Abrir la casa |
TALLER ABIERTO
Estoy aquí, creo. Aunque desconozco la localización exacta del aquí.
Colecciona fósiles. Quiere entender el tiempo sin la atribulada nebulosa de lo inmediato.
Como Narciso, hice del espejo un solitario lugar de introspección.
Ejemplos del vacío, las estatuas carecen de secretos.
Los aforismos marcan la piel del agua, como la huella frágil de una verdad.
Tomo el té a diario con mis limitaciones, para recordar quién soy.
Pongo el despertador a la prudencia. Me sumo a tanto no. Una huelga no es un berrinche crónico; una pancarta no es una página inmortal; un sindicalista no es el Cid Campeador.
Cualquier soledad está repleta de encuentros.
Escueto relato de una biografía matrimonial. Décadas de convivencia. Posterior silencio. Sin residuos químicos.
En ella todo es falso; salvo los ojos sucios del rencor.
Para la confidencia íntima, personal, directa, un tono de voz sobrio alejado del aspaviento.
Aprendiz, esa manera de transitar el camino.
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