Somos esclavos de las obligaciones impuestas y nos perdemos el jardín de tu foto o un campo nevado. Pero siempre retornamos a esas obligaciones. Y cuando al fin estas nos dejan exiliarnos en esas bellezas, la edad casi ya nos ha consumido, sin darnos cuenta. Perdón, querido José Luis, por tanto pesimismo.
Hoy es obligatorio que sea más feliz, querida Loly, porque a veces las obligaciones literarias nos impiden ver la belleza que nace alrededor. Hoy toca mirar el jardín. Un abrazo y gracias por tu presencia aquí.
Quemar la agenda, ¿supone elegir la improvisación y la sorpresa? Yo soy poco de agendas, pero, a veces, también es bueno apelar al orden. En cualquier caso, foto y texto, hermosa conjunción.
Yo también soy un tipo de orden que hace cada día los deberes con "obstinada" voluntad de superviviente. Pero qué hermosa a veces la improvisación y la sorpresa, el despertar del azar en la próxima esquina. Un fuerte abrazo.
Gracias, Tracy, por dar algún mérito a este microrrelato que se queja de esas obligaciones autoimpuestas que ciegan los ojos. La vida está ahí fuera, esperando, cercana, con la mano tendida. Un fuerte abrazo y mi gratitud una vez más por tu ánimo continuo.
Gracias, María José. Como el haiku, el microrrelato requiere una resolución de urgencia. También los agobios invitan a la solución drástica y definitiva. Luego llega el sueño, la amanecida y todo vuelve a empezar... Feliz descanso en la quietud del sábado.
Muy bueno José Luis, "quemar la agenda" es prioritario. Los mayores enemigos de la poesía son el ruido, la prisa, y llenarse de compromisos estériles. Un fuerte abrazo.
Así es, querido Jesús, así que hay que luchar contra el agobio de lo trivial y dejar campo libre a lo que de verdad importa: el cultivo de una amistad como la tuya. Feliz fin de semana.
Somos esclavos de las obligaciones impuestas y nos perdemos el jardín de tu foto o un campo nevado. Pero siempre retornamos a esas obligaciones.
ResponderEliminarY cuando al fin estas nos dejan exiliarnos en esas bellezas, la edad casi ya nos ha consumido, sin darnos cuenta.
Perdón, querido José Luis, por tanto pesimismo.
Hola poeta, tienes tanta razón que el pesimismo ni siquiera lo parece, es solo una certeza que comparto al cien por cien. Un gran abrazo de viernes.
EliminarSin duda alguna habría que exiliar más a menudo la mirada.
ResponderEliminarLa sutileza en este extraordinario aforismo tiene un nombre: José Luís Morante.
Enhorabuena por éste y otros tantos, que hace tiempo vengo leyendo.
Un abrazo
Eres muy amable, Lorni, yo también visito tu blog con la certeza de que hallaré en tu escritura unas gotas de luz. Un abrazo y mis mejores deseos.
EliminarLa duda es ¿Fue más feliz?
ResponderEliminarQue tengas un lindo día José Luis. Bstos.
Hoy es obligatorio que sea más feliz, querida Loly, porque a veces las obligaciones literarias nos impiden ver la belleza que nace alrededor. Hoy toca mirar el jardín. Un abrazo y gracias por tu presencia aquí.
EliminarQuemar la agenda, ¿supone elegir la improvisación y la sorpresa? Yo soy poco de agendas, pero, a veces, también es bueno apelar al orden. En cualquier caso, foto y texto, hermosa conjunción.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo también soy un tipo de orden que hace cada día los deberes con "obstinada" voluntad de superviviente. Pero qué hermosa a veces la improvisación y la sorpresa, el despertar del azar en la próxima esquina. Un fuerte abrazo.
EliminarGracias, Tracy, por dar algún mérito a este microrrelato que se queja de esas obligaciones autoimpuestas que ciegan los ojos. La vida está ahí fuera, esperando, cercana, con la mano tendida. Un fuerte abrazo y mi gratitud una vez más por tu ánimo continuo.
ResponderEliminarMuy bueno José Luis. El jardín otorga paz, la agenda nos saca de quicio. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, María José. Como el haiku, el microrrelato requiere una resolución de urgencia. También los agobios invitan a la solución drástica y definitiva. Luego llega el sueño, la amanecida y todo vuelve a empezar... Feliz descanso en la quietud del sábado.
EliminarMuy bueno José Luis, "quemar la agenda" es prioritario. Los mayores enemigos de la poesía son el ruido, la prisa, y llenarse de compromisos estériles. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAsí es, querido Jesús, así que hay que luchar contra el agobio de lo trivial y dejar campo libre a lo que de verdad importa: el cultivo de una amistad como la tuya. Feliz fin de semana.
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