Turia (revista cultural) Nº 133-134, marzo mayo 2020 Fundador y director: RAÚL CARLOS MAÍCAS Edita: Instituto de Estudios Turolenses Diputación provincial de Teruel ieturolenses@dpteruel.es |
PRIMAVERA CON TINTA FRESCA
Como una amanecida, llega en este tiempo de soledad ensimismada un
número doble de la revista cultural Turia,
siempre un compendio de excelentes propuestas literarias. Abre la entrega un
artículo del profesor José Carlos Mainer reivindicando la vigencia de Benito
Pérez Galdós, ya definitivamente lejos del purgatorio silencioso de ser un
escritor secundario y garbancero. Yolanda Morató sondea los éxitos literarios y
académicos de Siri Hustvedt (Minnesota, 1955), creadora plural que ha cultivado
la ficción, el ensayo, la investigación científica y la poesía, con una
sorprendente aceptación crítica de sus temas nucleares en torno a la identidad
femenina, el arte y la reinvención de la memoria como espacio en permanente
construcción.
Abre
el taller en prosa la extraordinaria Amélie Nothomb, que anticipa un fragmento
del libro de próxima aparición Los
nombres epicenos, traducido por Sergi Pàmies. Y completan la sección
relatos de Vicente Molina Foix, Patricio Pron, Juan Carlos Méndez Guédez y Pilar Adón o los fragmentos de nuevas novelas
de Patricia Esteban Erlés y Francisco López Serrano.
Los poemas enjaulados de Mahnaz Parakan son una voz a la conciencia.
Recuerdan el doloroso periplo biográfico
de la poeta y activista de los derechos humanos de los Yarán, una minoría
religiosa represaliada con dureza por el fundamentalismo islámico iraní. Su
poesía, lejos de la queja y la estridencia, se convierte en una ventana de
dignidad y en una reivindicación de los sentimientos ante ese frío polar que
recubre a diario la existencia por el tenebrismo fundamentalista.
La mirada a la poesía contemporánea aglutina textos de Amalia Bautista,
Enrique Andrés Ruiz, Mariano Peyroy, Rafael Fombellida, Jorge Gimeno, Cecilia
Quílez o Javier Temprado Blanquer. Un mapa de lirismo plural que abre costuras
a las etiquetas para explorar un ahora que anuda sensibilidades e itinerarios.
En el apartado de pensamiento resalta el recuerdo del profesor Jacobo
Muñoz, pensador integrado en la tradición marxista occidental y discípulo de
Manuel Sacristan. El breve ensayo corre a cargo de Germán Cano, quien en su
tentativa de balance aglutina el quehacer del pensador como un empeño de
trabajar por una cultura crítica y emancipadora que convierta a la filosofía en
una escuela de libertad. También en estas páginas de pensamiento Daniel gascón escribe
sobre la mediocridad, como rasgo social de plena vigencia que enaltece el
promedio y anula la conciencia crítica para convertirnos en analfabetos
secundarios.
Pero, sin duda, el núcleo esencial
de esta entrega doble es el cartapacio central dedicado al escritor
suizo Robert Walser. Se yuxtaponen análisis sobre el contexto histórico, el
periplo biográfico y la producción creadora para ajustar con trazo luminoso un
perfil fuerte de uno de los escritores esenciales del siglo XX.
El campo dialogal integra dos conversaciones. La que Fernando del Val
mantiene con Cees Nooteboom (86 años) es prodigiosa; tiene el aire de una
tertulia abierta que diserta sobre los temas esenciales de nuestro tiempo, esas
dudas identitarias que se renuevan a diario porque siembran una dinámica de
incertidumbre y confianza, una amalgama extraña de sensaciones. El perfil de
Nooteboom es el de un sabio gigante que jamás se permite cerrar los ojos porque
sabe que lo inacabado tiene el encanto de la imperfección y renueva la capacidad
intacta del sujeto enfrentado a sus limitaciones. La fuente nunca se detiene:
libros, lecturas, viajes, anécdotas… Alta cultura que hace necesario el regreso
a cada respuesta.
Más orgánica y previsible, por su sensación de cercanía, la entrevista
de Emma Rodríguez con Marta Sanz enlaza evocación, memoria retrospectiva y el
análisis de los procesos constructivos de una literatura bifurcada en varios
géneros. En ella, la mirada feminista como espacio integrador de la igualdad
social y la convicción de que la escritura reconstruye y mejora la realidad. De
notable interés es el análisis que Marta Sanz realiza sobre la Transición como
proceso inacabado y siempre visto desde una visión homogénea y tutorial de
regreso a la normalidad.
Algunos elementos literarios de Turia
son claves orgánicas de la publicación. Así sucede con el relato
autobiográfico que integra las páginas de la isla, donde Raúl Carlos Maicas
mantiene un dilatado ejercicio de
introspección. La mirada interior aglutina impresiones lectoras,
metaliteratura, o ese empeño de dejar huella de la levedad cotidiana. Desde esa
perspectiva plural, los materiales del diario nunca pierden su capacidad de
extrañeza y lucidez, su empeño en preservar los callados enigmas de lo humilde.
Financiada por las instituciones políticas aragonesas, es necesario la
presencia en la revista de indagaciones en torno a escritores, acontecimientos
comunitarios y proyectos en el tiempo asentados en la geografía de Aragón. Todo
este material misceláneo se acoge en el rótulo “Sobre Aragón”, que junto a la
“Torre de babel”, sección dedicada a la crítica de autores contemporáneos, clausura un número que no ha podido presentarse por la situación de reclusión
de la pandemia, pero que ya se está distribuyendo a suscriptores, instituciones
y medios de comunicación. Por tanto, Turia
sigue latiendo con la fuerza de siempre.
Quiero cerrar esta mirada crítica recordando que la suscripción anual a
los cuatro números de la revista ( o dos números dobles) es de 35 euros y
además para los nuevos suscriptores hay un regalo de tres monográficos, sin
gastos de envío; así que por esa cantidad uno puede encontrarse con tres
estudios al completo de Patrick Modiano, Mario Vargas Llosa y Virginia Woolf. Y
hay quien todavía que los libros son
caros…
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