En la pupila Fotografía de Cris Aparicio |
AÚN TE DESCONOZCO
No niego la esperanza,
pero nunca me tiende su solidaria mano
y ya me gustaría –como antaño a los pícaros-
cambiar si no de oficio de condición al menos.
Como suele ser norma,
hoy también ha fallado el desenlace
que vertebra la página del día.
Otra vez estoy triste; aún carezco
de imprescindibles labios
para firmar con nadie una posible tregua.
Cuando espesó la noche
acogió mi pletina la acuática de Haendel
y he recorrido hipótesis,
buscando explicaciones de papel.
Desconozco tu nombre,
no sé medir el hueco que cabe en tu pupila.
pero nunca me tiende su solidaria mano
y ya me gustaría –como antaño a los pícaros-
cambiar si no de oficio de condición al menos.
Como suele ser norma,
hoy también ha fallado el desenlace
que vertebra la página del día.
Otra vez estoy triste; aún carezco
de imprescindibles labios
para firmar con nadie una posible tregua.
Cuando espesó la noche
acogió mi pletina la acuática de Haendel
y he recorrido hipótesis,
buscando explicaciones de papel.
Desconozco tu nombre,
no sé medir el hueco que cabe en tu pupila.
(De Enemigo leal, 1992)
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