Hola, querido amigo, llevo unos días de agobios laborales que me han impedido disfrutar de tus reflexiones. Corrijo de inmediato mis derivas y regreso, con la ilusión de siempre. Gracias por el haiku. Los hábitos del mar enseñan con la didáctica de la buena filosofía. Abrazos.
Un abrazo, querido poeta, con la calidez de un marzo con ropa fresca que busca en el mar un poco de sosiego. Cuánto agradezco ese ánimo que viene siempre desde tus palabras. Que tengas un buen día.
Hola Tracy, sabes bien que cada afecto tiene un paisaje secreto y personal. El mío es éste: una playa rocosa, un poco de soledad y el hombro cercano que tantos años ha estado conmigo. Besos y mi gratitud por tu lectura.
Si alguien o algo se puede permitir la mayor de las paciencias y del tiempo es, sin duda, el mar. Nos lleva mucha ventaja y nos la seguirá llevando cuando ya no estemos. Un fuerte abrazo amigo José Luis. Sandra.
Un fuerte abrazo, Sandra; no sé qué pensarás, pero yo siempre tengo la sensación de que el mar nos habla con el tono cómplice de los afectos. Un saludo grande desde Rivas.
Yo tampoco; pero el mar interior también está muy bien, aunque haya transformado la espuma en páramo. Ya te conté mis refugios abulenses cuánto me miman y que sosiego aportan a mis lecturas. Besos
Esa estampa está muy cerca de tu casa, en el parque de Cabanes, en Castellón. Los que viajamos al litoral mediterráneo, venimos al regreso con una mirada nueva, con ojos llenos de azul. Un fuerte abrazo.
El mar azota
ResponderEliminarlos hábitos de tierra.
Los elementos.
Salud siempre.
Hola, querido amigo, llevo unos días de agobios laborales que me han impedido disfrutar de tus reflexiones. Corrijo de inmediato mis derivas y regreso, con la ilusión de siempre. Gracias por el haiku. Los hábitos del mar enseñan con la didáctica de la buena filosofía. Abrazos.
EliminarLa calma del ánimo y la vastedad del tiempo junto a la dorada línea del mar al caer el día.
ResponderEliminarUn abrazo, querido José Luis.
Un abrazo, querido poeta, con la calidez de un marzo con ropa fresca que busca en el mar un poco de sosiego. Cuánto agradezco ese ánimo que viene siempre desde tus palabras. Que tengas un buen día.
EliminarEn voz muy baja: PRECIOSO.
ResponderEliminarHola Tracy, sabes bien que cada afecto tiene un paisaje secreto y personal. El mío es éste: una playa rocosa, un poco de soledad y el hombro cercano que tantos años ha estado conmigo. Besos y mi gratitud por tu lectura.
EliminarSi alguien o algo se puede permitir la mayor de las paciencias y del tiempo es, sin duda, el mar. Nos lleva mucha ventaja y nos la seguirá llevando cuando ya no estemos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo amigo José Luis.
Sandra.
Un fuerte abrazo, Sandra; no sé qué pensarás, pero yo siempre tengo la sensación de que el mar nos habla con el tono cómplice de los afectos. Un saludo grande desde Rivas.
EliminarQué me vas a decir sobre el mar Jose Luis! No podría vivir muy lejos de él...
ResponderEliminarYo tampoco; pero el mar interior también está muy bien, aunque haya transformado la espuma en páramo. Ya te conté mis refugios abulenses cuánto me miman y que sosiego aportan a mis lecturas. Besos
EliminarComo el mar, como el mar. Paciente y eterno, así la vida. A pesar del ser humano. Y así será, siempre. Preciosa fotografía y haiku. Abrazos
ResponderEliminarEsa estampa está muy cerca de tu casa, en el parque de Cabanes, en Castellón. Los que viajamos al litoral mediterráneo, venimos al regreso con una mirada nueva, con ojos llenos de azul. Un fuerte abrazo.
Eliminar