Sakkara Teresa Garbí Renacimiento, Espuela de Plata Sevilla, 2015 |
LA VIDA EN TRÁNSITO
La trayectoria creadora de Teresa
Garbí muestra un abanico de géneros; integra literatura didáctica, ensayo,
ediciones de obras clásicas y creación. Su entrega más reciente Sakkara reúne diecisiete narraciones breves
con veneros que inciden en la prioridades vitales del ahora: el
viaje, la mirada interior, la nostalgia que retiene el pasado impreciso, y la
crónica social de un presente empeñado en contradecirse a cada instante que
requiere sólidas convicciones.
El primer relato, “Sakkara”, postula
una ambientación realista testimonial, donde la ciudad de los muertos en El Cairo
sirve de escenario. En sus laberintos se mueve Alí, un figurante proclive a la
ternura cuyo destino, desde la infancia, es el estar provisional, una incertidumbre
cobijada bajo detalles e imágenes sueltas que han quedado a resguardo en la
memoria. Así sucede con la vieja pirámide de Sakkara que ha perdido su grandeza
simbólica. El discurrir la muestra convertida en un puñado de arena, mientras alrededor
se suceden los días como dunas móviles que las manos del viento moldean a su
antojo.
Otro paisaje, menos prestigiado
por los referentes históricos, se descubre en “Parada en blanco”, donde la
escritora abandona el exotismo de la lejanía para adentrarse en una geografía
onírica, un paisaje sin tiempo en el que la normalidad se borra para empujar al
sujeto accional hacia un trayecto extraño, un recorrido reflexivo donde lo
temporal se diluye en una mancha de sombras. Entre el sueño y la vigilia está
la distancia inaprensible de los itinerarios sin regreso.
En bastantes piezas el viaje se
convierte en coprotagonista. Muestra los desajustes del entorno y la
inseguridad de una conciencia frágil que da un brusco giro a su forma de estar.
Así sucede en el relato “Pobreza”. Una mujer de clase media que viaja a Lima decide
explorar los barrios alejados de Miraflores, ese cinturón de subdesarrollo
convierte el respirar diario en mero ejercicio de supervivencia. Más allá de
las antiguas civilizaciones de Machu Pichu y del ajetreo estéril del turista
que pasa de largo, está la condición
concreta de un yo empeñado en reconocerse en el despojamiento y en vivir
la coherencia de su identidad.
Teresa Garbí entrevera argumentos
distanciados. Cada cuento conduce al lector hacia parajes de trazos disímiles:
están asuntos bien conocidos en la narrativa corta española como la guerra
civil o las figuras de esos derrotados ajenos a cualquier época, y está otro
tema candente en los medios de comunicación: el acoso femenino y la negación de
la libertad; también el íntimo homenaje al viejo profesor que un día deja la
estela leve de la docencia, con el gesto resignado de salir del aula y hacer de
su experiencia docente un pálido recuerdo. Las páginas finales abogan por el
coloquialismo autobiográfico. El relato se pormenoriza para dejar sitio al
soliloquio y a la emoción lírica; en él se percibe el gusto por el detalle
descriptivo y por los recovecos de la palabra interior.
Las historias de Sakkara recorren líneas de una realidad
fragmentaria en la que es posible capturar matices y emociones del latido del
tiempo. La existencia es tránsito; se abre cada día como un horizonte difuso cuyos contornos adquieren la forma maleable de un montón de arena que dispersa el viento.
Gracias como siempre por tus lecturas y recomendaciones. Y como sabes que hago, las tendré muy en cuenta para mis futuras lecturas. Desconocía obra y autora. Ocasión para abrir nuevas puertas literarias. Feliz domingo.
ResponderEliminarQuerido amigo, siempre es un privilegio tu proximidad a estos puentes. Sé que estás muy ocupado y por ello valoro doblemente que mis reseñas te lleguen. Los relatos de Teresa Garbí miran el entorno con la convicción de que todo es cauce, un devenir en manos del destino, en el que casi nada es perdurable. Disfrutarás con una autora de obra amplia que ahora deja en renacimiento su prosa breve. Feliz domingo.
EliminarHe leído Sakkara, pero al leer tu reseña siento la tentación de volver a sus páginas pues tus comentarios todavía vuelven más atractivos sus relatos. Gracias y besos,
ResponderEliminarHola Susana, siempre es un placer coincidir en la valoración lectora. En las dedicatorias de los relatos hay muchos amigos comunes y es una gratísima alegría porque acercan todavía más el itinerario creador. Feliz domingo.
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