El sueño cumplido Eloy Sánchez Rosillo Tusquetts Editores Colección Nuevos Textos Sagrados Barcelona, 2023 |
A CIELO ABIERTO
Como complemento casi obligatorio de la práctica poética suele estar
presente la necesaria justificación del proceso creativo. Nace así la poética,
el espacio de análisis verbal como autogiro del discurso lírico sobre sí mismo.
La semilla que genera la metapoesía fuerza una terca inmersión en contenidos y
procedimientos. Eloy Sánchez Rosillo (Murcia, 1948) protagoniza en el tiempo un
apasionante trayecto que abarca once libros de poesía y más de cuatro décadas
de escritura. En tan largo intervalo forja un pensamiento poético personal,
asentando distintas formas de concebir el verso. Impulsa una evolución sin rupturas, con
la reflexión humanista y la emoción como líneas orbitales del poema: “El
escribir poesía es para mí una manera de entender y de considerar la vida, de
acercarme a ella y de confundirme con su sustancia: un ser y un estar. Y un
destino hermoso como pocos, del que hay que hacerse digno asumiéndolo hasta sus
últimas consecuencias” (P. 26).
Poco dado al didactismo teórico, Eloy Sánchez Rosillo entiende la
meditación autoescritural no como un ejercicio de divagación especulativa sino
como una forma de clarificar la experiencia de la poesía con la plenitud del
cielo abierto. Así ha preparado el volumen El
sueño cumplido donde abre una luminosa veta dialogal compartiendo poéticas,
comentarios y entrevistas. La nota preliminar recobra los distintos matices
expresivos del trabajo y las contingencias de preparación del libro a partir de
una sugerencia amical del poeta gaditano José Mateos. Se trata de reunir no
elucubraciones conceptuales sino razonamientos en torno a la práctica de la
poesía.
Con este enfoque escribió “Garabatos de poética”, una publicación de
mayo de 2005 editada con motivo de una conferencia en la Fundación Juan March
de Madrid. El cuaderno formaba parte del ciclo Poesía y Poética, con preludio
de Antonio Gallego y una selección de poemas. Este plano de alzada sobre la
arquitectura lírica aclara que no se trata de un buceo erudito y solemne: “Yo
no tengo teorías. Tengo poemas”. Y tal convicción impregna las poéticas que nos
ponen en contacto con su conciencia del mundo y del tiempo, o las abundantes entrevistas
realizadas con motivo de la publicación de obra nueva.
En el
tramo inicial de El sueño cumplido encontramos
también análisis de poemas concretos como “Oda a la alegría”. La mirada del yo
impregna la retina con detalles del taller literario y percepciones sobre el
trayecto. En el transitar temporal los libros “ensayan una metamorfosis
paulatina y profunda”, acorde con el empeño de quien hace del existir un
proceso de crecimiento personal y plenitud. Otros poemas analizados que dejan
sus vibraciones en los comentarios son “La inspiración, “El amor sucesivo” y
“La llamada”. Son enunciados que aspiran a clarificar contingencias concretas e
intenciones, propósitos transformados en cauces reflexivos y evocaciones. Con
todo, el misterio esencial del poema queda oculto, pertenece a lo inefable,
resguardando “su ser proteico e inabarcable”.
En el apartado “Intermedio poético” conviven poemas que se acercan a la
substancia de la poesía, sin ambiciones dialécticas. Los poemas nacen con la
empatía digresiva de la contemplación que permite la mirada interior y el
conocimiento del mundo como realidad reconocible en su austera verdad. Se
suceden composiciones de distintas épocas que reivindican el luminoso balance meditativo
y el despliegue de sugerencias que acredita la poesía cuando se ubica frente a
sí misma. Los poemas elegidos comparten la preocupación metaliteraria como
argumento central y la experiencia lírica como sueño temprano que alcanza en el
tiempo un vuelo alto. Con un largo trecho del camino andado, Eloy Sánchez
Rosillo puede decir con júbilo: “A estas alturas, nadie –ni yo mismo siquiera-
/ podría ya quebrar ni desdecir / aquel sueño que tuve cuando era adolescente /
y en el que desde entonces ha estado sustentada / por entero mi vida, un sueño
que, en el sueño / del existir, razón de ser me ha dado / y hoy es regazo y
júbilo.”
Cierra la entrega el apartado “Algunas entrevistas” donde el autor
dialoga con interlocutores de prensa, suplementos culturales y revistas
literarias, Las conversaciones transmiten la misma filosofía, una manera de
pensar en la que el poeta deja pistas sobre sus núcleos argumentales, su
inventario de magisterios y nombres propios de la tradición y las relaciones directas entre la biografía
personal y el sujeto poético, espejo del fluir sosegado de la conciencia y de
las cambiantes contingencias del presente. Son conversaciones donde cuajan
propósitos y aspiraciones, sendas de inquietud sobre un tiempo hecho memoria
viva, donde los poemas nunca renunciaron a los ojos preclaros de los sueños.
La sección comienza con una entrevista del poeta Ángel Manuel Gómez
Espada plena de intimidad y cercanía, en la que ya se desgranan los signos
básicos del itinerario de Eloy Sánchez Rosillo: su adscripción generacional a
la generación novísima, el tono elegíaco, la emoción como pulsión ecuatorial
del poema, la presencia en las antologías principales del fin de siglo, o la
elección de un sitio propio sin algaradas ni rutilante vida literaria: se trata
de ser tiempo y circunstancia, de vivir el sueño que naciera un día vocacional
y fuerte como un empeño que justifica y se mantiene inalterable en el tiempo.
Otras conversaciones están firmadas por Javier Rodríguez Marcos, Ana Eire,
Eusebio Ruvalcaba, Antonio Fontana, Nuria Azancot, Martín López Vega, José
Manuel Mora Fandós o Juan Cruz, entre otros. Todos estos diálogos conjeturales
evidencian un ideario sólido, que ha suprimido de raíz, la experimentación
gratuita, y que camina hacia un despojamiento austero, que elimina recursos
para transmitir lo esencial del poema sin esmaltes.
Un poeta sin sueños acaba contemplando a diario una realidad sedentaria;
un poeta con sueños cumple propósitos, llega lejos y alcanza esa serenidad que
consigue la concordancia entre existencia y taller literario. En El
sueño cumplido Eloy Sánchez Rosillo hace balance. Reflexiona sobre su
peregrinaje por la poesía, sobre un trayecto abierto al misterio de la vida,
hecho elegía y celebración. En él habita el temblor autobiográfico de un tiempo
simultáneo donde se enlazan pretérito, presente y porvenir. La suma exacta de
la verdad del joven que quiso ser poeta.
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