el vaivén de las olas, oír su rumoroso estar. Los versos explican esa sensación. Un abrazo cordial, Susana, lleno de azules.
Tú también, querido Luis Ángel, que repongas fuerzas para el regreso. Somos el tiempo que nos queda entre las manos, esos posos de ilusión y melancolía que nos definen. Un abrazo.
Querida Belén, hay paisajes que forman parte de nuestro tejido sentimental. Que no son geografía sino vivencias llenas de luz. Y por eso son inmunes al paso del tiempo. Un abrazo lleno de afecto. Gracias de corazón.
Es cierto. El mar hipnotiza y arrastra recuerdos. Bello haiku. Besos,
ResponderEliminarSoy un confidente habitual de la marea baja. Me gusta mirar el vaivén de las olas, oír su rumoroso estar. Los versos explican esa sensación. Un abrazo cordial, Susana, lleno de azules.
EliminarEl primer mar nos puebla la memoria para siempre, querido José Luis. Que sigas disfrutando de sus aguas y de su aliento.
ResponderEliminarTú también, querido Luis Ángel, que repongas fuerzas para el regreso. Somos el tiempo que nos queda entre las manos, esos posos de ilusión y melancolía que nos definen. Un abrazo.
EliminarNo puedo olvidar el primer mar. De hecho inunda de lágrimas mi corazón. Gracias por llamarlo así. Es necesario.
ResponderEliminarQuerida Belén, hay paisajes que forman parte de nuestro tejido sentimental. Que no son geografía sino vivencias llenas de luz. Y por eso son inmunes al paso del tiempo. Un abrazo lleno de afecto. Gracias de corazón.
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