Interiores Fotografía publicitaria |
AMIGOS VIRTUALES
En las redes digitales de facebook, la buena compañía no pasa
de ser un asunto numérico. A efectos contables, la máxima amistad es cinco mil, un todo exacto, una suma final, como aquellos cien mil hijos de
San Luis. Yo me voy acercando a ese balance colmado y el asunto me obliga a
elegir bien a estos voluntarios de tropa virtual con un mínimo proceso de
valoración.
Borro a diario a todos los afectados por mudez digital; de ellos jamás supe nada, ni siquiera por qué solicitaron sitio aquí. También despido con pañuelo al viento a los que sobredimensionan el emoticono, teniendo un idioma entero a su disposición. Y ahora que estoy en esa edad en la que ignoro “dónde habita el deseo”, quito silla también a las presencias que compiten en musculatura hormonal; lo mío con la fisiología es un derrumbe crepuscular que sobrellevo sin esperanza y sin convencimiento.
Y sigo en el muro, caminando a solas, con la guadaña sobre el hombro de algún algoritmo que nos borre y nos deje en la niebla con voz de margarita enamorada: “esto se ve, esto no se ve”. Sigo con el tesón explorador de palabras y sueños, buscando algún espejo que retenga los mejores momentos de este viaje en el tiempo, los pasos interiores, ya casi fotografías antiguas, que hablan de otro.
Borro a diario a todos los afectados por mudez digital; de ellos jamás supe nada, ni siquiera por qué solicitaron sitio aquí. También despido con pañuelo al viento a los que sobredimensionan el emoticono, teniendo un idioma entero a su disposición. Y ahora que estoy en esa edad en la que ignoro “dónde habita el deseo”, quito silla también a las presencias que compiten en musculatura hormonal; lo mío con la fisiología es un derrumbe crepuscular que sobrellevo sin esperanza y sin convencimiento.
Y sigo en el muro, caminando a solas, con la guadaña sobre el hombro de algún algoritmo que nos borre y nos deje en la niebla con voz de margarita enamorada: “esto se ve, esto no se ve”. Sigo con el tesón explorador de palabras y sueños, buscando algún espejo que retenga los mejores momentos de este viaje en el tiempo, los pasos interiores, ya casi fotografías antiguas, que hablan de otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.