lunes, 9 de noviembre de 2015

ITZIAR MÍNGUEZ ARNÁIZ. CAMBIO DE RASANTE

Cambio de rasante
Itziar Mínguez Arnáiz
Baile del Sol, Poesía
Tegueste, Tererife, 2015

ARRUGAS EN LA PIEL DE LOS DÍAS


   Con una producción literaria que alterna narrativa, guiones para televisión y poesía, Itziar Mínguez Arnáiz (Barakaldo, 1972) inicia itinerario en 2006 con La vida me persigue, Premio Internacional Surcos. El libro encuentra de inmediato continuidad en Luz en ruinas, Cara o cruz, Pura coincidencia y Wikipoemia. Esta notable cosecha en apenas un lustro tiene amplia representación en las antologías y retratos de grupo que dibujan con trazo apresurado las bifurcaciones del ahora poético.
   Llego a la poesía de Itziar Mínguez Arnaiz desde el cristal limpio de su última salida, Cambio de rasante, un conocimiento tardío que justifica la digresión que sigue. Cuando se visita por primera vez el mapa creador de un poeta es casi un acto reflejo percibir en sus elementos la genealogía natural, el aire de familia con autores asentados en el canon. Así se descubre poco a poco el carácter epigónico del discípulo, los tramos de aprendizaje o se asiste a la felicidad de ver convertidos a los predecesores en un montón de arena maleable, dispuesto al uso inmediato en nuevas construcciones. Cambio de rasante incorpora en la dedicatoria inicial un nombre propio, karmelo C. Iribarren, que enciende las luces de situación del ideario poético de Itziar Mínguez Arnáiz. Pero son los poemas los que van sembrando indicios evidentes en el lector: una lírica despojada, esencial, que confía en su cierre en el enunciado aforístico y que incide en sus temas en el muestreo reflexivo de la peripecia existencial del sujeto verbal, sin circunvoluciones infantiles de piedra en el estanque, ni densidad  espesa de filosofía grandilocuente.
   El vocabulario entrelaza palabras conocidas, con el tacto lijoso del uso diario, que se ajustan en su parquedad descriptiva a la precisa configuración epidérmica de un guante de látex.
  Así que no es difícil sentarse para oír la verdad literaria del poema con la música  ambiente de una emoción compartida. Las palabras se pronuncian sin un gesto de altanería, con la terquedad que requiere afrontar el frío y la desolación de las horas laborables, para sacar la conversación  del punto muerto: “No me digas  que no es extraño / tenerlo todo / y no sentir nada / nada más que el pulso / acelerado del silencio / en tu garganta / boicoteando ese grito / que no termina de salir. “
  Las palabras exploran alrededor, se miran dentro, buscan la improvisada lección de lo diario, reconocen humedades y sombras, miden el trazo firme de las arrugas y constatan que es preferible seguir, intentar poco a poco el cambio de rasante y no hacer el itinerario inacabable o más complejo.
  El minimalismo expresivo se mantiene también en la estética del poema. Frente a la palabra concebida como búsqueda cognitiva, como terapia del discurrir inane o como empeño en dejar en tierra firme el carácter transitorio y fugaz de la condición humana, el escepticismo es la ropa gris  que resguarda el poema. Sin más. El yo desdoblado se responde a sí mismo en el azogue de los versos: “Por qué escribes / y para quién / qué pretendes encontrar / o esconder / cuando tengas respuesta a estas preguntas / aparca el boli / para siempre”
   La poesía de Itziar Mínguez Arnáiz muestra las arrugas de lo diario; hace una crónica sin titulares del roce, cierra los ojos cuando las sombras dejan en el instante algún sueño. y pone entre los versos un poco de ternura. Para que encuentre sitio el próximo minuto.  

       

6 comentarios:

  1. Pues es éste un libro al que le tenía ya ganas, pero ahora después de leer tu excelente reseña aún tengo más. Sigo a Itziar en Facebook. Ya sólo me queda hacerme con su libro.
    Gracias por compartir José Luis. Aprovecho para desearte feliz semana!
    Sandra.

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    1. La poesía siempre propone itinerarios diversos. Itziar opta por mirar a los ojos al desamparo y decir las palabras justas. Excelente poesía, Sandra.

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  2. Parece muy interesante José Luis. Me resulta seductor el lenguaje que usa. Gracias por compartir. Abrazos.

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    1. Tendemos a llenar nuestros poemas de adjetivos sonoros, como si eso fuese una garantía de calidad literaria, y solo creamos una retórica de grandilocuencia. Itziar opta por el camino contrario: despoja a los poemas, acentúa su laconismo, desnuda las palabras para que muestren su apariencia real, su músculo y su carne... Merece la pena acercarse a su itinerario poético. Un gran abrazo, Carmela.

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  3. Gracias por compartirlo José Luis. No conocía a la autora. Pero sabiendo de tus gustos literarios tendré en cuenta la reseña y buscaré la obra. Feliz domingo.

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  4. Es una voz muy fresca, llena del tejido cómplice de lo cotidiano. Pertenece a ese tipo de autores que apuestan por entreverar laconismo y sentimentalidad y acierta. Un gran abrazo.

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