EL SUEÑO DE LA ARDILLA
Al atardecer, en las manos se
abrieron los puntos de sutura del cansancio y se hizo más visible la derrota
de nunca acabar. Como en aquella prosa
de Paul Celan, me sentí una ardilla
extenuada, al pie de un tronco añejo, que nunca pudo liberarse del sueño de
buscar nueces con cáscaras de cristal.
Hay días que cuesta hablar de lucha, que no podemos comentar victorias. Toca perder desde el principio y sentir la profundidad de la derrota. Es día de miedos y mis fatigas . Te sientes impotente, vencido y no quieres ni sentirte ni notarte. Extenuado, tratas de sobrevivir al naufragio agarrándote a los arrecifes. Que haya suerte entre las olas.
ResponderEliminarPerfecta descripción de esta apatía vital que ha llenado los días de incertidumbre. Un abrazo entrañable, José Manuel, y a ver quíen pierde "La Liga" hoy. Es necesario un cambio, otros perflies en las ventanas de lo cotidiano. Un día quedamos. Que tenemos que hablar de muchas cosas...
EliminarHoy hay que sacudirse el letargo. Buscar contenedores de cristal, hacer caer, con voluntad, un sueño entre otros sueños.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola María José, me alegra de veras encontrarte en estos puentes para desearte mucho éxito con tu nuevo libro y con esa gira extremeña. Yo sigo empeñado en una lectura abrumadora que me llena a veces de cansancio y me convierte en una ardilla que busca cáscaras de cristal... Besos grandotes.
EliminarEl nunca acabar como derrota...hum. Muchos nos sentimos perdedores toda la vida. Pero estamos. Y vemos, y distinguimos, en medio del proceloso océano mediático y aparente . Una microconfesión grata. Un abrazo.
ResponderEliminarUn abrazo cómplice, querido Fackel; cuando la derrota es el estado natural del ser la victoria no pasa de ser un espejismo, un ejercicio de cohetería mediática. Queda el cansancio. Un saludo y muchas gracias por tu reflexión.
EliminarLa reflexión como un pequeño relato es doble meditación. Gracias.
ResponderEliminarQuerida dama blanche, el cuentecillo tiene su espacio para dar tregua al pensamiento y compartir con los demás ese cansancio del acontecer que nos deja en tierra, al pie del árbol de los días. Y qué alegría poder compartir lo que uno piensa con amigos cercanos. Un gran abrazo.
EliminarConfío en que a estas alturas ya haya remitido el cansancio y de nuevo hayas cargado tus pilas de optimismo y que en algún momento se cumpla tu sueño de las nueces de cáscaras de cristal. Un abrazo
ResponderEliminarLuces y sombras son sensaciones que aporta lo diario y en ese mapa cambiante sobrevivo. A veces, es verdad, el cansancio obliga a sentarnos y a preguntar en silencio si tanta cohetería merece la pena... Luego llega la amanecida y volvemos a ser ese hábito continuo de la tinta escrita. Besos y gracias por tu ánimo.
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