viernes, 6 de noviembre de 2015
LEYENDO AL POETA MIGUEL D´ORS
LEYENDO A MIGUEL D´ORS
Salvo recuerdos tristes,
no guardo muchas cosas de la infancia.
Lugares como sombras, escenas redundantes
que retornan ajadas, falsamente
maquilladas de olores y ternura.
Yo, que nací en un pueblo
con tapiales de retama y de barro,
que soporté el trasiego de lejanos parientes,
que anduve en lodazales
a la caza y captura de gordos renacuajos,
que escondido el pitillo
en cualquier parte
puse cara de bueno ante el maestro,
leyendo a Miguel d´Ors,
y tomando las huellas dactilares
a una felicidad rural y cristalina,
ante el feroz saqueo
del tiempo en mi memoria, me pregunto
si alguna vez fui niño.
(De Población activa, 1994)`
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¡Qué bello poema!. Y sí, fuimos niños, y es bueno recuperar esa infancia perdida en la memoria... Feliz fin de semana José Luis
ResponderEliminarHola poeta, feliz viernes; la infancia siempre tiene esa cal fresca del estreno, la fachada limpia del todo por hacer. Y Miguel d'Ors hace maravillas de su evocación. Un fuerte abrazo.
EliminarQué maravilla, José Luis. Sólo quien fue un día niño puede volver los ojos a su infancia con esa claridad y precisión con que lo haces. Un placer, como siempre, habitar tus poemas.
ResponderEliminarY un placer sentir que no estás demasiado lejos, soy consciente de que un grupo entrañable ha hecho de este blog una compañía habitable, y tú siempre estás en la amistad y en la poesía. Gracias, Antonio. Y feliz fin de semana.
EliminarMe ha encantado el poema. Mucho.
ResponderEliminarY no dudes que fuiste niño y que aun lo sigues siendo en el fondo.
Un beso.
Sí, Tracy, soy un niño con canas y miopía que sigue creyendo en algunos sueños y unas pocas certidumbres vitales. Es entrañable caminar al lado de gente como tú. Un abrazo con mimo. Lo mereces.
EliminarUn poema muy bonito. Son de agradecer estos poemas transparentes y sin artificios florales. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarEres muy amable, José Antonio. El poema pertenece a un libro editado en Asturias hace veinte años; acaso sea uno de los poemarios más autobiográficos que he escrito, sabes bien que mi vida y mis trabajos son siempre vasos comunicantes. Feliz viernes.
EliminarUn poema que perdura en el tiempo y sigue sosteniéndose como el primer día, es un buen poema José Luis. Un poema que rememora la infancia, siempre es bien recibido. Y no te preguntes más, amigo mío, seguro que fuiste niño y que de alguna manera, lo sigues siendo. Un abrazo.
ResponderEliminarEl tiempo nos cambia la identidad, Carmela, nos hace otros, como si los azules de la niñez perteneciesen a las orillas de otros ríos. Un gran abrazo.
EliminarQué grande Miguel d'Ors! Y tú, que nos lo traes. Un abrazo, José Luis
ResponderEliminarGracias Andrés por tu recorrido por estos puentes de papel. Sí, Víctor Botas y Miguel d'Ors son poetas del setenta que, como sucede también con Eloy Sánchez Rosillo, hicieron de la transparencia y el intimismo un espcio habitable, una estación de cercanías. Un gran abrazo.
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