Luz débil Fotografía de Archivo |
APARICIONES
Como si necesitase propagar las nociones del miedo, su
desastrada imagen regresa de improviso. Recuerda un destello diluido que va
perdiendo intensidad. Hay en su gesto un estar apocado. Conjetura que estoy en
ese tiempo en el que los fantasmas no son pesadillas sino compañía.
(De Cuentos diminutos)
Me encantan estas conjeturas.
ResponderEliminarAbrazos y feliz fin!
Un abrazo entrañable, poeta, es casi fin de semana y ya luce el sol tibio del otoño. Suerte con tu poesía. Y me alegra que te haya gustado el cuentecillo.
EliminarTienes que salir a mirar la lluvia de estrellas, José Luis. Va a ser muy visible en España.
EliminarGracias, abrazos!
Lo haré poeta, suelo ver la lluvia de estrellas en la playa mediterránea, sobre el ma y es una pasada; aquí también lo será, te dejo una silla al lado para que veamos juntos esa lluvia y para compartir paraguas..
EliminarQué bonito, José Luis!
ResponderEliminarGracias querida amiga, el cuentecillo tiene mucho de apunte autobiográfico, al menos desde mi punto de vista. Hay días que veo lo real tan desapacible que solo encuentro conversación con mis fantasmas. Están ahí, mirando callados tanto estar entre páginas. Un fuerte abrazo.
EliminarSeguro que tus fantaamas tienen mejor conversación que muchos vivos. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarSabes que andamos en esa búsqueda crepuscular de la melancolía. Demasiado ruido en la calle. Así que a solas son muchas las horas de silencio. Y muy necesarias para saber dónde está el norte. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarLos fantasmas que habitan tus silencios son reflejos de las incertidumbres que acarician la humildad y el sentimiento acumulado entre tus manos abiertas a la sorpresa diaria.
ResponderEliminarSon buenos fantasmas, José Luis.
Un gran abrazo.
Pienso lo mismo, María, son buenos fantasmas, hechos con la misma materia de lo sueños. Que tengas un estupendo fin de semana.
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