Tinta china Hilario Barrero Cuaderno de Salima Cylea Ediciones Carbonero el Mayor, Segovia, 2014 |
HAIKUS DE TINTA CHINA
La biografía intelectual de Hilario Barrero
(Toledo,1946) integra el trabajo docente, primero en la
Universidad de Princeton y más tarde en la de Nueva York, y un
quehacer creador que aglutina poesía, cuentos, traducciones y media
docena de diarios. Añade ahora Tinta
china, una compilación de haikus editada con ilustraciones
realizadas por el propio poeta. Quede para otro momento insistir en la confortable
situación del haiku en la lírica hispana; la estrofa japonesa es material
poético habitual y las variaciones y matices del
formato solo se determinan por el ideario concreto de cada voz.
Hilario Barrero comienza con una poética: “Que el verso sea / como una
doble llave/ abriendo heridas”; son palabras que acogen un propósito
comunicativo y trazan en su diálogo con el lector sensaciones de intimismo
y apertura. En los veneros argumentales, el tiempo y su transcurso
constituyen un motivo central del que da cuenta el grupo de poemas del inicio: cada
mes del calendario se define con una idea breve, postula un acercamiento en el que las palabras son testimonios sensoriales de la cronología estacional. Así amanece abril en la retina: “La niebla espesa / a los ojos del puente / ojeras pone “ Otro apartado, “Aroma de eucalipto”, eco cercano del poeta Andrés Neuman, enuncia una sección en la que cada haiku refleja autonomía; los tres versos de cada poema definen un interés resumido en la semántica del título. Cada haiku sirve de acogida al fragmento de una realidad matérica que desperdiga indicios en el tránsito diario. También se abordan ideas conceptuales, sensaciones y sentimientos que establecen puentes relacionales entre el acontecer existencial y las cosas. El apartado que da título a este breve libro, “Tinta china” recorre pasos de una temática similar a la de “Aroma de eucalipto”; otra vez la lectura de lo diverso aflora en el breve esquema para definir latidos vivenciales. Leves trazos reflexionan sobre instantes temporales- la amanecida, la noche, la madrugada…-, lugares de paso –el gimnasio, las calles de la ciudad, un rincón urbano…- o cualquiera de los estímulos que demandan la atención del verso. Los haikus del último apartado, “Santoral ateo”, se construyen desde referentes culturales, aunque en algunos casos pertenecen al itinerario biográfico del escritor y sus claves se desvelan en las dedicatorias finales. Hilario Barrero deja en Tinta china casi un centón de haikus. La estrofa exige siempre lucidez, precisión verbal y ese deslumbramiento que convierte al verso en un relámpago, en una caligrafía de luz dormida en el suelo mojado del poema: “Sobre el papel / llueve sobre mojado / el último haiku “.
Muy buena lectura y reseña de los haikus de nuestro común amigo Hilario Barrero, excelente escritor y mejor persona. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí es Jesús, Hilario Barrero es un excelente escritor que ahora nos deja la levedad del haiku entre los dedos. Un fuerte abrazo y muchas gracias por tus palabras, siempre cordiales.
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