Grasilla silvestre (Aragón, rutas a pie) |
PIEDRA SOBRE PIEDRA
Piedras sobre piedras se construye
el tiempo, como una grasilla silvestre que crece en la oquedad oculta de la roca. Es casi el primer mes de encierro en casa y el discurrir no cesa de
interrogarme. Mis dudas son cáusticas y ejercen entre sí una fuerte
competencia. Todas están en ese balneario invernal del escepticismo. Casi nadie
sabe lo que sucederá después.
Miro la mañana y no se ve a nadie
en la calle. Es lo habitual en estas urbanizaciones de periferia en cuya
languidez doméstica habría que sembrar un poco de humor caribeño. El jardín,
tras las últimas lluvias, lo intenta, pero el verde brillante necesita el
colorista cromado de pensamientos, tulipanes y rosas. Y los viveros están
cerrados.
Aprovecho esta quietud
terapéutica para quemar los ojos en las páginas de libros y periódicos
digitales. Al final la opción me nubla el ánimo. Solo percibo encuadres de una
arquitectura desenfocada que legitima mis incertidumbres.
Crecen en torno los humillados y
ofendidos, a pesar del incansable quehacer literario. Con frecuencia se quedan
los hilos sueltos que propician el ajuste de cuentas. Son los oscuros efectos
secundarios de lo no hecho.
(Apuntes para el diario)
Sigamos, amigo, sigamos construyendo contra el escepticismo y no te dejes nublar, tu luz es ancha tanto como tú hacer continuo. Entre tanto, abrazos, poeta, abrazos!!
ResponderEliminarBuenos días, Luis Ramos, ya sabes que el ánimo como el río que nos lleva remansa cauces, pone rápidos, abre meandros... Y así van amaneciendo los días de este tiempo extraño que sabe de soledad y melancolía, pero también de amistad plena como la tuya. Fuerte abrazo.
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