Pasaje de la noche
Miguel Veyrat
Barataria, Poesía, 2014
RAZÓN Y DESEO
El poblado itinerario creador de
Miguel Veyrat (Valencia, 1938) aglutina más de quince entregas poéticas. En
su pautado desarrollo en el tiempo se desvela un ideario estético de búsqueda que mantiene como coordenadas centrales un sustrato
culturalista y un hondo sentido de continuidad en el tiempo. Esta actitud ante el lenguaje y a su sentido intercultural arranca en el
vivero novísimo y prosigue hasta el ahora. Son rasgos que suelen resaltarse
en los textos de apertura de sus poemarios. Así lo enuncia Jacobo Muñoz en el
prólogo de Pasaje de la noche , obra
que ve su amanecida en 2014.
El crítico define la experiencia estética del
poeta valenciano como praxis de “una conciencia vigilante que se enfrenta al
“infranqueable abismo” que se abre entre el sujeto –el yo- y el mundo”. Nace de
este taller del lenguaje un espacio de conocimiento que ha de recorrerse con la
brújula tenaz del pensamiento. Vislumbramos en Pasaje de la noche una poética de textura metafísica que busca sus
manantiales genesíacos en magisterios
como Rilke, Valente, o en el pensamiento crítico de Heidegger, por citar solo
algunos magisterios que se exponen con transparencia.
Desde un escenario nocturnal, las
palabras dan voz a la carencia. El sentido ontológico del ser define una
sensación de naufragio. Quien habita la nada está sometido a un deambular
desnudo, cuyo sentido a veces se oculta; de ahí el continuo bucear en la indagación y la sensación de desamparo en la que yo toma
conciencia de habitar un espacio a la intemperie.
En ese estar agónico hay que
atender, con la conciencia despejada, al rumor en el que cobra impulso la palabra
poética. El poema se va gestando entre tanteos, abre sendas, deambula entre
linderos desvaídos sin descubrir entre las múltiples bifurcaciones la claridad del destino
propicio.
Esa necesidad de decir, aunque
no amanezcan respuestas, pronuncia una actitud despierta, de sujeto activo;
el yo es consciente de que no puede vencer al tiempo y de que su función cognitiva
se pierde en una línea de niebla que aglutina contornos y horizontes. Así se va marcando un rostro en el espejo; son
los destellos de una identidad moldeada entre desapariciones y
pérdidas, erosiones y cambios; estelas que abren inadveridos propósitos baldíos; son los itinerarios de regreso de un pasajero
impaciente que en su laberinto existencial hace suyo aquel verso de Hölderlin:
“lo que permanece lo fundan los poetas”.
Muy buena pinta.
ResponderEliminarAsí es, querido amigo, "Pasaje de la noche" es un libro nocturnal, sobre la incertidumbre de lo existencial. habitamos laberintos y la puerta solo se franquea desde la poesía. ese es el legado esencial de Miguel Veyrat, un poeta cuya voz acompaña. Muchas gracias por estar cerquita.
EliminarUn lungo error in ceco laberinto…. Gracias de nuevo a ti. A Jordi ahora mismo :)
ResponderEliminarHola Miguel, nada es más grato para un crítico que percibir en la senda lectora compañía y afecto. Gracias también por asomarte a estos puentes que son un diálogo plural en torno al libro. Feliz jornada.
EliminarQué estudio tan profundo y completo has hecho, querido José Luis, de uno de los libros que tengo s mi lado y estoy leyendo. Me ayuda mucho la reseña. Muchas Gracias..
ResponderEliminarLa lectura crítica de Veyrat es siempre un diálogo silencioso, querido Hilario, un escuchar el rumor del verso hablando de búsquedas y tanteos. Así que te agradezco tus palabras porque no es una lectura fácil. Ojalá el libro te guste tanto como a mí. Feliz jornada.
EliminarTu lectura querido Hilario es un regalo añadido!
ResponderEliminarHola Miguel, ese círculo de tiza de los afectos que va rodeando el trabajo literario resulta siempre una plaza abierta a mediodía. Así que me alegra saber que los dos compartimos la entrañable amistad de Hilario Barrero, siempre cerca, aunque viva al otro lado del océano. Feliz jornada.
EliminarBuena reseña, José Luis. Paisaje de la noche es un libro excelente. . Un abrazo para ti y otro para Miguel.
ResponderEliminarHola José Luis, agradezco mucho tu visita a estos puentes; es siempre mágico saber que aquellos libros que nos hablan en voz baja prodigan también sus confidencias en amigos cercanos como tú. Un fuerte abrazo.
EliminarJosé luis! No había visto tu entrada. Un fuerte abrazo. Recuerdo tu generosa reseña de "Pasaje de la Noche"
ResponderEliminar