Así es, Antonio, son días de familia y mesa llena, y ellos -los que no están- hablan con la melancolía de quien no puede volver... Gracias por tus palabras y siempre una alegría percibir esa afinidad continua en la manera de ver las cosas. Felices fiestas.
Los túneles son lugares que parecen preservar un discurso oculto. Su silencio sobrecoge, como esa decisión melancólica de apagar la luz. Un fuerte abrazo querido amigo y la esperanza de continuar haciendo de la escritura un espacio abierto al pensar sosegado.
Disculpa que apostille. Siempre me he sentido fascinado por los túneles: mi relación con el ferrocarril cuando era pequeño, acaso, o los que la naturaleza abriga en su seno, Ojo Guareña, o el labrado por los hombres, Tiermes...Pero mi sobrecogimiento no fue nunca miedoso...otra cosa es la antítesis en sí misma: ese túnel tapiado...¡un túnel no puede ni debe ser tapiado jamás, qué horror! Entonces ya no es túnel.
En Arcos de la Frontera, donde ejercí como maestro a comienzo de los años ochenta, existía otro largo túnel que se abría paso en sombra hacia la zona de la Molinera; también lo clausuraron para sembrar espárragos. La sensación de esa puerta tapiada encoge el ánimo. Cada uno de nosotros mira con percepción renovada. Un abrazo.
Yo procuro relatar anécdotas: es útil y generoso: es un homenaje a los que no están: carecen del sentido de drama y vivifican a los seres que no podrán ser. Un abrazo.
En el recuerdo no hay sentido del drama en absoluto; mirar el tiempo desde el silencio no es cultivar la falacia patética, es buscar en la memoria otras voces, otros ámbitos, el tacto de otras manos... Un gran abrazo.
Sí, María José, compartimos con ellos un largo trecho y sus huellas están ahí, marcando la arena común... Mientras estén en nosotros su voz perdura. Un gran abrazo y feliz navidad.
Para algunos amigos que aman las fotografías tanto como yo, aclaro aquí que la sobria contundencia de la imagen no me pertenece. Está tomada del baúl diligente de internet, y no tenía ningún nombre de autor que, naturalmente, habría citado de inmediato.
Hola querido amigo, ya cuento -como hacen los niños con los Reyes Magos- los días madrileños que nos permitirán intercambiar libros y afectos. Tras el viaje ártico a la navidad abulense, nos queda pasar algunos días en la playa. Antes, ultimo algunas reseñas y traigo a la memoria a los que no están. Un fuerte abrazo, de nuevo, y mis mejores deseos navideños.
Con tu permiso, José Luis. Creo que encaja en el desarrollo de lo comentado:
Brindo por los ausentes, por los que ya han partido, por los que nos mostraron el camino a seguir. Brindo por su memoria, por el tiempo cumplido a su lado, por cuanto supieron construir.
Brindo por su alegría y por su testimonio, por su ejemplo preclaro y por su abnegación. Y por el intangible e inmenso patrimonio que nos dieron en vida con su vida y tesón.
Brindo por su optimismo y por sus buenas obras, por su fidelidad y por su sencillez, por su afán y su calma en tiempos de zozobras, por mostrarnos la senda que marca la honradez.
Brindo por los ausentes que están a nuestro lado, por cuanto les debemos, por cuanto nos han dado.
Saludos, poeta, y disfruta de este tiempo vacacional que permite prolongar el sueño de la literatura. Un gran abrazo y mis mejores deseos siempre renovados de cercanía y luz.
Buenos días José Luis. Es cierto que el túnel parece apagar por un momento la luz, la vida... Interesante haiku. Confieso que me pasa como a Fackel: no puedo ver un túnel cerrado... Para hacerlo revivir al túnel, te envío este otro haiku: La carbonilla del túnel de la vida ciega mis ojos.
Un haiku resuelto con precisión y brillantez. Lo que constata el asentamiento definitivo de la estrofa en nuestra tradición literaria. Es verdad que con otra mirada, lejos del intimismo temporalista oriental. Un gran abrazo y una alegría percibir tu voz cerquita.
Gracias por tus palabras, José Luis. Es verdad que comienza a haber una tendencia importante utilizando el haiku como forma lírica de expresión. Y también es cierto que resulta difícil seguir los moldes intimistas, relacionados con la naturaleza, de los maestros orientales (y menos con un túnel de por medio -se hace lo que se puede-) Un abrazo.
Suerte con la antología de poetas jóvenes; la mía está en la imprenta y verá la luz en la amanecida de 2016. Hacer una nómina cerrada del paisaje poético actual siempre tiene mucho de juego de manos... Lo dicho, un placer este diálogo digital que deja entre las manos el té con menta de la buena literatura. feliz jornada. Lástima de la lluvia por venir...
Muchas gracias por los ánimos, José Luis. Es una tarea ardua, pero gratificante -llevo todas las vacaciones trabajando en ella...- . Cuando salga te enviaré un ejemplar. Aparece Sandra Sánchez, una de tus "visitantes" asiduas en el blog. Ya nos contarás cuándo sale a la luz la tuya, para leerla. Un abrazo
Huy pues si es de poetas jóvenes... no sé yo qué hago ahí,pues los dos conceptos me quedan lejanos cada uno por un lado. Aun así me hace muchísima ilusión!! ayyy!! Gracias a los dos José Luises! es muy gratificante para mí aprender con ambos cada día. Feliz Año! Sandra.
El gran Ángel González, con su habitual ironía dejó a los poetas de cuarenta años en los umbrales de la geriatría... Pero hay un momento en que la edad deja de ser importante para ser solo una contingencia del calendario. Cada curso suelo empezar mis clases de Historia con una breve presentación personal que empieza con esta frase: "Nací en la Prehistoria... " Y hay alumnos que piensan que es una afirmación notarial y lo escriben con ánimo tranquilo con los bics recién estrenados... Un beso grande, Sandra, por tanta compañía.
Están todavía porque sus rasgos, sus gestos y su voz perduran en los pliegues de nuestra memoria. Un gran abrazo y una vez más mi gratitud por tu ánimo continuo; por tu generosidad.
Es un símbolo atinado del tiempo que nos toca vivir, un tiempo hecho de sombras y espejismos, un tiempo indefinido en el que no sabemos quién vuelve o quién se marcha. Pero no hay que perder el optimismo ni la memoria... Son señas de identidad definitorias. Un abrazo y gracias por tu lectura.
Afinado haiku, José Luis. Y cómo se notan esas ausencias en estas fiestas...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Así es, Antonio, son días de familia y mesa llena, y ellos -los que no están- hablan con la melancolía de quien no puede volver... Gracias por tus palabras y siempre una alegría percibir esa afinidad continua en la manera de ver las cosas. Felices fiestas.
EliminarLa imagen sobrecoge.
EliminarLos túneles son lugares que parecen preservar un discurso oculto. Su silencio sobrecoge, como esa decisión melancólica de apagar la luz. Un fuerte abrazo querido amigo y la esperanza de continuar haciendo de la escritura un espacio abierto al pensar sosegado.
EliminarDisculpa que apostille. Siempre me he sentido fascinado por los túneles: mi relación con el ferrocarril cuando era pequeño, acaso, o los que la naturaleza abriga en su seno, Ojo Guareña, o el labrado por los hombres, Tiermes...Pero mi sobrecogimiento no fue nunca miedoso...otra cosa es la antítesis en sí misma: ese túnel tapiado...¡un túnel no puede ni debe ser tapiado jamás, qué horror! Entonces ya no es túnel.
EliminarEn Arcos de la Frontera, donde ejercí como maestro a comienzo de los años ochenta, existía otro largo túnel que se abría paso en sombra hacia la zona de la Molinera; también lo clausuraron para sembrar espárragos. La sensación de esa puerta tapiada encoge el ánimo. Cada uno de nosotros mira con percepción renovada. Un abrazo.
EliminarYo procuro relatar anécdotas: es útil y generoso: es un homenaje a los que no están: carecen del sentido de drama y vivifican a los seres que no podrán ser. Un abrazo.
ResponderEliminarEn el recuerdo no hay sentido del drama en absoluto; mirar el tiempo desde el silencio no es cultivar la falacia patética, es buscar en la memoria otras voces, otros ámbitos, el tacto de otras manos... Un gran abrazo.
EliminarBien expresado, José Luis. Los ausentes retornan al nombrarlos, al menos lo hacen en el recuerdo. Un abrazo.
ResponderEliminarSí, María José, compartimos con ellos un largo trecho y sus huellas están ahí, marcando la arena común... Mientras estén en nosotros su voz perdura. Un gran abrazo y feliz navidad.
EliminarPara algunos amigos que aman las fotografías tanto como yo, aclaro aquí que la sobria contundencia de la imagen no me pertenece. Está tomada del baúl diligente de internet, y no tenía ningún nombre de autor que, naturalmente, habría citado de inmediato.
ResponderEliminarEn estos dias, gracias a tu haiku, los que no están, están. Cuando se cierra un tunel se abre una tumba. Feliz 2016, amigo José Luis.
ResponderEliminarHola querido amigo, ya cuento -como hacen los niños con los Reyes Magos- los días madrileños que nos permitirán intercambiar libros y afectos. Tras el viaje ártico a la navidad abulense, nos queda pasar algunos días en la playa. Antes, ultimo algunas reseñas y traigo a la memoria a los que no están. Un fuerte abrazo, de nuevo, y mis mejores deseos navideños.
EliminarCon tu permiso, José Luis. Creo que encaja en el desarrollo de lo comentado:
ResponderEliminarBrindo por los ausentes, por los que ya han partido,
por los que nos mostraron el camino a seguir.
Brindo por su memoria, por el tiempo cumplido
a su lado, por cuanto supieron construir.
Brindo por su alegría y por su testimonio,
por su ejemplo preclaro y por su abnegación.
Y por el intangible e inmenso patrimonio
que nos dieron en vida con su vida y tesón.
Brindo por su optimismo y por sus buenas obras,
por su fidelidad y por su sencillez,
por su afán y su calma en tiempos de zozobras,
por mostrarnos la senda que marca la honradez.
Brindo por los ausentes que están a nuestro lado,
por cuanto les debemos, por cuanto nos han dado.
Un abrazo,
Gracias por el regalo, querido Antonio; encaja perfectamente en estos puentes tu invitación a la memoria. Un gran abrazo
EliminarEspero encontrarme al final de ese túnel con muchos seres queridos José Luis. Hermoso haiku!
ResponderEliminarSaludos y buen comienzo de semana!
Sandra.
Saludos, poeta, y disfruta de este tiempo vacacional que permite prolongar el sueño de la literatura. Un gran abrazo y mis mejores deseos siempre renovados de cercanía y luz.
EliminarBuenos días José Luis. Es cierto que el túnel parece apagar por un momento la luz, la vida... Interesante haiku. Confieso que me pasa como a Fackel: no puedo ver un túnel cerrado...
ResponderEliminarPara hacerlo revivir al túnel, te envío este otro haiku:
La carbonilla
del túnel de la vida
ciega mis ojos.
Un haiku resuelto con precisión y brillantez. Lo que constata el asentamiento definitivo de la estrofa en nuestra tradición literaria. Es verdad que con otra mirada, lejos del intimismo temporalista oriental. Un gran abrazo y una alegría percibir tu voz cerquita.
EliminarGracias por tus palabras, José Luis. Es verdad que comienza a haber una tendencia importante utilizando el haiku como forma lírica de expresión. Y también es cierto que resulta difícil seguir los moldes intimistas, relacionados con la naturaleza, de los maestros orientales (y menos con un túnel de por medio -se hace lo que se puede-) Un abrazo.
ResponderEliminarSuerte con la antología de poetas jóvenes; la mía está en la imprenta y verá la luz en la amanecida de 2016. Hacer una nómina cerrada del paisaje poético actual siempre tiene mucho de juego de manos... Lo dicho, un placer este diálogo digital que deja entre las manos el té con menta de la buena literatura. feliz jornada. Lástima de la lluvia por venir...
EliminarMuchas gracias por los ánimos, José Luis. Es una tarea ardua, pero gratificante -llevo todas las vacaciones trabajando en ella...- . Cuando salga te enviaré un ejemplar. Aparece Sandra Sánchez, una de tus "visitantes" asiduas en el blog. Ya nos contarás cuándo sale a la luz la tuya, para leerla. Un abrazo
EliminarHuy pues si es de poetas jóvenes... no sé yo qué hago ahí,pues los dos conceptos me quedan lejanos cada uno por un lado.
EliminarAun así me hace muchísima ilusión!! ayyy!!
Gracias a los dos José Luises! es muy gratificante para mí aprender con ambos cada día.
Feliz Año!
Sandra.
El gran Ángel González, con su habitual ironía dejó a los poetas de cuarenta años en los umbrales de la geriatría... Pero hay un momento en que la edad deja de ser importante para ser solo una contingencia del calendario. Cada curso suelo empezar mis clases de Historia con una breve presentación personal que empieza con esta frase: "Nací en la Prehistoria... " Y hay alumnos que piensan que es una afirmación notarial y lo escriben con ánimo tranquilo con los bics recién estrenados... Un beso grande, Sandra, por tanta compañía.
EliminarHermoso haiku José Luis. Brindemos por los que no están que se haga más soportable los largos túneles de temerosa luz.Un abrazo
ResponderEliminarEstán todavía porque sus rasgos, sus gestos y su voz perduran en los pliegues de nuestra memoria. Un gran abrazo y una vez más mi gratitud por tu ánimo continuo; por tu generosidad.
EliminarUn túnel y no tengo claro a veces si entramos o salimos del mismo. Y la puerta tapiada, angustia. No deja entrar, pero tampoco salir.
ResponderEliminarEs un símbolo atinado del tiempo que nos toca vivir, un tiempo hecho de sombras y espejismos, un tiempo indefinido en el que no sabemos quién vuelve o quién se marcha. Pero no hay que perder el optimismo ni la memoria... Son señas de identidad definitorias. Un abrazo y gracias por tu lectura.
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